lunes, 13 de agosto de 2012

Impartir justícia

No siempre la función de la justicia es la que debería de ser. Impartir justicia. Presuntamente el fiscal y el juez -en colaboración con la policía- investigan un supuesto que vaya claramente en contra de las leyes vigentes y que están hechas para mejor convivencia de todos. No siempre es así. Lo que venimos en llamar justicia funciona de una forma oscura y opaca. Incluso a veces se declara "secreto de sumario". Oscurecer más. Esto viene a significar que a los cinco minutos de cada paso que la justicia da en secreto el resto de los mortales ya lo podemos leer en los medios de comunicación. Es así aunque no debería. Las investigaciones deberían ser públicas. Que la gente se entere y que incluso pueda aportar sus pruebas para mejor esclarecimiento de lo que se investiga y que la verdad salga a la luz lo antes posible. Prevalece el oscurantismo inútil. Los imputados van declarando en secreto y al poco de terminar podemos leer en los medios de comunicación todo cuanto se ha dicho por las partes. Cuando el periodista es preguntado contesta sin más problemas que su misión es informar pero nunca revelar la fuente de sus informaciones. Su contacto, pues, está a salvo. Con todo y al final se genera indefensión para los presuntos malos.
Se molestan y manifiestan estar sometidos a un juicio paralelo y que, por todo ello, ya se sienten condenados de antemano por la sociedad. Algo de cierto hay porque quien escribe esto -un servidor- es asiduo a condenar a presuntos malos sobre todo si se trata de políticos, mangoneo, corrupción, mala praxis, despilfarro, enchufismo y todas esas cosas que son connaturales a la profesión y a la persona de un político. El de más rango tendrá más culpa que otros. Es lógico porque es la persona pública. La que todos conocemos. Es tan cierto que también están los colaboradores necesarios. Los asesores en la sombra. Los que siempre tienen la excusa en la boca y en la intención de que les han dado órdenes de arriba y ellos se limitan a cumplir. Aquí no debería existir la excusa. Si las órdenes que vienen desde arriba son claramente injustas y antisociales no se aplican y se dimite. Después que pongan a otro colaborador o asesor y si tiene arrestos que lo haga.
Además las leyes no se aplican de igual manera. Un buen letrado y una cuenta corriente pueden hacer que la justicia sea más ciega, más lenta y más injusta de lo que lo es en sí misma. Puedes permutar delitos por información contra otros. Puedes cambiar años de cárcel por dinero o fianza. Muchas cosas que les está privado a los pringados de turno les está permitido a los vivales de clase bien. A nadie se le escapan estos chanchullos judiciales. Algunos juicios no se llegan a celebrar porque se ha producido un acercamiento por ambas partes. Un acuerdo entre la fiscalía y el letrado. Llegados a este punto todo queda en nada. Cuando se trata de personajes públicos se genera una gran alarma social que se parece a una tormenta de verano. Mucho ruido, mucha agua, escampa y se olvida. Con los años se aprecia cansancio en la sociedad que pierde el interés porque el caso inicial se va diluyendo en segundos personajes y en terceros que ya nadie conoce. Y el caso se cierra porque prescribe.
Los casos se archivan por falta de pruebas. Las pruebas desaparecen o se manipulan. Los detalles se contaminan. Aparecen defectos de forma o cualquier otra chorrada jurídica inventada para la ocasión. Una explicación en un escueto comunicado a través de twitter y asunto zanjado. Hechas así las cosas no es de extrañar que la gente haya acuñado a la justicia como una farsa o un cachondeo. Un gran circo de tres pistas. Te pierdes porque no sabes qué pista mirar. No es una percepción. Es una realidad. Si tienes asuntos pendientes con la justicia procura tener dinero y un buen abogado y dejarás de tener causas pendientes. Seguro que llegáis a un acuerdo. Salud.

