viernes, 16 de marzo de 2012

Moradas, uno

He estado un buen rato suplicando a Nuestro Señor que hable por mi a través de la escritura. Yo no consigo atinar cómo comenzar y cómo seguir cumpliendo con el deseo de contar las cosas. Será que me falta fundamento espiritual para edificar el acto literario de la narración de los acontecimientos o cúmulo de sucedidos que pasan en la vida terrenal y en los que yo esté implicado directa o indirectamente o simplemente no tenga nada que ver. Todo para deleite de mi ego al escribir y al vuestro al leer, que no es poca cosa. Aquí sigo sin hallar las palabras para describir las bondades y la hermosura de lo que me ocurre porque me falta capacidad de entendimiento. Así es cómo es y que no hay necesidad de explicarme mucho porque ya me conocéis y sabéis de sobra cómo soy y lo que verdaderamente hago y cómo lo hago por lo que tendréis idea formada.
Lo que si vengo a decir y a diferencia de otras veces que algo parecido ha sucedido es que el uno de Marzo de este año del Señor he llegado a Madrid, que es capital, y he dispuesto todo para llegar desde el aeropuerto hasta el hotel en un tren subterráneo que han venido en llamar "metro". Ya veis lo que son las cosas y qué forma más extraña tienen algunos en poner nombre a las cosas. Pero es así y cualquiera podrá comprobarlo cuando quiera que yo no miento. Tal es así que sabiendo cómo soy y lo que hago vengo a decir y a firmar que el día citado, este metro, circulaba casi vacío. Irreconocible. Sobraba sitio para moverse con facilidad y asientos dónde reposar y descansar del ajetreado viaje y del transportar maletas. Si mi memoria no me engaña ni me falla pude contar, en un mismo vagón, hasta seis jubilados, cinco turistas, cuatro parados y un becario currante subvencionado intentando hacer un recado so pena de que se le aplique la nueva reforma electoral vigente. Me refiero, literalmente, a darle una patada en el culo de forma justificada y perdonadme la expresión pero me viene de inspiración divina. Os será de gran consuelo tener esta información y alabareis mi bondad al considerarlo por si queréis seguir mis pasos. Era un día laborable de Jueves y sobre la hora décima del mismo día.
Otra cosa que he constatado y de la que quiero dejar referencia escrita es que estamos en fecha aún lejana a San Jorge y por este motivo la gente todavía no lleva libros de vacilar ni de hacer que lee concentrado. Practican el ocio del transporte mirando a ninguna parte mientras el metro te lleva al lugar de destino. ¿Todos? No. Todos, no. Una señora bien fermosa originaria de Sa Roqueta o El Pedrusco -según se quiera mirar- saca un libro de su bolso y casi llego a creerme que lo lee con la concentración suficiente. Yo, en un sin querer, he cogido para este viaje y como libro de cabecera y de tiempo de ocio Las Moradas de Teresa. Me estoy dando cuenta, y seguro que tu también lo habrás notado, de que algo pegadizo es y se me habrá contagiado porque mi escritura resulta peculiar o particularmente extraña. Como de antiguo. Que digo yo que tenemos alma en el cuerpo y que nos dice cosas bonitas a las que hay que hacer caso para tener el favor del Todopoderoso que habita en nosotros -que somos su morada en la tierra- y lo digo yo que soy practicante del ateísmo verdadero aunque me encuentre en las propiedades de Rouco. O sea, en Madrid. Salud.
 

