miércoles, 20 de julio de 2011

El amigo

Hoy es un buen día. Quizá el día más adecuado para decir que tengo un amigo que tiene un amigo. Mi amigo se gana la vida con el sudor de su frente mientras trabaja de vigilante de seguridad privada en el centro de internamiento para pacientes crónicos que hay en el camino de Jesús de Palma. 
La enfermedad crónica que padecen estos internos tiene que ver con el centro que regula las entendederas y que algunos homínidos solemos tener en la cabeza. Diríamos que son unos incomprendidos para el resto de la sociedad que los ha apartado. El amigo de mi amigo es uno de ellos y lo llamaremos Ángel porque así se llama. Cuando mi amigo empezó a trabajar en este centro para gente con problemas mentales le explicaron la necesidad y la importancia de empatizar con todos los internos y hacerse amigo de ellos para que la convivencia resultara lo más fácil, pacífica y tranquila para todos. Así lo hizo y así les fue a todos. Pura rutina. Algunos internos dopados hasta el punto de no aguantarse y caerse y mi amigo hablando con ellos de lo que fuera por muy inverosímil que pareciera y que era la mayoría de las veces. Otros, simplemente, parecía que no eran de este mundo. Estaban a lo que estaban mientras estaban en babia. 
Mi amigo se hizo amigo de Ángel al que nacieron hace unos sesenta y pico de años. Durante más de dos años han convivido horas y más horas. Han hablado de los temas más diversos. Ángel es culto. Lee prensa y libros de temáticas diferentes. No fuma. Se entretiene con algunos programas de televisión e incluso navega -de forma restringida- por internet. La mayor parte del día lo dedica a pasear por el recinto con la mirada perdida que le provoca la medicación y el aburrimiento. Tiene un andar tranquilo, manos cogidas atrás o en los bolsillos y en situación  de estar pensando constantemente. Dos años después de que mi amigo vigilante de seguridad hubiera conocido a su amigo Ángel empezó a manifestarse la incógnita de porqué estaría internado. La idea cobraba fuerza. Llegando  al punto de la obsesión. Resultaba del todo incomprensible que una persona seria, responsable, tranquila, educada, meticulosa en todo, anónima y que incluso sugería ser inteligente estuviera recluida en este tipo de centro. Un día la curiosidad le pudo y se lo preguntó. ¿Desde cuando estás aquí, Ángel? Me internaron cuando tenía veinte años. ¿Y qué pasó para que esto ocurriera? Antes de contestar Ángel miró a su alrededor para asegurarse cierta intimidad. Lo agarró por el brazo y se apartaron de todo. Se acercó lo más que pudo al oído de mi amigo y se explicó. Yo era piloto de ovnis. Un día en una misión mi ovni se estrelló en el Puig Major. Quedé herido y al día siguiente la guardia civil me detuvo y me internaron aquí. Me vigilan constantemente. Están escondidos pero siento su presencia. Hace algunos años que instalaron cámaras por todo el recinto para tenerme controlado. Lo que no saben es que nunca les diré quién soy en realidad, ni los detalles del ovni ni nada que ponga en peligro la seguridad de mi planeta ¿entiendes? ¡Sí, claro! Desde ese día sus relaciones no han cambiado nada y siguen siendo amigos pero sin hablar del tema. 
Un día que Ángel estaba junto a la puerta de entrada mirando lo que pasaba fuera un coche dio un quiebro en la misma entrada y perdió el control. Quedó literalmente empotrado en el pilón que sujeta la barrera de apertura automática de entrada que se rompió al instante. El ruido fue grande y provocador y desde el mismo momento acudieron asistencias para ayudar al conductor que fue sacado de su asiento medio aturdido y conmocionado. No recordaba muy bien lo que había pasado por lo que a duras penas se explicaba de forma coherente sobre el particular.
Cuando llegó la policía local para realizar el correspondiente atestado de lo ocurrido empezaron a recabar información de los presentes y de los ausentes que hubieran escuchado algo. Los primeros relataban de forma pormenorizada lo que habían visto y los segundos se limitaban a contar lo que habían oído. La policía local hizo un croquis conforme a los testimonios con mas o menos acierto. Hicieron fotos y tomaron medidas. La cuestión es que todo en su conjunto no cuadraba. Faltaba algo. No se entendía lo que había ocurrido. Era, simplemente, inverosímil. Toda la información de lo ocurrido no explicaba nada por mucho que se esmeraron y lo intentaron.
Ángel observaba a cierta distancia. Ya sabéis. El amigo de mi amigo que está internado en el psiquiátrico. Estaba quieto y pensativo. Se decidió y se acercó a dar su versión. Quería hablar con la policía pero el director creyó que no era oportuno. ¡Déjelo, no se preocupe. Cualquier cosa que pueda aportar nos puede servir! Es que no está bien de las entendederas. Es un interno desde hace muchos años y lo único que podría aportar es más confusión. Deje que hable le dijo uno de los locales de forma enérgica. Ángel, por una de esas casualidades estaba en una muy buena posición para observar lo que había ocurrido. Como si hubiera previsto lo que iba a pasar y hubiera cogido sitio en el mejor lugar posible. Empezó a relatar todo lo ocurrido sin conjeturas, ni suposiciones, ni sospechas. Con total seguridad. De aspecto frágil y delicado pero con una fuerza mental que llamó la atención a la policía. 
El coche ha tomado la curva de entrada a una velocidad prudente y adecuada. Pongamos a unos trece kilómetros por hora. Entrando en la curva se ha escuchado un chasquido seguido de un golpe seco debido a la rotura del eje transversal justo en el punto de unión con el pivote que sujeta y une la amortiguación con la rueda delantera izquierda lo que ha provocado que el conductor haya perdido el control. Cuando ha intentado girar el volante para esquivar el pilón de la barrera, la rueda delantera izquierda ya estaba suelta y ha arrastrado el coche de forma lateral hasta que ha parado. Esta es la marca de los neumáticos, señalaba con precisión. No hay marcas de frenado porque no ha frenado. No le ha dado tiempo. Estas marcas de goma, repetía, son del derrape de la rueda cuyo eje se ha roto y ha dejado suelto el amortiguador. Tal como está roto y abollado el capó y estas piezas sueltas del pilón se corresponden con la versión que acabo de darles. Si tenéis un programa informático adecuado lo podréis comprobar fácilmente con una simulación.
No era normal ni frecuente encontrar un testigo que relatara lo que ha visto y oído con tal precisión. Los policías locales se acercaron y se agacharon con las linternas encendidas enfocando debajo del coche. Lo que Ángel ha dicho es completamente cierto, comentó un policía a otro. Comentaron con el director del centro que lo relatado era rigurosamente cierto y quedaba aclarado. El director insistió de que no le dieran más importancia a la versión de un interno que lleva desde joven  en tratamiento y que no demuestra mejoría en su estado mental sino estancamiento. ¿Seguro que este señor necesita estar ingresado? Porque conozco muchos que podrían ocupar su lugar. El director insistía. Dice que es de otro planeta, que tripula ovnis y está esperando que vengan a buscarlo. Pues muy bien podría esperar fuera con total libertad y menos pastillas y dejar sitio para otros con más necesidad. Mire que le digo, espetó el policía de más rango. Conozco demasiados que podrían sustituirle aquí dentro. De todas formas estará a disposición del juzgado de guardia por si se requiere su testimonio.
Pese a todo Ángel sigue internado y tomando pastillas. Deambula por el centro jugando al despiste con las cámaras de seguridad. Mi amigo el de seguridad que este día estaba de guardia y presenció todo sigue con sus dudas de su verdadera identidad y la de su pasado. Esas cosas que pasan a veces y nos desconciertan. Piensa lo que quieras pero lo que acabas de leer es verdad. Salud.