sábado, 11 de agosto de 2012

La Tierra Prometida

Llevo veinticuatro horas pensando y me estoy planteando seriamente la posibilidad de que soy un ingenuo. Claro que a mi edad no debería de serlo. Tantos años forman el espíritu, la mente y la personalidad de cada cual y le hacen inmune a ciertas cosas. Pero incluso razonando de esta forma sigo concluyendo que soy un ingenuo. También podría ser que otros me tomaran por tonto y yo no hubiera caído en la cuenta. Podría ser. Cuando me hago esta pregunta salgo de un saludable letargo que aquí llamamos "siesta". No me refiero a una siesta cualquiera de aficionado. Una siesta de aprendiz de hacer siestas. No es así. Me estoy refiriendo a una siesta de profesional. De estas de holgazanear hora y pico con los ojos cerrados y la mente en babia más allá del horizonte. 
Pasado esto necesito un tiempo de recuperación. De ponerme al día y al momento. Recuperar mi identidad de siempre. Someterme al tiempo. Actualizarme y reiniciarme. Esto lleva otro tiempo o un tiempo entre momentos de mi vida. Un entretiempo en el que he estado vivo pero que no he vivido ciertas cosas porque esto es la verdadera esencia de la siesta. 
Bueno, no nos liemos. Estando en la situación que describo hay cosas que deberían estar prohibidas e incluso tipificadas como delito en el código penal. Me refiero a estas visitas que uno tiene a menudo y que me desconciertan y me desesperan al mismo tiempo. Tengo que salir airoso de este tipo de visitas pero me encuentro en inferioridad de condiciones toda vez que todavía no soy yo y mucho menos entre mis circunstancias habituales. Soy un homo post siesta, por tanto, poco sapiens. Una niebla invade mi entendimiento y me dificulta el pensamiento normal. Estoy lento e ineficaz. Los que vienen a visitarme tienen todas las de ganar.
Abro la puerta con espíritu ganador y hago que se me note en la mirada. Ya sabes a que me refiero. Puedo ser derrotado pero no fácilmente. 
¡Buenos días. Dios existe y venimos a ofrecerle la tierra prometida! 
Cierro la puerta. Me apoyo en la pared con la mano en el pomo de la puerta. Cierro los ojos y respiro profundamente. Pienso si todo es real y veo que sí. Vuelvo a abrir la puerta. ¡Buenos días. Dios existe y venimos a ofrecerle la tierra prometida! 
Dos señores trajeados próximos a la edad de jubilación de antes de la crisis. Un maletín y una revista similar a la hoja dominical de los obispos pero en blanco y negro. Me miran con cara de asombro por lo ocurrido antes. Cuando les cerré la puerta. La mejor defensa es un buen ataque. Paso al ataque. 
¿De cuantas hectáreas estamos hablando y a qué precio me vende Dios la tierra prometida? La tierra prometida es gratuita e ilimitada y Dios la ofrece a quien quiera seguirle. Cuando le llegue el momento de vivir la vida eterna usted le entregara el alma que se le prestó y podrá disfrutar de ella. Piense que le estamos ofreciendo algo a lo que no se puede negar. Es un bien inmaterial con el que disfrutará de la felicidad infinita y eterna a cambio de algunos sacrificios terrenales. 
Últimamente todo el mundo me habla de sacrificios terrenales y temporales. Ya empiezo a mosquearme. 
¿Trabajan ustedes para el gobierno? ¡No! Somos hijos de Dios y le damos la oportunidad de unirse a nosotros para alcanzar la vida eterna e infinita. 
Miren, no es nada personal, tengo mucha familia y lo llevo bien así. No me veo preparado para asumir más y menos de sopetón. No podría, sinceramente.
¿Ha leído usted la biblia? De pequeño en la escuela algunos párrafos. Ahora leo otras cosas bien distintas. La tierra prometida está en su corazón y en su espíritu. 
Yo no quiero tierras. No tengo tiempo ni vocación para cuidarlas. Yo mismo soy un damnificado de la crisis y lo único que me preocupa es mantener mi puesto de trabajo y tener un sueldo digno. ¿No me podría cambiar Dios la tierra prometida por un puesto de trabajo fijo y  mejor? 
Los dos trajeados empiezan a perder la compostura. Se les nota inquietos. No representamos a ningún club social. Le ofrecemos la paz eterna en el cielo junto al creador. Deje sus vínculos terrenales y Dios Padre le recompensará con una vida eterna a su lado. 
Es tentador. Ahora mismo salgo de una siesta y no estoy en condiciones de pensar y tomar una decisión de tal trascendencia. Pues vendremos otro día que usted quiera y que esté en condiciones de mantener una conversación sincera con nosotros y consigo mismo. Que tenga la inteligencia puesta y que pueda actuar con respetuosidad. 
¡No! No vuelvan. Invertiremos el tiempo en cosas más provechosas. De todas formas no estoy interesado en tierras ni en vidas eternas. Debo ser coherente conmigo mismo. Salud.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Ejecuciones.

Parece que no, pero nos estamos acostumbrando -o no, es una expresión- a ejecuciones gratuitas, asesinatos en directo y cosas así. Alguien asesina. Lo graba y lo cuelga en Internet deliberadamente y con total impunidad. Las redes sociales se llenan de este tipo de contenidos supuestamente para despertar conciencias o agitarlas simplemente. Últimamente he visto varios y no me ha gustado nada. Mas que despertar la conciencia me han dado ganas de vomitar porque es repugnante. Definitivamente hemos perdido el sentido de la crítica, el sentido común y el sentido de la justicia que deberían de acompañarnos siempre.
Aunque este tipo de cosas aparezcan en las redes sociales y en los medios de comunicación on-line no se trata de periodismo. Esto no es periodismo, ni literatura, ni cultura, ni crítica social. No es poético ni romántico ni nada de estas cosas. No deberíamos seguirle la corriente al imbécil que hace estas cosas. Es propaganda gratuita y de la mala. Ni siquiera es un acto de justicia para difundir injustícias. No. Por aquí no paso. No se puede mostrar una ejecución o asesinato en directo para llamar la atención de la sociedad. Una voz en off te explica quién es el bueno y el malo y te conduce para que no te pierdas. Visto lo visto, todo es malo. Es un acto de cobardía.
He visto recientemente acribillar a balazos a un dictador, a una mujer afgana y a un soldado sirio. Todos indefensos y sin juicio previo. Todos con público aplaudiendo. Es increíble. Definitivamente necesitamos más cultura porque no hemos evolucionado lo suficiente. Los que nos creemos inteligentes hemos caído en la trampa y hemos visionado esta porquería. No volveré a hacerlo. Me da igual de dónde venga. Es una réplica vulgar del morbo que generaba entre el público romano que un gladiador matara a otro para conseguir aplausos como si de un actor importante se tratara. La diferencia es que el gladiador lo hacía por imposición a costa de perder su vida. Los de ahora lo hacen para enaltecer su ego y su mala puntería.
Hay algo que se llama justicia, leyes, tribunales, jueces, letrados y fiscales que aplican la ley. Estaremos de acuerdo en que la justicia -en algunos sitios- es un cachondeo. Pero es lo que hay. Si la justicia nacional no funciona se pasa a la internacional. La justicia practicada por uno mismo no tiene justificación. Deslegitima lo que se está haciendo y por lo que hemos luchado. Tienen mi total desprecio. Observo que además de que falta justicia también falta diplomacia. El lado oscuro de todo esto es la manipulación. Quieren que les veamos como pueblo oprimido y desesperado. Asesinar en directo y que te aplaudan es ponerte a la altura del dictador de turno al que se está criticando. Hacen lo mismo. Son enfermos mentales con metralleta en la mano y dedo tembloroso en el gatillo que se les va a la primera de cambio. El supuesto héroe es el asesino o viceversa que para el caso es lo mismo.
En el siglo veintiuno esto no se puede permitir. Esta gente no tiene que encontrar eco a sus fechorías. No me interesan este tipo de escenas vengan de dónde vengan. Ni siquiera las imágenes de los muertos a los que exponen como si de un concurso televisivo se tratara. El medio de comunicación que publique estas cosas será vetado, a partir de ahora,  por el editor de este blog. Vamos a ponernos serios. También he tomado nota de los países que no practican la diplomacia de una forma adecuada para evitar estos estragos. Nadie es dueño de nadie. Somos inquilinos de una tierra heredada y que tenemos que dejar a las generaciones que nos siguen. En buenas condiciones. Y a ser posible, en mejores condiciones de cómo la hemos encontrado. Con una justicia social que funcione. Tenemos que dominar las situaciones y las emociones con la razón y el pensamiento. Lo único que no podremos dominar serán algunos desastres naturales. Nada más. Que nos quede claro el concepto de justicia porque parece que lo hemos olvidado o confundido con otra cosa. Salud.

