jueves, 11 de octubre de 2012

Sin prisa

Escribir en el blog me relaja. No preciso la celeridad de la inmediatez. Que ya es mucho. No tengo necesidad de actualizar la actualidad. Esto de: Ahora mismo o ya no me sirve. No es mi caso. Ni mucho menos. Es un sentarse relajado delante de un papel en blanco -una libreta de bloguero- que la llamo yo. Desarrollar un tema o darle forma a una idea. Relatar un sentimiento con todo el tiempo del mundo por delante. El tiempo que haga falta. Lo necesario porque aquí no hay prisas. Luego de todo esto, lo que quede escrito, será leído tantas veces como haga falta para darle forma y consistencia. Corregirlo y pulirlo hasta que quede listo para ser publicado. Es así. Debe ser así para que funcione y yo esté satisfecho conmigo mismo. Es artesanía del arte y de lo artístico. De la plástica de la escritura y de la sintaxis. De lo que ves, oyes, piensas y luego escribes. Pero sin prisas. Lo dije antes. Esta es la pretensión del blog.
Quien lee hace lo propio. No encontrará noticias de actualidad que terminan de suceder. Tampoco se puede entrar con prisas y echar una ojeada. Esto no funciona así. Cada entrada se lee al ritmo que se toma un café. Se sorbe cada palabra y cada frase. Cada párrafo. Es una degustación. Una cata. Busca sabores, gustos, aromas, matices, colores, texturas, formas. Hay que entenderlo en su justa medida y en sus justos términos. Tampoco tiene que haber celeridad por parte del lector. Se lee a conciencia o no se lee. Hay que buscar el momento. La predisposición. El instante de la empatía literaria. O no se hace. Cada uno debe dibujar en su mente la idea que se quiere transmitir. Con lo que está escrito y con lo que se ha callado. Encontrar el punto de encuentro ideal entre lo escrito, lo que se lee y lo que se entiende de lo que se ha leído.
Todas las palabras tienen su propio significado en sí mismas. Estas mismas palabras deberán ser matizadas en el contexto y podrán adquirir otro significado. No hay otra forma de hacerlo. Insisto en que esto es un blog. Son relatos breves. Puro ensayo de ideas, de emociones y de sentimientos. Es un estilo de vida y una forma de entender la vida. No se confunda con un periódico, con una revista rosa, un tratado científico o una reseña histórica de la historia. Entendimiento literario entre dos personas que intercambian puntos de vista y sensibilidades. Pero ante todo tiene que producir satisfacción en todos. Un regusto agradable en la mente y en el alma. Decía que es un ensayo. Un explorar ideas sobre temas importantes, o menos. Es buscar puntos de encuentro entre lo que pienso y escribo y lo que piensa quien me lee. Tiene que haber una intencionalidad, a priori, de complementarse. Un intercambio cultural. Aunque luego no sea así. Que podría ser. Como no. Es la justificación de este blog. Se intenta la perfección aunque no se puede objetivar. Incluso voy a dar por buena una cierta imperfección casi perfecta. Se pretende intensidad en lo que se escribe. Siempre. Pero el umbral de lo aceptable puede variar de un lector a otro. Lo importante es que cada uno tenga su parcela. Su punto de encuentro lo más real posible.
Utilizo un estilo mixto que me resulta cómodo. Un conversar con el lector sobre temas diversos y buscar puntos de referencia y de encuentro. A veces reconozco que dejo deslizar la pluma sobre el papel en blanco y que escriba lo que quiera. Le doy libertad de movimientos y puedo llegar a asombrarme. Escribo descalzo para que el zapato no apriete y las ideas fluyan con más libertad. No me gusta utilizar palabras que precisen de diccionario de cabecera para ser entendidas. El vocabulario coloquial de andar por casa resulta. Es respetuoso y es agradecido. El vocabulario soez no hace falta. Este que utilizamos en la cola del super un día de cabreo y crispación y que además hay alguien que intenta colarse. Carallo.
No tengo que convencer a ningún agente literario ni a ningún empresario editorial. No tengo que escribir para privilagiados. Lo hago para mentes modestas y sensibles. En el fondo hay un cierto pánico encubierto y disimulado. Nos estamos acostumbrando a las prisas y a la inmediatez. Intentaré alejarme lo más que pueda de todo esto. Si cuando escribo estoy en el entorno adecuado se nota y si el que lo lee también está en el entorno adecuado, también se nota. Pues queda dicho. La construcción de cada entrada se seguirá haciendo así. Salud.

lunes, 8 de octubre de 2012

La galería

He visitado una galería de arte. Todo un reto para los artistas, para el galerista y para el espectador en busca de sensaciones nunca antes experimentadas. Un reto a la capacidad de asombrarte. De emocionarte. De no salir indiferente. Una grán fotografía en blanco y negro de un rayo saliendo de una nube negra. El rayo de la fotografía está quieto y desafiante. Me atrae. Me imagino el poder de la naturaleza . Es de una belleza infinita. Su densidad plástica no me deja indiferente. Justo dónde termina el rayo hay una casa. Es el objetivo. Una imagen agradable a los ojos de quien la contempla y desagradable para quién padece una tormenta de estas.
Sigo andando en busca de arte. Aparece en el fondo un sencillo marco en sepia. Me voy acercando. Una hoja de papel reciclado en rústico de color rojo. Bordes irregulares. En el inmenso papel hay marcadas unas rayas negras horizontales. Pequeños garabatos y otros tantos agujeros de distintos tamaños esparcidos. Como si las polillas hubieran estado antes. No acierto. No quiero pistas. Cierro los ojos un instante. Vuelvo a abrirlos y lo veo claro. Es un libro abierto con todas las páginas a la vista. Las líneas son subrayados del lector. Los bordes irregulares implican un libro leído y releído infinidad de veces. Tiene que ser bueno. Los garabatos son anotaciones al margen. Tiene que haber gustado mucho. Los trozos que faltan son párrafos que el lector ha memorizado y ha hecho suyos. Ya no le pertenecen al escritor. Ni al libro. Le pertenecen al lector. Es un libro precioso escrito con maestría. Color rojo indicativo de calidad literaria. Belleza literaria. Sintaxis perfecta. Historia de amor y desamor con final feliz. Pende de un hilo anclado en el techo. El poco aire que circula por la galería lo mueve de forma pausada y ordenada. Es una historia real. Personajes inquietos que se explican mientras los miras. No se el tiempo que he tardado en leerlo pero me ha gustado mucho.
En el otro pasillo hay un pedestal de madera sobre el cual descansa una escultura de tamaño medio. Simboliza una maternidad. Una madre con un bebe en brazos elaborado en terracota. No es una maternidad cualquiera. Es especial. Impresiona. Es una imagen desgarradora. El hijo que tiene en brazos está muerto. Ella no se desprende de él. Lo sujeta con fuerza. Madre e hijo se funden en una escultura de especial belleza. Por el significado. La sensibilidad del momento me eriza el vello. El gesto de la madre es natural dadas las circunstancias. De la madre se deducen los ojos más bonitos del mundo. Joven ella. Los ojos hundidos por el dolor. Las pupilas pequeñas porque están de luto. El artista ha comprendido y ha conseguido expresar la belleza del dolor. Empaticé con la madre. Rabia contenida por la crueldad del hecho. Fue un encuentro útil para mí. En esta galería no puedes practicar la indiferencia. El autor es un artista de las artes plásticas.
Otro cuadro de grandes dimensiones. Colocado deliberadamente en el suelo y apoyado a la pared con una suave inclinación. Es un papel que contiene un escrito. No puedo leerlo porque no conozco las letras. Me resultan atractivas pero no las distingo. Veo palabras que forman un texto. Son palabras dibujadas. Es geometría de las letras. Dibujo de las letras. No entiendo nada pero no pedo dejar de mirarlo. Es interesante lo que pone. Un tratado de filosofía escrito en alguna lengua muerta. Trazados casi perfectos. Al rato intuyo un mensaje. Es una metáfora de la vida que me obliga a reorganizar mis ideas.
Al final del recorrido me encuentro con una pared inmensa y un sólo cuadro en el centro. El cuadro de los relojes y del tiempo. Fondo azul. Un hombre con mil caras rodeado de cientos de relojes. Cada uno es distinto a los demás y marca una hora distinta de los demás. El tiempo existe porque existen los relojes y el tiempo pasa porque lo dicen los relojes. Este señor quiere huir del tiempo y de los relojes pero no puede. No quiere agobios. No quiere llegar antes ni tarde. Es esclavo del tiempo. Como todos.  Impresionante expresionismo. Lo miro y pienso en las horas, minutos y segundos que han pasado por mi vida y que no habré vivido. Ya no puedo recuperar nada de esto. El tiempo no es oro. El tiempo es tiempo y es valioso.
Salgo de mi asombro y me doy cuenta que estoy solo en la galería. El dueño, cuando entra alguien, cierra la puerta. Nada está en venta. La cultura y el arte es patrimonio de todos. Salud.

jueves, 4 de octubre de 2012

Port des Canonge

Las campanas sonaron a ocaso, a retiro, a descanso. 
A cerrar calles y plazas, hasta el día siguiente.
 
Yo en la playa. Acompañado por el mar y las estrellas.
El mar viene manso a morir a la orilla. Sin romperse. Sin espuma.
 Las sombras enmudecieron. En la oscuridad agobiante. Invisible.
Mientras, ando por la orilla. Descalzo, sobre la arena.
No he visto huellas. Miro hacia atrás pero no dejo huellas.
Extraña sensación. El mar me las borra en la oscuridad.
 
Sentado en la orilla. La inmensidad del firmamento.
Una estrella brilla más. Me enamoro de ella.
No quiero ir a descansar. Me quedaré aquí. Para mirarla.
En la oscuridad más absoluta. En el relajante silencio.
 
El universo, tú y yo. Irremediable paz interior.
La luna como testigo. Desde lo alto del firmamento.
Nada me sale. Quiero decirte. Nada digo. 
Tu brillo me confunde. Ese brillo de estrella. Que enamora.
 
No todo es leer ni todo es escribir.
Mirar. Sentado en la arena de la playa. Mirar y esperar.
Mejor si es noche cerrada. Que siga cerrada.
 
Nadie en la noche nos molestará. Noche de final de verano.
Te irás con las primeras luces. Yo también.
Nos iremos al mismo tiempo. Como hacen los enamorados.
Se que mañana volverás. Yo también volveré.
Me conocerás por el perfume de mar. Yo por tu brillo.
Con la mirada nos diremos cosas. Sólo con la mirada.
 
El sol se ha escondido detrás del horizonte del mar.
Han vuelto las sombras y el agobiante silencio.
El pescador que conoce las estrellas ha dicho que no existes.
Entiende de estrellas, por no de brillos de amor.
 
