miércoles, 8 de agosto de 2012

Ejecuciones.

Parece que no, pero nos estamos acostumbrando -o no, es una expresión- a ejecuciones gratuitas, asesinatos en directo y cosas así. Alguien asesina. Lo graba y lo cuelga en Internet deliberadamente y con total impunidad. Las redes sociales se llenan de este tipo de contenidos supuestamente para despertar conciencias o agitarlas simplemente. Últimamente he visto varios y no me ha gustado nada. Mas que despertar la conciencia me han dado ganas de vomitar porque es repugnante. Definitivamente hemos perdido el sentido de la crítica, el sentido común y el sentido de la justicia que deberían de acompañarnos siempre.
Aunque este tipo de cosas aparezcan en las redes sociales y en los medios de comunicación on-line no se trata de periodismo. Esto no es periodismo, ni literatura, ni cultura, ni crítica social. No es poético ni romántico ni nada de estas cosas. No deberíamos seguirle la corriente al imbécil que hace estas cosas. Es propaganda gratuita y de la mala. Ni siquiera es un acto de justicia para difundir injustícias. No. Por aquí no paso. No se puede mostrar una ejecución o asesinato en directo para llamar la atención de la sociedad. Una voz en off te explica quién es el bueno y el malo y te conduce para que no te pierdas. Visto lo visto, todo es malo. Es un acto de cobardía.
He visto recientemente acribillar a balazos a un dictador, a una mujer afgana y a un soldado sirio. Todos indefensos y sin juicio previo. Todos con público aplaudiendo. Es increíble. Definitivamente necesitamos más cultura porque no hemos evolucionado lo suficiente. Los que nos creemos inteligentes hemos caído en la trampa y hemos visionado esta porquería. No volveré a hacerlo. Me da igual de dónde venga. Es una réplica vulgar del morbo que generaba entre el público romano que un gladiador matara a otro para conseguir aplausos como si de un actor importante se tratara. La diferencia es que el gladiador lo hacía por imposición a costa de perder su vida. Los de ahora lo hacen para enaltecer su ego y su mala puntería.
Hay algo que se llama justicia, leyes, tribunales, jueces, letrados y fiscales que aplican la ley. Estaremos de acuerdo en que la justicia -en algunos sitios- es un cachondeo. Pero es lo que hay. Si la justicia nacional no funciona se pasa a la internacional. La justicia practicada por uno mismo no tiene justificación. Deslegitima lo que se está haciendo y por lo que hemos luchado. Tienen mi total desprecio. Observo que además de que falta justicia también falta diplomacia. El lado oscuro de todo esto es la manipulación. Quieren que les veamos como pueblo oprimido y desesperado. Asesinar en directo y que te aplaudan es ponerte a la altura del dictador de turno al que se está criticando. Hacen lo mismo. Son enfermos mentales con metralleta en la mano y dedo tembloroso en el gatillo que se les va a la primera de cambio. El supuesto héroe es el asesino o viceversa que para el caso es lo mismo.
En el siglo veintiuno esto no se puede permitir. Esta gente no tiene que encontrar eco a sus fechorías. No me interesan este tipo de escenas vengan de dónde vengan. Ni siquiera las imágenes de los muertos a los que exponen como si de un concurso televisivo se tratara. El medio de comunicación que publique estas cosas será vetado, a partir de ahora,  por el editor de este blog. Vamos a ponernos serios. También he tomado nota de los países que no practican la diplomacia de una forma adecuada para evitar estos estragos. Nadie es dueño de nadie. Somos inquilinos de una tierra heredada y que tenemos que dejar a las generaciones que nos siguen. En buenas condiciones. Y a ser posible, en mejores condiciones de cómo la hemos encontrado. Con una justicia social que funcione. Tenemos que dominar las situaciones y las emociones con la razón y el pensamiento. Lo único que no podremos dominar serán algunos desastres naturales. Nada más. Que nos quede claro el concepto de justicia porque parece que lo hemos olvidado o confundido con otra cosa. Salud.