miércoles, 14 de marzo de 2012

Palmaditas

Ha salido publicado un libro. Pura narrativa y de la buena. Estructura literaria y sintaxis impecables. A las pocas semanas se ha convertido en número uno de ventas en varios países y traducido en varios idiomas. Es la obra de estreno de un autor entrado en años y que ha dado el paso definitivo de publicar. Aspiración de todos. Primero va el deleite de la escritura y luego la recompensa al esfuerzo en forma de verse respaldado por un público que te compra la obra para leerla.
Todo esto viene a cuento porque el protagonista de la novela es un octogenario que está en la misma residencia que Catalina M.J. de quien ya hice mención en alguna entrada anterior. A este octogenario lo conocen como el "Palmaditas". Es un revolucionario con ideario republicano que tiene, a su edad, un punto de lucidez permanente que explota para disfrute de su jubilación. Tiene familia pero poca. Son años. Palmaditas pasa de talleres de reestructuración o recuperación cognitiva y de adiestramiento en habilidades sociales, manuales, mentales y todas estas mandangas que algunos psicoterapeutas han puesto de moda para conservar un puesto de trabajo fijo aunque esto suponga tontear a los mayores. Como quiera que sea, Palmaditas tiene inquietudes y ningunas ganas de perder el tiempo sino todo lo contrario. Aprovechar cada minuto de su vida se ha convertido en una obsesión. No se siente cómodo y decide escaparse de la residencia de ancianos donde está alojado. Prepara una mochila con los útiles de supervivencia o subsistencia -según se quiera- y una noche salta por la ventana y se va.
Todo un mundo por delante. Todo el tiempo del mundo. El mundo a sus pies. Demasiadas ganas de ser libre y la convicción de que nadie le creará problemas. El cambio radical que le ha dado a su vida le sienta bien.  El octogenario Palmaditas está sentado en una estación de autobuses y observa como un trajeado se aparta de sus pertenencias. Nunca ha delinquido pero la adrenalina le puede. Necesita esa dosis de morbo en su rutinaria vida. En los baños de la estación abre el maletín que acaba de coger al descuido y observa atónito una gran cantidad de dinero que seguramente nunca podrá gastar. Todo seguro que no. Libre y con pasta podría ser el título del libro. Busca un hostal y una habitación con baño. Aseado. Peluquería. Tienda de moda y ropa nueva con la que parecer un pimpollo. Irreconocible. Parece más joven, más guapo, es más rico y es más libre. Se hace amigo de algunos jubilados que pasan el tiempo -o lo matan- sentados en un bar. Hablan, ríen y se cuentan historias de su vida. No le asusta la novedad ni la soledad del momento. Pasará. Vive a tope y ya le falta tiempo. Se mueve y pasea. Compra cosas para él y sus amigos. Asiste a conciertos. Va al teatro y al cine. Lee las novedades editoriales. Compra un lote de libros y los empaqueta para mandarlos a Catalina M.J. junto con un ramo de flores. Lo que sea porque será lo último. Hasta que el cuerpo aguante o el dinero se termine.
Una mañana aparece la policía. Buscan a alguien que gaste mucho. Los jubilados no saben y no contestan. Nadie sospecha de Palmaditas porque es octogenario. El dinero está guardado donde debe. En un calcetín y debajo del colchón del hostal donde se hospeda. A los bancos ni se entra. Cada día una locura. Cada locura un subidón de vitalidad. Cada subidón un motivo para seguir viviendo en libertad. Esta no es la jubilación que se había imaginado pero no le hace ascos a lo que le ha tocado. Una llamada de teléfono y habla con Catalina M.J. Se citan en una cafetería céntrica. Se alegran de volver a verse y a sus ochenta y tantos años deciden planificar su futuro libres de las ataduras que el sistema ha planificado para los mayores. Qué cosas. La mejor historia de amor está por escribir. Salud.  