Hoy el mar viene revoltoso a la orilla, espoleado por el viento.
Ni siquiera la espuma que moja mis pies me molesta.
El pescador cree que estoy loco. No entiende de enamoramientos.
La cantidad de cosas que nos decimos. Sin abrir la boca.
Nos volveremos a ir juntos como hacen los enamorados.


domingo, 30 de septiembre de 2012

Canela en rama

Sale en la prensa que hay una profesión con futuro que es la de indigente o vagabundo y que está en alza . La profesión más buscada en el presente es la de fantasma. Nada nuevo. Cada vez hay más. Mi vecina no quiere ser ni una cosa ni otra. Ha hecho las maletas y se ha ido a vivir a otro país. Se ha llevado algunos recuerdos, el idioma y la cultura. Después de un tiempo sólo le queda el idioma. Además de vecina era mujer de letras. Escribía de todo y bien. Había días que nos juntamos para tomar café. Ella era de las de callar y escuchar. Decía que era fuente de sabiduría. Escribía bien de mañana. Como yo. Pero en las largas tarde-noches de invierno también gustaba de esparcir tinta sobre los folios. Formaba letras, palabras, párrafos y más. Los folios en blanco están para esto. Para que escribas en ellos. Eso hacía. Hasta que el fuego de la chimenea se convertía en brasas y cenizas humeantes. Utilizaba la sensibilidad de la mano que recibe energía de la mente, del corazón y del alma. De los recuerdos. No se desconcentraba. Había escrito recientemente que durante el sueño se desprendía del cuerpo para soñar con más libertad. Sin ataduras. Sólo habitaba el cuerpo de día. Cuando estaba despierta. Dormir sin cuerpo le impedía tener pesadillas. Así lo hacía y sólo soñaba. Desde que empezó a escribir con asiduidad tuvo muchas experiencias. Pero seguía teniendo sed de experiencias. Se mostraba celosa de todo aquello que la inspiraba. Pero seguía buscando la inspiración. Si otros la ven puede desaparecer, decía. Esto la ponía celosa más que otra cosa. Así era mi vecina. La que se ha ido a otro país menos bananero para seguir escribiendo con libertad.
Me ha escrito hace poco. Me dice que no se siente aislada por la lejanía. La distancia la une más a sus seres queridos entre los que me encuentro. Si ella lo dice será así. Me escribe cuchicheos y susurros con la boca cerrada y los labios sellados. Luego termina la frase con un ¿tú me entiendes, no? Sí. Yo la entiendo. Ha sido mi vecina durante mucho tiempo. A ella le dará lo mismo pero a mi me cuesta relacionarme con ella porque se encuentra demasiado lejos. He perdido su fisonomía. No recuerdo muy bien su cara ni su carácter. Ya no veo su silueta en las puestas de sol. Qué habrá ido a buscar a un país tan lejano, caramba. Libertad, me contestó. Le he dicho mil veces que la esperaré el tiempo que haga falta. Quiero seguir compartiendo su amistad, sus tertulias de café, sus consejos y su vecindad. Yo no voy a ir allí. Ella no piensa en volver aquí, de momento. Mientras, pues, nos relacionaremos en la distancia. Seguro que leerá esto.
Estoy leyendo a un poeta. De los de verdad. De los que escriben con la pluma y se inspiran en el alma. Dice que a veces hay cosas que le hacen llorar. No derrama lágrimas cuando llora de alegría. No hace falta. Sólo cuando llora de pena. Las lágrimas son para sacar las penas fuera, que dentro hacen daño. Qué bonito lo que escribe el poeta. No puedo escribir como él, pero le admiro. Mi vecina era una gran lectora del poeta y de muchos otros. Leía más allá de las letras escritas. Leía lo que realmente quería decir el escritor y luego me lo explicaba. Todos los libros llevan un mensaje oculto entre las letras. Entre las líneas. Entre los párrafos. Ella lo encontraba enseguida. Venía a casa y se ponía a leer hasta tarde. Alargaba el atardecer hasta el anochecer para tener más tiempo. Ahora estoy huérfano de vecina. No tengo a nadie que me explique lo que se esconde en las letras de los libros. La lucidez no dura todos los momentos del día. Uno sólo es brillante a ratos. Me cuesta convivir con esto. Desde que decidió irse a otro país ha dejado, en mí,  una cicatriz que a veces molesta y duele.
He llegado a pensar que había algo más que una relación de vecindad. Eso pensé. Hace algún tiempo que no se nada de ella. Ella no podría estar sin escribir. Seguro que estará escribiéndo. Usará un seudónimo. Seguramente. Ella escribía la actualidad agridulce. Para escribir penas y miserias había otros. En el otro país dónde está mi vecina no tiene que aguantar al dueño del chiringuito de la cultura que le ponga trabas a sus libros con impuestos desmedidos. El año que viene recorta un treinta por cien. Lo ha dicho sin sonrojarse y luego no ha dimitido. Se le irá el sueldo en orfidales. Si mi vecina estuviera aquí escribiría sobre esto. Me conviene ir abreviando y finiquitar esta entrada o parecerá el prólogo de una multilogía. Muchos libros que hablan de los mismo. Hacen que se agoten los pretextos para explorar emociones y sentimientos humanos. Estos sentimientos que se esparcen por el mundo y se diluyen con este invento que se llama emigración. ¡Vuelve vecina! Ahora mismo lo único que me queda de ella es el aroma de la canela en rama que ponía en las infusiones de las cuales era adicta. Salud.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Escribir relato breve.

Según consta en unos informes publicados de unos esudios recientes, a día de hoy, hay más gente que escribe que la que lee. Evidemtemente, así de entrada, este dato no es creible. Si todos los que leen tambien escribieran empatarían. Para escribir medianamente bien y no rozar la mediocridad ni la indecencia hay que leer. Lo que se escribe no sale de la nada -aunque sea creatividad-, sale de la reflexión y del pensamiento de lo que ya se ha leído. También puede uno inspirarse en las vivencias pero, para ser literalmente correcto, tienes que tener mucha letra leída. Toda la gente que lee no escribe. Así son las cosas en la realidad depués de tamizar los informes de los estudios.
En lo que sí convengo es que hoy en día es muy fácil escribir por la grán posibilidad de accesos a los que se dispone para hacerlo -otra cosa es que se publique todo lo que se escribe-, sea en papel o en digital. Entre editoriales, instituciones, ayuntamientos, fundaciones, etc. se contabilizan algo más de quinientos certámenes de escritura -literatura, novela, narrativa, ensayo, poesía, etc.- y la media de obras presentadas es de trescientas por certamen. Algunas de ellas, por su prestigio, superan las setecientas obras. Otras, en cambio, no llegan a las cien. Esto es estadística pura y de la buena.
Redactar una situación concreta es narrar una historia o parte de ella. El relato breve está de moda y ahora es el momento de escribir sobre ello. Todo se relaciona con la forma de plantearlo por parte del escritor. Si el autor es detallista el lector no tienene muchas opciones de aprovechar su imaginación. Ésta queda anulada. El autor o escritor se encarga de todo incluso lo pasa por el turmix para que los lectores desdentados puedan consumir. En sentido contrario, autor poco o nada detallista, lector libre de montar el decorado a su gusto. Imaginar. Cada uno tiene sus preferencias y le da horas y minutos a su imaginación. No queda otra. Hay lectores que sólo quieren leer sin tener que pensar. Otros, sin embargo, quieren leer y pensar y poner los complementos que creen oportunos. Cuando no hay detalles porque no se han puesto carecemos de referencias sobre el lugar dónde ocurre, en qué fecha ocurre, qué cara tienen los actores, qué cara ponen los actores cuando dicen alguna cosa -fruncen el ceño, lo dicen espetando, miran hacia ningún lado, miran fijamente, están tristes, lloran o están contentos, etc.-. No sabemos el lugar donde se desarrolla la acción -un bar, una casa particular, la calle, una plaza, un tren, etc.-. Desconocemos los nombres de los actores su historia y su edad. En un diálogo no sabemos quién dice qué ni si en algún momento se repite. No se nos dice si el actor cuando habla está sereno, sosegado, tranquilo, crispado, enfadado, sonriente, increpa, habla con incredulidad o convencimiento.
No hay pistas. Sólo está la historia que puede ser muy interesante en sí misma, o carecer de ella. Pero el que lee necesita más. Si el escritor no detalla traspasa esta función al lector con total libertad. En el relato breve hay que colaborar con el escritor imaginándo todo lo que he detallado que falta. Esto supone un esfuerzo mental y una colaboración activa con quien escribe. Por eso se llama relato breve. No porque sea breve en el sentido literal de la palabra, sino porque el escritor deja de detallar tantas cosas que la historia se cuenta en brevedad porque no hay espacio para nada más. A cambio de esto el que lee da rienda suelta a su imaginación.
Todo es literatura y cultura y todo es bueno. Cada uno sabrá lo que le gusta leer y a quién le gusta leer. Pues a leer mucho y a coger cultura que es bueno para la salud. Aunque algunos ponen pegas, otros somos especialistas en saltos de obstáculos. Salud.

martes, 25 de septiembre de 2012

La cultura

Escribe el golpista de pluma despuntada, pensamiento mediocre y mirada depredadora antes de abordarte. Escribe que le preocupa la cultura. Ya ves. Él que se comporta como un corcho en aguas turbulentas y tormentosas y que siestea acomodado en la ñ mientras los académicos debaten. Reconoce el golpista, nacido un año antes de nuestra gran guerra, que el idioma castellano es importante. Al teatro acuden un millón de espectadores más que a los estadios de los cuatro mejores equipos de fútbol de primera división juntos. Es importante pues el teatro y la cultura. Reconoce el golpista de pluma despuntada y pensamiento mediocre que crear un ministerio de cultura fue un acierto por parte de primer presidente socialista de la era democrática post franquista. Dice que España es una de las cuatro potencias culturales del mundo y podría convertirse en la primera gracias a nuestros escritores, pintores, arquitectos, cineastas, músicos, científicos, etc. que se mueven en la élite mundial de la cultura. Es cierto. Tiene razón. Incluso yo se lo reconozco porque no soy rencoroso con el corcho que siestea en la ñ.
Escribe que le escribió a Don Mariano diciéndole que no quería darle consejos porque había demostrado sobradamente que sabía equivocarse él solito sin ayuda. Pero que sería importante un ministerio de cultura fuerte. Cuanto más, mejor. No le ha hecho caso el presidente porque ha montado un chiringuito de playa y del deporte y, de paso, le ha añadido algo de cultura para que no se diga. Les importa menos que un pimiento. Le ha devuelto cierto favor al amiguete que en el congreso siempre pone cara de traspuesto como si se hubiera chutado algo prohibído. Con perdón. Este amiguete, en su inmensa incultura, está desmantelando el chiringuito que ya no sirve ni para desguace. No le inspira ni a su mujer. Que tampoco es novedad. Impuestos desbordados y agobiantes. Aumento de tasas para los que quieren aprender cosas. Supresión de becas y ayudas. Un sinfín de despropósitos encaminados a que la cultura española pase a ser una anécdota y quede al nivel de lo que desentierran en Atapuerca. Termina el de la mirada depredadora antes de coger carrerilla para tirarse sobre ti y morderte en el cuello que, dentro de unos siglos, nadie se acordará de los ministros de cultura pero seguirán leyendo a Cervantes y admirando a Velázquez y a Picasso.
Y para los que hablan de la generación perdida. Generación irrecuperable. Generación ni-ni. Pues que puede ser que algo haya. No quiero hablar de generación sino de personas. Hay muchas personas si-si. Gente que "sí" escribe o se dedica a la cultura y a la intelectualidad en cualquiera de sus facetas y "sí" triunfan en lo que están haciendo. Hay que tener ganas. Desperezarse a tiempo. Instinto luchador y faltos de miedo para afrontar el futuro. Hablar de generación perdida es ningunear a muchas personas. No es bueno generalizar en esto de la cultura. El dueño del chiringuito no les facilita el trabajo en modo alguno porque no le importan. Su mujer sí porque de lo contrario, no moja. El trabajo en caída libre hacia la esclavitud. Buscando alternativas y aportando ideas para salir adelante y los del gobierno pisoteando. No escribo una crítica. Escribo la realidad.
A nadie se le escapa que las expresiones culturales -sean las que sean- son connaturales a la existencia humana. Algunos siempre lo hemos entendido así y otros todavía no lo han descubierto. Lo cierto es que las personas tenemos una irreprimible tendencia a la cultura. Nunca antes ha habido tanta gente leyendo y escribiendo. Ambas cosas están al alcance de cualquiera. Incluso a mi se me está permitido, de momento, escribir en este blog. Ahora mismo que me siento inspirado noto como las palabras se expanden por sí solas. Tenemos sensibilidad y tenemos la obligación de decir estas cosas para que el chiringuito del deporte y la cultura no termine por los suelos. No lo tirará nadie en particular. Se caerá solo por falta de mantenimiento y dedicación. Se me ocurre la abolición inmediata del senado y su conversión en un auditorio de música clásica. Todos ganaríamos porque se le daría una utilidad que ahora no tiene. Algunas personas son capaces de destruir cualquier cosa incluso a ellos mismos. Pero no podrán destruir las estrellas. (Si algún pelele lee esto y no lo entiende sepa que es un eufemismo). Me refiero a todas aquellas personas que brillan con luz propia y que triunfan porque juegan en la primera división mundial de la ciencia y la cultura.
No hay dinero. Claro. Ya lo sabíamos. Lo primero es un aeropuerto con estatua oxidada en Castellón. Necesitamos con urgencia una carrera de "administrador de dineros públicos honesto". De momento tenemos que tragar con estos que calientan butacas en el congreso y sillas en el bar. No me olvido del golpista de pluma despuntada. Mentalidad mediocre. Escritura imperfecta e impertinente que a medida que cumple años parece que se haga de izquierdas. Ya ves lo que son las cosas. Este es un cambio positivo dentro de su propia evolución. Salud.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Un premio merecido

