miércoles, 27 de junio de 2012

La Gaceta

Hoy ha ocurrido algo apasionante para mi. Para más gloria de la intelectualidad y de la gente con cordura. En el mundo de las letras y en el del periodismo en particular. Alguien se empeña, día a día, en explorar el pensamiento metafísico y teológico y la consecuencia de la acción de Dios sobre los hombres. Leer ensayo a modo de relato breve pero intenso te deja en babia al momento. Con un cuerpo de ni si ni no. Un estado de ánimo de ni fu ni fa.. No sabrías...Te quedas por unos momentos en el mundo de la perplejidad. No acabas de entender el qué de la cuestión. Tienes que pensar. No te queda otra. El ateísmo que practico me reafirma en mi fe sobre la razón como algo sublime y no sobre la razón de la fe. La naturaleza nos ha dotado a algunos de inteligencia y digo yo que será por algo. Tiene que haber una razón poderosa para ello. Pero, ¿porqué no todos poseemos ese don?
Como editor responsable de este blog tengo la obligación de preocurar escribir cosas que ayuden al progreso de la humanidad. A la resolución de problemas cruciales. A la supervivencia del estado del bienestar. A entretener y procurar felicidad al lector. Pero siempre encuentro a alguien que no me deja. Que me incita. Me provoca desde el otro lado del ateísmo. Y yo solo no puedo. Es complicado y difícil. No me basta con la intención y las ganas. No basta con participar como dicen los deportistas cuando pierden. Es como si yo desde mi blog quisiera competir con la hoja dominical que editan los obispos y se reparte gratuitamente entre los feligreses cada domingo en las iglesias. Es la eterna lucha de David contra Goliat.
Elevar el pensamiento crítico a unos niveles dignos que se perpetúen en este blog es uno de los objetivos. Se lo debo a mucha gente que lee estas cosas con interés aunque algunos todavía no se han apuntado como seguidores. Pero hoy -decía al principio- ha ocurrido algo importante que me ha llenado de satisfacción. Le han quitado el parte de guerra a Dávila en "La Gaceta". Lo han tocado y lo han hundido. Ha manifestado que era el sueño de su vida. El jefe Ariza no ha tenido compasión y ni siquiera ha dejado que se despidiese como hubiera querido. Ya no leeremos más este espacio pseudoliterario para nostálgicos de bigotito y cara al sol. Esa tontería escrita que ni siquiera tiene la fama y el reconocimiento de la hoja dominical. La Gaceta ya no tiene abanderado. Ha perdido las velas, el timón y, por tanto, el rumbo. Ahora navega según las corrientes hasta que encalle. El mismo Dávila lloriquea en el muelle viendo como se aleja su sueño. Le han aplicado la nueva ley del trabajo y asuntos varios y relacionados y lo han despedido procedentemente de una patada en el culo.
Yo estoy a verlas venir. Se cómo se las gastan estos seres vivos cuando se cabrean. Por si acaso y, como dice mi amigo Fimeo, "qué te cuentas, porque yo no digo nada". Porque soy educado y me gusta tener amigos. De todas formas algunos podrán seguir leyendo la Gaceta hasta que se cierre. Luego les quedará la hoja dominical y en último término me podrán pedir permiso para leer este blog que es mucho más interesante. El tal Dávila hablaba del paro desde el egoísmo de su posición dominante y hacía sangre para los consumidores de este tipo de cosas. Algunos pensareis que hay otros temas más interesantes que tratar. Pues no. Ahora mismo esta noticia tiene una proyección universal. Esta gente ha escrito lo que han querido durante demasiado tiempo. Han hecho leña del árbol caído. Ahora prueban las medicinas que ellos mismos han fabricado y recetado. El mundo Intereconomía se hunde poco a poco como el Titánic. Se van tirando por la borda para quitar lastre en un momento heróico o para evitar la patada en el culo. La vida se ha puesto difícil y hay que apechugar con lo que tenemos. Yo he renunciado a la paga de orfandad por esto. No la quiero. Me siento liberado que ya es mucho. El títere Carlos seguirá dando caña no se desde dónde pero le seguiremos la pista para informar. La significación del lugar y del cargo le hacían pertenecer a una élite obsoleta y caducada con códigos, proyectos, jerarquías, etc. Viven en un mundo muy regulado y que no tiene futuro.
Hubiera podido adoptar una posición neutra. Este tipo de emociones no se pueden apañar y se hubiera notado. Esta subcultura tiene los días contados. No será el último en caer. Ya no venden. Los nostálgicos se han hecho mayores. Los jóvenes quieren otras cosas. Desde este blog seguiremos porque estas cosas nos gustan tanto o más que una paga de productividad -que por cierto no cobramos- o la paga del último tramo de la carrera profesional -que por cierto tampoco cobramos-. Termino que me pierdo. Salud.

