domingo, 25 de marzo de 2012

Amores

El otro día alguien me dejo colgado en mi muro de Facebook un vídeo de una actuación de Mari Trini cantando "Amores". Es de todos sabido y así consta en todos los perfiles de las redes sociales que ha sido mi cantautora preferida y única. Autora de letras que han conseguido despertar sentimientos nobles en mi desde la adolescencia. La canción que estaba puesta es lo de menos porque las se todas. Yo crecí escuchando estas melodías que formaron parte de mi juventud temprana, de mi adolescencia y de mi primera madurez. Con estas letras y con su música he vivido amores y desamores, encuentros y desencuentros, situaciones fáciles y difíciles, sentimientos encontrados, emociones indescriptibles y un largo etcétera. He bailado su música con quién más quise, quiero y querré, Ana. Y eso que no soy de bailar.
Y como millones de seres humanos he disfrutado de su música y de su letra. En definitiva, de sus canciones. Música elegante y canciones con ternura y sensibilidad. Su música evoca momentos de mi vida que seguramente han sido los mejores incluso con dosis de inocencia. Las mejores letras de amor las ha escrito ella y luego las ha cantado como nadie lo hará. Nos dejo a una temprana edad y su muerte prematura nos ha dejado huérfanos. Este tipo de cosas, lo digo a quién corresponda, ofenden. No son edades para irse. Todas sus canciones me llenan y ahora más que nunca. Me hacen recordar y siempre para bien. Cada canción es para un momento concreto y determinado. Escuchar una u otra me evoca una situación concreta que no deseo olvidar. Son canciones demasiado grandes que sólo unos pocos pueden cantar. Los elegidos. Ella es uno de ellos. Recuerdo haber leído que cantaba como los ángeles. Si dónde está ahora hay ángeles, estarán aprendiendo de ella. Su grandiosidad y su humildad iban parejos en ella. Canta y te toca el alma. Canta y te moldea la conciencia. Canta y te pule los sentidos. Canta y te estimula los sentimientos más nobles del ser humano. Transmite complicidad sentimental porque la música es la perfecta compañera de cualquier situación. Su música es empatía pura.
Escribir sobre Mari Trini es hablar de Ana con todo el cariño. No puedo separar las dos cosas. Todo lo bueno de una me paso con la música de la otra. Cuando escribo esto la estoy escuchando y tengo la sensación de que el tiempo no ha pasado. Me siento adolescente, encariñado y enamorado como nunca. Es así. Cualquiera lo puede comprender. Estas canciones me circulan por la sangre y me resultan un estímulo en momentos complicados. Los recuerdos de mis primeros enamoramientos se mantienen tal cual. Son toda una vida.
Ganó su reconocimiento con cientos de canciones y millones de copias vendidas. Una putada del destino o un equivoco de alguien hizo que nos dejara cuando mejor cantaba y mejor componía. Una lágrima para este momento en que por los altavoces se escucha "Amores". Que nadie se confunda. El amor perdura. Con el tiempo cambia el color, la textura, al olor, la forma, se matizan cosas pero lo importante y esencial sigue. La estrategia a seguir es adaptarse. Siempre Mari  Trini y Ana también. Esto es tan real como la vida misma. Salud.