lunes, 18 de julio de 2011

El libro

Los editores están nerviosos. Venden poco y mal. Se reunen para activar estratégias nuevas que impulsen el sector del libro. Nada. Se vende poco. Los directivos dicen que las ventas de libros han bajado entre un diez y un veinte por cien. El libro infantil y juvenil sólo un cinco por cien. Pero nadie dice cuanto se lee sino cuanto se vende. Son dos cosas distintas. Comprar muchos libros no es sinónimo de leerlos. Pero esto es otra cosa. Los entendidos en el tema apuntan el resultado de sus investigaciones como algo positivo, pero estas investigaciones y estos resultados no dan dinero. Dicen que el número de títulos publicados y la cantidad de temáticas tratadas han ido en aumento y que tienen una calidad superior a la media globalizada y esto está avalado, además, por la cantidad y calidad de los premios. Afirman que los lectores son muy fieles porque siempre son los mismos los que compran libros aunque algunos nos hemos pasado al libro de bolsillo y nos ahorramos un sesenta por cien. En verano el libro que más se vende es el infantil y juvenil porque lo compran los padres para sus hijos aunque queda por demostrar cuanto se lee de lo que se vende de este tipo de libros que los jóvenes y menos jóvenes, en verano, se dedican a otras cosas.
Esto es un problema. Toca, por tanto, analizarlo seriamente y en profundidad para intentar solucionarlo. Hay gente que compra poco porque el libro es caro. Pero lee mucho, o mejor, relee y piratea libros electrónicos. Hay gente que lee poco porque le falta motivación. Habrá, pues, que bajar los precios y motivar al potencial lector. Dentro de este embrollo aparece un estudio serio realizado por una cátedra de una universidad en la que enumera los motivos reales por los que los lectores compran uno u otro libro indistintamente de lo que cueste y de su contenido. Entre los factores están el dibujo de la portada y el tipo de letra del título del libro como el de su autor. El resumen de la trama que aparece en la contraportada. El tipo de papel, el tipo de letra e incluso el olor del libro. Parecerá una tontería pero son cosas que yo sí miro, me fijo y, en ocasiones, me influye. Hay autores que son sinónimo de calidad literaria y que se pueden comprar y leer porque su lectura resultará interesante. Otros son desconocidos o primerizos y comprarlos resulta una aventura cara. De ahí la importancia de un buen diseño del libro y de sus características antes descritas. Las tapas rígidas no ponen. La sobretapa molesta. El tipo de letra y su tamaño también importa y mucho. El libro que viene envuelto en celofán y no se puede ojear, ni se toca. Al libro hay que abrirlo, leer algunos párrafos cogidos al azar, papel casi rugoso o rugoso fino de haber sido reciclado, olerlo, tocarlo, leer la sinopsis, etc. Después de todo este ritual decides si compras o no. Es la nostalgia del libro y el convencimiento de que nunca va a desaparecer como lo hizo el vinilo, el casete, el reproductor de cedes, la cinta de vídeo y otras cosas. No me quiero equivocar. No creo que pudiera vivir sin un libro entre manos. Salud.

domingo, 17 de julio de 2011

Ramón Llull I

En 1332 nace en Mallorca Ramón Llull o Raimundo Lulio como se le conocerá después. Se le considera uno de los primeros escritores en usar una lengua neolatina para expresar conocimientos filosóficos, científicos y técnicos. Se le atribuye la invención de la rosa de los vientos. Personaje longevo donde los haya y que sólo por esto ya suscita envidia ya que falleció en 1316 a la edad de 84 años de aquel entonces. Tiene mérito después de haber padecido múltiples enfermedades, naufragios, envenenamientos, torturas, encarcelaciones, dietas extravagantes en países exóticos  y un sinfín de calamidades. Su vida se me antoja apasionante a la par que estresante y densa de contenidos. 