domingo, 11 de marzo de 2012

Prima matina

Fray Luis María está sentado en una sillería de cedro con elementos manieristas y con la eñe grabada en la parte superior. Toca la primera oración de la mañana y todavía no ha amanecido. Mientras su mirada parece estar perdida esboza una sonrisa de carácter irónico y cargada de cinismo. Su cabeza está llena de ideas que tiene que domar, dar forma y pulir y esto pesa por lo que apoya la mano izquierda en su barbilla y con dos dedos apretando el moflete que lo hace desviar hacia adelante. Tiene que pensar lo que luego va a escribir y cómo lo va a escribir. Siempre con la iluminación divina que en su infinita bondad guiará su pluma con rectitud hasta conformar un texto envenenado contra lo que sea -se mueva o no-. Esta mañana plomiza y fría toca Educación para la Ciudadanía. Cree Fray Luis María que Don Francisco no estuvo del todo acertado con su Formación del Espíritu Nacional. Entiende, desde su ignorancia, que Don Francisco fue un dictador emergido de una guerra civil. Hay que rezar mas. Es evidente que Dios no inspira suficientemente a Fray Luis María porque en realidad, el dictador, emergió antes y luego fue cuando montó su guerra civil para deleite de su ego y el de sus generales. Todavía hoy, setenta y cinco años después, muchos de los que no compartieron su ideario -los contrarios, los malos, los enemigos, los rojillos- tienen sus huesos abandonados en las cunetas.
Cuenta Fray Luis María con muy mala leche y en un entrecomillado que cuando hay socialismo el poder reside en el pueblo y no en sus gobernantes y se da un régimen de igualdad y libertades colectivas. Que es cosa de gente sensata y moderada y que es la única solución que tiene la gente de evolucionar adecuadamente en lo que respecta a la acción social. Lo escribe con mofa, con ironía e incluso rebaña pan porque piensa todo lo contrario. Parece ser que su Dios, en su magnífica providencia, hoy lo tiene un poco descuidado y así le va. También podría ser un problema de concentración porque tan de mañana y aún sin amanecer el cerebro descansa. Para mí, y sin ánimo de ofender, creo que necesita que se le aplique un programa de reestructuración cognitiva y entrenamiento en habilidades sociales y culturales además de un soporte farmacológico. Todo lo contrario que mi amiga Catalina M.J. de una de las entradas anteriores. Echa mano de la estadística y anuncia que cincuenta y cinco mil familias han solicitado, mediante denuncia, que vuelvan a poner religión. Que Educación para la Ciudadanía y el parchís no deben estar en las aulas.
Sigue en su entrecomillado para destacar que la victoria democrática del partido azul ya ha puesto remedio a este desmadre gracias a la competencia del Ministro de Deporte. Y lo escribe así de sencillo como si las victorias del partido rojo no hubieran sido democráticas. Ya al final de la primera oración y cuando Fray Luis María todavía sigue en babia ve un rayo de luz que emana del mismo universo y que al tocarle le obsequia con un punto de lucidez que no sabe aprovechar. Vuelve a entrecomillar para escribir que Educación para la Ciudadanía es un cáncer que hay que estirpar antes de que haga metástasis. Los autores de esta tropelía han sido desenmascarados y sus encubridores también. La asignatura de adoctrinamiento totalitario ha sido sustituída de forma fulminante. Por fín nuestros jóvenes podrán pensar libremente. Las ideas de Fray Luis María han sido como una premonición. Los jóvenes han empezado a pensar libremente y han decidido salir a la calle a pedir lo que es suyo. Lo que les toca. Alguna delegada del Gobierno que no aprobó Educación para la Ciudadanía  y no sabe pensar libremente se ha cabreado y ha actuado de forma inculta sacando a los nacionales a la calle.. El ministro de Deporte cree que los estudiantes y universitarios tienen más de lo que necesitan y ha empezado a recortar que es lo único que ha demostrado saber hacer. Así andamos estos días. Pero nos queda Fray Luis María que dice que sería bueno una asignatura de Educación para la Salud. Que nuestros jóvenes están obesos y no saben comer. Con esta nueva asignatura aprenderían patologías, prevención y tratamientos y en lo que dura la enseñanza obligatoria más los tres años de bachillerato ya saldrían con la carrera de medicina. Pues si es así, sea. Salud.