El último "Premio Principe de Asturias" de las ciencias ha sido otorgado a tres ilustres neurobiólogos cuyo nombre recuerdo perfectamente y escribiré porque toca. El premio no ha sido gratuito. Ha sido merecido. El cerebro humano es tremendamente complejo y su funcionamiento no se puede simplificar con teorías ocurrentes ni mediáticas. Esto es ciencia amigos.
Sabíamos que teníamos cerebro. Desde siempre. Conocemos la ubicación, el tamaño y el peso. Me consta que algunos homínidos lo tienen ubicado en otro sitio del que dicen los científicos. No daré detalles. Incluso ceo que el peso podría ser negociable. Sabemos que algunos personajes son unos descerebrados. No tenemos la certeza de que todos utilicen el cerebro o lo hagan de forma adecuada. Algunos llevan activado el limitador. Ahora sabemos algo más que se nos antoja espectacular. Estos neurobiólogos han descubierto que el cerebro humano sigue creando neuronas constantemente, incluso en la edad adulta. Es un grán avance científico porque se abre una linea de investigación en el tratamiento de enfermedades -agudas o crónicas- pero siempre neurodegenerativas. Y esto bien merece un premio.
Altman constata de la existencia de neurogénesis en el cerebro adulto en contra de lo defendido hasta ahora. Rizzolatti descubre las neuronas espejo. Estas que se activan cuando un individuo observa a otro realizar una acción. Son la clave de la empatía, ya que su papel es fundamental para entender los sentimientos del prójimo. Algunos bípedos no tienen ni tendrán neuronas espejo en su vida. Es una opción de vida. Les importa un carajo empatizar con nadie. Pues nada. Álvarez-Buylla nos permite conocer mejor cómo se forman, migran y se diferencias las neuronas en el cerebro jóven y adulto. Ha dado con la clave para saber cómo se regeneran, lo que abre la posibilidad a futuras terapias reparadoras. Hace falta investigar si todas las personas son susceptibles de que se les pueda aplicar este tipo de terapia reparadora o es mejor dejarlo e invertir en otras cosas. Cada cual opine.
Un lúcido análisis de la situación en modo filosófico, metafísico, esotérico y cosas así nos dice que muchos homínidos bípedos de la era del homo requetesapiens y del homo sabelotodo nunca llegan a utilizar sus neuronas ni siquiera las de leche. ¿Para qué necesitan más, pues?
Todas las personas tendrían que pasar un corte. Exigirles un mínimo. Damos por buena las teorías de que tenemos cerebro, neuronas, neurotransmisores y pensamiento racional. Quien no aproveche esto de forma deliberada que se les nomine para ser expulsados de la humanidad como en un Gran Hermano. Si alguien montó todo el tinglado del cosmos, la tierra, un tio y una tia y una jodida manzana en siete días y de la nada, nosotros en el siglo veintiuno, con todos los recursos imaginables y tanta tecnología podemos demostrrar que estos premios están bien dados porque las teorías son verídicas. "Yes, we can". Salud.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Aburrimiento

Amaneció antes que el sol. Nunca permitiría que fuera al contrario. Estiramientos deportivos profesionalizados y personalizados dentro de la cama antes de poner los pies en el suelo. Organización mental del día. Nada significativo. Nada de interés. Lo de siempre, como siempre. Un rato para despejar la mente y aclarar las ideas. Respirar aire limpio después de abrir las ventanas. Desintoxicarse de la noche aunque todavía es de noche. O es de día pero sin haber amanecido. Qué más da. Cuando salga el sol él le estará esperando. Como cada día.
Destino trabajo. Callejear los últimos metros para relajar músculos  y tensiones. Cuando entra en la oficina el conserje le saluda y le ofrece el parte meteorológico que la noche anterior memorizó del telediario. ¡Buenos días. Hoy tendremos temperaturas suaves similares a las de ayer. Nubes y claros. Dónde haya nubes habrá posibilidad de que llueva. Dónde haya claros lucirá el sol! Gracias. No hay como un buen parte meteorológico antes de empezar la jornada laboral. Es imprescindible sobre todo si no piensas abandonar la oficina en todo el día. Mas que un trabajo rutinario parece un tratado filosófico sobre el aburrimiento. La fosilización de las ideas para que perduren intactas para los tiempos eternamente. Después del conserje viene el momento secretaria. Señora amable y educada donde las haya. Eficaz en el trabajo. Señora que lleva años detrás del contrato fijo y que no ha perdido la esperanza. Una aspiración de siempre y de muchos. Sonrisa amplia y buenos días sonoros. Que no haya dudas. Café solo, largo, descafeinado y con un terrón de azúcar. 
Cuando cierra la puerta del despacho empieza la desazón. La experiencia de la soledad. Andar y desandar sobre la moqueta sin zapatos porque resulta relajante. Nunca imaginó un trabajo así. Leer rápido y mal lo que otros han leído rápido y mal. Cuanto más mejor. Es asesor de una editorial y ésta publicará lo que él diga. El resto se devolverá. Se comprarán los derechos a algunos no fuera que con el tiempo cogieran nombre. La editorial tiene que estar preparada y tener algo escrito del tal escritor que tiene prisa por publicar. De vez en cuando hay que parar. Se quita las gafas y masajea sus sienes. Un vaso de agua fresca. Acomodar la vejiga. Lavarse las manos. Estiramientos deportivos profesionales y personalizados. Adecuados al despacho. Vuelta a seguir. La gente lee por placer. Él antes era uno de ellos. Ahora lee por obligación. Es su trabajo. Un trabajo de responsabilidad. Una edición que no se vende bien son pérdidas y los mandamases te lo recuerdan a cada momento. Hay que leer más y mejor. Esto no se tiene que repetir. Las alegrías sólo vienen cuando hay que reeditar. ¡Buen trabajo! Con autores consagrados ya ni lees. Editas directamente porque más pronto que tarde estará todo vendido. Los noveles siempre son una incógnita. La suerte no siempre acompaña. No te sirven de nada todos los sentidos porque no te enteras por falta de tiempo.
Ha conseguido tener éxito porque tiene truco. El éxito le ha proporcionado despacho propio. Conserje con parte meteorológico y secretaria con sonrisa y café en busca de contrato fijo. Hay que mantenerlo. Tiene varias cuentas en una red social. Sigue a cualquiera que se ponga en el camino. Retwittea algunas cosas de los que sigue para mantenerlos al tanto. Algunas menciones y otros tantos favoritos. El trabajo consiste en poner frases sueltas y cogidas al azar de los manuscritos que tiene que leer y opinar. Copia y pulsa tweet. A esperar. Algunos programas informáticos le ayudan. Se trata de contabilizar favoritos, retweets, menciones y seguidores. Vuelve a copiar frases cortas de sus manuscritos y pulsa tweet. Hace un seguimiento diario y pormenorizado de todo. Mantiene viva la cuenta con varios manuscritos al mismo tiempo. Recuento final y a la reunión del consejo asesor de la editorial. Lo que recomienda se vende bien. Ha publicitado el libro antes -tweet a tweet- y sabe los resultados antes que los demás.
Termina su rutina acogedora y a casa. Hace tiempo que le ronda por la cabeza ir a trabajar a otro país. Conocer culturas, gentes, paisajes y demás. Los compañeros le alimentan la fantasía para que no se vaya. Un día cogió y se fue. Al principio se puso en contacto para decir que escribía por placer y necesidad y tenía éxito. Luego dejó de comunicarse y no se supo más. Nadie ha vuelto a saber nada más de él. Si lee esto que sepa que le recuerdo con cariño. Salud 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Pitonisa

¿Lo viste? No. No lo vi. No me interesan este tipo de cosas. Hace tiempo que me di de baja de todo esto. He dicho en otras ocasiones que me aburre la política, los políticos y la interminable crisis que han inventado para recortarnos cosas.
Me importan un carajo los invisibles brotes verdes -esos que nunca nadie ha visto-. Formo parte de un pueblo daltónico que confunde el verde con cualquier otro color. Sobre todo el marrón. Los ojos de los políticos son los únicos que distinguen el verde.
No tengo por costumbre conversar con gente que miente cada vez que abre la boca. No les entiendo bien porque con la nariz larga no vocalizan lo que debieran. No quiero saber nada de todo este tinglado. Mucho menos si no puedo opinar en el momento y en directo. No lo vi.
Pues ha sido el programa más visto en su franja horaria. Así nos va. Reírle las gracias al cretino de turno no desgrava ni puedes incluirlo en el currículum. En esto estaba antes de empezar una sesión con una Pitonisa de las buenas. De las de pago. Clausuraban unas jornadas y por ser el último día montaron unas casetas a modo de consultas.
Era mi primera vez y me hacía ilusión a la par que sentía un hormigueo en el estómago. Estas también mienten pero no aburren. Pueden llegar a ser de lo más divertido. Son obvias. Me dijo que no era mi día de suerte para comprar lotería. Que no me molestara. Ya la he comprado bien de mañana. Pues no vuelva a comprar. ¡Oiga que yo no soy de comprar lotería a todas horas ni en cada esquina! Esto está bien. Le ayudará a ahorrar.
En ningún momento me miró a los ojos. Tenía su mirada puesta en un espejo que había colocado sobre una mesita camilla. Movía las manos en un  vaivén incontrolado. Como epiléptico y diera calambres. Hoy le consultarán cosas trascendentes. Cuide bien lo que dice. Al llegar a casa llamaron del CIS para una encuesta. Trascendental. Me preguntaron que si lo vi y qué me pareció. Colgué el teléfono.
Veo que tiene usted una fobia. Ve mal. Tengo varias y cada día aparece alguna nueva. El espejo no me dice a qué. Es igual. No se esfuerce ni fuerce al espejo. Yo se a qué tengo fobia y a quién. Siga mirando que me tiene intrigado. Eso de que te digan el futuro impone. Te tiene en tensión por lo que te puedan decir y que tu no sepas.
Perdone que la interrumpa pero en lugar de mirar el espejo y decirme esas cosas que no me importan ¿no podría yo preguntar?  Usted mira y me contesta. Como si fuera una entrevista. Ahorraremos tiempo y podré saber lo que verdaderamente me interesa. ¡Ah, esto no funciona así! Yo sólo digo lo que veo. Seguirá siendo así pero sólo tendrá que mirar aquello que yo pregunte por interés personal. Le advierto que yo nunca he trabajado así. Es contrario a las normas que precisamente se han debatido en estas jornadas. ¡Pruebe!
¿Viviré hasta los cien años? No me sale. No está en el espejo. Busque por vivir, por cien, o por años. Tiene que estar. Aquí levantó los ojos y me miró. Nuestras miradas se cruzaron. Se la veía inteligente pero enseguida comprendí que se dedicaba a esto para sobrevivir a la crisis. Estos datos tan exactos no se aprecian en el espejo. Puede que sí y puede que no.
De todas formas no se lo recomiendo. Cien años son muchos y llegan a cansar. Sobre todo las impertinencias de la vida. A los centenarios que vienen a consultarme les digo que tendrán salud y vivirán mucho. Se van reconfortados. Están desarmados y lo único que hacen es jugar al escondite con la muerte sin pensar que ella terminará por encontrarlos. Muchos no vuelven.
Me ha ido bien esta sesión casi espiritual con un final muy material. Cincuenta euros y la voluntad por conversar. Los amigos no cobran por conversar. Pues le ha salido barato. Hoy ponemos precios especiales porque clausuramos las jornadas. 
Queremos que esto sea una carrera profesional de grado medio y poder trabajar como autónomos. Mi amiga la Puri no sabe leer pero entiende los espejos. Pues cuando yo era pequeño teníamos una clase de lectura. La echo de menos. Leer algo que nos gustara a todos. No sólo lo que le gustaba al profesor. Algunos aburrieron la lectura por esto. La consecuencia es que la gente acude poco a las bibliotecas.
La gente acude mucho a consultas en las que tiene que esperar y no hay libros. Hay que llevar los libros al lector para que entretengan el tiempo. Es cosa de las librerías. Me da igual quién sea el responsable. Sería una forma de promocionar la lectura. A estas alturas tendría que ser normal acudir a una consulta y encontrar libros en lugar de revistas de cotilleo.
Tenemos que implicarnos e intentar elevar el nivel cultural de la gente. A la pitonisa que cobra por hablar y escuchar y que dice lo que supuestamente ve en el espejo le parece buena idea. Salud.  