domingo, 24 de junio de 2012

Sin IVA

Primera hora de la mañana. El sol ya está puesto. Principios de verano. ¡Han llegado las rebajas! Nervios. Gente. Mucha gente. Cantidad de gente. No es para menos. Este año vienen que aprietan. Aglomeración de gente. Rebajas importantes desde el primer día. De hasta el cincuenta por cien o más. Hace tiempo que las anuncian. De todas formas la gente ya lo sabe. Los que esperamos sentimos un cosquilleo en el estómago. Este año vienen con novedades. El gobierno ha aprobado algo que venimos reivindicando desde hace años. Los libros están exentos de IVA. ¡Bien! Hay letra pequeña. Como siempre. Pero no está escrita para miopes como yo. Vale. ¿A qué se considera libro y a qué no? ¿Normal o de bolsillo? ¿De bolsillo y/o rústico? Las revistas no entran. Me dicen desde atrás que las especializadas, si. Las de cotilleo no entran. Los libros con poquitas páginas, muchos dibujos y letra muy grande, tampoco. Son para niños que no saben leer. Que los papas les cuenten cuentos por la noche para que se duerman y los abuelos por el día para que estén despiertos. ¡Qué paradoja! ¿Y los dibujos? ¡Ah! Los del gobierno han perdido el juicio. Bienvenida esta locura. Los editores contentos. Los libreros encantados. Los escritores se frotan las manos. Precio de coste sin más. Nada de subvenciones. El libro bueno se venderá y el otro seguramente no. Habrá que afinar fino.
Estamos a punto de entrar y no consigo aplacar mis nervios. Cada cinco minutos que pasan la megafonía anuncia que faltan cinco minutos menos para abrir. ¡Vale ya! Cada vez hay más gente esperando y ya ocupamos la calle. Como si fuéramos indignados pero sin preocuparnos de la policía. Ésta regula el tráfico que es lo que toca. Esto ya es un caos. Lo nunca visto por mí. Es mi estreno. Soy de los primeros porque llegué la noche anterior. Han reforzado la seguridad en las puertas. Dentro puedo observar a los periodistas que cámara en mano nos están esperando para grabar la entrada masiva de compradores compulsivos. Luego saldremos en todos los telediarios. La megafonía anuncia que falta un minuto. Los vendedores están preparados. Los reponedores contratados para la ocasión también. Fuera damos saltos como hacen los mozos en los Sanfermines. No se porqué. ¡Esto es una fiesta! Empujones. Codazos. Es igual. Pienso gastarme unos veinticinco euros que antes suponía un libro. Ahora podré comprar hasta cinco o seis. De repente empezamos a gritar todos al unísono, ¡tres...dos...uno...Ya! Abren las puertas. Los de seguridad se ven estrujados entre la puerta de cristal y la pared. Literalmente desbordados. ¡Apocalíptico!
Hace unos días vine a ver lo que había. Tengo ojeados los libros que voy a comprar. Se dónde están. Si alguien se cae pasaré por encima y si hay que matar...no me pongáis a prueba. Localizo los libros. Cojo los libros. Los pongo en una bolsa para tener las manos libres y desocupadas. Trajinar de un lado a otro. Empujones. Bueno. ¡Joder señora, no hace falta pellizcar! Es una monja. Lo sabía. Son las que mejor lo hacen. Total por una biblia, ¡que no la voy a coger, que soy ateo! Voy a caja a pagar. Ya hay cola. No lo entiendo porque me he dado prisa. Las cuentas no salen. La cajera se ha equivocado. ¡No señor mio, yo no me equivoco! Las novedades editoriales pagan IVA. Sólo van sin impuesto los libros de bolsillo, los editados en rústico y siempre que haya pasado un año desde su primera publicación. Lo sabía. Mecagondena con la letra pequeña escrita para miopes como yo. Otra vez metido en el embrollo. Dejo los libros y voy a por otros. ¡Ánimo Toni que tu puedes con esto y más! Si quiere el libro digital meta el pendrive en la ranura y seleccione después de haber introducido una moneda de dos euros. Un imbécil detrás de mi pregunta al encargado, ¿cómo disfrutaré más leyendo el Quijote, en papel o con el e-book? El vendedor no contesta porque se está haciendo un reset. Ya tengo lo que quiero. Mejor esto que nada. A partir de ahora esperaremos un año y compraremos libros de bolsillo editados en rústico.
Pip, pip. Pip, pip. Pip, pip. Es la alarma del despertador. Son las seis. Hora de levantarme. Me siento en la cama y espero que todas las conexiones nerviosas de mi cuerpo se activen. Hace un día estupendo. Estamos a principios de verano. Hoy empiezan las rebajas. Seguro que se repetirá lo de siempre. Colas de gente que va a comprar cosas que no necesita. La gente no aprenderá. Tengo la impresión de que he soñado algo y no puedo acordarme. Ya lo recordaré. Los sueños son cosa de Freud. Salud. 

