Se pregunta el poeta dónde se oculta el tiempo pasado.
Se transformará, seguramente en tiempo nuevo sin estrenar.
En eso tenía la mente ocupada cuando leo que Pizarnik escribe,
"morir es cerrar la memoria".
Pongo música de la mía y entran brujas
que me cogen por la cintura
y tengo que bailar con ellas.
No es la primera vez
que nos miramos a los ojos
y nos decimos palabras amables
hasta que amanece en el cielo
y la inocencia de la infancia vuelve a mi
y se apodera de mi voluntad.
Me refugié en las letras, en la música y en la radio.
Experimenté la felicidad y comprendí el amanecer
como un volver a la infancia.
Ya no maldije más los días aparentes y descuidados.
Dejó de molestarme el silencio y los días de viento y lluvia.
La poesía me aclara la mente y relaja mis minutos tensos.
El insomnio se convirtió en lucidez personal y pasional
y miles de hormigas me acariciaron el rostro
y los peores sentimientos infernales.
Descubrí gorriones volar de rama en rama inquietos
mientras las gaviotas
sólo planean sobre el mar para calmarlo.
El aire sólo se mueve cuando está inquieto
y dibuja sombras con el sol en lo alto.
Me duele la noche
cuando no tengo sueño ni cansancio.
Los días de sol y moscas no siempre son los más felices.
Hay huecos en mi interior
y senderos torcidos y empinados
que algún día tendré que caminar.
La cima suele ser la calma y la piedra en la que me siento
siempre es mi compañera.
En el descenso los minutos son más rápidos.
Bordea un torrente miedoso y cristalino
que lleva el agua lenta hasta el mar.
Los árboles caídos siguen abrazados a la tierra
y a una densa niebla
como los días bajos y vacíos.
La felicidad está en los ojos y la tristeza en las lágrimas.
Pero escribiré alegrías en la noche
hasta que el alba me avise
y el gallo insista como hace siempre.
Las olas me hablan igual que los pájaros
pero con distinto idioma.
O el viento que sólo sabe silbar.
Un árbol puede ocultarse en el bosque
igual que la noche se oculta en la oscuridad
y una ola se oculta en el mar.
El aire se oculta entre el viento.
La sabiduría y la mediocridad
se oculta en la mente y los gestos
de todas las personas.