viernes, 14 de septiembre de 2012

Madre soltera

Hay un escritor al que me gusta leer porque escribe bien. Le sigo. Me refiero a sus escritos. No somos amigos de tomar café juntos porque hay tierra y mar de por medio. Pero intercambiamos frases. Escribe desde la contemporaneidad pero se basa en los clásicos porque nunca mueren. Les cita cuando toca. Son buenos los clásicos y él. Anda ocupado en escribir su última novela. Todavía le falta pero lleva buen ritmo.
No es de madrugar. Utiliza sábanas pegadizas pero una vez que se ha desprendido de ellas ya no para. Es un argumento sencillo. Una madre soltera que trabaja fuera de casa, cuida a su hijo, trabaja de ama de casa y escribe su opera prima. El trabajo fuera de casa le lleva tiempo y dedicación. Cuidar a su hijo le lleva tiempo y dedicación. La casa le lleva tiempo y dedicación. Escribir su primer libro le lleva tiempo y dedicación. Todo junto representa una responsabilidad casi agobiante. Le he dicho a mi amigo de intercambiar frases que son demasiadas cargas para su protagonista. Demasiadas cosas para tan poco tiempo.
A este ritmo, su protagonista, no llegará a terminar el libro. Que la ponga en el paro. Que le libere del hijo. Que la una a alguien para compartir tareas. En definitiva, que le dé tiempo. Nada que hacer. Le debe esta novela a una amiga suya que vive esta misma situación. Va sobrado de energías, desborda vitalidad y sigue con el empeño. Lo hace bien. Es un homenaje a estas personas que luchan en la vida por buscarse un hueco. Un puesto digno en la sociedad. Cada tropiezo una experiencia. Cada caída una perspectiva. Los objetivos están claros porque sabe dónde está la meta y conoce sus posibilidades. El horizonte está lejos. Pues no perdamos tiempo.
Mi amigo de intercambiar frases visita regularmente a un psicoterapéuta de pago. Se tumba en el diván y larga gasta la afonía. El especialista toma notas y pregunta. A veces hasta pone pegas. ¿Tú te crees que el otro día me dijo que le dibujara lo que pienso? Yo no soy dibujante de ideas ni de emociones, ni de estados de ánimo y mucho menos de sentimientos. Yo escribo sobre estas cosas, no las dibujo. Soy de letras y se lo puedo escribir. Quiere dibujos. ¿Tú crees que en los dibujos verá mi estado de ánimo? Yo creo que me está vacilando para sacarme más dinero. Le digo, dibuja cualquier cosa que se te ocurra y a ver lo que te dice. Incluso puede que sea divertido y luego escribes lo que te diga del dibujo de tus emociones. Me contesta que el psicoterapéuta le ha comentado que lo ve hiperactivo pero que es normal a su edad. 
El otro día tuvimos un twitterencuentro y me puso al día. La novela sigue bien. Diríamos que está encarando la recta final pero ha tenido que parar temporalmente. El psicoterapéuta, al ver uno de los dibujos de las emociones, se ha deprimido. Cuando voy a la consulta él se tumba en el diván y me larga hasta la afonía. Yo le tomo notas y se las entrego para que las consulte. Me tiene absorbido por completo pero me encuentro mucho mejor. Cómo cambian las cosas según estés tumbado o sentado. Me dice cosas profundas y divertidas al mismo tiempo. Aprovecho para poner añadidos a las notas. Cosas que se me ocurren y lo tengo despistado. Interpretar el papel de aprendiz de terapeuta da mucho juego y me entretiene. Le he puesto a prueba y le he dicho que me dibuje sus emociones y sus sentimientos. Me ha pintado un esqueleto con un cráneo muy grande y desproporcionado. He preguntado a Google y me ha remitido a una www de Freud. He llegado a la conclusión de que quiere morirse. El caso se nos ha ido de las manos. Necesita a un psiquiatra de verdad.
Mi amigo de intercambiar frases ha retomado la novela. Me ha hecho caso y le ha buscado una pareja estable a la protagonista. La novela resulta menos agobiante y más reflexiva. Está satisfecho con los resultados. La novela tiene dos partes bien diferenciadas. Cuando se publique sabrá si ha acertado o no. El lector no se equivoca y emitirá un veredicto. Ahora no tiene psicoterapéuta. En los ratos ociosos dibuja emociones, sentimientos y estados de ánimo. Luego mira los dibujos, se inspira y escribe sobre ellos. Estoy convencido de que está loco pero no se lo he dicho. Salud

martes, 11 de septiembre de 2012

Interactuar

Se anuncia para finales de mes una conferencia sobre "fenomenología literaria". Quieren dar fuerza a ciertas ideas y retirar otras que no funcionan. Cuanto más interactúa el escritor con su público, más vende. El que mejor puede promocionar un libro es el propio escritor. A eso quieren llegar y por eso esa conferencia. Aproximar el escritor a sus lectores para que exista una relación distinta a la que conocemos hasta ahora. Las tertulias literarias han sido famosas desde siempre. Los propios contertulios se han dado a conocer a través de ellas y se han promocionado tanto como han podido. Los lugares de la tertulia también se han hecho famosos. Pero eran tertulias o conversaciones cerradas. Muy cerradas. Sin acceso a los demás. Al gran público. Sólo para el círculo de amigos más allegados o cercanos al escritor. Eran otros tiempos y otros escritores. Llegaron a formar generaciones de autores que hicieron fama por sus tertulias, sus escritos y porque todos los hemos estudiado en la escuela. Hemos leído sus obras por obligación y a veces por convicción. Vivían de espaldas a los lectores para los cuales decían escribir. Lo más cercano o próximo a ellos era alguna entrevista en televisión.
Las cosas, ahora, no son así. Por suerte para todos. Las redes sociales han cambiado la forma de ver y hacer las cosas y el escritor ya no se aparece lejano. Puedes seguirle en su cuenta literaria. Puedes preguntar, opinar, decir, leer e incluso mantener una conversación. Ahora el escritor al que sigues, al que lees y que te gusta por lo que dice y por cómo lo dice está al alcance de la mano. Incluso una buena mañana te levantas y al abrir el ordenador percibes, entre extrañado e incrédulo, que te sigue. Le dices algo y te contesta. Lo que pagaría por poder hacer esto con Umbral, Delibes o Saramago. Por poner un ejemplo. Los lees con más interés porque los conoces. Su perfil. Lo que les gusta o no. Lo han descubierto o lo han inventado y se ha puesto de moda. Funciona. Para hablar de ello, limar asperezas y potenciar el asunto van a reunirse la gente que se mueve en el universo de las letras en esta conferencia de la "fenomenología literaria". Debatir, buscar mejores cauces de comunicación. Algo que convenga a todos. Va de eso. Espero que tenga éxito. Es como una feria del libro en el que podamos interactuar con los escritores que nos han cautivado en algún momento o con alguno de sus libros. Seguirá habiendo ferias para conseguir dedicatorias y fotos. Esto es otra cosa. Tiene que ser bueno para todos. El escritor que cuida su imagen pública vende más porque el que vende es él.
Es un ejercicio continuo de autorreflexión por ambas partes. El autor va publicando reseñas que se comentan públicamente. El lector hace lo propio de lo que le ha dejado huella. El autor toma nota y potencia aquellos conceptos que agradan. Los desarrolla desde distintos puntos de vista. Hace ensayo con ellos. Es una especie de test. El escritor puede conocer de primera mano el grado de satisfacción que genera entre su público. Los editores están al acecho. Observan desde la distancia y saben quién vende y quien no. Cómo escribe cada uno y si agrada más o menos. Miden los riesgos de editar en papel. Quieren asegurar ventas porque estamos en crisis. Las tertulias, ahora, son abiertas. Quien publicita mejor es el escritor y sus propios seguidores vía redes sociales.
Yo, mientras, en "Es Comerç". Apurando el café con leche con una dosis de colesterol a modo de ensaimada mallorquina. Bollería casera de la buena. Las temperaturas ya no agobian. Los componentes de la tercera edad han entrado dentro del bar y ocupan su lugar. Las terrazas son para el verano. Un resfriado a esta edad puede ser mortal. No tienen prisa para vérselas con San Pedro. Estamos en crisis pero se hará un esfuerzo. San Pedro puede esperar. Los resfriados a cierta edad son traicioneros. Su tertulia va por otros caminos que no son los literarios. Cada uno a lo suyo. Yo les escucho a ratos. Salud.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Ha refrescado

El tiempo ha cambiado. Lo noto en el ambiente y en las personas. Llevan una rebeca de buena mañana. Yo también para que no se me vea la carne de gallina. Los termómetros empezaron a bajar hace unos días cuando empezó a llover. Perdón, quería decir a diluviar. Lapsus. Que cuando tenga un minuto terminaré el "Arca de Noe II" y abriré un hotelito rural en el jardín de mi casa. Di buena cuenta de ello en Twitter. Si no te enteraste en porque no me sigues. Tu verás.  Las primeras lluvias de final de verano siempre son relajantes porque limpian el aire. El olor a tierra mojada provoca inspiración. Poesía. Pone los sentidos en estado de alerta. ¡Aaah! Pero a los dos días de diluviar de forma ininterrumpida ya no era lo mismo. Volvió la crispación habitual de los que no saben vivir. Huele a charco y a tierra inundada. Huele a delito ecológico que quedará impune porque los cauces de los torrentes estaban sin limpiar. Los que nos gestionan la vida no saben gestionarnos las desgracias. Pero mandan. Las temperaturas siguen bajas y esto es bueno. Las nubes se han retirado hasta el horizonte y se han quedado a la espera. Me dicen que el horizonte está lejos. Me dicen que el horizonte está cerca. Creo que el horizonte está donde uno quiere que esté. El sol vuelve a ganar espacio y tiempo pero no es el mismo de antes. Casi no molesta. Ahora se deja acariciar cuando hace unos días nos escondíamos de él.
Y como quien no quiere las cosas ha llegado Septiembre. Ya lo advertí, "llegará Septiembre", aunque me refería a otras cosas. Ahora somos más pobres. Empezaré a recortar en cosas supérfluas. Nunca en cosas importantes como hacen nuestros gobernantes. Una buena política doméstica de ajustes. Caiga quién caiga. Yo sé quién caerá. Aunque seamos más pobres nuestro espíritu sigue inalterable y el estado de ánimo y la autoestima suben a la par que la prima de riesgo. Aunque no se parecen en nada. Los amigos que escriben cosas interesantes siguen igual que antes de que empezara Septiembre. Lectura obligada. Un conocido prejubilado a veces conversa conmigo. Sabe que escribo cosas y le recomiendo cosas mías y de otros. Lee con ganas. Es intelectualmente modesto y hay escritos que no los entiende. Se parecen más a una tesis doctoral que a una novela. Está cansado de tener que recurrir al diccionario en cada párrafo. Se queja. Es un depredador de libros y me sugiere que escribamos de forma llana y didáctica. Que se entienda a la primera. Tiene razón. No podemos marginar ni despreciar a estos lectores. No los podemos echar fuera del circuito a la primera curva. Autor, escritor, libro, lector, satisfacción, etc. Hay que esmerarse porque si se aburren lo dejan. Poder leer es un derecho. Una boca sin dientes no puede comer de todo por mucha hambre que tenga. Pues igual. A veces somos elitistas. Ya hay muchos. Empezaremos a contrarrestar y a equilibrar. Ordenar las ideas  y la escritura para que mi conocido y sus amigos nos puedan leer.
Y mientras el tiempo ha refrescado. El calor volverá pero ya no será como antes. El verano agoniza. Otoñea. Los escolares preparan sus mochilas. El nuevo curso está a la vuelta de la esquina. Nosotros volveremos a la playa a refrescarnos y a relajarnos. A leer un libro sobre la arena. Ha chapotear. A lucir barriga cervecera. No a matar el tiempo sino a hacer tiempo. Es más estético. A hacer tiempo y conseguir que los días tengan más de veinticuatro horas. Ahora trabajo más horas. Ahora tengo menos tiempo para ocio. Pero las twittertertulias seguirán inexorablemente. El blog verá nuevas entradas. Habrá que hacerlo con menos tiempo. La larga y aburrida crisis que los políticos nos han montado no nos doblegará.
Leo un artículo sobre los abuelos. Esos imprescindibles desconocidos. También se han echado a la calle. Protestan y reivindican sus pensiones y sus medicinas. También se han echado a los parques porque están pluriempleados. Canguros de los nietos y padres de sus hijos. Sus hijos trabajan precariamente o trabajan buscando trabajo. Son incluso protagonistas destacados de buenas novelas de ahora mismo. Algunos se han echado a la calle porque les han quitado la casa. ¡Joder con la justícia social! Los bancos recibiendo rescates y no tienen narices de rescatar a los ancianos. Nunca nuestros ahorros a ningún banco que practica el desahucio. Me he desviado y eso último que he escrito no es literatura. Es basura de actualidad. Decía que ha refrescado porque se nota en el ambiente y en lo que escribo. El las rebecas y en el sol que sale más tarde. Y como el sol sale más tarde el verano ha decidido marcharse a otro lado. La alternancia es buena. Siempre. Cuando recogen a sus hijos, los abuelos recuperan su tiempo. La jubilación implica un grado de sabiduría. La perspectiva es mayor y eso ayuda. Voy a ir cerrando para no mezclar. Los abuelos viven inteligentemente con un punto de diversión y de ingenio. Eso hablan entre ellos y será verdad. Sólo mienten en el tamaño de los peces que pescan y en el número de tordos que han cazado. En esto no son de fiar. Salud.
 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Don Fulanito