Filósofo, poeta, místico, teólogo y misionero mallorquín. Casado, padre, esposo, tutor de un hijo de rey, viajante insaciable, mayordomo, anacoreta, escritor de ensayos y un largo etcétera que parece no tener fin. La vida contemplativa en la isla le proporciona el tiempo y el sosiego necesarios para la meditación y la escritura cuya lectura es todo un lujo para los sentidos.

En un momento de su ajetreada vida -y quizás por ello- sufre alucinaciones en forma de apariciones por las que decide dejar todo bien material y dedicarse a la conversión de los infieles. Esta fue la peor de las enfermedades que padeció y de la que no se curó. Es una lástima que una tontería de estas empañe un currículum. Este estado obsesivo y compulsivo por predicar las bondades del cristianismo a los no creyentes, pasando éstos de ser mentes libres a estar sometidos a unos mandamientos católicos. Fue una persona sabia e inteligente pero en este último punto se delató su debilidad mental en el aspecto de que todo se mueve o existe por la gracia de dios. Grave error con el que toparon muchos otros ilustres.

Pero no era de esto de lo que quería hablar. Yo quería aprovechar la genialidad de Llull para hablar de literatura, de ensayo y de humanidades. De expresarse a través de la escritura e incluso de la oratoria. Nuestro amigo Ramón Llull siempre sostuvo el convencimiento de que cada palabra, por sí misma, estaba dotada de una cierta belleza. Una belleza literaria por cómo suena una palabra al pronunciarla y por el significado real o ficticio que se le quiera dar puntualmente en un escrito. Además de una belleza estética que tiene una vez colocada en el punto adecuado de un escrito o de una oratoria. Ramón Llull descubrió esa disposición natural a la belleza de cada palabra, las colocó de forma estratégica en cada uno de sus escritos o discursos consiguiendo la excelencia de sus obras. Va más allá y afirma que la palabra hablada o escrita tiene un significado evidente pero que este significado no es lo más importante. La importancia radica en lo que una persona quiere dar a entender con la palabra. No tanto lo que significa en sí misma sino el significado que quieres darle según la coloques en un sitio o en otro y la pronuncies de una manera o de otra. Acertar en esto le cuesta años de trabajo. Entenderlo, en mi caso, me cuesta horas y días.
La excelencia de la escritura y la oratoria está en colocar las palabras en un lugar adecuado y estratégico para indicar o significar lo que él quiere y quién lea o escuche entienda el significado que él pretende. De esta forma nunca ha habido falsas interpretaciones y ha conseguido un efecto retórico envidiable. Lo fácil es lo que se quiere expresar. Lo difícil es saber cómo lo puedes expresar, que palabras puedes o debes utilizar y dónde colocarlas según el contexto y la finalidad. 
La vida de Ramón Llull, en su época de Caballero y antes de cumplir los treinta según biografía escrita por él mismo transcurre plácidamente en palacio y rodeado de gente de mucho linaje aunque de poca letra. Sus escritos llevan el sello de esta situación y son, básicamente, historias más o menos adornadas de escaramuzas entre caballeros y de sus batallas en defensa de su rey y por aquello de aumentar su hacienda cueste lo que cueste y a quién le cueste que eso es lo de menos. Apunta maneras obsesivas por escribir bien y agradar sobre todo a las mozas de palacio por lo que estudia gramática, sintaxis y oratoria que le servirán, al principio, para ligar. Estudia otras disciplinas básicas y estrategia militar. Él mismo reconoce que tiene éxito con las mujeres. Su estilo marca tendencia en la corte. En prosa o en poesía. Sus escritos parecen elegantes porque están muy adornados y son ceremoniosos aunque la temática no es nada profunda, nada elaborada y en ocasiones roza la vulgaridad.
Tiene sus momentos de gloria y cierto esplendor con algunos duelos dialécticos que mantiene con caballeros destacados porque cuida la oratoria y cuando habla vence y convence y máxime cuando en palacio hay demasiadas mujeres necesitadas porque sus esposos están mucho tiempo entretenidos en el arte de la guerra. Es consciente de sus limitaciones porque los estudios universitarios y las disciplinas importantes por las que tiene cierta curiosidad sólo están al alcance del clero y él no está en esta órbita ni mucho menos. Su trabajo y estatus en la corte no le exige gran cultura ni formación excepto la militar. Acompaña como paje y escudero al mismísimo Jaume I -el genocida conquistador- y se le encomienda que escriba todo lo que ve y todo lo que escucha o se le manda. Con esto aprende política y diplomática y a relacionarse con príncipes y señores.