domingo, 5 de agosto de 2012

Llegará Septiembre.

Llegará Septiembre. El turismo masivo y necesario se irá. Se aplicarán nuevos recortes y la gente estará más empobrecida. Habrá menos trabajo y las listas del paro aumentarán. Los sueldos de los que tengan trabajo serán más bajos -no me estaba refiriendo a los políticos precisamente-. Más horas de trabajo. Retenciones más elevadas. Menos dinero circulando y la gente que ya ha aprendido a recortar no gastará. Los comercios se verán abocados a tener que cerrar porque ya no venden ni en rebajas. La gente, en Septiembre, querrá seguir leyendo. Tendrá la misma necesidad de leer. Pero las cosas serán bien distintas. Los libros en papel no deberían padecer esas repercusiones pero la sombra de los impuestos es alargada y llegará. Si los editores se muestran inteligentes podrían incluso subir las ventas del libro en papel al mantener su tributación. Los libros electrónicos se consideran un lujo y tributarán más. Serán más caros pues. Todo se verá a partir del mes de Septiembre. Porque llegará Septiembre. Ya se que el contenido es lo que vale y que el formato dónde esté escrito es un complemento. Que lo escrito es lo único que importa y no si es papel o electrodoméstico. Pero yo necesito el papel. Oler el papel y la tinta. Tocar el papel, subrayar frases, anotaciones al margen, doblado de esquinas  y poner un punto cada vez que dejo el libro para no perderme. Al libro se le quiere y se le aprecia. El e-book es distinto a lo que acabo de exponer. Es otra cosa. De momento no me sugiere nada. Ya veremos. Llamadme nostálgico. Me da igual. Seguramente es así.
Aunque el impuesto del libro en papel no se vea alterado seguramente se venderá menos y con dificultad aunque no debería de ser así. Pero en Septiembre la gente será más pobre y lo primero son las necesidades básicas. Incluso antes que la literatura. Con todo este panorama a la vista las editoriales seguirán apostando por el libro seguro. Por el autor seguro. Por el género literario seguro. Los nuevos autores no tendrán cabida. Hace falta viento fresco. Brisa limpia capaz de mover cortinas. Olor a nuevo. Historias jamás contadas ni pensadas. Pero que están escritas en espera de un editor que confíe. Mucha gente escribe y todo el que escribe quiere publicar y las editoriales se ven desbordadas. Hay que medir al milímetro lo que sale al mercado. Con todo esto los nuevos escritores se han buscado la vida por su cuenta. Se ofrecen a grandes empresas del sector en electrónico. Publican sus obras de forma gratuita o parte de ellas. Tienen éxito en las cuentas de redes sociales. Se publicitan tanto como pueden y la gente les sigue. Los lectores leen por curiosidad y descubren a  nuevos escritores. Gente que tiene cosas que decir y las dice bien. Los talentos ocultos afloran. Por Internet las noticias corren que vuelan y el público lo sigue. lo consume y le gusta.
Las grandes editoriales pueden leer por cincuenta céntimos de euro o euro y pico libros que han desechado. Luego se interesan y quieren fichar. Posiblemente sea tarde. Seguro que será más caro y en Septiembre habrá menos dinero para destinar a la cultura en general y a los libros en particular. Llegará Septiembre y la gente tendrá menos dinero. Los impuestos habrán subido. Las retenciones también. La gente será más pobre en Septiembre. El papel seguirá gustando pero no habrá dinero para comprar y habrá que cambiar al libro electrónico que será más caro como tal pero más barato que el libro convencional. Con lo que costará un libro en papel se podrán comprar una docena de libros electrónicos. Casi nada. Habrá que seguir alimentando la necesidad de la lectura. El ser humano es un ser de costumbres pero con una gran capacidad de adaptarse. Enseguida cambiará el papel por la tableta donde guardar cientos de libros y pasearlos por cualquier sitio.
El ministro del ramo pasará a la historia por ser el tonto del culo más inculto. Por no ser sensible a la cultura. Esto son palabras graves y peligrosas. Yo he aprendido a piratear. Instinto de supervivencia. En las tabletas podremos ver óperas, representaciones teatrales, musicales, conciertos, etc. El consumidor no es tonto sino exigente. Querrá seguir viendo pero a un precio razonable. Se pondrá al día de estas tendencias. Es hora de ir pensando cómo afrontar esto porque llegará Septiembre. Las redes sociales son el punto de partida. No debemos llegar a esta cita en pecado sino confesados. Hay que hacerse con un buen soporte para que tenga cabida todo lo cultural. Estoy en condiciones de poder opinar que el gobierno ha optado por el camino equivocado y que ingresará menos en contra de lo que espera. A ver venir. Estaremos pendientes de cuando llegue Septiembre. Salud.  

jueves, 2 de agosto de 2012

Tránsfuga.

