Esta última feria del libro de Madrid ha dejado anécdotas curiosas que los periodistas inteligentes que cubrían el evento a buen seguro sabrán sacarle un rédito en forma de columna, artículo, opinión, entrevista, etc. en el periódico correspondiente. En revistas especializadas sobre libros, letras y literatos. Estos periodistas -jóvenes becarios- que trabajan por un módico precio de subsistencia se patean todo el recinto ferial. Están en todas partes y preguntan a todo el mundo. Autores, editores, libreros, lectores, etc. Importa la opinión. De lo que sea, Pero, por favor, opine. Luego ellos, en la calma de la terraza de un bar le darán forma. Añadirán o quitarán. Lo harán estético y poético para que el público disfrute con su lectura al margen de que sea cierto lo que se ha escrito. Algunos de ellos, con los años, han reunido material suficiente para una novela de trama sencilla. Que tenga buen leer. Facilón. De entretenimiento. Un libro siempre ayuda a un buen currículum.
Una tarde. Allá sobre las seis. En una de tantas casetas, de repente se arma un pequeño alboroto. Empieza a reunirse mucha gente que se pone en fila. Se supone que alguien famoso firmará libros. Se manejan nombres en los corrillos. Toca comprar con rapidez y hacer cola. Cámara preparada y la frase aprendida, "me encanta su forma de escribir. Lo he leído todo de ud. Lo que escribe me llega al alma". El periodista becario con sueldo de beneficencia está en todo para demostrar su valía en el trabajo. Sabe que o se lo curra bien o se acabó. Que ha elegido una profesión en constante goteo de regulaciones de empleo, despidos y cierres. Se acerca movido por la curiosidad. No estaba en el guión que hubiera una sesión de firmas en este lugar y a esta hora. En la caseta está sentado un hombre. Se supone que es el escritor famoso que en breve se pondrá a firmar ejemplares de su último libro. Detrás de él están dos agentes de la policía nacional. El becario compra el libro. ¡Diecinueve euros, joder! Ya puede ser bueno porque se ha quedado sin bocata. El libro se titula "Quiero ser libre". Lo mira rápidamente. Ojea las páginas interiores y subraya algunas frases para preguntar más tarde. Revisa la contraportada para saber de quién se trata. Es un correr o no llegar. Todo esto mientras avanza la cola de gente que quiere su firma, una dedicatoria y la foto.
Resulta que lo firma un tal Jose -con acento en la o-. Es un preso que lleva ocho años en la cárcel y que todavía le quedan unos cuantos. El libro es una novela con trazos autobiográficos. Niño sin niñez. Adolescencia precoz y traumática cuando todavía era un niño. Familia desestructurada. Faltas continuas de asistencia a clase hasta que terminas por no ir. El típico sujeto que antes de cumplir la mayoría de edad ya se ha hecho a sí mismo. Patear calles. Tirones de bolso. Algunos alunizajes. Carteras al despiste. Móviles, relojes, venta de cosas robadas y un sin fin de pequeñeces de esas. Una vida dedicada a saltarse todo lo que está prohibído en el código civil y penal. Nada importante por separado, pero junto es demasiado. Conocido por polis, fiscales y jueces. Hasta los dieciocho sólo fueron collejas administrativas. Luego vino la cárcel.
Lees el libro y ves que nada se ha hecho con mala intención. Simplemente ha intentado sobrevivir por sí solo en un mundo competitivo. Una huida hacia adelante para olvidar la familia desestructurada que le llevó a esta situación. El libro cuenta todas sus fechorías con detalle. Nada de bandas organizadas al estilo pandillero. Solo, que es cómo mejor se trabaja. Desde que está entre rejas no pasa ni un día que no añore la libertad. Un día la trabajadora social de la cárcel le dio la idea. Una buena forma de sentirte libre y evadirse de este lugar es escribir algo muy autobiográfica. Lo recomienda a todos como terápia. Jose -con el acento en la o- lo hizo. Costo esfuerzo y tiempo. El título ya lo he dicho y en la portada se ve un fulano que con los brazos quiere separar los barrotes de una celda para salir. La editorial que le ha publicado quiere y tiene que rentabilizar la inversión. Ha solicitado permiso al juez de vigilancia penitenciaria para que pueda asistir a algunos actos de presentación. Lo han autorizado. Acude hasta el lugar custodiado por la policía. Él está feliz y contento con el éxito que parece que tiene el libro. Se ha hecho un hueco en las ventas de este año. Otra cosa es que después del morbo de la firma, la dedicatoria y la foto correspondiente el libro valga la pena. Esto viene después. El periodista becario le ha hecho preguntas y ha tomado notas. Ahora es famoso fuera de la prisión y respetado dentro. Puto pais de pandereta, romerías, procesiones y mangoneantes. No hay dinero para editar nada. Sólo recortes. Vuelva otro día. Es demasiado extenso. Aburrirá. Es demasiado ajustado. Añádele algo. No creo que el tema interese. Está muy visto.
No me gusta hacer crítica literaria de la superficial y facilona. Pero este libro puede resultar un castigo si te obligan a leerlo. El tal Jose -con acento en la o- ya ha publicado. Ha conseguido en un pis pas lo que otros no consiguen en años. Entiendo lo de la terápia con la escritura. No entiendo que le publiquen también por terapia. Alguien en algún foro ya lo ha catalogado como el libro a leer este verano. Será un familiar suyo, tendrá comisión o ganas de joderte las vacaciones. Tu elijes. Salud.
No me gusta hacer crítica literaria de la superficial y facilona. Pero este libro puede resultar un castigo si te obligan a leerlo. El tal Jose -con acento en la o- ya ha publicado. Ha conseguido en un pis pas lo que otros no consiguen en años. Entiendo lo de la terápia con la escritura. No entiendo que le publiquen también por terapia. Alguien en algún foro ya lo ha catalogado como el libro a leer este verano. Será un familiar suyo, tendrá comisión o ganas de joderte las vacaciones. Tu elijes. Salud.