miércoles, 28 de marzo de 2012

La Gioconda

Es un programa del tipo magazín. Esto significa que es una composición de varios momentos. Uno de ellos bueno o muy bueno y el resto soporífero y de pesadilla. El momento bueno es una entrevista. Señor trajeado. Pelo largo y canoso recogido. Gafas de intelectual consumado estilo Valle Inclán y modelo Richard Gere. No son ni antiguas ni modernas. Simplemente llevarlas implica que cuando hablas sabes lo que dices.
Se sobreimpresiona un rótulo con el nombre del invitado que es experto en cuadros y conocedor de Leonardo. Toca hablar de la Gioconda y la Gioconde. Sobretodo la primera. La que tenemos en España. La entrevista es amena e interesante y sobre todo en el preciso momento en que el entrevistado se sale del guión y empieza con insinuaciones y fundadas dudas sobre el particular. ¿Quién puede asegurar que la Gioconda de París es la auténtica?
Se refiere a la que supuestamente pintara Leonardo Da Vinci. Podría ser que la que tenemos en España fuera la auténtica y la de París una copia. ¿Porqué no? Eso, porqué no. No creo que nadie pueda afirmar nada. Todo se mueve en el plano de las conjeturas. ¿Quién es la modelo?
Hay versiones para todos los gustos. Una vecina de Leonardo. Una amiga que vivía enfrente de su casa. La esposa de Francesco Bartolomeo del Giocondo. Vaya usted a saber. Parece ser que ha sido retocado por el pintor en varias ocasiones y otras tantas en restauraciones. No tiene cejas ni párpados porque no los pintó o para  poder realzar la figura redondeada de la cara. Se borraron en una restauración. Nunca las llegó a pintar porque la obra está inconclusa.
Hay demasiadas incógnitas que quizá nunca sepamos con seguridad. No se sabe quién la compró. Cuánto costó. En qué momento se compró. En cuantos lugares ha estado. Se habla de Versalles, las Tullerías, Fontaineblau, Paris, Residencia de Napoleón, el Louvre.
Según se mira unos dicen que está sentada. Otros prefieren afirmar que se encuentra de pie. Incluso los hay que afirman con rotundidad que está embarazada. Que estaba entrada en carnes resulta evidente.
Incluso los más atrevidos dicen que se trata de un autorretrato de Leonardo con tintes femeninos imitando a Lisa Gherardini. Todo el mundo tiene su teoría y el que no la tenga que formule una y la incluya en el catálogo que seguro que tendrá cabida.
Con la aparición de una replica exacta en España se ha añadido más morbo a la obra. ¿Es acaso la de París más auténtica que la española porque se encontró antes o porque fue la primera? Podría ser la que tenemos en España fuera la auténtica y la de París una replica realizada por un alumno aventajado de Leonardo. Las similitudes de ambas es evidente y podemos comparar. ¿No podría ser que el maestro Leonardo hubiera pintado las dos para mejorar en algo la técnica del sfumato? ¿Porqué un alumno pintaría una obra tal igual a la original que incluso podrían confundirse? El tal alumno aventajado sólo pintó un cuadro que además no está identificado. Nadie pinta sólo un cuadro teniendo esta maestría con los pinceles. Si es así el tal alumno habría pintado algo más y ahora se atribuye a Da Vinci dada su similitud. O no. Vaya Ud. a saber.
El experto en pinturas y copias da por hecho que se trata del mismo autor pero no se atreve con la cuestión de cuál fue primera. Ahí queda eso para jodienda de los franchutes que tenían a la Gioconde y ahora resulta que hay otra tan igual -La Gioconda- que no podemos afirmar con rotundidad cual es la auténtica.
El público español no es ajeno y aplaude con ganas. ¿Porqué un alumno pintaría una obra exactamente igual a la del maestro? Si realmente era una modelo habría varios alumnos por lo que en algún momento aparecerán más Giocondas. El experto dice que todo esto no tiene sentido. Es cuestión de estudiar primero el asunto pormenorizado y con un rigor absoluto y luego hablar.
Es como si un alumno de Vivaldi compusiera las cuatro estaciones con tanta similitud que no pudiéramos distinguir cuál es de Vivaldi y cual es del alumno. ¿Qué sentido tiene? Ningún sentido. Se dirije al presentador. ¿Usted escribiría un Quijote tan parecido al original que tuviéramos fundadas dudas de cuál de los dos fue escrito por Cervantes y cual no? 
La duda ya está sembrada y ahora recogemos conjeturas, suposiciones, artículos de opinión de expertos, dimes y diretes. Esto va camino de convertirse en un problema de estado. Estaremos expectantes. Lo que tiene que hacer nuestro ministro de Deportes es un decreto ley diciendo que la Gioconda es la auténtica y sacarle un copyright. Salud.