sábado, 23 de junio de 2012

El conejo

Este es un monólogo que este verano pasado arrasó allí donde se dijo. Te lo escribo -compañe@ que me lees para que puedas divertirte un rato y evadirte de los problemas que nos aparecen en todo momento. Para que la cosa tenga éxito harás todo tal cual te voy a explicar. Sigue las instrucciones y ...disfruta.
Instrucciones: Te pondrás delante de un espejo para mirarte mientras dices el monólogo. Coloca los dos piños superiores (incisivos) fuera de la boca y cierra el resto. Que los piños estén situados delante del labio inferior. Tienes que parecerte lo más posible a un conejo. Cuando estés preparado te pones a decir lo que te voy a escribir de forma muy pausada. Piensa que los conejos, por como tienen la boca y sacados los piños superiores, no pueden hablar demasiado rápido ni demasiado bien. Allá va.
¡Hola, soy un conejo! Pausa...Te miras detenidamente...¿que no se me nota?...-te señalas con el dedo índice de la mano derecha los piños-. Esta claro que soy un conejo. Estoy cansado y aburrido de estar en esta caja de rejilla...pasa una corriente de aire que te cagas ¿sabes? Además no me encuentro muy bien. Mi dueño me trae mala comida todos los días. Hierbas tóxicas que recoje de los caminos cuando los operarios del Consell han terminado de fumigar para matar las hierbas y que no vuelvan a salir...¿entiendes? Pues estas hierbas las recoje y me las trae para comer... Me han provocado una diarreeeea que no veas. Pausa y miras a tu alrededor. Por las mañanas se cita con sus amigos en un bar. Lo ha contado...si. Todo. Dicen sus amigos que seguramente tengo... moquillo. ¿Moquillo? ¡A ver. ¿Tu has visto alguna vez a un conejo con moquillo? Un perro si...pero yo. ¡Yo soy un conejo! Esto son las hierbas tóxicas que me da de comer. Y además, con esta corriente. ¡Estoy mal...joder! ¿Comprendes? Le he pedido una y otra vez que quiero comer alfalfa como todos los conejos. No es mucho pedir. ¡Pues no! Me dice que la alfalfa está cara y que estas hierbas que él trae tienen vitaminas y antioxidantes. ¡Es tóxica, le digo! Pues lo que no mata engorda, me contesta...Miras a tu alrededor con una cara de preocupación. Un día de estos lo voy a denunciar a la Sociedad Protectora de los Animales. Tengo mis derechos antes de que me mate y me coma. Lo se. ¿Entiendes? ¿Sabes? Un domingo me compró en el mercado de Santa María. Dijo que era para su mujer. Que se había encaprichado con un conejo. ¡JA! A su mujer le dan asco los conejos y ni me mira. Es un chulito el tiparrajo este. ¡Si...que me oiga. C h u l i t o! La otra mañana mientras tomaba café con sus amigotes en el bar dijo...¿sabes que les dijo? ¿No? Pues les dijo...esta mañana antes de venir le he dado de comer al conejo de mi mujer...¿entiendes? ¿Eeentieeendeees? Con los dedos haces un movimiento dejando entrever que lo dijo con segundas intenciones. Necesito que alguien me adopte y salir de aquí o las hierbas tóxicas me van a matar. Hace unos días vinieron sus amigos a casa. Me miraron. Empezaron a reírse que casi se ahogan. Decían...¡este parece ser el conejo de tu mujer! ¿Lo es? Risotadas de amigotes. ¡Si, si! ¿Se nota? No le veo la gracia. ¿Tu la ves? ¿Alguien la ve? Otro decía. Disimula muy bien que tenga moquillo. Se partían de la risa. ¿Sabes? ...A ver...a ver...¿y tu de que te ríes? Ya os quisiera ver dentro de este cajón de rejilla y soportando esta corriente de aire. ¡Cagüen! Sabes que te digo...¡que si alguien quiere una mascota que se compre un peluche!  Salud. 