El título obedece a una palabra muy típica y gastada del argot político. Casi exclusivamente. Tiene connotaciones peyorativas entre los votantes pero no tanto entre la clase dirigente que no ha sacado ninguna ley que lo prohiba. Las puertas abiertas a que en cualquier momento, cualquier político, pueda practicar el transfuguismo y no pase absolutamente nada. En resumidas cuentas, se trata de un fulano que se apunta a un partido político porque ha decidido empezar a vivir bien a costa del sufrimiento del pueblo soberano que vota (incluso mal). Es igual el partido. Lo importante es estar bien posicionado para salir elegido. Una vez tienes el acta en la mano te borras del partido -por discrepancias con la dirección- y te apuntas al grupo mixto como independiente. Te piden que entregues el acta a sabiendas de que nunca harás tal cosa. Nunca ningún político lo haría. Puede ser que te conviertas en una bisagra y que tengas la potestad de dirigir más con un solo voto que todo un partido junto. Tienes la vida solucionada. Nunca te faltará de nada, ni siquiera un juicio justo por corrupción del que saldrá sin cargos por motivos diversos que para esto está la justicia y algunos jueces. Contactos, privilegios, mangoneos, chanchullos, etc. Hasta aquí bien porque es el concepto de libro de lo que es un tránsfuga político.
Pero acabo de leer un artículo de opinión interesante en una revista cultural literaria en el cual el firmante cataloga a un prestigioso escritor como "tránsfuga cultural". Debo decir que me ha pillado descolocado. Con el paso cambiado. En realidad no acabo de entender muy bien el significado de tal afirmación. Porque el tal tránsfuga cultural es un referente de las letras. Alguien idolatrado porque vende mucho y escribe mejor. Es un escritor en serie y no lo digo en sentido peyorativo. Sus libros no son voluminosos porque siempre escribe lo justo y necesario para darse a entender y gustar. No se corta y larga lo que haga falta. Es un bien seguro o un caballo ganador para el editor. Como quieras. Serio, metódico, bien oxigenado y que aporta aire fresco a la literatura. Es un sabueso. Huele una historia -porque tiene buen olfato- y la escribe sin respirar. Es un escritor principal y bien posicionado en el mundo de las letras y de la narrativa. He leído bastante de lo que escribe y al final de pensar bastante he entendido porqué un crítico literario ha dicho lo de "tránsfuga cultural". Es un narrador de novelas que ha vendido bien o muy bien todo lo que ha escrito. Ha sido traducido a todo y ha sido número uno en ventas.
Resulta que ha estado en dique seco durante algunos años. Especulaciones de todo tipo a las que no les hago caso. Un tiempo callado y sus seguidores de los nervios al igual que su editor. Ha vuelto con un poemario. Ha escrito poesía para deleite de los que leen este tipo de literatura al mismo tiempo que ha defraudado a los que seguían su narrativa. Dice en su favor que ha madurado y que un buen escritor tiene que escribir en todos los géneros literarios. Ha convencido bastante menos a los que no les gusta la poesía. Yo nunca la he entendido. Pero entiendo que el tal escritor quiera o tenga la necesidad de escribirla. Se ha organizado cierta controversia acerca de su personalidad como literato. Ha gustado a unos y ha decepcionado a otros. Como pasa siempre. Personalmente pienso que una persona lúcida que tiene el don de saber expresarse mediante la escritura tiene que tener la libertad de expresarse en el género literario que crea más oportuno en cada momento o etapa de su vida profesional y personal. Si lo hace bien, bienvenido sea.
Imagino por un momento que J.K. Rowling saca un libro en el que Potter reniega de la magia y se hace escritor de novela negra o erótica para niños. La desilusión sería generalizada y la catalogarían de tránsfuga cultural y varias cosas más. Dicho esto, tengo la duda de si es bueno ser fiel a un tipo de estilo durante toda tu carrera profesional o es mejor ir cambiando de género literario. No lo sé. El público es exigente y te sigue igual que deja de seguirte. Cuando te aparca sigue a otro. Me refiero al autor de aquellos párrafos: "Un día enseñé a hablar a mi perro. Aprendió. Discutimos y me hizo la contraria. Desde este día ya no es mi mejor amigo. Ahora ni me habla ni me ladra". "Estuvieron hablando un buen rato en la barra de un bar mientras apuraban unas copas. Uno para olvidar y el otro para recordar. No sabía quién era. No le conocía de nada. Al final su falta de intelectualidad le delató. Era un político". Lo que uno escribe no siempre tiene que gustar a todos. Es lo que me pasa a mí. Salud.  