jueves, 8 de marzo de 2012

Crítica literaria

Quería leer. Tenía la necesidad de leer con la ilusión que uno pone en aquellas cosas que de verdad le interesan. Pero no podía. En la terraza no cabía nadie mas. El tiempo, cuando acompaña, invita a la gente a salir de sus casas, a quedar para tomar algo y a charlar de lo que sea. Simple excusa pero válida. El paseo marítimo en el que está la cafetería también está repleto de gente en un ir y venir a un ritmo ocioso y más preocupados por sus mascotas que por otra cosa. Al final conseguí abstraerme de todo y conseguí leer algo de un suplemento a modo de revista y con crítica literaria incluida. Cada página un autor con su foto. Foto de la tapa del libro. Número de páginas. Editorial y precio desorbitado. Luego todo un escrito sobre la obra, el autor, el autor con su obra, la obra en el conjunto, el autor en el conjunto de lo demás y la crítica literaria del libro en cuestión. Buena o mala según el crítico y su estado de ánimo en el momento de escribir.
No tengo por costumbre dejarme influir para nada de lo que escriba un crítico sobre un libro. Aunque suelo leerlo pero siempre a cierta distancia porque no son imparciales. He podido comprobar a menudo que sus opiniones distan mucho de lo que yo pueda pensar. Esta bien otro punto de vista pero nada más que esto. El crítico lee por obligación y no por devoción. Cobra para hacer este trabajo. Si el escritor es del agrado del crítico el resultado suele ser un gran libro con una construcción literaria excelente y un tema innovador llevado con maestría. El lado contrario puede ser una crítica feroz y un ataque frontal que puede dejar tocado al autor y a su obra. Por este motivo no es bueno leer a los críticos salvo aquellas personas que tengan criterio suficiente para no dejarse avasallar.
Cuando quiero leer algo busco un tema de mi interés. Narrativa, novela, ensayo, poesía, etc. Autor conocido que ya me ha gustado y cuyo estilo se adapta a mis necesidades. Otras veces no es así pero leo con la misma pasión aunque luego tenga que reconocer que no me ha gustado. Al final siempre soy yo el que decide y lo digo sin intencionalidad de influir ni de interferir. Justo tengo enfrente la crítica literaria del último libro de una autora consagrada al que el crítico de turno pone a parir de malas maneras. Que no es su estilo habitual. Que va a menos y no suscita el más mínimo interés. Que se extiende en algunas cosas y no llega en otras. Que utiliza terminología inadecuada o inapropiada para el estilo al que se ha apuntado y que no es el suyo. Que para escribir esto mejor haberlo dejado para otra ocasión con un mínimo de inspiración. Resulta que yo he leído este libro. Es el estilo que me gusta. La sintaxis que me gusta. El tema es de mi agrado y está equilibrado en sus momentos y en su desarrollo. Es decir, si yo hubiera sido el crítico literario responsable hubiera dicho todo lo contrario que el tal MECV.
Ser crítico literario no es bueno. No son gente de fiar. Cada uno debe comprar y leer con libertad y si luego quiere comentar lo hace opinando y sin intención de influir. Es lo que debería de ser. Salud.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Anti-Disturbios

Grupo de elementos que con la excusa de evitar un presunto disturbio generan uno mayor y de consecuencias importantes. Al mando, seguramente un descerebrado con bigotito franquista que calienta a estos elementos y los incita a la brutalidad. En un despacho, al estilo Barby, la delegada del gobierno de turno con resentimiento caciquil porque nunca consiguió terminar una carrera por sí misma y si lo hizo fue por las influencias de sus progenitores. Está donde está porque tiene carné que ha heredado de su papa.
Andan con paso firme porque se sienten protagonistas de una novela de terror o novela negra. Ninguno de ellos leerá esta entrada porque sólo aprendieron tres vocales y cinco consonantes. Aquí hay más y están mezcladas. Putada pues. Disfrazados como robots son pura anécdota de la historia, de la vida y de la realidad. Son pinceladas abstractas que reflejan un momento. Sus movimientos son aleatorios y sin orden. Lo repugnante es que dicen ser los defensores del estado del bienestar.
De pensamiento nulo y desconocedores de la palabra intelectualidad, sentido común o libro. Su vida se resume en una recopilación de anécdotas que no interesan a nadie. Sin biografía destacable y sin expectativas de futuro. No aportan nada a la cultura del país. Pura colección de sucedidos. Patético. Los instintos más básicos cuando se mezclan con las emociones y los sentimientos primitivos generan problemas de carácter ético. Atacan en grupo porque un adolescente estudiante con un libro en la mano resulta un peligro y es considerado un enemigo. Saben que hay una ley contra el maltrato pero la ignoran. No controlan su adrenalina y pierden las formas.
Puedo imaginar cuando llegan a casa después de un día agotador en la universidad o delante de un colegio tratando con estudiantes cultos. Huelen a testosterona y a buen seguro someterán a su mujer en la cama para luego quedarse dormidos. Es lo segundo que mejor se les da. Salud.