viernes, 22 de junio de 2012

Escudos humanos

He leído, sin ánimo de molestar, algunos conceptos básicos que quiero recordar. No tienen la misma significación, pero en el fondo se pueden interpretar de forma conjunta sin alterar para nada los contenidos. La deontología como fundamento de las buenas normas y costumbres al que todo profesional está obligado ya que su espacio de libertad está sujeto a la responsabilidad del cargo. La ética como una justificación racional de las normas que rigen la práctica de la profesión y la profesionalidad. La moral como un conjunto de reglas que conducirían la conducta del ser humano en su momento profesional y como persona. Consigo mismo y con la sociedad con la que se relaciona. Estos conceptos, pues, marcarían las actitudes virtuosas en la práctica de una profesión y máxime cuando ésta es la de cuidar y curar personas enfermas.
Dicho todo lo cual prosiguió el sabio...y luego se preguntan el porqué de mi estrés...¿con qué estado de ánimo me presento a trabajar si mi compañero se hace llamar injusticia?...Para ser vulgar no hace falta estudiar una carrera y especializarse en algo. Basta con pronunciar aquella fatídica frase acuñada por no se quién y no me importa, "cumplo a rajatabla con mi deber", a sabiendas de que no es así. Me acuerdo, ahora mismo, de Luis Aguilé y aquel estribillo que le hizo famoso, "es una lata el trabajar, todos los días los tengo que aguantar"...o algo así. Quién no la conoce. Ha sido un lapsus de mi subconsciente que cuando está lleno rebosa al consciente y me abre los ojos. Últimamente el lugar de trabajo se ha convertido en territorio hostil. Hay opiniones encontradas en la forma de hacer las cosas y en la manera de entenderlas. La escena es desoladora y propicia al desánimo. Se aprecia indefensión y fatalidad. El malestar va en aumento. Es un todos contra todos para derrocar al de arriba. Es la crisis dicen algunos. No, son los recortes dicen otros. Qué va, son los complementos dice un colectivo. Se comportan como los mercados. Metiendo presión. Hacen un trabajo especulativo. Un aplicar la máxima de "a mi nadie me jode".
En estos momentos este blog se ha convertido en una vía de escape. Para quién lo escribe y para algunos de los que lo leen. Digo con esto que las cuestiones previas con las que empezaba esta entrada han sido aparcadas por una mayoría de licenciados reconvertidos en "doctores sin tesis" -sólo para entendernos-. Alguien escribió que "la adaptación es la lógica de la supervivencia y ésta es la enemiga de la autorrealización". Si algunos profesionales se pliegan ante esta situación su trabajo dejará de ser creativo. Las prisas para obtener unos réditos a la orden de "YA", transforman su trabajo en un producto industrial carente de calidad. La autorrealización es lo de menos. La rentabilidad