lunes, 30 de julio de 2012

Hipocondríaco

¡Hola, me llamo Antonio. Soy hipocondríaco!
De esta manera, con estas palabras y puesto en pie empiezan mis sesiones dos veces a la semana. Sesiones grupales de mejoras de calidad de vida y apoyo psicosocial para personas con hipocondriasis y baja autoestima. Somos siete y el psicoterapeuta. Todos hablamos. Contamos lo que nos pasa. Queremos mejorar nuestra situación y -si es posible- curarnos. Yo que estoy enfermo y no he sido capaz de curarme ni con ayuda de un profesional doy consejos a otros seis y los otros seis que no han conseguido curarse ni con ayuda de un profesional me dan consejos para curarme.
Si Kafka estuviera vivo se cortaría las venas por no haber intuido una situación de estas.
Lo mio me viene desde que tengo uso de razón y empecé a ir a la escuela. Era una estrategia de escaqueo: "no me encuentro bien". Ahora se ha cronificado y estoy dónde estoy. Mi vida, con esto, es nada apasionante. Soy uno de los millones de pobladores del planeta tierra. Nada apasionante, repito.
Ser hipocondríaco viene a significar que yo pienso que padezco de todo pero en realidad no tengo de nada. El médico que me lleva sabe que no tengo nada y cada vez que me visita me pide de todo. No existe ninguna prueba que no me hayan hecho. Todo es normal siempre. Yo sigo pensando que estoy enfermo de todo y visito las urgencias con regularidad. El médico que sabe que no tengo nada me solicita todas las pruebas con regularidad. Esto es ser hipocondríaco.
A veces pienso que está peor el médico por hacer lo que hace que yo por pensar que tengo lo que no tengo. Veremos en qué termina todo. De momento mis sesiones van por buen camino y progreso adecuadamente. O sea, sigo igual. No me curo de nada ni mejoro y lo subvenciona el estado del bienestar. Pues que bien.
Ahora que ya conocéis parte de mi vida sana pero que me mantiene constantemente enfermo paso a contaros mi última visita a urgencias. Nada puede interpretarse como anómalo. Tres horas y pico de espera en las que aprovecho para hacer ejercicios de relajación y para relacionarme con otros sufridos aspirantes a ser visitados por un especialista.
Colecciono cuentas de Facebook y de Twitter porque mi psicoterapeuta me ha dicho que es bueno que esté socializado. Tengo miles de amigos. Perdonadme un momento pero me llaman.
¡Bueno Antonio, qué tal estamos! Psé. Creo que tengo una enfermedad nueva. Padezco síntomas que nunca antes había tenido. ¡Es normal! La medicina avanza y cada día descubrimos alguna patología nueva que ni Harrison ni Farreras fueron capaces de describir en sus respectivos tratados. Pues será eso.
¡Pero tranquilo Antonio, lo más seguro es que no sea nada! Odio esta frase. ¡No será nada! Nunca es nada. Tenía un amigo -que es paz descanse- que tenía lo mismo que yo. Le dijeron "no será nada" y a la semana lo enterrábamos.
Otra vez en observación y a pedir pruebas. De todo. Las enfermeras lo llaman "un completo". Hay que joderse. Se que soy hipocondríaco y que no tengo de nada pero al pedirme de todo pienso que quizás tenga algo y me pongo más enfermo todavía. Mis espectativas de curarme se desvanecen. Ahora mismo llevo un camisón enseñando el culo. Un neceser con lo suficiente para el aseo personal. Algo para entretenerme: La nintendo DS, la play, la tablet plus de 32 Gb, el móvil, el net-book, la consola, la Xbox, unas memorias USB, etc. Libros de mi interés y una gran bolsa de cargadores porque no hay ninguno que sea igual. Las revistas me las proporcionan las enfermeras que las han cogido al descuido de otros enfermos.
Pero no se puede leer ni hacer nada. Es imposible. Empiezas y ¡Antonio que nos vamos a ecos! ¡Antonio estire el brazo que le sacamos sangre! ¡Antonio que vamos a Rayos! ¡Antonio tiene que orinar en este botecito! ¡Antonio que nos vamos al Tac! ¡Antonio túmbese que le haremos un electro! Así no se puede leer ni entretenerse en nada. Aborreces los libros. A los tres días pides si te puede ver un médico (por favor) ¡Antonio, hay que tener un poco de paciencia. Estamos haciendo pruebas y sólo lleva tres días! Lo siento.
Mientras esperamos los resultados tiene que tomarse las pastillas para ser feliz. Cada ocho horas y una para dormir a las dos de la madrugada. A esta hora estoy durmiendo. ¡No se preocupe que le despertaremos para que la tome! No es ninguna molestia. Estamos para eso. Lo que está prescrito se hace. Estoy seguro que me están engañando con la pastilla para la felicidad. Es una pastilla Juanola o una sacarina. Quieren potenciar mi autoestima. Gracias. Me dicen que traiga el agua de mi casa. Cobro una pensión no contributiva y no tengo dinero para pagarme frivolidades. ¡Pues aquí no tenemos!
¡Antonio, ha tenido suerte! ¡Ya quisieran muchos! Me visitará un médico. ¡No! Le hemos encontrado una cama en una habitación. ¿Estará contento, no? Qué bien. Enseguida estaré preparado. ¡Tranquilo Antonio, primero tienen que bajar al difunto y luego limpiar la cama y la habitación! Soy hipocondríaco, joder. Además, por las noches no me gusta estar en cama. Prefiero la butaca y leer un poco. ¡Pues usted verá! Que voy a decir.
Al día siguiente de tener habitación sigo en observación. ¡Antonio, el médico ha decidido darle el alta en lugar de ingresarlo. Un ingreso innecesario siempre provoca un trauma psicológico de consecuencias impredecibles! Si el médico que nunca me ha visitado ha decidido darme el alta es que debo estar mucho mejor. ¡No, Antonio. Usted no está mejor. El hospital está mucho peor! Acaban de cancelar la habitación por los recortes y esas cosas de la crisis. Lo sabía. ¡Vístase y que vengan a buscarle antes de que le de otra crisis de alguna de esas enfermedades que no tiene! Salud.

viernes, 27 de julio de 2012

El libro del verano.