La importancia literaria vendrá a partir de que cumpla los treinta y pico. Le suceden cosas importantes que él describe pero sin profundizar en el porqué, en el cómo ni en sus consecuencias. Me parece pintoresco que un paje con inquietudes intelectuales vaya a tener apariciones de Jesús y que lleguen a perturbarlo tanto que le quiten el sueño. Es el momento de buscarse un fraile confesor y se entrega a la penitencia, a obras de caridad, a la plegaria en forma de meditación y reflexión. Antes de esto se desvincula de su mujer y de sus dos hijos con los que mantiene contactos esporádicos. Deja todo bien material y se produce la conversión con todas sus consecuencias. Conversión activa y militante. Lo primero es el estudio que hasta ahora le había sido vetado por no ser clérigo y se intelectualiza en todas las disciplinas conocidas y de su interés. Perfecciona lo que ya sabe o conoce y empieza a predicar el cristianismo a los mallorquines descendientes de los musulmanes que son muchos. Es tarea relativamente fácil porque los de aquí están sometidos y sus actividades controladas y vigiladas. Es lo que había en la edad media. Con la iglesia habíamos topado y D. Miguel de Cervantes todavía no había nacido. En esto entretenía el clero su ocio. 
Hay aspectos confusos de su existencia. Al principio había interés por la estética de la palabra. Habló mucho y escribió mucho y todo lo hizo bien. Tampoco está muy claro lo que sucediera con su vida en palacio. Sus estudios primarios y básicos. Sus amoríos y sus relaciones con obispos, señores, alta burguesía, príncipes y reyes. No olvido sus contactos con el escalón más bajo de la sociedad que eran los propios musulmanes mallorquines a los que quería convertir al cristianismo. Su paso de señor burgués y acomodado a fraile franciscano lego. Su reclusión voluntaria en Randa y el monasterio de Cura para pensar, meditar y escribir. Sus largos y múltiples viajes para predicar las bondades de lo que él creía y la ampliación de sus estudios en todas las disciplinas del saber que eran muchas. En unas con más interés que en otras.
El primero de Octubre de mil trescientos once empieza el concilio de Viena que se alarga hasta el seis de Mayo de mil trescientos doce bajo el papado de Clemente V y en el que Ramón Llull destaca en muchas de las ponencias. Con tanto tiempo se trata de todo lo concerniente a la iglesia, a la doctrina, a la fe, a las bases morales e incluso a la separación de la comunidad franciscana en tres. Él se queda en la tercera orden regular que es la que actualmente hay en Mallorca. Un dato curioso es una resolución o disposición por la que se prohíben los fastos y los lujos entre los clérigos, frailes y representantes de la iglesia en general. Es evidente que esta es una de las miles de propuestas aprobadas y nunca llevadas a cabo. El mismo Ramón Llull la incumple sistemáticamente. Nuestro beato tiene servicio y la mayoría de sus criados son africanos reconvertidos del islam y a los que incluso llega a maltratar debido a su carácter agresivo que se forjó en su juventud entre caballeros y batallas. Siempre quiso cambiar pero no pudo por mucho que se empeñó y así consta en algunos escritos de la época aunque siempre terminaba pidiendo perdón.
En mil trescientos doce funda una escuela de estudios religiosos en el Puig de Randa con una gran actividad. Un año después hace testamento ante el notario Jaume d'Avinyó del que quiero resaltar la donación de todas sus obras y escritos al convento de los franciscanos de Mallorca. Los musulmanes en África se desesperan por los muchos ataques furibundos de Llull en contra del islam. Estuvieron a punto de lapidarlo. Aquí viene la confusión. Una versión de la historia dice que realmente murió lapidado y su cuerpo fallecido fue trasladado a Mallorca donde fue enterrado. Otra versión dice que resultó mal herido y murió durante la travesía desde Túnez a Mallorca. Hay otra que da detalles de sus lesiones pero que llegó vivo a la isla donde se recuperó y murió al año siguiente siendo incinerado y depositado en una capilla de la Basílica de San Francisco de Mallorca. No se cual es la verdadera y ni siquiera se si llegaremos a saberla. 

