sábado, 5 de noviembre de 2016

62 agradecimientos


La Isla que habito,
la que me vio nacer,
la que ha visto pasar mi vida.
El mar y la montaña, indistintamente.
Los días de sol y las noches de luna,
con tormentas y calmas.

Empecé esta andadura sin experiencia,
por un camino a veces complicado
que cada día he de descubrir porque es nuevo,
aunque sé dónde me lleva.

He saboreado el fruto soñado
porque me viene a la memoria,
desde las raíces.
Y tú has irrumpido en mi.
Compartiendo amaneceres,
atardeceres y otros momentos importantes.

Horas vagabundas y horas trasnochadas.
Calles estrechas y calles con acera.
Momentos de niñez superada
y minutos de adulto que piensa y escribe.

Pues por todo eso mi gratitud.
A la vida, a todos y a todos.
Llevo cicatrices y rasguños,
nada importante aunque la cosa va en serio.

Con toda la libertad de que dispongo.
Sin ataduras.
Con el mar por testigo.
Quedo agradecido.
No me extiendo más porque tengo que seguir viviendo,
leyendo y escribiendo.
Que el tiempo apremia. Salud.