lunes, 5 de marzo de 2012

La baja

A los ochenta y siete años uno ya es mayor y que no se interprete como "viejo". Catalina se conserva muy bien pero es mayor y se ha dado cuenta. Dice que se ha caído y que le duele un brazo y una pierna. Le duelen tanto que casi no puede andar y a duras penas puede coger ciertas cosas. 
No apreciamos nada en la exploración y no se aprecian lesiones en las radiografías. Seguramente no tiene nada. Ella insiste que con tanto dolor que sufre no veamos nada y pensemos que todo es normal. Le indicamos un poco de reposo durante unos días y analgesia si procede. Catalina insiste en que deberíamos de ingresarla o por lo menos firmar una baja laboral. A ver Catalina, que esto no es posible. La baja laboral sólo se da a quien está en edad de trabajar y tiene un trabajo. Tu tienes ochenta y siete años cumplidos y llevas muchos años jubilada. No te podemos firmar una baja. Ella no lo entiende. Necesita la baja para poder justificar que no podrá realizar las actividades habituales durante un tiempo. Hasta que esté bien.
En el universo de su memoria y su razón no entiende la situación en la que vive. Su conciencia no encuentra respuesta. En su vida ya no percibe la armonía que busca y esto le genera inquietud, ansiedad y desasosiego. Pues si soy mayor y no estoy en edad de trabajar es porque debo descansar y hacer lo que quiera mientras mi cuerpo aguante. Lo has comprendido bien. Disfruta tanto como puedas. Vale, pues no es así. Un rato de conversación nos permite descubrir y entender lo que la inquieta. No puedo hacer lo que me gusta porque no tengo tiempo. Tienes todo el tiempo del mundo. No es así, espeta. La rigidez de los horarios en la residencia de ancianos donde vive no le dejan. Hay un equipo de asistentes sociales, personal de apoyo y un grupo de voluntariado para entretener que la mantienen ocupada y agobiada todo el día y cada día.
Nunca me hubiera imaginado una vejez metida en talleres de recuperación cognitiva y de la conducta. En entrenamientos de estrategias terapéuticas no farmacológicas y haciéndome un seguimiento especializado y una valoración de resultados en los que no se me consulta. Rodeada de ancianos que no colaboran y otros que son hipercinéticos y con tendencia a la distracción. Los que más son los sumisos que hacen lo que les dicen porque no tienen cosas mejores que hacer o simplemente no piensan. Catalina demuestra ser muy inteligente y muy culta. No se muestra complaciente con este tipo de terapias que intentan una atención sostenida para favorecer las relaciones interpersonales aunque al final la cohesión del grupo cae por culpa de alguno de sus miembros. Ella ha pedido que su terapia ocupacional e instrumental sea la lectura, la escritura, el ganchillo y ver la tele a ratos. Los terapeutas no le dejan porque esto no está contemplado en los programas que se aplican en el centro.
Aquí es cuando Catalina pierde el interés, se desmotiva y empieza a desarrollar una sintomatología ansiosa que roza la rebeldía a base de excusas para recuperar su libertad como persona dentro de la institución. Se muestra muy agobiada. No tengo tiempo para leer los libros que mi familia me trae. Ni escribir en unas cuartillas que tiene guardadas en su mesita de noche. Quiere hablar con sus amigas y a duras penas tiene un ratito en tiempo de comidas. Tiene las visitas restringidas para desarrollar los talleres. A mi edad tengo que hacer lo que ellos quieren y no tengo tiempo para hacer lo que a mi me gusta, me satisface y me llena. Catalina trasmite una cálida humanidad que inspira ternura. Queremos hacernos cómplices de ella. La agobiante severidad de los programas asfixia su libertad y la convierten en esclava del sistema y de todos los pseudocientíficos y terapeutas que se mantienen alejados de la moral entendida como el respeto hacia la gente mayor. A mis años esto es un sin vivir.
Se lo explico mirándola a los ojos y casi de forma clandestina. Voy a dejar constancia en el informe que tienes que reposar durante un tiempo largo hasta que vuelvas a vernos para un control y que durante este tiempo no podrás realizar las actividades habituales. Catalina busca mi mano, la coge y la aprieta y la besa como si yo fuera un obispo. Me obsequia con una sonrisa que me alegra el día. Salud.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Escribir