viernes, 15 de julio de 2011

De la Mancha

Cada entrada está minuciosamente trabajada desde el momento en que aparece la idea, la noticia o el acontecimiento. Rectificaciones varias de los borradores sin arriesgar la idea que quiero transmitir. Trabajo y esfuerzo hasta conseguir lo que uno quiere decir y la forma con la que lo quiere decir. Sentimientos encontrados en los momentos de abordar pequeñas dosis de autocensura hasta confirmar la idea inicial en escritura definitiva. Este es mi caso pero tengo curiosidad por conocer cómo lo hizo D. Miguel de Cervantes cuando escribió el Quijote. No se cómo lo hizo y no lo sabré nunca pero puedo hacerme una idea o inventármela. Algo así como.
...que llegando al recodo del camino pude observar, a lo lejos, la silueta de lo que vendría a ser un hombre sentado en el suelo al cobijo de la sombra de una preciosa higuera. Largo y enjuto y con mostacho y perilla al uso. Una montura pastando al sol. Un caballo flaco y huesudo. ¿Todo va bien? me pregunta D. Miguel. Eso parece y en eso me esfuerzo. Pues deje de hacer disparates y descanse a la sombra no se le vaya a derretir la sesera. Tome asiento en el suelo y me apoyé contra una roca de gran tamaño. Saque mi libreta y un bolígrafo y me dispuse para unas anotaciones. Ardo en deseos de verle escribir dijo el hombre alto y flaco. Estoy maravillado de ver lo que hace sin una mesa, un papel y una pluma. Son los tiempos D. Miguel. En eso que se levanto y me acercó pan duro, queso ovejuno y un botijo de agua fresca. En este punto sonó el móvil avisando de un mensaje. ¿Y qué ha sido ese ruido? ¿Yeste artilugio? Es para comunicarme. Quedó maravillado mientras miraba fijamente el tal artilugio y mientras yo me afanaba en contestar. Seguí escribiendo y comiendo. ¿Esto sirve para ganar batallas? No. ¿Y sirve para la lucha? No. Pero sirve para pedir ayuda si el enemigo es más y mejor. No parece que pueda hacer daño. Mejor una lanza, una espada o incluso una piedra. Es poca arma para un enemigo. Dejadme ver, dijo el caballero. Lo miró sin prisas y lo tocó cuidadosamente hasta que se encendió la pantalla y se escucho un "bip-bip". El susto fue mayúsculo y se reflejó en su cara. ¡Tente malandrín, follón, que no han de valerte tus artimañas! Llevo muchas batallas y digo que este chisme no sirve. Soltó el móvil y me espetó, aquí no se viene a escribir, desdichado, sino a pensar y a descansar. Se hincó de rodillas frente a mí. Bien podríais vivir con más grandeza si escribierais en vuestra casa. Cese vuestra torpeza si realmente sois un caballero en vez de un villano. Sosegaos, simplemente tomo notas para mejorar el contenido de la escritura.
Con vuestro beneplácito seguiré mi camino, añadió D. Miguel mientras se disponía a subir a la montura. Quedad con dios y seguid escribiendo pues. Insisto en que mejor se os daría en vuestra casa. Se fue confundido y seguramente sin entender. La inspiración hay que aprovecharla cuando viene, le grite. No se si me escucho pero siguió su camino de forma cansina y sin mirar atrás. Salud.

jueves, 14 de julio de 2011

Tufino

Es el mote de un compañero de la infancia. Estudiamos el bachillerato juntos y juntos convivimos los buenos, regulares y malos momentos de una adolescencia transcurrida en un internado con régimen de pensión completa -todo incluido- y con poca o nula relación con el exterior.
Eran otros tiempos pero eran buenos tiempos. Quizás nuestros mejores tiempos. Sólo teníamos dos preocupaciones, estudiar y pasarlo bien. Ambas cosas las llevamos a cabo con nota. Éramos un grupo de amigos homogéneo y compacto porque sólo nos teníamos a nosotros para apoyarnos.
El otro día nos encontramos en la calle y dedicamos un tiempo a ponernos al día. Su vida ha tomado una dirección incierta y casi caótica en la que se esfuerza para poner orden. Tufino siempre fue un personaje singular. Nunca supimos lo que le entretenía el pensamiento. Hablabas con él y aunque te miraba te dabas cuenta de que su conciencia y su mente estaban en otra parte.
En invierno le quitábamos las mantas de la cama y al día siguiente corríamos la voz de que habíamos pasado la noche más fría de nuestra vida y él nos daba la razón porque se había pasado la noche en vela tiritando de frío debajo de una simple sábana. En verano hacíamos lo contrario. Le colocábamos varias mantas y a la mañana siguiente decíamos haber pasado la noche más calurosa de nuestra vida y él nos daba la razón mientras chorreaba sudor por todos los poros de su cuerpo. Y mas cosas que tampoco ahora vienen mucho a cuento.
Ha tenido una vida próspera pero ahora la crisis le ha golpeado y anda mal herido. Característico en sus gestos y riqueza de movimientos. Habla más con las manos que con la boca y se expresa mejor con el cuerpo que con el habla. Perfectamente preparado para la vida. Académicamente hablando siempre fue el número uno. La crisis no entiende de lumbreras ni de gente con recursos.
Dinámico y optimista está convencido de que esto pasará más pronto que tarde y que todo volverá a los cauces de siempre. Seguro que será así. No está casado ni tiene pareja y vive con sus padres que ya son mayores aunque gozan de buena salud. Lleva unos meses volcado en prepararse un futuro totalmente desvinculado de lo hecho hasta ahora.
Ha estado enseñando por la universidad e incluso ha tenido despacho de político. Pero esto es cíclico y lo que pueda pasar cada cuatro años es una incógnita. Tiene proyectos, tiene ganas y tiene recursos intelectuales que juegan a su favor. Cada vez que hace algo se mete de lleno y garantiza el éxito. Nos hemos dicho que nos ha encantado habernos encontrado y haber hablado de nuestras cosas. Ninguno de los dos ha mentido porque es verdad.
Nuestra amistad se forjó en la adolescencia y en situaciones complicadas por lo que no se puede romper. Tengo otros amigos así. En Pep de Llubi, en Jaume d'Algaida, en Toni de Sant Joan, en Bernat de Nuro, por ejemplo. Hay más. Por unos momentos he sentido nostalgia y recuerdos de la infancia y eso me ha gustado. Que te vaya bien Tufino. Salud.