Llevo desde que empezó el verano sin parar de leer el libro del verano. Incluso antes del verano ya estaba leyendo el libro del verano. Siempre que puedo estoy leyendo y en cualquier época del año. En verano, y aprovechando las vacaciones, procuro leer un poco más. En especial estos libros que merecen una atención especial y que los guardas para esta época o libros que por su volumen no quieres que perduren en el tiempo.
No tengo por costumbre leer libros por entregas. Las sagas que dicen ahora. Estos que la historia, la novela o la narrativa son tres o cuatro libros de gran tamaño. Me pierdo en la historia o pierdo el interés por la historia contada y por sus personajes. Cada libro es más de lo mismo del anterior o incluso lo contrario del anterior. Es un añadir personajes y situaciones a la novela. Al fin y al cabo no la mejoran en absoluto. Simplemente la enredan.
Queda claro pues que es bueno tener un tiempo en el que puedas leer libros que has seleccionado previamente como buenos, útiles e imprescindibles. Este tiempo bien puede ser el verano. La importancia está en un relato mediano con contenido. Un buen momento para conocer nuevos autores y nuevos registros que antes no habías conocido.
Los lectores sin casi tiempo para leer y yo escribiendo sobre mis gustos literarios. Viene a cuento lo que digo porque desde que empezó la primavera -más o menos- me informo a través de las páginas culturales de cualquier periódico, revistas culturales especializadas, medios de comunicación diversos y redes sociales del libro del verano que no puedo dejar de leer porque además es refrescante. El libro que debo leer en los atardeceres cuando empieza a refrescar porque el sol está en retirada.
Libros facilones, con trama simple, que entretienen, que tienen contenido importante y que se pueden leer sin diccionario. Palabrería de andar por casa, de cola de supermercado o de barra de bar. El libro que se lee solo. Llego a sentirme acorralado con tanto anuncio de este libro que me va a refrescar el verano y que no me lo puedo perder porque sería el bufón del resto de los mortales. No sabría de qué hablar luego.
Me abstengo de hablar de la canción del verano. Esta que está puesta en todos los sitios, en todas las emisoras y a todas horas durante todo el verano. Pero con los libros no se juega. Porque cuando he ido a una librería a pedir el libro del verano me han recomendado cientos. No tengo tantas vacaciones y el verano no dura tanto como para leer todos esos libros ofertados. Casi que me parece obsceno. Yo no soy un lector ocasional de fin de semana o de tiempo vacacional.
Nos hemos acostumbrado a esto y no es bueno. Recomendar una cosa está bien. Decirte que tienes que leer un libro porque es refrescante y te irá bien para el verano es otra cosa. He dicho antes que miro los contenidos y el autor. Es importante dedicarse a recuperar escritores y temas. Descubrir autores y registros que nunca antes había leído. Existe el verano, obviamente, y a veces con vacaciones incluidas. Es un buen momento y una buena ocasión para ello.
Hay otro grupo literario que es el relato breve, los microrrelatos, el twitterrelato, la narrativa corta e incluso las entradas de blog que no tienen nada que envidiar a los libros que todos conocemos. Lecturas rápidas que no te llevan mas de unos minutos y con los cuales te puedes sentir igualmente satisfecho. Estoy hablando de un grupo literario al que habría que dar más importancia. Creo que últimamente se está poniendo de moda porque han proliferado bastante. Es una manifestación cultural más pero en formato abreviado o corto. Llámese cómo se quiera pero también es recomendable porque tienen verdadero contenido y sólo en un par de folios.
Hay que animar a que se lea. Pero ojo! Si machacamos con ciertos libros para el verano y no son del agrado del lector o se trata de un lector ocasional, podemos convertir libros mediocres en best-seller que irán de playa en playa y nunca serán leídos. Aumentar las ventas está muy bien pero un escritor lo que quiere es que se le lea y se le conozca por lo que escribe, no por cuanto vende. Esa es mi opinión y así queda escrita. Salud.

