La asociación "Europa Laica" ha exigido el desmantelamiento de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caidos y que todo el recinto cubierto y alrededores se reconviertan en un lugar público y laico dedicado a fines culturales y de memoria democrática. Este último detalle es relevante por su significación. Memoria histórica sería volver al pasado con ansias de revancha y esto crearía un nuevo problema a la sociedad española y otra división como la ya vivida. Vale pues con lo de memoria democrática. El gobierno, que es quién tiene competencias en hacer una cosa de estas, ha dicho, prudentemente, que no tocará nada hasta conocer las propuestas que haga la comisión de expertos designada para buscar alternativas que lo conviertan en un lugar memorable para todas las víctimas de la guerra civil. No tengo la seguridad, ahora mismo, de que la palabra "todas las víctimas" sea algo asumible por la falta de madurez de la ciudadanía y que realmente derive en una convivencia responsable.
Sea como fuere la decisión final y aunque sólo fuera hacer una residencia de ancianos o unos jardines de diseño hay algo que no se le escapa a nadie y es que los huesos de Don Francisco y colegas tendrán que ahuecar, o mejor, ser desalojados de donde están y alojarlos en otro sitio. En el panteón del cementerio del Pardo con sus familiares, por ejemplo. A medida que pasa el tiempo y con la aprobación de la ley de memoria histórica a Don Francisco se le ha despojado de estatuas, placas, nombres de calles y plazas, títulos, bienes inmuebles, condecoraciones y todo aquello que oliera a él mismo. La historia pide paso y quiere finiquitar una etapa vergonzosa para España y esto conlleva retirar los restos de Don Francisco que en gloria esté, que en la tierra ya estuvo y nos bastó. He leído que hay conversaciones avanzadas con sus descendientes para que se lleven sus huesos porque mientras estén donde están, donde están simboliza la victoria nacionalista frente a los putos rojillos de mierda. Todo esto me produce cierta alegría por la sensación de justícia que se respira y que ya toca.
Hay ideas para el eterno descanso de los huesos de Don Francisco. Ya he mencionado el panteón familiar donde presumo que se encontrá de coña. Hay otras alternativas y todas válidas. Una fosa común o una cuneta que tanto le gustaban en vida. Para los más frikis se me ocurre prestar sus huesos a la Dra. Brennan que junto al agente especial Booth podrían darle un buen uso y estudio. Ahora mismo toca esperar a que decidan los expertos y el gobierno. Después de esto Don Francisco, que en gloria esté, será pura historia -manipulada a veces- pero pura historia o letras escritas en un papel. Salud.