Hace unos días estaba en la consulta de triaje -despachito destinado a escuchar los motivos por los cuales el usuario de la sanidad pública explica el motivo de su consulta-, despues de lo cual tengo que asignarle un especialista que le visitará y debo anotar un nivel de gravedad para que el médico sepa el tiempo máximo de espera de que dispone. Llamo por megafonía a Menganita de Cual y aparece Fulanito de Tal.
- ¿Ud. se llama Menganita de Cual?
- No. Yo soy Fulanito de Tal.
- Es que espero a otro paciente. Espere un momento a que le llame.
- Es que Menganita de Cual es mi pareja.
Pongo cara de interrogación y procuro que se me note mucho.
- Oye tronco, es que tenemos un problema.
- Estaba con mi pareja y cuando hemos terminado de hacerlo el condón se ha quedado dentro. Es que estamos muy preocupados, sabessss. Un amigo nos ha dicho que el condón puede llegar al cerebro a través de la sangre. Mira tú si será grave.
- ¿Y tu pareja dónde está?
- Se ha quedado en casa. Estamos de okupas en una casa abandonada y siempre tiene que estar uno para que no nos expropien.
No doy crédito. He oído demasiadas cosas de esta envergadura y cuando ya estás convencido de que no hay nada nuevo bajo el sol descubres que estás equivocado.
Me sorprendo de que un 07/ sea capaz de sorprenderme. Llamamos 07/ de forma coloquial y amistosa -de buen rollo- a los cartilleros (las cartillas de la seguridad social empiezan por el número 07/....), y llamamos cartilleros de forma coloquial y amistosa -de buen rollo- a los usuarios de la sanidad pública que vienen a tocarte las pelotas a cualquier hora del día, sin ser una urgencia hospitalaria y ni siquiera médica.
Los siguientes 10 minutos de consulta son para explicarle que sería conveniente que su pareja viniera al hospital y procederíamos a sacarle el condón porque a la casa okupada no vamos a ir. Que de todas formas, si no puede venir, tampoco pasa pasa nada. El condón jamás irá al cerebro por la sangre porque no puede. Al fín se vá sin ningún convencimiento.
Son los otros NINIS. Ni estudios, ni trabajo, ni casa, ni comida, sin oficio ni beneficio. No están donde están. Ojos desorbitados. Sudan todo tipo de sustancias prohibidas, sobre todo alcohol. Voz de sinusitis crónica con eco incorporado. Hablan con la boca hueca y con la lengua acolchada que no obedece. No están nunca en la tierra, pero tampoco en el cielo ni en el infierno. Se mueven entre el limbo y el purgatorio. Su vocabulario es limitado y sólo cuenta lo que dice el amigo. Les puedes entender por su mínima expresividad de la cara. No hay más. De sus cabecitas no puedes sacar nada y tampoco puedes meter nada. Es lo que hay. Los escuchas, los derivas y el siguiente que apechugue. Salud.