Uno no gana para sobresaltos. De buena mañana una emisora de radio alterna la música con las tonterías de sus tres presentadores que entre canción y canción te dan una noticia y luego te la comentan. A su manera, claro. Lo de comentar no llega ni a eufemismo. Es un decir. Un hablar. Sueltan una gilipollez disfrazada de tontería porque quieren ser graciosos. Luego ellos mismos se ríen mientras la audiencia cambia de emisora de radio. No son los únicos. Pillo una que parece seria. Anuncian una entrevista con Don Fulanito. Es el seudónimo de un libre pensador. De un escritor célebre. Un virtuoso de la pluma y de las letras. Entrado en años y falto de sentido común. Con un déficit de neurotransmisores que resulta preocupante. Se le nota por lo que dice.
Consigue romper la entrevista en mil pedazos. Casi consigue romperle los nervios a la presentadora que hace esfuerzos para parecer educada. A los que escuchamos se nos pone a prueba. Don Fulanito (que es un seudónimo) contesta lo que le da la gana sea cual sea la pregunta formulada por la presentadora. Lo importante no es la pregunta que se formula. Lo que verdaderamente importa es la respuesta que él da. Puro descaro. Es lo que le interesa a él y a cierto público -que lo tiene-. Después de estas entrevistas para tontos e idiotas varios uno ya no sabe qué pensar ni qué emisora escuchar. Parece que haya tomado alguna sustancia prohibida o que se haya pasado de medicación con efectos adversos sin controlar. Lo que ha tomado interfiere las sinápsis y las bloquea. Sea como fuere la entrevista sigue muy a pesar mio y de la presentadora que sigue haciendo esfuerzos para controlarse. La conciencia que tiene Don Fulanito (que es un seudónimo) como escritor empieza a dañar su imagen.
Dice que a día de hoy ya no se puede escribir porque no hay nada novedoso que decir. Está todo dicho y escrito. No hay nada nuevo salvo copiar de uno y de otro. Reconvertir lo viejo en nuevo. Provoca una y otra vez. La gente no tiene ideas. La escritura actual es superficial y carente de calidad. Por este motivo él ha tomado la iniciativa de dejar de escribir y espera que le sigan muchos más. Se trata de no aburrir y no dañar su imagen de virtuoso de las letras. La presentadora ya no sigue el guión. Lo aparca y entra con todo. Es su momento para subir en audiencia y en reconocimiento profesional. Los años no lo han hecho más sabio a Don Fulanito (que es un seudónimo). No parece que haya aprendido mucho de la vida -le dice la presentadora-. Hay mucha gente que escribe cosas interesantes y de forma magistral. Yo leo cosas de esas cada día. Hay escritores noveles con ganas y muchas cosas que decir. Además saben cómo hacerlo. Don Fulanito (que es un seudónimo) no atiende a razones e insiste una y otra vez que no hay ideas. Que lo que se escribe ahora es malo de narices. No lo pienso leer. Todo lo que pasa por mis manos no tiene ni pies ni cabeza. Sólo con ojear un libro se si es bueno o malo. He decidido releer a los clásicos. Pues muy bien. Nos alegra.
Así transcurre la entrevista que resulta monótona y deprimente. Lo poco de bueno e interesante que se escucha lo aporta la presentadora. Estoy tentado de cambiar de emisora pero me mueve el morbo de saber en qué termina todo. Es un esperpento y un despropósito juntos. Se posiciona como un intelectual y un artista. La entrevista entra en un círculo vicioso cansino y sin trascendencia. La periodista insiste. ¿No será que usted se ha quedado sin ideas y generaliza su problema? ¡De ninguna manera, señorita! Coja cualquier cosa de las que se publican ahora mismo y perderá el interés en el mismo prólogo. Son burdas copias de los clásicos. Les cambian nombres, fechas y decorados. No me puedo creer lo que escucho. Es inverosímil. No puede ser que Don Fulanito (que es un seudónimo) diga esto. La entrevista es real y el entrevistado no se llama Kafka. La sociedad no quiere consumir basura a precio de cosa buena. ¡Yo por lo menos no lo haré!
La presentadora le indica que se escribe bien y se consume. Que las editoriales no publican a noveles por falta de presupuesto y no de calidad. Que hay editores jóvenes con olfato que publican. La presentadora concluye que ha sido un error traerlo al programa y da por concluía la entrevista. ¡Pierde usted el tiempo añade Don Fulanito! Aparece la música para dar un respiro. Templar ánimos y nervios. Después de la música, y como si no hubiera pasado nada, el programa termina como siempre. Unos versos y alguna frase para reflexionar y pensar. A partir del próximo programa pasarán escritores que opinen de forma creativa sobre literatura y cultura en general. Salud.

jueves, 30 de agosto de 2012

En el metro

Hace poco que he llegado de Madrid. En la capital me muevo en metro. Hora punta. Entre los pasajeros no cabe un alfiler ni un papel de fumar. No puedes hablar. A duras penas, respirar. ¡Ding, dong, dang, ding! Voz de hombre, "próxima parada...". Voz de mujer, "Nuevos Ministerios" ¡Ding, dang, dong, ding! El metro desacelera de forma brusca pero nadie se desplaza porque doblamos el aforo permitido y aquella cosa llamada inercia no puede actuar. Desde la ventanilla observo un bulto en el arcén. El bulto se vuelve más grande a medida que nos vamos acercando. Preocupante. Bueno, no. No subirá porque no cabe. ¡Briiiii! Sonido chirriante que hacen las ruedas del metro cuando se frenan. ¡Zasssss! Se abren las puertas. El bulto enorme del arcén resulta ser una señora de raza portentosa. Inmensas tetas. Inmenso culo. Grandes y fornidos brazos. Enfundada en unos vaqueros imitación D&G con dibujo de lentejuelas a juego en los bolsillos traseros. Morritos pintados color rojo pasión. Pelo recojido y bolsito en bandolera al gusto. Zapatos deportivos para la ocasión. ¡Es imposible que suba! Estaba esperanzado. Error. La señora de raza portentosa y última versión del Homo Hábilis entra con dificultad por tamaño y por espacio. No bajó nadie pero entró ella. ¡Por Dios!
Del primer empujón mi persona física se vio transportado desde la entrada del vagón hasta el lado opuesto. Maleta de viaje incluida. Éramos una masa compacta de gente impenetrable. Como sardinas en lata. Del segundo empujón intentó lo mismo con un abuelo octogenario. No lo consiguió. Todavía recuerdo la mirada agonizante en busca de ayuda que no le pude prestar por más que quise. El representante de la tercera edad avanzada se quedó en medio del vagón literalmente empotrado contra una barra vertical que hace las veces de agarradera. La señora de raza portentosa de grandes tetas y culo inmenso. Brazos y manos fornidas y morritos pintados color rojo pasión siguió empujando con fuerza hasta conseguir que el octogenario agonizante -casi en fase terminal- y la barra vertical se fundieran en una misma cosa a modo de pintxo de cocina de autor. No puedo olvidar su mirada. Me persigue a todas partes y a todas horas. No puedo cerrar los ojos porque me aparece una y otra vez hasta provocarme pesadillas. No he sabido más de él.
Ella sólo estuvo un trayecto. De Nuevos Ministerios a Gregorio Marañón de la línea diez del metro de Madrid. Su efecto fue devastador. He buscado aproximaciones literarias para mejor entendimiento y comprensión de la mujer que describo. La mejor referencia es la que aparece en el Quijote cuando traza el perfil de Aldonza Lorenzo. Hija de Lorenzo Corchuelo. Señora del universo. Tan forzuda como el mejor zagal del pueblo. Moza de chapa, hecha y derecha, y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante que la tuviera por señora. Qué rejo que tiene y qué voz. Nada melindrosa, porque tiene mucho de cortesana, con todos se burla, y de todo hace mueca y donaire. Gastada la faz de andar por el campo, el sol y el aire. Toda una princesa. A esto me refería. Calcada a Aldonza Lorenzo que igual grita encima del campanario, rastrilla lino en las eras o viaja en el metro de Madrid.
Nadie podía agarrarse por falta de espacio lo que provocaba que estuviéramos a merced del vaivén caprichoso y monótono. En un descuido, la señora de raza portentosa. De manos y brazos fornidos levantó uno de ellos para agarrarse a una barra horizontal puesta en lo alto del vagón. Se cogió a ella. A partir de este momento todo me resulta confuso y lo escribiré más o menos como creo que ocurrió. Mi nivel de conciencia y el del resto de pasajeros fue disminuyendo hasta marearnos. Era un olor hipnótico y sedante de sobaco de temporada alta estival. Casi mejor así. Con las facultades mentales mermadas y un punto de semi inconsciencia el sufrimiento fue menor. Me estoy recuperando. Gracias.
Estoy en casa y quiero olvidar esta terrible experiencia y este olor anestésico que desprendía. Ya he pedido hora a mi psicoterapeuta para empezar el tratamiento cuanto antes. Los privilegiados que viajaban sentados en lugares destinados a minusválidos y que tenían libro abierto para leer...lo cerraron al tiempo que los ojos y se obnubilaron.
¡Ding, dong, dang, ding! Voz de hombre, "próxima estación...". Voz de mujer, "Gregorio Marañón". ¡Ding, dang, dong, ding! El metro vuelve a desacelerar bruscamente y otra vez la inercia no puede con la masa de gente y no actúa. Nadie se mueve. Ni siquiera te puedes caer desmayado por falta de espacio. Te tienes que desmayar de pié. ¡Briiiii! El vagón se para. ¡Zasssss! Se abren las puertas y la señora de raza portentosa. Grandes tetas. Culo inmenso. Cabello recogido. Brazos fornidos. Morritos pintados color rojo pasión y zapatos deportivos...¡bajó! Más de la mitad de los pasajeros hicieron lo propio con la mirada perdida. Alguno bajaría por necesidad, otros por equivocación y otros seguirían trayecto por no estar recuperados del todo. Desde el arcén pude ver al octogenario representante de la tercera edad avanzada que seguía empotrado en la barra vertical. Pobre hombre. A su edad. A partir de ahora me desplazaré a pié. Callejear será bueno y, de paso, a mirar escaparates. Salud.