He considerado la cuestión y he llegado a la conclusión de que no permitiré que ningún sentimiento me impida expresarme como yo quiero y en esto pondré todo mi empeño. Dicho esto añado que hoy no es momento de escribir de política ni de políticos. No me siento tan desesperado ni tengo mono. Esta mañana he tomado la determinación de no hacerlo y habré de cumplirlo. Que para hablar de inútiles, chorizos, mangoneo, chanchullos, hipocresía, corrupción y de intencionalidad de crispar siempre le queda a uno tiempo y le sobran argumentos. Quede constancia que lo dicho anteriormente puede verse por separado o en conjunto. Lo normal es verlo todo junto en la misma persona. Cada uno lo verá según tenga retorcida la mente. Que la mía está sana. Habida cuenta de la situación actual que estamos pasando todo se ve posible y creible menos que le den a uno una trabajo fijo y bien remunerado. Modelo chollo, con sueldo de dirigente de UM y horario laboral de arzobispo. Hay una cosa más que quiero añadir. La relación que mantiene el editor de este blog con los lectores es de sensatez y respetuo mútuo. Como diría el cliente de un dentista, no vayamos a hacernos daño.
La conclusión a la que he llegado, pues, parece evidente. No creo que ningún político ni ningún representante de la iglesia católica lea lo que escribo. Aquí casi nadie dice nada. Resulta inquietante que las matemáticas y las estadísticas sean tan caprichosas. Este blog sólo tiene quince seguidores registrados -incuído Sito de Joferma que escribe de uvas a peras- y se avisa de su actualización a menos de la mitad. No obstante eso, el contador de visitas corre que vuela. A lo mejor no lo entiendo porque soy de letras. Cada entrada registra una media de veinticinco visitas. Pero tampoco voy a desvelarme por esta menudencia o anécdota menor cuando esta mañana había una cola inmensamente grande en las oficinas de recopilación de gente sin empleo y otra todavía más grande en un comedor de necesidad. La prensa ya no da cuenta de este dato porque ha dejado de ser noticia aunque leo que hay una político que tiene doce cargos con derecho a remuneración. Que la comida de despedida del cuerpo sin vida de Don Manuel costó cien euros por boca. Que algunos alcaldes regalan cosas a sus familiares y amigos y pagan con la Visa Oro del Ayuntamiento. Que los alumnos de algunos colegios pasan frío porque el gobierno no paga. Que la lista de pacientes para ser operados es interminable porque faltan facultativos y camas -los hay pero no se contratan-. Que los fiscales y jueces trabajan a destajo persiguiendo a corruptos que se quedan con el dinero de todos de forma indebida.
Espero, por tanto, que no tengais inconveniente en que dejemos estos asuntos para otro día y hoy tratemos de cosas importantes. De todas formas soy escéptico porque nada de lo que se escribe en este blog tiene repercusión alguna. Conozco perfectamente el significado de la palabra utopía. Estas entradas solo reflejan inquietudes que cuando las escribo me producen placer. No por lo que escribo sino porque puedo escribir. El placer radica en la escritura en sí misma, no en su contenido. Soy lo que soy y esta es mi grandeza. Buscar tema no me supone trabajo. El esfuerzo radica en la construcción literaria de la entrada. Confidencialmente he de confesar que hablar contra los políticos me produce cierto placer al principio aunque después me queda muy mal cuerpo con náuseas incluídas. Terminamos el mes de Febrero del año dos mil doce. Como otro cualquiera. Alternando días de frío y nieve invernal con días de sol primaveral como hoy. Toda una locura. Salud. 

domingo, 26 de febrero de 2012

Burocracia

Tengo un conocido que me comentaba el otro día que está enganchado a un blog cuyo enlace os pongo http://www.sindudaalgunavale.blogspot.com y al que le gustan las entradas que allí ponen porque son ingeniosas, divertidas e interesantes las cuales os recomiendo desde aquí.
Decía que tengo un conocido que tiene un amigo que hacía guardias localizadas en el que tenía que ser el mejor Hospital de Europa y se ha quedado en el peor por aquello de los recortes. Este amigo del conocido ha recibido una circular complicada de entender y curiosa de cómo se comunican los políticos con el pueblo en el tema de la sanidad. La misiva en cuestión intenta explicar el procedimiento a seguir, a partir de ahora, en este tipo de guardias. Viene a decir que no podrán hacerse salvo en casos excepcionales que decidirá el correspondiente jefe de cada servicio afectado siempre que haya hecho, de forma objetiva y pormenorizada, una memoria justificativa que remitirá al Director Médico del Centro Hospitalario. Éste, una vez haya comprobado la idoneidad de la memoria justificativa emitirá un informe favorable, o no, de la necesidad de hacer dichas guardias localizadas y la remitirá al Director Gerente del Hospital.
El máximo responsable del Hospital verá si tiene presupuesto o no para poder pagar estas guardias localizadas y en función de esto, y de nada más, emitirá informe correspondiente al Director General del Servicio de Salud de la Comunidad Autónoma siempre que, previamente, haya conseguido la firma y el visto bueno del Subdirector Asistencial y del Director Asistencial respectivamente -este último cargo está todavía por nombrar a día de hoy-.
Lo que empezó como una petición con una memoria justificativa se ha convertido en todo un dossier digno de la mejor tesis doctoral. Este dossier será remitido, convenientemente y por los cauces habituales en este tipo de cuestiones, al Subdirector de Gestión de Personal y al Secretario General -que no es la misma persona sino que son dos- quienes lo estudiarán y en su caso procederán a aprobarlo o denegarlo haciendo anotaciones al margen si fuera preciso para avalar su decisión. Llegados a este punto, todo lo recabado será remitido con la máxima celeridad a la Consellería de Salud para que la titular del mismo, informada concretamente por su grupo de asesores entre los que se encuentran algunas personas nombradas con anterioridad, pueda presentar el escrito petitorio al Consejo de Gobierno que preside el Molt Honorable President, en fecha y momento adecuado. 
El caso será visto y estudiado por el conjunto de Consellers en la Junta de Gobierno de los viernes -cuando toque- donde se aprobará o desestimará la necesidad de que los especialistas realicen guardias localizadas en el que debía ser el mejor Hospital de Europa. Al medio año de iniciar este recorrido y que he detallado para su mejor comprensión cada especialista ha recibido una carta de la Consellería de Salud, de la mano del Jefe de Servicio, en la que se anuncia que a partir de tal fecha se harán guardias localizadas pero no remuneradas porque no hay dinero y porque han sido catalogadas de Servicio Público Imprescindible y de máxima prioridad. El colectivo de profesionales ha decidido, en asamblea, no volver a solicitar ninguna petición de nada a nadie y que las guardias en cuestión se harán con los pantalones bajados para mejor deleite de todos los que han colaborado en esta pifia. Salud. 

