martes, 17 de abril de 2012

Historia oculta

A mi contertulio de los Martes le gusta la historia pero no soporta que la manipulen. Es consciente que cada cual la interpreta o explica según le convenga y esto le cabrea. Le consulto si es bueno buscar un trasfondo histórico para ubicar una novela. Quizás sería mejor realizar la narración de forma intemporal donde no haya referentes históricos que desvíen la atención del lector y que sea éste el que ponga el decorado del tiempo. Como dicen algunos, "en la actualidad". Cualquier cosa puede servir. Una base histórica, incluso, puede hacer que le de mas lucimiento a una novela. Realmente no sabría decir. Prefiero no pronunciarme. El problema radica en que los que no conocen la historia podrían fácilmente confundir la realidad con la ficción que se cuenta.
Es que últimamente he introducido dos entradas en un tiempo concreto de la historia. La "doscientos cincuenta" y la de "Chebourg". Lo único cierto de lo que hay escrito es una pequeña referencia histórica que todos conocemos por los libros pero que no tenemos la certeza de que sean ciertos tal cual la cuentan los historiadores. El resto es pura ficción. Yo no se si Gaspar de Guzmán tenía buen o mal genio. O un carácter déspota. Si le gustaba la música y el baile, o no. Tampoco se si tuvo desavenencias con Velázquez a propósito de cuando éste último pintaba los caballos. Desconozco cómo hacía para despachar con el rey. Por otra parte nunca, nadie, podrá decirnos lo que realmente sucedió en el Titanic cuando todos los supervivientes ya se encontraban en sus barcas de salvamento y lejos del buque para no ser engullidos cuando éste se hundiera. Lo que allí ocurriera formará parte de la historia oculta y oscura y que nunca verá la luz porque no hay testimonios ni los habrá. Así y todo considero que fueron buenas entradas precisamente por esto y además bien documentadas en lo que se refiere a la parte histórica que se conoce.
Yo que vivo la actualidad y su historia o acontecimientos que pasan puedo observar de forma pasiva cómo cambian las noticias según le venga a quien las dice o las comenta. Las cosas que ocurren se ven distintas según sea el periódico, la radio o el canal de televisión. Cada uno lo explica como quiere sin dar opción a los demás a que interpretemos nada. Esto ocurre ahora que tenemos ocasión de cotejar lo contado con lo vivido. Lo que alguien nos cuente de hace muchísimo tiempo y de lo cual tenemos pocas referencias o ninguna pues será poco creíble. Quiero pensar. A todo esto mi contertulio de los Martes cree que no hay que mezclar las cosas para evitar precisamente lo que digo. Que se confunda la ficción con la realidad histórica sobre todo en gente poco versada. La historia es lo que realmente ocurrió se cuente cómo se cuente y lo cuente quién lo cuente. La realidad no la podemos variar pero la podemos matizar o disfrazar o manipular o interpretar o yo qué se lo que podríamos llegar a hacer con la historia. La ficción es otra cosa.
Pero los historiadores no se ponen de acuerdo al contar la historia verdadera. Incluso teniendo recopilación escrita o pintada. Pistas sobre registros a los que simplemente hay que seguirlos de forma adecuada y saber interpretarlos de forma seria sin contravenir ninguna norma. Si ellos no se ponen de acuerdo que son los expertos a ver nosotros que no entendemos y nos dejamos guiar por ellos. Mal andamos. Se cuentan muchas cosas de acontecimientos importantes y de personajes famosos que con el tiempo van cambiando porque alguien se dedica a investigar más que otros o se encuentra alguna documentación que antes no se tenía. La cuestión es que no hay día que alguien no nos cambie la historia de la historia. Sobre esto hay una entrada titulada "Día del libro II" en la que queda patente las desavenencias sobre la agonía, muerte, sepelio, enterramiento y demás de Don Miguel de Cervantes y Shakespeare. Lo dicho. Los mismos historiadores no se ponen de acuerdo en algo sencillo y que no ocurrió hace demasiado tiempo y sobre lo cual tenemos abundante documentación escrita.
Al final y después de mucho hablar no llegamos a ninguna conclusión. Quedamos en que una buena idea es narrar una historia actual sin referencias históricas para no perdernos. Otra es escribir una buena novela con referencias hostóricas pero que se diferencien claramente para no confundir. Lo importante es que lo que se escriba sea interesante y ameno. Es duro de pelar el contertulio de los Martes. Si, bueno, pero quizás no, no se, tendría que pensarlo. La verdad es que no se que decir. Lo tengo liado porque, habitualmente, distinguir la realidad de la ficción es complicado. Pues si se confunde paciencia. No pasa nada. Disfruta de la lectura. Es lo que hay. Leeremos, pues, a quién escriba algo quer nos interese.