En verdad, en vardad os digo hermanos que esta va a ser la última entrada de la serie "peregrino". Es la historia del último calvario que sufrimos con los controles de seguridad del aeropuerto. La concordia y el amor de los que peregrinan juntos tendrá su recompensa. La impaciencia es provocada por el demonio y va en contra de dios. Esta verdad nos fue predicada por el santo padre franciscano Emerito en visperas de la partida y así se hizo.
Nos despiertan a la una de la madrugada. Salimos a las dos y llegamos al aeropuerto a las tres. Controles a pasar:
1.- Un adolescente vestido de policia te pide el pasaporte y comprueba que eres tú. Si eres tan insensato que te has cambiado el peinado, o te has dejado barba o te la has afeitado, o te has puesto gafas o no las llevas, perillas, moños, etc. Mal. Pueden llegar a venir hasta tres policias y comprobar entre todos que realmente tu eres tu y el pasaporte es tuyo porque el de la foto eres tú. Comprobado este simple trámite te ponen una etiqueta en el pasaporte con una clave y la misma etiqueta con la misma clave a todo aquello que digas que es tuyo y que ya no podrás dejar.
2.- Otro policía viene con un pamfleto plastificado con preguntas y respuestas. Señala con el dedo la pregunta -en castellano, por supuesto- y tu señalas la respuesta correcta. Este control es aleatorio y una de las preguntas es si llevas armas encima o en el equipaje.
3.- Examen oral. Una adolescente vestida de policía y que habla nuestro idioma pregunta, aleatoriamente, si nos han regalado algo, si conocemos al grupo, si se ha incorporado alquien al grupo desde que hemos llegado, etc. Es el mejor momento para desquitarte con tu peor enemigo o gastarle una broma a tu mejor amigo.
4.- Control de escaner para el equipaje que vas a facturar. Allí no se factura y ya está. Te pasan por un inmenso escaner el equipaje que facturarás y tu delante mientras miran el contenido de lo que después meterás en la bodega del avión.
5.- Revisión del contenido que acaban de visualizar a través del escaner. Abra la maleta y enseñeme todo. Ahora vuelva a cerrar la maleta y vaya a facturar. A todo esto que las pegatinas que lleva todo tu equipaje que concuerde con el que llevas pegado a tu pasaporte (esta prueba era aleatoria y yo asistido por dios no la pase).
6.- Facturación. Aunque sean judios y por ende inteligentes, al trabajar para iberia se vuelven tontorrones -beneitarros-. Primero dos colas y luego, por orden del responsable, cuatro colas para agilizar. A los dos minutos el irresponsable ordena que entreguemos todos los pasaportes para sacar tarjetas de embarque a la misma velocidad y eficacia que antes, pero ahora mezclando a todos con todos. La ira de dios ya empezaba a manifestarse. Era su represalia hacia los ateos amontonados enfrente de los mostradores de iberia.
7.- Despues de facturar otro poli que te coge el pasaporte, comprueba las pegatinas con lo que llevas en la mano y comprueba la foto para asegurarse de que tu eres el dueño del pasaporte y no has dado el cambiazo.
8.- Otro control rutinario y facilón. Se trata de comprobar que la tarjeta de embarque esta a tu nombre y que tu eres el que figura en la foto de tu pasaporte.
9.- Control del equipaje de mano por el escaner y tu por el arco que detecta metales y pita por cualquier cosa.
9.- Control de aduanas. Vuelven a mirarte fijamente a la cara y a la foto del pasaporte y comprueban que todavía sigues siendo tu el que va a volar y que sigues siendo tu el de la foto y por tanto el dueño del pasaporte y de todo lo que has facturado. Te estampan el puto sello y ya puedes salir.
Ahora ya eres libre de hacer lo que te de la gana, a saber: ir cagando leches hacia la puerta de embarque porque ya está abierta y la mitad de los peregrinos ya ocupan sus asientos y tienen ganas de despegar.
LLegada a Madrid. Traslado a la terminal nacional. Control de aduanas para asegurarse de quien ha llegado eres tú porque la foto del pasaporte coincide con tu careto -despues de todo lo que hemos vivido es pura coincidencia-. Control de arco detector de metales. A ver si nos aclaramos. Despues de todos los controles que pasamos en tierras de jesus para salir, y sin dejar de correr por la terminal, te hacen pasar otro control por si llevas armas o cualquier cosa prohibida lo cual es imposible pero ellos no lo saben. Lo que no había pitado en Israel pita en Madrid. Ya lo dijo el apostol san Pablo en uno de sus escritos, no os confieis de los seguratas de aeropuerto porque ellos siempre sabran más que vosotros aunque no lo parezca. Vale.
Si alguien quiere repetir viaje le aconsejo un cursillo de mantener la calma y llevar pastillas de paciencia para tomarse una cada ocho horas antes de las comidas. Para terminar un resumen de lo que he aprendido como peregrino: la verdadera sabiduría es un don de dios, de los labios del necio salen discordias, el impaciente se busca su daño, antes de que haya humos habrá fuego, cuando mueras -si eres ateo- irás al infierno y tus oraciones ya no valdrán, búscate una mujer por esposa que hable bien de tí y que te lleve el pasaporte y el carné, se temeroso de dios o serás castigado, haz bien tu trabajo y hazte merecedor de la alegría de dios, bendice a dios a todas horas y tendrán buenas cosechas, escucha al padre Emerito que es un hombre santo. Salmo 108 del libro de la sabiduría. Salud.