lunes, 27 de agosto de 2012

De la brisa

El tiempo pasa irremediablemente. El verano caluroso y bochornoso que hemos tenido se bate en retirada. Va ahuecando como se dice en círculos preadolescentes. Pero lo hace con ganas. Muere matando. Ha dejado los días de peor calor para el final. Esos que te obligan a esconderte en las horas centrales del día. El tiempo pasa distinto según las circunstancias y por eso busco las más favorables. A veces, pero, no las encuentro. Me refugio en la literatura. Bien de mañana o al atardecer que es cuando el tiempo nos da un respiro en forma de brisa. Brisa refrescante. Con la humedad del mar. Es lo que hay. La literatura y la cultura en general actúan como espejo de la sociedad. Queda reflejada tan real como la vida misma. No se qué pensar. Diría que hay cosas de la sociedad que están enfermas.
Hoy desayuno en "Es Comerç" como de costumbre y aparece un contertulio ocasional que ha estado un tiempo sin venir. Sin aparecer ni salir de su casa. Ha estado enfermo de desamor. Me dice que lo ha pasado mal. Es complicado enfrentarse a lo inimaginable. Lo mio era inimaginable, me ha dicho. Se repondrá. Está más tiempo callado que conversando. ¿Qué le debe pasar por su mente cuando tiene la mirada perdida en el infinito? Me resulta complicado volver a ganarme su confianza. Está pasando un duelo patológico. Me comenta que necesita encontrarle un nombre a su patología aunque los otros no lo entiendan. No es bueno tener una cosa que no tiene nombre. No le puedes encontrar un remedio. Él escribía y lo hacía bien. Se sentía privilegiado porque era leído. Ahora no escribe. Me dice que volverá a coger la pluma porque tiene necesidad de escribir lo que ha pasado. Contar lo sucedido. Pero ahora mismo desde la subjetividad que percibe las cosas no sería objetivo. Percibe las cosas distorsionadas. Necesita tiempo. Parece mayor. Se ha vuelto mayor. Es mayor. Es una persona rendida a la tenacidad. Como yo. Volverá a escribir lo que piensa. Como yo. Tiene conciencia de que sólo se puede escribir desde la intelectualidad. El lector lee inteligentemente y nos debemos los unos a los otros.
Pongo cara de tonto y hablo sin parar para provocarlo. Siempre que hago esto alguien lo advierte enseguida. Él lo ha hecho. No conviertas tu vida en un caos. La vida puede ser caótica en sí misma. Hay que poner orden. No es una cuestión de educación sino de ser sincero con uno mismo. También con los demás. Me explica que tuvo una indecisión en el camino y que lo llevó por un sitio equivocado. Se dio cuenta y ha vuelto al camino correcto. Ahora le ha quedado una cicatriz que a ratos le molesta. Le escuece y le pica al mismo tiempo. Sus palabras dan paso a los gestos. Algunos no se interpretarlos. ¡Qué lástima! Dice. Había preparado una cena. Había montado una mesa con complementos para la ocasión. Había encendido dos velas. Pero no se presentó. Eso determinó su futuro. Hizo la maleta y salió de casa dejando las velas encendidas. Ni siquiera cerró la puerta. Compró un billete de tren y esperó en el andén. No se acuerda de cuanto tiempo estuvo. El jefe de estación le advirtió de que había dejado pasar varios trenes. Volvió a casa. Las velas seguían encendidas en la mesa. Había depositado esperanzas en una relación que había durado poco, o no. A veces el tiempo no se puede medir. La misma razón que le llevó a comprar los billetes le llevó a dejar pasar los trenes. Se acostó. No podía dormir. Necesitaba una señal. Un indicio. Dejó una nota. Avísame cuando llegues. No me falles. Es una necesidad. Cuando llegues despiértame. No llegó. Al día siguiente tampoco. Ahora mismo se está reponiendo de una mala experiencia mientras se lame las heridas.
Cuando era pequeño era como mi madre, me dijo. ¡Cómo! Atrevido. Ahora no lo soy. Cada vez me cuesta hacer ciertas cosas. El desayuno con mi contertulio ocasional me está dejando un mal sabor de boca. Hace un tiempo lo vi en unos grandes almacenes. Yo bajaba y él subía y por la disposición de las escaleras nos cruzamos. Creo que nos miramos de reojo. Nadie dijo nada. Su cara inexpresiva. Su rostro reflejaba las pocas palabras que pronunciaba. Yo le tenía ganas a una buena conversación pero no la tuvimos. Sigue herido. El tiempo pasado que no ha sido bueno es mejor no removerlo demasiado. Llegarán nuevos tiempos que nos dejarán respirar. Terminamos el desayuno con un apretón de manos y cada uno a lo suyo. La experiencia nos protege de estas cosas y de otras. Después de esto no tengo ganas de sentarme y escribir. Así que no lo haré. Daré un paseo. Salud.

jueves, 23 de agosto de 2012

Amanecer

Estar en twitter te da opciones. De muchas clases, evidentemente. Mi círculo social se limita a las letras. Libros y lectura. Escritos de la gente que publica o publicita. Referencias literarias y bibliográficas. Ensayo. Poesía. Frases. Pensamiento. Conversaciones trascendentes para madurar. Opciones diversas sin censura. Desde el respeto y la libertad. Sigo a los que despiertan algún tipo de interés en mí en lo que escriben o reflexionan. Sin pedir permiso. Como toca. Presupongo que me siguen a mí por el mismo motivo. Seguramente es así, o no. Pero no me preocupa. Queda claro que mi asunto es puramente literario. Sigo las indicaciones y opiniones de otros twitteros sobre libros y escritos publicados por ellos mismos o por otros. He hecho amigos con los que me une la pasión por las letras y las reflexiones inteligentes o ingeniosas. He leído mucho pero me queda todo un mundo por descubrir. Leo lo que las editoriales publican. Resulta que hay mucho talento que no publica en editoriales. No sé porqué. Hay verdaderos escritores notables. Innovadores en el arte de la escritura.
Tienes opción de entrar en sus webs, sus blogs, sus tweets. Descubrirlos. Todo tipo de géneros y todos buenos de verdad. Nada que envidiar a los buenos relatos o a las mejores novelas. Es todo un mundo editorial al margen o en paralelo al mundo editorial clásico que hay en las librerías. Una opción de leer cosas inéditas, géneros mixtos bien construídos, genialidades perfectas, escritores con genética de escritores que las editoriales convencionales no les publican. Opción a interactuar con los que escriben y sentirlos cercanos sin tener que esperar la feria del libro o el día del libro de San Jorge. Estos nuevos escritores se han buscado un hueco en las redes sociales y lo han encontrado. Esto es bueno pues para las letras.
En el lugar dónde ahora mismo me encuentro escribiendo estas cosas está amaneciendo. El cielo está despejado para la ocasión. Alguna nube que actúa de complemento. El sol sale del agua del mar majestuoso. Grande. Inmenso. Rojizo. El mar en calma que se tiñe de dorado y lo refleja. Brisa marina agradable. A esto lo llamo yo empezar bien un día. Lo organizaré a mi gusto como si fuera un adolescente en su fase rebelde. El único límite a mi libertad estará dónde empiece a molestar a los demás. Estoy en un pueblo de la isla de gente educada porque el ambiente no te permite otra cosa. Somos depredadores de pasarlo bien. No hay nada tóxico que nos rodee porque nos hemos rescatado de todo lo malo. Tampoco somos esclavos del tiempo. Lo vivimos según vienen dadas. Mucha gente no entiende esta forma de existencia y este universo y huye al bullicio de las grandes ciudades. Hemos quedado voluntariamente los que somos capaces de emocionarnos con un amanecer como el de hoy.
Cada uno se divierte a su manera y a nosotros nos divierte esto. No jugamos a las cartas ni al dominó ni a la petanca. Nos reunimos para conversar. Sobre un montículo que domina el mar hasta el horizonte. Sentados en unos bancos de madera y debajo de unos pinos que proporcionan sombra y refrescan el ambiente. Cada vez que llega algo de brisa huele a mar y a pino. Es un relajante natural. No hablamos de la crisis. El dinero de los de la crisis no ha desaparecido. Simplemente nunca existió. Era un dinero virtual. No es nuestro caso y por tanto no nos importa. Nos importan otras cosas. El día a día. Las gentes. La convivencia. Los recuerdos. Las metas de futuro. Los días duran porque se viven. La gente se levanta temprano para ver amanecer y tampoco tiene prisa para acostarse por la noche después de haberse puesto el sol. El amanecer evoca comienzo. Inicio de algo. Algo bueno. No somos deudores de nada ni de nadie. Somos deudores del mantenimiento de la tierra que tenemos que dejar.
El amanecer es un regalo para los sentidos que ocurre cada día aunque de forma distinta y a una hora distinta. Es lo de menos. Estamos acostumbrados. Pero cada día es inolvidable. No nos cansamos. Tampoco se cansan las olas del mar que viene una y otra vez a la orilla a romperse. Este ruído monótono acompaña la salida del sol. No existe una cosa sin la otra. No hace falta tener dotes narrativas para describir este momento. Es simple y se describe solo. Pero hay que tener sensibilidad para emocionarse. Es imprescindible porque es increiblemente bello. Salud.

lunes, 20 de agosto de 2012

@IX_TECUAN

Estar en twitter tiene esto. Es una red social. Esto implica socializarse y hacer amigos. Amigos, algunos, desde la lejanía. Cada uno en su casa y en su tierra. A veces son muchos kilómetros. Esto no quita lo de hacer amigos y contactar con ellos tantas veces como quieras. En mi caso me une a ellos la literatura. Las letras. Lo que lees de ellos y lo que escribes para ellos. Más de lo primero que de lo segundo. Twitter es una jaula en la que estamos obligados a convivir toda una fauna de gente con distintas sensibilidades y profesiones. Estamos unidos por las letras y el pensamiento literario. Me ha llamado la atención el perfil de uno de ellos. Cuando sigo a alguien leo su perfil y lo que escribe. Este amigo del que voy a hablar tiene un perfil casi tan largo como una de mis entradas de blog. Es completo pues y así se lo he dicho con pocos caracteres. Los que me están permitidos. Me ha otorgado la libertad de hacer lo que quiera con su perfil. Es de mi agrado y lo intentaré reproducir.
Su estilo es de un escritor nato. Su nombre verdadero no tiene importancia porque le fue impuesto. Importa el nombre que adopta. Es IX_TECUAN AKBAL MICTLAN. Hace poquito que cumplió treinta años. Le gusta dormir solo. Escuchar buena música -no especifica-. Leer. Tocar la guitarra. Intenta escribir cosas interesantes aunque sólo escribe las que siente. Verdadera maestría en lo que he leído. Se define vago por vocación y por convicción. Yo creo que nació cansado y con sueño atrasado y ahora se recupera en sus ratos libres que compagina con la música y la escritura. Es empleado de oficio y viajero habitual. Afirma que todos los estudios que ha realizado y que lo han formado profesionalmente los ha llevado a cabo en escuelas privadas. Privadas de pupitres, de pizarras y de un sistema educativo eficiente. Escuelas privadas de un plan de estudios competente y de todo aquello que una buena escuela debería de tener. @IX_TECUAN cursa, todos los días, estudios en "la escuela de la vida" de la cual todavía no se ha graduado y ni siquiera, a veces, saca buenas notas. Es emocional y así se define.
Describirlo implicaría utilizar un adjetivo cada día. Es evidente que mi amigo es una persona compleja. Tiene la teoría de que las personas dejan de leer a partir de la octava línea por falta de motivación, por distracción o por lo que sea. Quien haya llegado hasta aquí sepa que es la excepción descrita por @IX_TECUAN. Pero esto a él no le importa y escribe textos que aburren a cualquiera. Es breve y extenso a la vez. Diplomático y febril. Autómata y humano. Una constante combinación de antagonismos. Por todo ello se ha visto en la necesidad de crear un espacio personalizado que le permita criticar al mundo, a la vida y a hablar de cosas innecesarias. En lo que refiere a mujeres su gusto es un tanto extravagante. Lo que más le seduce es la inteligencia innata. Aquí tiene mi apoyo. Puede caer rendido a los pies de una buena ortografía y alcanzar casi el orgasmo ante una sintaxis compleja y bien enunciada. Le deleita escuchar hablar de literatura y de religión. En este último punto se declara ateo y falto de fe. Aquí deduzco semejanzas conmigo mismo porque pienso igual y además soy un demócrata de izquierdas. Mi amigo cambia, con los ojos cerrados, unas piernas largas por un léxico abundante. Veremos lo que dice cuando abra los ojos. Quedan descartados los discursos redundantes. Se enamora con ternura de la ignorancia sincera y le provoca revulsión la verborrea canchera.
Una metáfora de amor le descoloca y prefiera la imaginación a un buen peinado. La mujer más sexy es la puntual y la más codiciada, la honesta. El maquillaje sólo ofrece fachada. Evita a toda costa los estereotipos aunque sabe admirar y reconocer la belleza física sin que esto modifique su manera de "ver" a una persona. Termina su perfil con una reflexión de Girondo donde dice que "lo que no le perdona a una mujer es que no sepa volar". Es genial. Lo dije al principio. Tiene madera de escritor. Ha dejado plasmado en su blog, con motivo de su treinta cumpleaños, que es mejor vivir que estar y durar. Es un ser espiritual en un cuerpo. Hay que mantener el cuerpo para que no desaparezca la espiritualidad. Cogerle apego a su ser carnal le impide evolucionar espiritualmente y trascender. Lo que he escrito me lo ha dictado él. @IX_TECUAN AKBAL MICTLAN será mi amigo hasta que él mismo diga basta. Salud.

