Esta es mi palabra.
Libre y sencilla.
De corazón generoso
y de alma en apetito.
De poeta enamorado
de un mar en calma
y espuma en la orilla.
Palabra que no es muda.
Que ni turba ni espanta.
Palabra de poeta
que gime al viento.
mientras mueve el aire.
Que busca fronteras
y las traspasa.
Palabra de buena mañana
tapada de escarcha
que anida en la soledad
porque se siente herida.
Que escucha y dice.
Una y otra vez con destreza
para que llegue
en forma de poesía.
Palabras sin tristeza ni llanto
de cuando la soledad es compañía.
Palabras esperanzadas
dichas con melodía.
Esta es mi palabra
libre y sencilla.
Palabras atormentadas
escritas en la niebla.
Palabras de ternura escritas
una noche sosegada.
Con espinas de rosas
para que nadie las toque
y simplemente las lea.
Palabras de gozo
acompañadas de vino.
Palabras que guardará el poeta
y que recitará cada día
hasta que se las lleve el olvido.
Se escribe la poesía
en primavera y otoño,
en verano y en invierno.
Versos y más versos
antes de que llegue el sueño
de la noche.
La poesía escrita
desde la memoria y el recuerdo.
Describe la bruma del horizonte
y las cenizas
que el viento se lleva.
Que habla de nosotros mismos
de promesas quemadas
y de pasiones consumidas.
Pero fíjate
que aunque sea ceniza
permanece unida.
Que no sople el viento, pues.
El sol permanece oculto
por las nubes.
Los versos no riman.
Habrá que recoger las cenizas
y recomponer las promesas.
Devolvernos las miradas.
Cambiar silencio por palabras
y recuperar lo de antes.
Volver a encender el fuego
si hace falta.
El que no quema,
pero da calor.
El de la pasión y la ilusión.
Recogeremos estrellas
y nos diremos palabras adultas.
Mientras superamos el vértigo
del momento
De la poesía libre
porque dice la verdad.
Los versos escritos en la noche
antes de que llegue el sueño.
Cumpliremos las promesas
e iremos de la mano.
Dónde nos conduzca el sendero
o dónde nos lleve la marea
sin brumas ni susurros.
Que el tiempo es propicio
para que se escriba poesía.
Que los almendros
ya están en flor.
La percepción limitada
del lenguaje de la vista.
En la distancia y en el tiempo.
En los sentimientos.
En la oscuridad de la noche
cuando nos dice cosas calladas.
Aceptaremos el infinito
como punto de encuentro
cuando el sol se pone.
Nos haremos invisibles
cuando caiga la nieve
sobre nosotros.
Quedará la silueta
sobre la nieve blanca.
También la niebla
marcará nuestra silueta
a la luz de la luna.
Aunque sea por un instante.
Lo que no comprendo
no existe y no lo escribo.
Por eso
quedan páginas en blanco
de instantes y de recuerdos.
Vamos a revivir sentimientos
para dejar de silenciarlos.
Y que vuelvan.
Atrapado en la ventisca
necesito compañía
que amaine la tormenta.
Recuperar el aliento
y ahuyentar miedos
que se van con el viento.
Desgarrador llanto
de silencios de la noche.
Palabras al viento
que caen al mar
y éste me las devuelve
con las olas.
Para poder escribirlas.
Dejando huellas de tinta
porque caminan descalzas.
Sobre el papel.
Que no se borren.
Que no se olviden.
Pisando caminos.
Nadando océanos.
Pensando lugares.
Imaginando personas.
Llenando espacios.
Descubriendo momentos
mientras acaricio tu cuerpo
con los ojos cerrados
para que parezca real.
Los silencios de la vida
son libres.