Mañana vuelve la fórmula uno. La teoría, cuando empezó este mundial, decía que Alonso -mejor piloto- y Ferrari -mejor escudería- serían la ostia. No habría rival. ¡Temblad malditos, que vuelve el cavallino rampante! y esta vez pilotado por Fernando. Además Ferrari tiene ases en la manga en forma de mejoras que irá trayendo en cada grán premio. Hay que dosificar. Van a ganar por goleada. Acojone en todas las escuderías.
La práctica demuestra que el cavallino se ha quedado con las patas delanteras levantadas y no arranca. Lo de rampante ya sabemos de dónde viene, de rampa. Le ha dado un calambre y se ha quedado paralítico. House, corriendo, llegaría primero -y sin bastón-. Que si le falta el conducto F, que el difusor no difunde bien, que los alerones delanteros no son aerodinámicos, que los traseros quitan agarre al coche, que hay demasiada carga de combustible, que los neumáticos de mojado no sirven para seco -jódete-, que el circuito no es favorable a las prestaciones del coche, etc.
Conclusión Fernando Alonso, este año, no será campeón porque los ingenieros trabajan para el coche del año que viene. ¿Y este qué? Pues que haga lo que pueda menos el ridículo. Pues vale.
Fernando: ya se que pones interés pero que el coche no acompaña. Por este motivo no me meteré contigo. Dale un Red Bull al cavallino a ver que pasa.
Fdo. un ex-interesado en la fórmula uno que espera impaciente que jubileis al mariquita este del pelo blanco y gafas de culo de botella que se pasea por ahí y de cuyo nombre no quiero acordarme.