jueves, 26 de julio de 2012

Investigar

Hace unos meses que Luis C.O. de 36 años, funcionario de prisiones, estuvo en misa de las 20:30 h. en la basílica de San Lorenzo de Sevilla. Al terminar, el susodicho se dirigió a la cola del besapiés y en un momento dado, saltó una barandilla que accede a la talla del Jesús del Grán Poder y se lió a óstias con él. En la refriega, la talla resultó contusionada, con arañazos, la túnica rasgada y magulladuras varias. Lo más grave fué que le arrancó el brazo derecho de cuajo. El supuesto enajenado fué reducido por algunos de los presentes ante el asombro del resto de los  feligreses que por poco les da un pasmo de los de verdad -de los de ingreso en una UCI-  para observación. Fué demasiado.
A los pocos minutos, el hermano mayor del Jesús del Grán Poder dió el primer parte de lesiones que ya he mencionado y añadió que el Señor está bien y aunque el brazo se ha separado completamente del cuerpo por la articulación del hombro, no parece que sea un daño irreparable. A la talla se le ha retirado la cruz que llevaba apoyada sobre el hombro izquierdo para una mejor movilidad en el traslado al taller. Su pronóstico no reviste mayor gravedad. Agentes de la policía científica han procedido a una primera inspección ocular minuciosa y a tomar todo tipo de pruebas incluidas el visionado de las cintas de las cámaras de seguridad para esclarecer lo ocurrido.
Sobre las 23:00 h. llegó a la basílica el imaginero para evaluar los daños iniciales y tomar las primeras decisiones. El Arzobispo de Sevilla y el Delegado del Gobierno en Andalucía, entre otras autoridades, se pusieron de inmediato en contacto con la hermandad para ofrecerse ante cualquier necesidad vista la gravedad de los hechos ocurridos y de su impacto en la sociedad. El delegado de la Madrugada indicó que habían oído decir al presunto agresor y presunto enajenado que él era el verdadero hijo de Dios. Otros testimonios corroboran que el tal Luis C.O. se comportó, durante toda la misa, de forma natural, educada y entragado al oficio religioso. Es lo de siempre. Todo el mundo está bien y es bueno hasta que deja de estar bien y de ser bueno. ¿Y si es verdad que el verdadero hijo de Dios es él? Si esto fuera así -que podría ser- la talla pasaría a ser una impostora al hacerse pasar por alguien que no es. ¿No podría ser posible que Dios hubiera tenido más de un hijo y no estuviera registrado en las sagradas escrituras? Quizás se trate de un hijo bastardo. No sería la primera vez que esto ocurre, que uno no es quien dice ser, que alguien suplanta otra identidad o que simplemente hay un conflicto entre hermanos por un problema de herencia -que en este caso es mucha-. Menuda herencia. Toda la iglesia con sus bienes materiales e inmateriales supondrían un patrimonio de un pastón incuantificable que bien merece una pelea o más. Los hermanos o herrmanastros cuando están resentidos entre sí pueden llegar a ser peligrosos. Podría ser, incluso, que Dios hubiera mandado a otro de sus hijos para poner un poco de orden como ya hiciera hace unos dos mil años. Están las cosas mal y el gobierno de los obispos con Rouco a la cabeza han perdido los papeles.
Pero el verdadero papelón, ahora, lo tiene el juez que tiene que investigar los hechos. Le lloverán críticas cuando solicite el certificado de nacimiento y de defunción de Jesucristo. O investigue a Dios por si hubiera tenido más de un hijo. Policía científica, interpol, etc. rebuscando papeles por el Vaticano y otros lugares sospechosos de ocultar información. Buscando documentos que podrían dar pistas. Pruebas de ADN al tal Luis, a la talla y al mismísimo Dios para contrastar.
El caso se me antoja complicado. Un juez no puede sustentar un auto o una resolución basándose en actos de fé. Hay mucho en juego y las diligencias tienen que ser creibles y empíricamente domostrables. No quiero pensar en que puedan salir otros en cualquiera de estos programas basura que proliferan en telecinco e intereconomía diciendo que son hijos de San José, Santa Ana y la paloma mensajera.  Tengo la sospecha que es cosa de algún político para desviar la atención de la crisis, el paro,  la reforma laboral y los recortes de turno. Al tiempo. Joder con la que se avecina. Si le toca a Garzón, después de lo de franco, seguro que se declara incompetente. El forense, de momento, no ha dicho que el nuevo Jesucristo tenga alguna patología mental porque no tiene en qué sustentar el diagnóstico. Una pelea no justifica estar mal de la cabeza y decir que le manda Dios, pues tampoco. Así están las cosas. Salud.

miércoles, 25 de julio de 2012

Erase una vez.

Es un pueblo como otro cualquiera. Mejor lo llamaremos una comunidad, o yo qué sé. Un grupo de familias cercanas al centenar. Mucha gente si tenemos en cuenta el momento histórico. Un grupo de casas circulares -o cómo se les llamara entonces- si es que se les llamaba algo. Paredes de piedra hasta una altura de metro y pico. A partir de ahí madera, pieles y cañizo. Un pilar de madera en el centro (un tronco, para entendernos) que aguantaba toda la techumbre. En el centro del poblado una casa más grande que las demás. Un piso elevado para esquivar el agua cuando llovía y los laterales descubiertos. No había nada que ocultar porque no era una casa cualquiera. Era la casa del pueblo donde se reunían los ancianos del lugar. Deliberar y tomar las decisiones más oportunas para todos. Nada se cuestionaba. Un anciano por familia hasta un total de once. Las normas de convivencia salían de estos verdaderos sabios.
Para salvaguardar a los moradores de este enclave había una gran pared circular. Un muro hecho con piedras únicas de casi dos metros de alto y de bastante grosor para proteger al pueblo no se muy bien de qué. Esta pared daba la vuelta al poblado y terminaba en la zona sur con una especie de puerta. Dos pilares de piedra y otra encima. Un tejido de troncos y ramas a modo de puerta que cerraban por las noches. Un cerramiento simbólico que cualquier antidisturbios de ahora lo hubiera echado al suelo de una patada. Fuera del poblado había otro cerramiento realizado con troncos donde había cultivo y una techumbre para algunos animales domesticados que proveían de carne, huevos, leche, pieles, lana y otras cosas.
A todo esto se me ha ido el santo al cielo -que es dónde tiene que estar- y no he dicho que estamos en la edad de piedra. O más o menos. No discutiré con nadie mil años de más o de menos. Ahora son ruinas rescatadas del paso del tiempo por profesionales que quieren reproducir el día a día de aquellas gentes. Estudiar su forma de vida social, alimentaria y cultural. Lo descubierto hasta ahora demuestra una organización sencilla. Los ancianos rigiendo los destinos del pueblo. Las mujeres al cuidado de los niños y de los mayores y enfermos. Los jóvenes y adultos dedicados al cultivo, a los animales domesticados, la caza, la pesca y otros menesteres necesarios para vivir. No se en qué terminaría todo esto. Ahora son ruinas que se excavan periódicamente cuando algún mecenas aporta dinero. No soy un estudioso del tema pero hay algo que me llama la atención. La cultura ya estaba presente. Por lo menos la literatura. No me refiero a dibujos de animales y cosas así. Han encontrado unos trazos a modo de escritura esculpidos en las piedras que servían de fortificación. Algún morador de este poblado fue un artista de las letras que se dedicó a escribir un gran libro. Una historia contada en la parte interna de las piedras que servían de muralla. Supongo que un poco cada día y que le llevaría toda una vida o más. Seguramente el primer libro escrito y del que se conservan trozos y fragmentos. Me resulta interesante que tantos miles de años atrás alguien ya tuviera la necesidad de escribir y de leer. Si no tienes lápiz y papel lo tienes complicado. Seamos realistas. Pero si tienes tiempo, ganas, tesón, ingenio y necesidad, pues bien, lo haces.
Se conocen fragmentos de la tal historia y se realizan trabajos para conocerla completa. Quizás nunca sea así. Faltan trozos, y piedras enteras. Un puzzle o un caos según se mire. Tampoco sabemos si su autor o autores lo terminaron. Los trabajos avanzan y el resultado es prometedor. La literatura nos acompaña, nos acompañó y lo hará incluso a pesar de Wert. Estaremos expectantes. No todo tienen que ser malas noticias. 

