Matías Ayala Carpio.
A las siete en punto de
la tarde, Matías se viste y sale a escena para recitar una de tantas obras
maestras que han marcado su vida.
De las que le hubiera
gustado ser el protagonista, pero no fue elegido. Ahora que está jubilado y
vive en los sótanos del teatro aprovecha para hacer lo que siempre soñó.
Se mueve con soltura
por el escenario. Habla y gestualiza cada acto con un relieve estético y
poético. Su vida pasada aflora y recupera paisajes perdidos porque la palabra
es más veloz que las consecuencias.
Se emociona con los
aplausos de ese público que le hubiera gustado tener.