martes, 12 de julio de 2011

Padre Andrés

Queridísimo padre Andrés. Dos puntos. Estoy al tanto de sus desventuras con su monseñor obispo de Getafe que según ud, le ha cesado porque dice que es maricón. Entienda que para un ateo como yo este asuntillo entre colegas me la trae al pairo. De buen rollo. Pero Ud. sabrá.
Estoy pensando que la actitud de su obispo podría responder a una persona despechada que ha recibido calabazas y que por eso se ha encrabonado y lo está destruyendo como persona y como sacerdote. Si esto fuera así hágalo público porque aunque no fuera noticia por lo menos nos reiríamos con la gracia.
Debe de rezar más y amotinarse menos. Sabemos por unos escritos suyos lo que piensa de eso de ser homosexual. He leído algunas cosas que ha dicho sobre de que ser maricón es una enfermedad y una aberración y que sabe cómo curarse. Ha dicho que una buena relación con una buena mujer y buena religiosa y que sepa tocar bien la colita, o cosita, o falo, o ese enorme demonio que algunos hombres llevan entre las piernas, puede llegar a curar.
Estoy tentado de comprobar si es cierto. Me hace falta encontrar esa santa mujer religiosa que se preste ha hacer terapia conmigo.
La idea de ir a Roma y hablar con los mandamases de su religión no me parece una buena idea salvo que su verdadera intención sea la de hacer turismo. Que las altas esferas del vaticano están contaminadas de eso que le acusan a Ud. Si va tiene que andar con cuidado y con el culo prieto por si las moscas.
Amotinar a los feligreses y que estos se manifiesten por las calles tampoco es una buena idea. Sólo son ovejas de un rebaño que igual pastan con un pastor que con otros. No funciona y está comprobado. Sé que se ha puesto nervioso y no entiendo muy bien porqué. Si es marica pues se va Ud. a Chueca, se saca el carné y todos contentos. Un cura más o menos que padezca esta enfermedad o aberración ya no impresiona y tampoco quita el sueño. Algunos somos liberales.
Pídale una señal a su dios y que se pronuncie. Que se moje el culo, con perdón. Hay una cosa que podría cambiar el curso de la historia y que tenemos que considerarla. Que su dios se aparezca entre nosotros. Que se vuelva a hacer hombre y que aproveche para salir del armario.
No quiero ni pensar en las repercusiones. Esto sí sería una noticia de alcance y obligaría a muchos a replantearse su moralidad frente a sí mismos y frente a los demás. Para mi, comprendalo, sólo me serviría para hacer una entrada de las buenas.
De todas formas, padre Andrés, ahora en confianza, Ud. debería de dedicar su visa exclusivamente a su dios y a sus feligreses y eso del sexo dejarlo para los que somos libres y no estamos apuntados a ninguna secta. Hágame caso y no sea cansino. Haga lo que le pide el cuerpo y no lo diga a nadie. ¿A nadie? ¡No! Me olvidaba del psiquiatra.
Me he reído mucho con las preguntas que dice que le ha hecho. He llorado tanto de la risa que casi me deshidrato y me provoco un fallo renal. En plan experimental he contestado a todas las preguntas que le hizo y cuyas contestaciones provocaran que le consideren mariquita. No se lo creerá. Sale que yo también soy marica y que ya apunto maneras y esto sí que me ha acojonado de verdad porque yo me las daba de machote. Fíjese que nadie se libra.
Como dicen en mi pueblo "collons quina putada" y como dice la canción "que le vaya bonito" padre Andrés. Salud.

lunes, 11 de julio de 2011

Repaso

Doy por bueno que las bicicletas son para el verano. La frase, ahora, se ha vuelto inconclusa y sigue con: y las clases de repaso también. Que este verano algunos chavales y no tan chavales se lo pasen bien está por ver. Algunos padres justifican su egoísmo y su cobardía exculpando sus conductas casi delictivas. Los maestros  y profesores tienen muchas vacaciones. Sólo piensan en ellos y nosotros, mientras,  que tenemos que trabajar, a ver qué hacemos con los hijos. Pues los hijos, queridísimos padres, que disfruten de la vida que tiempo tendrán de pasarlo mal. Que monten en bicicleta, que vayan a la playa o a la piscina, que jueguen con sus maquinitas, que se entretengan con algún deporte, que lean tebeos, cuentos o libros de cierta seriedad, que se junten a la sombra de un árbol y que hablen de sus cosas, que se ensucien y todas esas cosas que tienen la obligación de hacer siempre que no sea delictivo porque están de vacaciones. Los padres post modernos del siglo veintiuno creen que esto es perder el tiempo y los mandan a clases de repaso. Lo moralmente criticable es que lo piensen, que lo pongan en práctica y que algunos maestros se presten a ello. Así nos va.
Desde primeras horas de la mañana andan sin control por las calles del pueblo o barriada, mochila al hombro que les delata, porque su cerebro sigue dormido y tardará en despertar. Han desayunado porque mantienen intacto el reflejo de la deglución. Y ahora arréglate rápido que me tengo que ir a trabajar y no quiero que tú llegues tarde. Esto no es verdad porque todavía faltan dos horas. Quienes no pueden llegar tarde al trabajo son ellos, los padres, que transfieren la responsabilidades al hijo que, habiéndolo aprobado todo, tiene que comerse una mañana de repaso porque mientras el maestro me lo guarda. Esta es la estupidez y crueldad que acompaña al ser humano adulto cuando no tiene recursos para educar a su hijo en tiempo vacacional. Esto es una crítica pero, como soy de izquierdas, también aporto ideas, propuestas o posibles soluciones en lugar de pedir la dimisión de los padres. Propongo que en invierno, los padres vayan a cursillos a modo de repaso de cómo entretener y educar a sus hijos en verano indistintamente de las notas que se hayan procurado con su esfuerzo. ¡A qué jode! Me considero un damnificado de estas prácticas sádicas y dolorosas en sí mismas. Todavía mantengo intacto mi odio y mi cabreo con los profesores que me dieron clases de repaso cuando era niño y que en lugar de proporcionarme un mejor futuro me robaron la ilusión por el verano y por las vacaciones.
Todos estamos cogidos por esa tela de araña que son las costumbres y no somos originales ni tenemos voluntad para cambiar. También tendrían que reeditar el manual de buenas costumbres en las que se detallaban actitudes y recursos para padres con apuros y se ofertaban soluciones variopintas incluso técnicas de pasárselo bien para niños y adolescentes sin tener que ir a clases de repaso. ¡Verano real, ya! ¡Movimiento niños indignados con las clases de repaso! Algunos padres y algunos maestros no dormirán esta noche. Salud.