y la mala entendida supervivencia están por encima de cualquier otra consideración. A algunos muchos esto les parece muy bien. A mi no porque es un sin sentido. No contribuiré a esta absurda competición donde el premio no es el bienestar del paciente sino el derrocar cuanto antes al de arriba o que el de más arriba deponga su actitud. Ahora mismo el paciente es circunstancial. Es un efecto colateral según los principios de la guerra. Se han convertido en escudos humanos. Están en medio. No han sabido o no han podido agacharse. Reciben malos modos de los dos bandos enfrentados. Las relaciones que tendrían que ser útiles y placenteras se están convirtiendo en malas experiencias.
El que está enfermo se ve amenazado y quiere luchar pero no está en una posición dominante y patalea al aire o recula. El que cree estar en la posición dominante se comporta de forma egoísta y da a entender que se preocupa por el enfermo cuando en realidad lo utiliza contra el otro en una técnica de desgaste con lo que consigue una terapia de maltrato. Por cierto el maltrato animal está penado. El hombre es un animal racional. Queda dicho. Hay una dependencia de unos con respecto a otros. Esto es peor que una dictadura política promovida por una mayoría absoluta. En otra entrada mencionaba que la ira y el enfado son emociones necesarias y normales. Añado para evitar confusiones...limitadas en el tiempo y a determinadas personas. Yo no me puedo enfadar con una persona que no entiende lo que le digo porque padece Alzheimer -por poner un ejemplo de lo que digo-. Puedes tensar una cuerda tanto como tus fuerzas te permitan. Si la tensas más de lo debido la puedes romper. Una vez rota no sirve y habrá que reemplazarla por otra. Cuando la cuerda se rompa, algunos, serán más vulnerables y tendrán menos probabilidades de conseguir objetivos.
Pero a todo esto resulta que están los colaboradores necesarios. Los que aplican técnicas y los técnicos que cuidan. Éstos últimos pueden verse afectados y rebotar. Creo que ya es así. Si no lo es, lo será. Algunos serán más vulnerables todavía y dejarán de estar en una posición dominante. Se trata de hablar las cosas con la razón y no tanto con la pasión. Hay muchas formas de hacer las cosas y medios para conseguirlas. Creo que no se utiliza la mejor. Utilizar a los enfermos como escudos humanos es la peor de las maneras. Sólo las peores dictaduras lo practican. Cabrear a los colaboradores necesarios tampoco es una buena idea. Toca cambiar el paso o alguien sufrirá el fracaso. No acabo de ver las cosas claras. Lo que si tengo muy claro es que yo no seré el perjudicado. Ni siquiera temporalmente porque me asiste la razón y otras cosas. Sería prudente templar las gaitas antes de soplar. Lo digo por no desafinar. Queda dicho para quien sepa leer y entender. Salud.
 