jueves, 16 de agosto de 2012

La edad

Me estoy haciendo mayor. Lo se porque me duelen las rodillas. De día cuando me agacho. De noche sin hacer nada. He consultado con un experto y me ha dicho que es Artrosis. He buscado una segunda opinión y me han asegurado que son los meniscos. Tener dos diagnósticos distintos sobre lo mismo no es bueno porque me han dejado intranquilo. Podrían no ser ninguna de las dos cosas o ser las dos cosas a la vez. Me he puesto rápidamente en contacto con un tercer especialista para que me diera el diagnóstico de la tranquilidad. El de la confirmación. No ha sido así. Ni mucho menos. Me ha dicho que "es la edad". A partir de ahí he hablado y consultado con todos los que me rodean y la mayoría ha confirmado el último diagnóstico: es la edad.
No se cómo calificar mi estado de ánimo en estos momentos cuando estoy diagnosticado de una cosa que podrían ser grave y cuya causa es la edad. Inquieto, intranquilo, perplejo. Ya no se si le temo más a la prima de riesgo o a la edad. La prima de riesgo igual sube que baja y nadie tiene una explicación razonable. Con la edad pasa lo mismo. Aparece acné y es por la edad. Te desaparece y es por el mismo motivo. Empiezas a menstruar o dejas de hacerlo y es cosa de la edad. Aparecen canas o se te cae el pelo y es culpa de la edad. Cualquier cosa que te pase puede ser por la edad. Y un sinfín de cosas más. Estoy descubriendo que la edad tiene mucho poder. Tiene la capacidad de modificar muchas cosas y de influir en otras tantas sin que podamos evitarlo ni fomentarlo.
No tiene en cuenta nada y es intocable e incuestionable. Vivimos a merced de lo que la edad tenga dispuesto. Además actúa de mala fe. A medida que cumples años -tienes más edad- ésta te va menguando la audición, la vista, la motricidad, el intelecto, la memoria, etc. Que es cuando más necesitas de estas cosas. Al mismo tiempo te van aumentando los achaques, las dolencias y todo aquello que no quisieras tener. Para un diagnóstico tan sencillo no hace falta un especialista. Descubro con asombro que todo el mundo sabe que la edad hace todas estas cosas. Y yo preocupado porque las rodillas me crujen y me duelen por la noche. Ahora mismo estoy abrumado y desbordado por los acontecimientos porque soy persona sensible. Y más con estas cosas de la salud.
Cada cierto aparecen publicadas las listas de los hombres más ricos e influyentes para regodeo del pueblo llano y empobrecido. Nunca antes he leído cuanto poder tiene cada uno de ellos según su fortuna. Mucho menos del poder incuestionable de la edad sobre nosotros. En fin, le haremos un seguimiento para ver cómo evoluciona y si se puede entrever alguna cosa. Que no nos coja desprovistos. Soy descendiente moro y celta. Respiro aire de la Sierra de la Tramontana. Me baño en aguas del Mediterraneo. Tengo un carácter isleño que se ha ido forjando y acostumbrando a un turismo masificado y devastador. Sería casi un héroe si no fuera porque estoy a merced de la edad. Me gusta la lectura y la escritura. La conversación con los amigos. Diríamos que estoy bien de no ser por la edad y sus caprichos. Decía J.L. Gutierrez que el libro es un objeto querido de hoja perenne y que otros tipos de literatura son de hoja perecedera como los periódicos. Tenía razón cuando lo dijo. Me gustó y se lo he copiado. No me importa lo que piense la edad de esto. 
Ahora ya se que lo que soy y lo que me pasa es por la edad. Tranquiliza saber este tipo de cosas. Te ahorras muchas visitas a consultorios médicos. Incluso quedas bien cuando le dices a otra persona, con cara de vacilar, que lo que tiene es cosa de la edad. Te respetan más a partir de este momento porque te ven seguro de tu afirmación. Bueno, no todos. Tengo una amiga que es físicamente indigente pero mentalmente intelectual. Siempre dice que prefiere vivir a estar. Es una sin papeles porque no los ha sacado o no los ha renovado. Tan simple. Es antisistema para los amigos. Escribe mucho y bien. Está en busca y captura por lo que escribe porque dice la verdad y no gusta a los de arriba. Vive semiescondida y se mueve poco. Está bastante atacada por la edad pero no le preocupa. La bautizaron como Teresa del Niño Jesús Pena Carapeto. Nosotros la llamamos "Teresita" y a ella le gusta. Firma sus escritos con el seudónimo de Anna Godoy. Dice que un día de estos saldrá a dar la cara y contará toda la verdad. La edad la ha cambiado. La edad también tiene el poder de cambiar a las personas. ¡Joder con la edad!
Teresita se siente segura en la inseguridad de la noche que es cuando escribe. A ella también le duelen las rodillas como a mi. Estoy seguro que es la edad y así se lo he hecho saber. Pero me ha dicho que son bobadas y que a ella no le preocupa. Tendría que ser como ella y no preocuparme por la edad. Salud.

lunes, 13 de agosto de 2012

Impartir justícia

No siempre la función de la justicia es la que debería de ser. Impartir justicia. Presuntamente el fiscal y el juez -en colaboración con la policía- investigan un supuesto que vaya claramente en contra de las leyes vigentes y que están hechas para mejor convivencia de todos. No siempre es así. Lo que venimos en llamar justicia funciona de una forma oscura y opaca. Incluso a veces se declara "secreto de sumario". Oscurecer más. Esto viene a significar que a los cinco minutos de cada paso que la justicia da en secreto el resto de los mortales ya lo podemos leer en los medios de comunicación. Es así aunque no debería. Las investigaciones deberían ser públicas. Que la gente se entere y que incluso pueda aportar sus pruebas para mejor esclarecimiento de lo que se investiga y que la verdad salga a la luz lo antes posible. Prevalece el oscurantismo inútil. Los imputados van declarando en secreto y al poco de terminar podemos leer en los medios de comunicación todo cuanto se ha dicho por las partes. Cuando el periodista es preguntado contesta sin más problemas que su misión es informar pero nunca revelar la fuente de sus informaciones. Su contacto, pues, está a salvo. Con todo y al final se genera indefensión para los presuntos malos.
Se molestan y manifiestan estar sometidos a un juicio paralelo y que, por todo ello, ya se sienten condenados de antemano por la sociedad. Algo de cierto hay porque quien escribe esto -un servidor- es asiduo a condenar a presuntos malos sobre todo si se trata de políticos, mangoneo, corrupción, mala praxis, despilfarro, enchufismo y todas esas cosas que son connaturales a la profesión y a la persona de un político. El de más rango tendrá más culpa que otros. Es lógico porque es la persona pública. La que todos conocemos. Es tan cierto que también están los colaboradores necesarios. Los asesores en la sombra. Los que siempre tienen la excusa en la boca y en la intención de que les han dado órdenes de arriba y ellos se limitan a cumplir. Aquí no debería existir la excusa. Si las órdenes que vienen desde arriba son claramente injustas y antisociales no se aplican y se dimite. Después que pongan a otro colaborador o asesor y si tiene arrestos que lo haga.
Además las leyes no se aplican de igual manera. Un buen letrado y una cuenta corriente pueden hacer que la justicia sea más ciega, más lenta y más injusta de lo que lo es en sí misma. Puedes permutar delitos por información contra otros. Puedes cambiar años de cárcel por dinero o fianza. Muchas cosas que les está privado a los pringados de turno les está permitido a los vivales de clase bien. A nadie se le escapan estos chanchullos judiciales. Algunos juicios no se llegan a celebrar porque se ha producido un acercamiento por ambas partes. Un acuerdo entre la fiscalía y el letrado. Llegados a este punto todo queda en nada. Cuando se trata de personajes públicos se genera una gran alarma social que se parece a una tormenta de verano. Mucho ruido, mucha agua, escampa y se olvida. Con los años se aprecia cansancio en la sociedad que pierde el interés porque el caso inicial se va diluyendo en segundos personajes y en terceros que ya nadie conoce. Y el caso se cierra porque prescribe.
Los casos se archivan por falta de pruebas. Las pruebas desaparecen o se manipulan. Los detalles se contaminan. Aparecen defectos de forma o cualquier otra chorrada jurídica inventada para la ocasión. Una explicación en un escueto comunicado a través de twitter y asunto zanjado. Hechas así las cosas no es de extrañar que la gente haya acuñado a la justicia como una farsa o un cachondeo. Un gran circo de tres pistas. Te pierdes porque no sabes qué pista mirar. No es una percepción. Es una realidad. Si tienes asuntos pendientes con la justicia procura tener dinero y un buen abogado y dejarás de tener causas pendientes. Seguro que llegáis a un acuerdo. Salud.

