miércoles, 27 de julio de 2011

Virilidad

Ahora mismo hay en el mercado una cantidad de artilugios y aparatitos para hacer ejercicios mentales. Los llaman "Brain Trining". Incluso si eres un negado para estas cosas tienes a tu disposición toda una gama de alternativas en formato papel del tipo crucigramas, sudokus, sopas de letras, los siete errores, jeroglíficos y un largo etcétera donde cada uno de ellos tiene distintos niveles de dificultad para mantener una mente sana a partir de un buen entrenamiento y así alejamos el olvido, la desmemoria y las demencias, según prestigiosos especialistas en temas de amnesias sin catalogar. Yo no lo veo claro de momento. Incluso creo que me voy a volver loco. Os preguntaréis porqué. Me explico.
Hace un rato me he conectado a internet y para entrar me ha pedido código de usuario y contraseña. He leído la prensa y he querido hacer algún comentario antes del cual me han requerido el código de usuario y la contraseña. He consultado el banco on-line y he tenido que poner el código de usuario y la contraseña y otra vez la contraseña para más seguridad porque es un banco.
He aprovechado para hacer una compra y me han pedido el número de la tarjeta de crédito con el mes y año de caducidad y el número secreto que va detrás. El banco me ha mandado un "SMS" solicitado autorización para el pago pidiéndome el código de cuatro dígitos que se corresponde con el código de dos dígitos que ellos me han dado. Entro en la e-factura de telefónica lo cual significa identificarte con el código de usuario y la contraseña. He querido saber mi consumo eléctrico y en la página correspondiente me han dado este dato después de que yo me identificara con mi código de usuario y la contraseña.
Cuando me iba a trabajar al hospital aparcaba en el sótano -3, bloque B, aparcamiento amarillo -3B-2379. Tomaba nota escrita para que no se me olvidara y subía al -2, módulo K, pasillo 2D que va del pasillo principal P al pasillo de servicio Q. Entraba en el vestuario 1639H y abría mi taquilla 0374 que en lugar de código se abre con llave, o por lo menos en aquel entonces. Me dirigía a mi puesto de trabajo que estaba en el -2, módulo G, pasillo 6L dónde intentaba sobrevivir 7 horas. Tomaba asiento. Abría el ordenador para asignarme mis pacientes.
De entrada me tenía que identificar como funcionario de la CAIB con un código de usuario y contraseña que consistía, obligatoriamente, en poner letras mayúsculas, minúsculas y números que ellos mismos me proporcionaron y que no se podían cambiar. Se abría una pantalla y me solicitaba nombre de usuario y contraseña como usuario de SSIB que tampoco se podía cambiar. Ahora ya sólo me hacía falta poner el código de usuario y contraseña de profesional para que el sistema me reconociera y me autorizara ciertos privilegios necesarios para mi trabajo.
Cada cosa que hacía o escribía debía llevar mi firma electrónica que consistía en un inmenso número a modo de código. Repetía esta acción cada vez que necesitaba medicamentos o simplemente imprimir un informe para control de gasto farmacéutico y de papelería. Cada diez minutos de no usar el ordenador se quedaba en blanco y tenía que empezar otra vez desde el principio.
Cuando me ponía de los nervios me tomaba algo para los nervios. Al final de alguna jornada laboral iba suficientemente dopado como para marcharme a casa sin salir del sistema lo que generaba una falta leve con amonestación acumulable. Me llamaban a casa y me daban una clave de acceso para que entrara en el sistema del hospital desde mi casa y poder salir de verdad. Si en aquellos momentos un pintor me hubiera hecho un retrato hubiera salido una naturaleza muerta.
No menciono mi DNI, número de la SS, teléfonos de interés y otros números y códigos de acceso de tantas tarjetas que tienes que tener o no eres nadie. Yo, como todos, llevo apuntado todo esto en una libretita con una copia de seguridad en mi ordenador personal y en el móvil no fuera a ser que los pierda.
Precisamente un día me encontré a un familiar que se dedicaba a la informática y estuvimos hablando del tema. Podríais hacer una petición conjunta para que os acoplaran unos sensores conectados directamente al ordenador. Como en la CIA. con la posibilidad de elegir un sistema de acceso. Por ejemplo: 
A.- Huella digital única o múltiple. 
B.- Lectura facial o corneal. Incluso bicornea. O también la posibilidad del ojo derecho para entrar y el ojo izquierdo para salir o cerrar el sistema. 
C.-  Sistema "gladiator", pulgar hacia arriba para entrar y pulgar hacia abajo para cerrar. Esto es muy fácil. No, me refiero a imprimir el pulgar hacia arriba o imprimirlo hacia abajo.
D.- Reconocimiento de voz incluidas las peores palabrotas para abrir el sistema o cerrarlo.  También se me ocurre el sistema E aunque es poco recomendable. ¿Cuál es? 
E.- El agujero negro. Al entrar a trabajar le das una patada al ordenador y lo rompes. Ya no tienes que entrar ni salir. 
Si hago esto me van a despedir. A eso me refería, no tendrás que volver a entrar ni salir y te ahorrarás muchas contraseñas. Es normal que al empezar a trabajar y visitar pacientes ya estéis desquiciados. Otro día me encontré un indigente intelectual que trabajaba conmigo y era muy sabelotodo. Me dijo que retener mentalmente toda esa información era signo claro y evidente de virilidad. Lo mire  fijamente a los ojos y pensé para mi dónde me gustaría mandarlo y que ahora mismo no puedo reproducir porque estamos en horario infantil y la ley protege a los menores.  Descubrí que no tenía edad para que me vacilaran. Salud.