viernes, 24 de febrero de 2012

Los otros

Es director de artes escénicas y se dedica al teatro. Dirige obras inéditas. Para reposiciones están los otros. Aquí se estrena. Una cosa es escribir un libro o componer una canción y otra muy distinta es escribir una obra de teatro. Ser dramaturgo implica la obligatoriedad de dar espectáculo que es a lo que va la gente. El público quiere evadirse y necesita algo grandioso que entre por la vista y el oído. No hace falta que llegue a la mente. A un gran espectáculo dramático no se va a pensar sino a divertirse. Es una opinión. Incluso la podríamos dar por válida pero tendríamos que matizar.                                    
Al hilo de todo esto, una socióloga ha manifestado que todos llevamos una carga erótica innata con la que nos ha dotado la naturaleza. En este tipo de artes escénicas grandiosas como la ópera, los musicales o la revista, este capital erótico debe potenciarse y ponerlo a disposición del espectador para su deleite y diversión. Aún más. Los niños guapos aprenden antes y más rápido a moverse en sociedad y si saben gestionar estas emociones sobre un escenario tienen garantizado el triunfo personal y el de la obra en su totalidad. Las personas atractivas tienen una gran capacidad para atraer amigos y esto es lo que busca este director que se dedica a estrenar grandes obras. Repetirlas es como hacer fotocopias y esto lo hacen los otros.
El hecho de provocar deseo en el público hace que la obra representada guste más. Este tipo de obras grandiosas no precisan de un planteamiento narrativo interesante. Necesitan una puesta en escena impecable en vestuario, luces y sonido. Que empiece la función. Personajes como los que estoy describiendo no abundan en el mundo del espectáculo. Hay gente mona, gente guapa y gente con buen gusto por hacer las cosas. Necesito, además, gente provocadora con una carga sensual y erótica que atrape al espectador para que el espectáculo sea un éxito. El público repite.                                    
Todo lo dicho hasta ahora también está avalado por un grupo de neurobiólogos que dicen que el amor a primera vista existe y dura sólo unos segundos. El cerebro es quién regula todo lo del amor y la sensualidad. Lo han descubierto a través de imágenes del cerebro. En cuestión de segundos a partir del estímulo se ponen en circulación todo tipo de hormonas y neurotransmisores y surge el amor, el deseo y la erótica del placer. Pues con todos estos avales, el director en cuestión y que ahora nos ocupa, simplifica la puesta en escena a lo ya comentado. Actores y actrices atractivos que sepan utilizar esta carga erótica en el escenario y que atrapen al público. Encontrarlos no es fácil. Están, pero hay que buscar.                        
Hay otro tema que este director que estrena también maneja. Según la ideología política que gobierna en un momento determinado funciona un tipo de espectáculo u otro. La intelectualidad y la cultura se mueven en géneros distintos al tiempo que la política. Esto es así, explica, aunque no sabe a qué se debe. Pero lo intuye. El único estudio que se ha realizado al respecto es la observación. El tema que elijo va con la ideología política y el momento o coyuntura.
Añade algo que suena a tópico. Cuando la izquierda llama moviliza la intelectualidad y la cultura. Cuando quién llama es la derecha acude la iglesia y los devotos de la familia cristiana. La derecha traga con cualquier cosa sin más. La izquierda es más exigente en el tema, el tipo de espectáculo y la parte cultural del texto. Cada signo político es referente de algo. Hay que conocer todos estos temas cuando vas a planificar una obra de estas de las grandes. La meta es importante, pero más lo es el camino elegido. Un camino equivocado no te lleva. El mundo del espectáculo es así. Y es lo que hay. Y este director lo conoce y así de bien le va. Salud.