sábado, 11 de agosto de 2012

La Tierra Prometida

Llevo veinticuatro horas pensando y me estoy planteando seriamente la posibilidad de que soy un ingenuo. Claro que a mi edad no debería de serlo. Tantos años forman el espíritu, la mente y la personalidad de cada cual y le hacen inmune a ciertas cosas. Pero incluso razonando de esta forma sigo concluyendo que soy un ingenuo. También podría ser que otros me tomaran por tonto y yo no hubiera caído en la cuenta. Podría ser. Cuando me hago esta pregunta salgo de un saludable letargo que aquí llamamos "siesta". No me refiero a una siesta cualquiera de aficionado. Una siesta de aprendiz de hacer siestas. No es así. Me estoy refiriendo a una siesta de profesional. De estas de holgazanear hora y pico con los ojos cerrados y la mente en babia más allá del horizonte. 
Pasado esto necesito un tiempo de recuperación. De ponerme al día y al momento. Recuperar mi identidad de siempre. Someterme al tiempo. Actualizarme y reiniciarme. Esto lleva otro tiempo o un tiempo entre momentos de mi vida. Un entretiempo en el que he estado vivo pero que no he vivido ciertas cosas porque esto es la verdadera esencia de la siesta. 
Bueno, no nos liemos. Estando en la situación que describo hay cosas que deberían estar prohibidas e incluso tipificadas como delito en el código penal. Me refiero a estas visitas que uno tiene a menudo y que me desconciertan y me desesperan al mismo tiempo. Tengo que salir airoso de este tipo de visitas pero me encuentro en inferioridad de condiciones toda vez que todavía no soy yo y mucho menos entre mis circunstancias habituales. Soy un homo post siesta, por tanto, poco sapiens. Una niebla invade mi entendimiento y me dificulta el pensamiento normal. Estoy lento e ineficaz. Los que vienen a visitarme tienen todas las de ganar.
Abro la puerta con espíritu ganador y hago que se me note en la mirada. Ya sabes a que me refiero. Puedo ser derrotado pero no fácilmente. 
¡Buenos días. Dios existe y venimos a ofrecerle la tierra prometida! 
Cierro la puerta. Me apoyo en la pared con la mano en el pomo de la puerta. Cierro los ojos y respiro profundamente. Pienso si todo es real y veo que sí. Vuelvo a abrir la puerta. ¡Buenos días. Dios existe y venimos a ofrecerle la tierra prometida! 
Dos señores trajeados próximos a la edad de jubilación de antes de la crisis. Un maletín y una revista similar a la hoja dominical de los obispos pero en blanco y negro. Me miran con cara de asombro por lo ocurrido antes. Cuando les cerré la puerta. La mejor defensa es un buen ataque. Paso al ataque. 
¿De cuantas hectáreas estamos hablando y a qué precio me vende Dios la tierra prometida? La tierra prometida es gratuita e ilimitada y Dios la ofrece a quien quiera seguirle. Cuando le llegue el momento de vivir la vida eterna usted le entregara el alma que se le prestó y podrá disfrutar de ella. Piense que le estamos ofreciendo algo a lo que no se puede negar. Es un bien inmaterial con el que disfrutará de la felicidad infinita y eterna a cambio de algunos sacrificios terrenales. 
Últimamente todo el mundo me habla de sacrificios terrenales y temporales. Ya empiezo a mosquearme. 
¿Trabajan ustedes para el gobierno? ¡No! Somos hijos de Dios y le damos la oportunidad de unirse a nosotros para alcanzar la vida eterna e infinita. 
Miren, no es nada personal, tengo mucha familia y lo llevo bien así. No me veo preparado para asumir más y menos de sopetón. No podría, sinceramente.
¿Ha leído usted la biblia? De pequeño en la escuela algunos párrafos. Ahora leo otras cosas bien distintas. La tierra prometida está en su corazón y en su espíritu. 
Yo no quiero tierras. No tengo tiempo ni vocación para cuidarlas. Yo mismo soy un damnificado de la crisis y lo único que me preocupa es mantener mi puesto de trabajo y tener un sueldo digno. ¿No me podría cambiar Dios la tierra prometida por un puesto de trabajo fijo y  mejor? 
Los dos trajeados empiezan a perder la compostura. Se les nota inquietos. No representamos a ningún club social. Le ofrecemos la paz eterna en el cielo junto al creador. Deje sus vínculos terrenales y Dios Padre le recompensará con una vida eterna a su lado. 
Es tentador. Ahora mismo salgo de una siesta y no estoy en condiciones de pensar y tomar una decisión de tal trascendencia. Pues vendremos otro día que usted quiera y que esté en condiciones de mantener una conversación sincera con nosotros y consigo mismo. Que tenga la inteligencia puesta y que pueda actuar con respetuosidad. 
¡No! No vuelvan. Invertiremos el tiempo en cosas más provechosas. De todas formas no estoy interesado en tierras ni en vidas eternas. Debo ser coherente conmigo mismo. Salud.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Ejecuciones.

Parece que no, pero nos estamos acostumbrando -o no, es una expresión- a ejecuciones gratuitas, asesinatos en directo y cosas así. Alguien asesina. Lo graba y lo cuelga en Internet deliberadamente y con total impunidad. Las redes sociales se llenan de este tipo de contenidos supuestamente para despertar conciencias o agitarlas simplemente. Últimamente he visto varios y no me ha gustado nada. Mas que despertar la conciencia me han dado ganas de vomitar porque es repugnante. Definitivamente hemos perdido el sentido de la crítica, el sentido común y el sentido de la justicia que deberían de acompañarnos siempre.
Aunque este tipo de cosas aparezcan en las redes sociales y en los medios de comunicación on-line no se trata de periodismo. Esto no es periodismo, ni literatura, ni cultura, ni crítica social. No es poético ni romántico ni nada de estas cosas. No deberíamos seguirle la corriente al imbécil que hace estas cosas. Es propaganda gratuita y de la mala. Ni siquiera es un acto de justicia para difundir injustícias. No. Por aquí no paso. No se puede mostrar una ejecución o asesinato en directo para llamar la atención de la sociedad. Una voz en off te explica quién es el bueno y el malo y te conduce para que no te pierdas. Visto lo visto, todo es malo. Es un acto de cobardía.
He visto recientemente acribillar a balazos a un dictador, a una mujer afgana y a un soldado sirio. Todos indefensos y sin juicio previo. Todos con público aplaudiendo. Es increíble. Definitivamente necesitamos más cultura porque no hemos evolucionado lo suficiente. Los que nos creemos inteligentes hemos caído en la trampa y hemos visionado esta porquería. No volveré a hacerlo. Me da igual de dónde venga. Es una réplica vulgar del morbo que generaba entre el público romano que un gladiador matara a otro para conseguir aplausos como si de un actor importante se tratara. La diferencia es que el gladiador lo hacía por imposición a costa de perder su vida. Los de ahora lo hacen para enaltecer su ego y su mala puntería.
Hay algo que se llama justicia, leyes, tribunales, jueces, letrados y fiscales que aplican la ley. Estaremos de acuerdo en que la justicia -en algunos sitios- es un cachondeo. Pero es lo que hay. Si la justicia nacional no funciona se pasa a la internacional. La justicia practicada por uno mismo no tiene justificación. Deslegitima lo que se está haciendo y por lo que hemos luchado. Tienen mi total desprecio. Observo que además de que falta justicia también falta diplomacia. El lado oscuro de todo esto es la manipulación. Quieren que les veamos como pueblo oprimido y desesperado. Asesinar en directo y que te aplaudan es ponerte a la altura del dictador de turno al que se está criticando. Hacen lo mismo. Son enfermos mentales con metralleta en la mano y dedo tembloroso en el gatillo que se les va a la primera de cambio. El supuesto héroe es el asesino o viceversa que para el caso es lo mismo.
En el siglo veintiuno esto no se puede permitir. Esta gente no tiene que encontrar eco a sus fechorías. No me interesan este tipo de escenas vengan de dónde vengan. Ni siquiera las imágenes de los muertos a los que exponen como si de un concurso televisivo se tratara. El medio de comunicación que publique estas cosas será vetado, a partir de ahora,  por el editor de este blog. Vamos a ponernos serios. También he tomado nota de los países que no practican la diplomacia de una forma adecuada para evitar estos estragos. Nadie es dueño de nadie. Somos inquilinos de una tierra heredada y que tenemos que dejar a las generaciones que nos siguen. En buenas condiciones. Y a ser posible, en mejores condiciones de cómo la hemos encontrado. Con una justicia social que funcione. Tenemos que dominar las situaciones y las emociones con la razón y el pensamiento. Lo único que no podremos dominar serán algunos desastres naturales. Nada más. Que nos quede claro el concepto de justicia porque parece que lo hemos olvidado o confundido con otra cosa. Salud.

domingo, 5 de agosto de 2012

Llegará Septiembre.

Llegará Septiembre. El turismo masivo y necesario se irá. Se aplicarán nuevos recortes y la gente estará más empobrecida. Habrá menos trabajo y las listas del paro aumentarán. Los sueldos de los que tengan trabajo serán más bajos -no me estaba refiriendo a los políticos precisamente-. Más horas de trabajo. Retenciones más elevadas. Menos dinero circulando y la gente que ya ha aprendido a recortar no gastará. Los comercios se verán abocados a tener que cerrar porque ya no venden ni en rebajas. La gente, en Septiembre, querrá seguir leyendo. Tendrá la misma necesidad de leer. Pero las cosas serán bien distintas. Los libros en papel no deberían padecer esas repercusiones pero la sombra de los impuestos es alargada y llegará. Si los editores se muestran inteligentes podrían incluso subir las ventas del libro en papel al mantener su tributación. Los libros electrónicos se consideran un lujo y tributarán más. Serán más caros pues. Todo se verá a partir del mes de Septiembre. Porque llegará Septiembre. Ya se que el contenido es lo que vale y que el formato dónde esté escrito es un complemento. Que lo escrito es lo único que importa y no si es papel o electrodoméstico. Pero yo necesito el papel. Oler el papel y la tinta. Tocar el papel, subrayar frases, anotaciones al margen, doblado de esquinas  y poner un punto cada vez que dejo el libro para no perderme. Al libro se le quiere y se le aprecia. El e-book es distinto a lo que acabo de exponer. Es otra cosa. De momento no me sugiere nada. Ya veremos. Llamadme nostálgico. Me da igual. Seguramente es así.
Aunque el impuesto del libro en papel no se vea alterado seguramente se venderá menos y con dificultad aunque no debería de ser así. Pero en Septiembre la gente será más pobre y lo primero son las necesidades básicas. Incluso antes que la literatura. Con todo este panorama a la vista las editoriales seguirán apostando por el libro seguro. Por el autor seguro. Por el género literario seguro. Los nuevos autores no tendrán cabida. Hace falta viento fresco. Brisa limpia capaz de mover cortinas. Olor a nuevo. Historias jamás contadas ni pensadas. Pero que están escritas en espera de un editor que confíe. Mucha gente escribe y todo el que escribe quiere publicar y las editoriales se ven desbordadas. Hay que medir al milímetro lo que sale al mercado. Con todo esto los nuevos escritores se han buscado la vida por su cuenta. Se ofrecen a grandes empresas del sector en electrónico. Publican sus obras de forma gratuita o parte de ellas. Tienen éxito en las cuentas de redes sociales. Se publicitan tanto como pueden y la gente les sigue. Los lectores leen por curiosidad y descubren a  nuevos escritores. Gente que tiene cosas que decir y las dice bien. Los talentos ocultos afloran. Por Internet las noticias corren que vuelan y el público lo sigue. lo consume y le gusta.
Las grandes editoriales pueden leer por cincuenta céntimos de euro o euro y pico libros que han desechado. Luego se interesan y quieren fichar. Posiblemente sea tarde. Seguro que será más caro y en Septiembre habrá menos dinero para destinar a la cultura en general y a los libros en particular. Llegará Septiembre y la gente tendrá menos dinero. Los impuestos habrán subido. Las retenciones también. La gente será más pobre en Septiembre. El papel seguirá gustando pero no habrá dinero para comprar y habrá que cambiar al libro electrónico que será más caro como tal pero más barato que el libro convencional. Con lo que costará un libro en papel se podrán comprar una docena de libros electrónicos. Casi nada. Habrá que seguir alimentando la necesidad de la lectura. El ser humano es un ser de costumbres pero con una gran capacidad de adaptarse. Enseguida cambiará el papel por la tableta donde guardar cientos de libros y pasearlos por cualquier sitio.
El ministro del ramo pasará a la historia por ser el tonto del culo más inculto. Por no ser sensible a la cultura. Esto son palabras graves y peligrosas. Yo he aprendido a piratear. Instinto de supervivencia. En las tabletas podremos ver óperas, representaciones teatrales, musicales, conciertos, etc. El consumidor no es tonto sino exigente. Querrá seguir viendo pero a un precio razonable. Se pondrá al día de estas tendencias. Es hora de ir pensando cómo afrontar esto porque llegará Septiembre. Las redes sociales son el punto de partida. No debemos llegar a esta cita en pecado sino confesados. Hay que hacerse con un buen soporte para que tenga cabida todo lo cultural. Estoy en condiciones de poder opinar que el gobierno ha optado por el camino equivocado y que ingresará menos en contra de lo que espera. A ver venir. Estaremos pendientes de cuando llegue Septiembre. Salud.