viernes, 20 de julio de 2012

Inspiración

Momento de inspiración. Fugaz. Como todos. O casi todos. Momento no deliberado. Libre. Evoco recuerdos de otros tiempos. Trozos de obras de teatro vistas, piezas musicales oídas, párrafos de libros leídos. Personajes reales y de ficción que se mezclan en el tiempo y en un lugar. Amor, violencia, libertad, esclavitud, desamor, odio, dependencia. Un poupurri mental al que quiero dar forma. Lugares y paisajes. Niñez, adolescencia, juventud, edad adulta. Amigos, familiares, conocidos. Vecinos. El colegio, los colegas y los maestros con sus enseñanzas, sus deberes, sus premios y sus castigos. Mi primer trabajo y otros y los compañeros de cada uno. Todos con su historia y su vida habrán influido en mí en mayor o menor medida. No lo se. Ahora mismo son ecos de situaciones vividas. Oigo voces que reproduzco en mi libreta de blogero antes de que el olvido me borre la memoria. Porque la memoria es olvidadiza. Hay que atarla en corto. Barrios humildes. No conocí otros. Merece la pena. Tengo que escribir rápido. Luego corregiré con calma.
Voy a destacar aspectos que me interesan. Tienen su importancia en mi vida por su simbolismo o por su estética literaria. Me da igual porque todo es bueno. Estoy flirteando con los recuerdos y eso me engancha y me agrada. No escribiré lo que no tiene interés. Al final lo llamarán narrativa, ensayo, novela, relato breve, microrrelato, poesía, artículo de opinión, cuento o twitterrelato para ociosos que no tienen tiempo de leer algo más extenso. Yo escribo lo que me gusta. Lo que despierta mi interés o lo que me viene en gana según la ocasión. Las cosas son así y es lo que hay. Pocos personajes pero bien trabajados. No hace ninguna falta confundir al lector con demasiados nombres, lugares, fechas y esas cosas. Para eso está la historia. Existencia vivida a veces con comodidad y a veces con dificultad. Como todos.
Poco a poco aparece un armazón principal a modo de columna vertebral. Luego aparecen los complementos. Los detalles de la historia que se narran a través de un hilo conductor. Suma de situaciones, emociones, vivencias, carencias, momentos, entretiempos, etc. Si son momentos buenos los voy a exagerar que los lloriqueos en tiempos de crisis los dejo para otras cosas de cada cual. Si la situación es mala se minimiza para pasar de puntillas. No hay que molestar. La gente lee para disfrutar de la lectura y de la historia que se narra y entretenerse. Para pasar pena no hace falta dedicar tiempo a la lectura. El día a día ya nos castiga suficientemente. Habrá que poner la dosis justa de imaginación para que sea bueno. Si no tienes imaginación no escribas. Limítate a leer que hay mucho y variado. No es cuestión de herir sensibilidades de forma gratuita. El lector tiene que tener la posibilidad de razonar y reflexionar sobre lo que le has contado. El estilo se nutre de la lectura y de la capacidad de cada uno a partes iguales. Hay que consumir literatura y cultura en general. Es la esencia de la vida para algunos. La base para la forja de un buen escritor. La estética. Un punto de romanticismo y si no lo hay lo inventas. Pequeñas dosis de crueldad gustan porque en el fondo la llevamos dentro. Procurar ser brillante con maestría e ingenio. A lo mejor no vendes mucho o no te leen tanto como quisieras pero por lo menos evitas el fracaso. La cuestión es escribir en libertad.
Pero al final, y como siempre, alguien va y me jode el día. Esto ya es un clásico. Me entero de que el ministro del deporte -que además se encarga de la cultura- ha subido el IVA cultural. Libros, cines, teatros, etc. No se enteran porque ellos no consumen este tipo de cosas. Es cosa de extravagantes. Es la cruz de todos los días que nos ha tocado vivir. Unos para ganarse el cielo y otros -como yo- para ganarnos el calor del infierno con los amiguetes por ser ateos, rojillos y consumir cultura. No lo voy a remover más porque apesta y luego me entra la vomitera. Salud.