Cada entrada está minuciosamente trabajada desde el momento en que aparece la idea, la noticia o el acontecimiento. Rectificaciones varias de los borradores sin arriesgar la idea que quiero transmitir. Trabajo y esfuerzo hasta conseguir lo que uno quiere decir y la forma con la que lo quiere decir. Sentimientos encontrados en los momentos de abordar pequeñas dosis de autocensura hasta confirmar la idea inicial en escritura definitiva. Este es mi caso pero tengo curiosidad por conocer cómo lo hizo D. Miguel de Cervantes cuando escribió el Quijote. No se cómo lo hizo y no lo sabré nunca pero puedo hacerme una idea o inventármela. Algo así como.
...que llegando al recodo del camino pude observar, a lo lejos, la silueta de lo que vendría a ser un hombre sentado en el suelo al cobijo de la sombra de una preciosa higuera. Largo y enjuto y con mostacho y perilla al uso. Una montura pastando al sol. Un caballo flaco y huesudo. ¿Todo va bien? me pregunta D. Miguel. Eso parece y en eso me esfuerzo. Pues deje de hacer disparates y descanse a la sombra no se le vaya a derretir la sesera. Tome asiento en el suelo y me apoyé contra una roca de gran tamaño. Saque mi libreta y un bolígrafo y me dispuse para unas anotaciones. Ardo en deseos de verle escribir dijo el hombre alto y flaco. Estoy maravillado de ver lo que hace sin una mesa, un papel y una pluma. Son los tiempos D. Miguel. En eso que se levanto y me acercó pan duro, queso ovejuno y un botijo de agua fresca. En este punto sonó el móvil avisando de un mensaje. ¿Y qué ha sido ese ruido? ¿Yeste artilugio? Es para comunicarme. Quedó maravillado mientras miraba fijamente el tal artilugio y mientras yo me afanaba en contestar. Seguí escribiendo y comiendo. ¿Esto sirve para ganar batallas? No. ¿Y sirve para la lucha? No. Pero sirve para pedir ayuda si el enemigo es más y mejor. No parece que pueda hacer daño. Mejor una lanza, una espada o incluso una piedra. Es poca arma para un enemigo. Dejadme ver, dijo el caballero. Lo miró sin prisas y lo tocó cuidadosamente hasta que se encendió la pantalla y se escucho un "bip-bip". El susto fue mayúsculo y se reflejó en su cara. ¡Tente malandrín, follón, que no han de valerte tus artimañas! Llevo muchas batallas y digo que este chisme no sirve. Soltó el móvil y me espetó, aquí no se viene a escribir, desdichado, sino a pensar y a descansar. Se hincó de rodillas frente a mí. Bien podríais vivir con más grandeza si escribierais en vuestra casa. Cese vuestra torpeza si realmente sois un caballero en vez de un villano. Sosegaos, simplemente tomo notas para mejorar el contenido de la escritura.
Con vuestro beneplácito seguiré mi camino, añadió D. Miguel mientras se disponía a subir a la montura. Quedad con dios y seguid escribiendo pues. Insisto en que mejor se os daría en vuestra casa. Se fue confundido y seguramente sin entender. La inspiración hay que aprovecharla cuando viene, le grite. No se si me escucho pero siguió su camino de forma cansina y sin mirar atrás. Salud.