martes, 21 de febrero de 2012

La reconquista

Fin de semana de este invierno tan frío que estamos padeciendo. Mañana del todo desapacible. Lloviendo y nevando a partes iguales junto al mar. Hotelito con nombre de ave repleto de jubilados alemanes y algunos autóctonos. Pongamos que hablo de Mallorca. Tempranito y bajando desde la cuarta planta por las escaleras por aquello de quemar calorías hasta el comedor. Por cierto que me han dicho que las calorías son unos bichitos que de noche se meten en tu armario y encojen un par de tallas la ropa. Pues será así. Hay tres o cuatro camareros. Pocos por la cantidad de gente que estamos. Será por la crisis. Será. Nadie nos recibe. Esperamos y nadie nos recibe. Pillamos una mesa bien situada. Desayuno apropiado y completo de los que hacen que estés más tiempo buscando y trajinando comida que sentado y dando buena cuenta de ella.
Ya casi terminamos y aparece un súbdito de Doña Ángela que nos mira fijamente y con cara de mala leche o de haber dormido mal. Con una mano sostiene una taza de te y en la otra lleva un plato de comida de engorde y con colesterol. Silencio mientras nos miramos. Empieza una acalorada comunicación no verbal. O verbal pero incomprensible por ambas partes. Él habla alemán que yo no entiendo y yo hablo mi mallorquín que él no entiende. Otra colega y su mujer se unieron al embrollo. Nos comportamos como mal educados porque hablábamos con la boca llena. Al poco supimos de qué se trataba y dimos un paso más. Fuimos un poco más mal educados. Yo vine a decir, más o menos, que el primero que llega escoge mesa y maricón el último. El que más pronto se levanta mea donde le da la gana. Que estamos en Sa Roqueta y que si no les gusta que sepan que el aeropuerto se llama Son San Juan. Los germanos cabreados fueron a buscar un camarero y aparecieron los cuatro. Es lo que tiene ser alemán. Fíjate lo que son las cosas. Como si su dinero tuviera más valor que el nuestro. Las sospechas estaban fundadas. La mesa del lugar privilegiado estaba asignada a los jubilados extranjeros. Nosotros, los de aquí, teníamos reservadas otras amontonadas junto a la puerta del comedor. Que teníamos que haber preguntado. Es que no había nadie. Pues haber esperado que hay mucho trabajo. Que no se les olvide para otra vez. Vale. Caras de circunstancia bien distintas. Ellos dieron por perdida la batalla y se vieron obligados a retroceder a otra mesa menos privilegiada. Nosotros con la alegría del que empieza la reconquista y gana la primera batalla. Que se corra la voz. El tiempo estaba aliado con nosotros y otra vez se puso a llover y a nevar a partes iguales. Con cariño para los que vienen a buscar sol y moscas. Este día no había.
Anécdota a parte, entiendes la tontería de la política lingüística. En este tipo de negocios el catalán no es un requisito ni un mérito ni nada. Priman otras lenguas. Las que dan dinero. Cuando los súbditos de la reina de Inglaterra o los de Dña. Ángela vienen tienes que saber si quieren un té, una copa o un refresco con patatilla. Si no los entiendes no vienen. Si no vienen los hoteles cierran. Si cierran no hay trabajo. Si no hay trabajo no hay dinero. Y todo esto no interesa porque no es bueno. Nosotros ponemos los hoteles, el sol, las moscas y el personal cualificado. Ellos ponen la pasta. Pero hay una línea roja que no se puede traspasar y quedó marcada. Nosotros empezamos la reconquista y ellos se batieron en retirada a otra mesa. Un gran paso para nuestra historia. Yo ya lo he incorporado a mi currículum. Salud.