sábado, 9 de julio de 2011

Prehistoria

Estaba leyendo algo sobre Antropología y Sociología y las teorías que estas disciplinas científicas les dedican al comportamiento humano a lo largo de la historia y viviendo de forma gregaria. De repente, mi mente subconsciente se da cuenta de que estoy repitiendo la palabra prehistoria para definir un espacio de tiempo. Sin venir a cuento con mi lectura mi pensamiento se desvía hacia el vocablo "prehistoria" y llego a la conclusión de que no lo entiendo. Desconozco su significado real. No lo se encajar porque esto supondría que la historia empezó algún día y en algún momento concretos y lo de antes fue otra cosa. ¿Cuando empezó la historia? ¿Qué ocurrió antes de la historia para que no se considere como tal sino que la catalogásemos como prehistoria? Tiene que haber unas normas, leyes o características que nos permitan llamar a algo historia y a algo prehistoria.
Me documento -como es habitual en mí- y encuentro varias corrientes de pensamiento y por tanto una falta de unanimidad entre la clase científica. Una corriente de opinión data la prehistoria desde el momento de la aparición del primer homínido hasta la invención de la escritura. Ninguno de estos dos datos tiene una fecha científicamente documentada por lo que no podemos saber cual fue ese periodo prehistórico ni porqué a este periodo no lo podemos considerar histórico. Se evidencia que el término prehistoria carece de significado real y pasaría a ser un vocablo de conveniencia -para entendernos, vaya-.
Otra corriente de pensamiento define a la historia como el acontecer humano en el tiempo. Todo es historia existiendo el ser humano y la prehistoria todo lo acontecido con anterioridad. Aquí los términos historia y prehistoria también se me antojan de conveniencia -para entendernos- ¿Y cuando empezó a existir el ser humano? Es evidente que los límites del significado de estos vocablos están lejos de la realidad. Ni el ser humano ni la escritura ni muchas cosas mas se dieron al mismo tiempo en todo el planeta tierra. En unos sitios aparecieron antes que en otros y con siglos de diferencia. Visto lo cual y leídas otras definiciones considero aparcar el tema y decido firmemente no volver a utilizarlos porque realmente no significan nada, no están claros y no sirven para entendernos.
Un grupo de gente preparada, al que me uno, defiende una teoría razonable. Historia es todo. Prehistoria, por tanto, no existe. Hay historia muy antigua, antigua, premoderna, moderna, contemporánea y post moderna. Según los tiempos que cada uno quiera darles y no serán discutidos, sino todo al contrario, admitidos por todos como válidos. Me parece bien y lo veo razonable. El hombre está catalogado a lo largo de la historia según sus cualidades. Del hombre antecesor al hombre sabelotodo y globalizado. La historia igual. Edad de piedra, bronce y tecnológico.
En esta estamos en pleno verano. Como para derretirse la sesera pensando y escribiendo. Menos mal que corre un fresquito matinal. Mas tarde estaré fundido y sólo se me ocurrirán gilipolleces. Perdón, que ahora se dice soplapolleces. Anticuado que es uno. Salud

