Fray Luis María está sentado en una sillería de cedro con elementos manieristas y con la eñe grabada en la parte superior. Toca la primera oración de la mañana y todavía no ha amanecido. Mientras su mirada parece estar perdida esboza una sonrisa de carácter irónico y cargada de cinismo. Su cabeza está llena de ideas que tiene que domar, dar forma y pulir y esto pesa por lo que apoya la mano izquierda en su barbilla y con dos dedos apretando el moflete que lo hace desviar hacia adelante. Tiene que pensar lo que luego va a escribir y cómo lo va a escribir. Siempre con la iluminación divina que en su infinita bondad guiará su pluma con rectitud hasta conformar un texto envenenado contra lo que sea -se mueva o no-. Esta mañana plomiza y fría toca Educación para la Ciudadanía. Cree Fray Luis María que Don Francisco no estuvo del todo acertado con su Formación del Espíritu Nacional. Entiende, desde su ignorancia, que Don Francisco fue un dictador emergido de una guerra civil. Hay que rezar mas. Es evidente que Dios no inspira suficientemente a Fray Luis María porque en realidad, el dictador, emergió antes y luego fue cuando montó su guerra civil para deleite de su ego y el de sus generales. Todavía hoy, setenta y cinco años después, muchos de los que no compartieron su ideario -los contrarios, los malos, los enemigos, los rojillos- tienen sus huesos abandonados en las cunetas.
Cuenta Fray Luis María con muy mala leche y en un entrecomillado que cuando hay socialismo el poder reside en el pueblo y no en sus gobernantes y se da un régimen de igualdad y libertades colectivas. Que es cosa de gente sensata y moderada y que es la única solución que tiene la gente de evolucionar adecuadamente en lo que respecta a la acción social. Lo escribe con mofa, con ironía e incluso rebaña pan porque piensa todo lo contrario. Parece ser que su Dios, en su magnífica providencia, hoy lo tiene un poco descuidado y así le va. También podría ser un problema de concentración porque tan de mañana y aún sin amanecer el cerebro descansa. Para mí, y sin ánimo de ofender, creo que necesita que se le aplique un programa de reestructuración cognitiva y entrenamiento en habilidades sociales y culturales además de un soporte farmacológico. Todo lo contrario que mi amiga Catalina M.J. de una de las entradas anteriores. Echa mano de la estadística y anuncia que cincuenta y cinco mil familias han solicitado, mediante denuncia, que vuelvan a poner religión. Que Educación para la Ciudadanía y el parchís no deben estar en las aulas.
Sigue en su entrecomillado para destacar que la victoria democrática del partido azul ya ha puesto remedio a este desmadre gracias a la competencia del Ministro de Deporte. Y lo escribe así de sencillo como si las victorias del partido rojo no hubieran sido democráticas. Ya al final de la primera oración y cuando Fray Luis María todavía sigue en babia ve un rayo de luz que emana del mismo universo y que al tocarle le obsequia con un punto de lucidez que no sabe aprovechar. Vuelve a entrecomillar para escribir que Educación para la Ciudadanía es un cáncer que hay que estirpar antes de que haga metástasis. Los autores de esta tropelía han sido desenmascarados y sus encubridores también. La asignatura de adoctrinamiento totalitario ha sido sustituída de forma fulminante. Por fín nuestros jóvenes podrán pensar libremente. Las ideas de Fray Luis María han sido como una premonición. Los jóvenes han empezado a pensar libremente y han decidido salir a la calle a pedir lo que es suyo. Lo que les toca. Alguna delegada del Gobierno que no aprobó Educación para la Ciudadanía y no sabe pensar libremente se ha cabreado y ha actuado de forma inculta sacando a los nacionales a la calle.. El ministro de Deporte cree que los estudiantes y universitarios tienen más de lo que necesitan y ha empezado a recortar que es lo único que ha demostrado saber hacer. Así andamos estos días. Pero nos queda Fray Luis María que dice que sería bueno una asignatura de Educación para la Salud. Que nuestros jóvenes están obesos y no saben comer. Con esta nueva asignatura aprenderían patologías, prevención y tratamientos y en lo que dura la enseñanza obligatoria más los tres años de bachillerato ya saldrían con la carrera de medicina. Pues si es así, sea. Salud.