viernes, 8 de julio de 2011

Prosperidad

El otro día pude ver una tele de las antíguas en un mercadillo de ocasión. Botón de encendido y apagado, pestaña deslizante de izquierda a derecha para añadir o quitar volumen según el nivel de hipoacusia de cada cual, botones del cero al nueve para cambiar del primer canal al UHF y viceversa y nada mas. Todo lo dicho tenías que hacerlo antes de sentarte. Tenías la posibilidad de levanterte y cambiar el canal o retocar el volumen. Cuando terminaba lo que estabas viendo o simplemente aparecía la cara del caudillo sobreimpresionada con la bandera nacional y el himno español de fondo con final de carta de ajuste y un pitido ensordecedor -era medianoche- te levantabas y a otra cosa. Esto era sencillo. No nos complicabamos las cosas ni la vida. Hoy, además de pantalla plana, disponemos de un dispositivo o mando a distancia con incontables botones de distintos colores que no utilizamos porque ciertamente desconocemos su utilidad. Utilizamos exactamente los mismos botoncitos de nuestro super mando a distancia por infrarrojos que antes, pero....sentados. Prosperidad ante todo que es la que nos proporciona la comodidad. ¡Que gilipollez! Hacemos lo mismo que siempre pero ahora sentados en el sofá y en lugar de dos canales tenemos doscientos dos que nunca vemos ni veremos por falta de tiempo. Nos hemos complicado la vida para vivirla de forma más cómoda.
Sonaba el teléfono, te levantabas para llegar hasta él, descolgabas, hablabas y colgabas. Si tenías que llamar descolgabas, marcabas los seis números haciendo rodar la ruedecita frontal, hablabas y colgabas. Esto se hacía estando de pie y nunca pasó nada que se sepa. Ahora disponemos de un móvil cargado de botones, menus y submenus, múltiples pantallas de colorines y un sin fín de posibilidades que no utilizamos porque no hay cristo que lo entienda. Eso sí...lo hacemos sentados. Al final resultará que la prosperidad del ser humano se reduce a una simple postura corporal. De pie -a la antígua-, poca prosperidad. Mal asunto. Postura de sentado -moderno-, evolucionamos adecuadamente. La postura corporal que adoptas para hacer ciertas cosas determina el grado de prosperidad que la humanidad ha conseguido. Por cierto, se que algunos miran la tele y hablan por teléfono simultaneamente y estando tumbados. ¡Esto es la óstia! No me puedo imaginar lo que llegaremos a ver.
Estaba viendo una peli de policías y malos en blanco y negro y me resultaba entretenida porque era fácil de entender. Se ha cometido un crimen. El cadáver está en el salón. Llega el detective con su borsalino, gabardina y puro habano. Mira. Piensa. Confisca el candelabro y el atizador de la chimenea y detiene al mayordomo y al heredero resentido que terminan por confesar. A comisaría a rellenar papeles y caso resuelto. Ahora llega el equipo de policía científica. Montan un perímetro de seguridad para que no entre nadie y no se contaminen las pruebas. Se enfundan en unos monos blancos, guantes, mascarilla y gafas especiales. Sacan fotos de todo. Recogen las pruebas -previa autorización judicial- en pinzas y las ponen en bolsitas estériles que llevan celosamente al laboratorio. Analizan todo con ordenadores de última generación y al final detienen al mayordomo y al heredero resentido pero con rasgos ezquizoides, paranoides y psicopáticos. Y cuando se celebra el juicio quedan en libertad porque el juez no tiene la seguridad de que las pruebas sean concluyentes. A comisaría a teclear el informe y vuelta a empezar.
Los expertos dicen que esto es prosperidad. Yo pienso que esto es complicarse la vida para que nos resulte más fácil vivirla. Se me antoja una segunda opinión a Kafka y a Groucho Marx a ver que dicen. Si alguien que lea esto quiere opinar sabe que también tiene licencia. No es por nada. Salud.

jueves, 7 de julio de 2011

En Vicens

Es el descendiente del primer homínido que habitó Ibiza y que emigró a Mallorca. No reune las características del Australopithecus pero sí las del homo hábilis no evolucionado. Solitario aunque socializado por voluntad propia lo que le hace inteligente. De todas las cosas que hoy puede llegar a tener una persona él sólo dispone de una mobilete -seguramente la primera que se comercializó-, el DNI y el mono azul de trabajar. Lleva incrustado el ADN de las hormigas y se comporta como ellas. Su día a día no se mide en qué bienes puede llegar a acumular ni cuales de ellos puede cambiar por el modelo mejor. Su vida no funciona así ni su mente tampoco. Es primitivo. Su capacidad diaria de competir obedece al primer escalón de la pirámide de Maslow. Cubrir necesidades básicas de comida, bebida, vestido, un sitio para dormir, sus cabras y la mobilete. Lo demás es lo de menos. Sus sentimientos se reducen a la comunicación básica y necesaria. Habla de la enfermedad y muerte de un familiar suyo con la misma naturalidad y entereza que cuando describe el parto de una de sus cabras puesto que son situaciones naturales y previsibles. En él, la base de la pirámide de Maslow coincide con la cúspide que es la autorrealización.
Cada día que pasa busca la comida que consumirán tanto él como los animales que cuida. Nada se almacena porque no hay dónde hacerlo. Es un hombre libre. Era mi vecino porque vivía colindante con mi casa, ahora es mi vecino porque vive en el mismo pueblo. Es generoso porque incluso ha llegado a darme parte de la comida que le sobra -leche de cabra por decir algo-. No corrais la voz no sea que algún científico aventajado lo recluya en un centro de estudios científicos para observarlo. En Vicens ha nacido para ser libre y vivir sin ataduras. No se le conoce edad pero rondará el medio siglo y pico, o no.  Entre el manillar y él se amontona la hierba que comeran sus cabras lo que provoca la sensación de que la mobilete se desplace sola.
Su máxima preocupación es sobrevivir el día a día. Come para vivir y vive para sobrevivir. Sus proyectos los planifica cuando se levanta. Su objetivo inmediato es la vida misma. No tiene control sobre su imagen ni sobre el qué dirán porque esto no le ayudará a vivir mejor. Su biografía se escribiría en unos párrafos. De hecho acabo de escribirla. El día que su cuerpo físico se muera dejará de formar parte de la historia y sólo quedará en la mente de los que le hemos conocido. Su vida tiene el mismo significado que nuestros antepasados de Atapuerca y anteriores. El mismo significado que los indios de la amazonía que vemos en los documentales de la dos. La diferencia es que los anteriores viven en una tribu en igualdad de condiciones y él vive solo y rodeado de una tribu urbana de la que se mantiene al margen. Esto es de tesis de Antropología y Sociología con resultado de sobresaliente. Salud.