jueves, 21 de junio de 2012

Reciclado Cuatro

Una de las peores cosas que le puede pasar a un ateo es tener que vivir permanentemente con el propósito de enmienda de un pecado que a lo mejor no ha cometido y practicando actos de fe de forma continuada.
Si alguien oye ronquidos es que el acto de roncar provoca algún tipo de sonido. Supuestamente yo tengo esta capacidad pero no me oigo ¿y porqué? -dice Mou-. El sonido  sale de una garganta que se encuentra justo al lado de mis oídos. Así y todo no me oigo. Pero tengo que creer lo que me dicen otros al afirmar que hago tal cosa. Parece ser -según un experto en esto- que uno sólo puede roncar cuando está tumbado. En mi caso puedo afirmar que me he quedado dormido estando de pie y no he roncado. Debe ser algo postural pues. ¿Y porqué? -dice Mou-. Si me paso la noche roncando mis cuerdas vocales no paran de vibrar durante demasiadas horas. A la mañana siguiente tendría que estar afónico o casi mudo y no lo estoy. Mira tu por dónde ya me da esto que pensar. Alguna vez he roncado y yo mismo me he despertado con sobresalto incluido. ¿Y porqué una vez me despiertan los ronquidos y otras veces no?
Me paso ratos eternos intentando negar lo que para otros resulta una evidencia. Ya te digo que se me ocurre que esto a lo mejor no es así. Me altera estar constantemente haciendo un acto de fe y tener que creerme algo porque sí. Jesús ha existido porque está escrito en la biblia. Vale. Pues mi mentalidad científica necesita pruebas contundentes, fiables, independientes, verificables y empíricamente demostrables. En cuanto digo esto todo el mundo se ofrece voluntario para grabarme. Es de todos sabido que la voz de una grabación jamás es reconocida por el interesado porque no es igual y no lo es porque hay sonidos agudos y graves que no se pueden registrar en una grabación. Pero no basta. A vueltas con el acto de fe y punto. Te lo tienes que creer porque sí. En una hipótesis factible y digna de una tesis. Cabría pensar que si la naturaleza nos ha dotado de la capacidad de roncar será para algo. Digo yo. Habría que estudiar el porqué. ¿Acaso quiero expresar algo con tales ronquidos? ¿Son una forma de llamar la atención como hace un niño cuando llora? ¿Es posible que le esté expresando mi inmenso amor a la persona que me está escuchando atentamente y que dicha persona no sepa interpretar tal declaración de amor de esta forma tan romántica. poética y sonora?
No oculto que tengo mis dudas al respecto y que la cosa no es tan fácil como pueda parecer. Cuando uno duerme solo, ¿también ronca? Nadie se atreve a contestar porque nadie lo sabe y es porque nadie lo oye -ni siquiera él mismo interesado-. Deduzco, ahora mismo, y así lo digo que sólo se ronca cuando se duerme en pareja. Esto avala mi tesis de que es una forma peculiar e incomprendida de comunicarse. Para terminar de joderte te dicen que es cosa del sobrepeso, la papada que te ahoga y que entre ronquido y ronquido no respiras y que te puedes morir. Es una estrategia simplona. A mi no se me acojona tan fácilmente. Se trata de quitarte el sueño del susto. Que te pases la noche en vela y no puedas roncar. Que lo se. Es que no puede ser otra cosa. Y se mantienen. Si sigues así terminarás por dormir con un bozal conectado a una máquina. Para que no dejes de respirar y no te mueras. Vale. Ya estoy asustado de verdad. No se si es peor el sonido armonioso y acompasado de un ronquido que el ruído infernal de una máquina conectada a tu cara como si fuera un bozal.
Sigo pensando que roncar es una forma romántica, literaria, estética y poética de expresar tu amor a la persona que está durmiendo contigo y que ésta no lo interpreta así, más bien al contrario. Esta sencilla transmisión de sentimientos hacia la persona amada no siempre es entendida ni correspondida. Evidentemente las personas que roncan son unos incomprendidos. Quizás yo también lo sea. Algunos admiran los sonidos de las ballenas en época de celo y de los delfines con sus chillidos estridentes cuando se comunican. Les gusta. Los graban. Los estudian para saber lo que se dicen pero se niegan a estudiar y entender el significado de los ronquidos en el supuesto que se den. La humanidad se lo pierde. Yo me siento satisfecho porque me han dicho que tengo esta capacidad de comunicarme y de expresar sentimientos con sonidos guturales mientras duermo. No es una extravagancia. Simplemente, soy así. Salud.

miércoles, 20 de junio de 2012

Ser libre

Esta última feria del libro de Madrid ha dejado anécdotas curiosas que los periodistas inteligentes que cubrían el evento a buen seguro sabrán sacarle un rédito en forma de columna, artículo, opinión, entrevista, etc. en el periódico correspondiente. En revistas especializadas sobre libros, letras y literatos. Estos periodistas -jóvenes becarios- que trabajan por un módico precio de subsistencia se patean todo el recinto ferial. Están en todas partes y preguntan a todo el mundo. Autores, editores, libreros, lectores, etc. Importa la opinión. De lo que sea, Pero, por favor, opine. Luego ellos, en la calma de la terraza de un bar le darán forma. Añadirán o quitarán. Lo harán estético y poético para que el público disfrute con su lectura al margen de que sea cierto lo que se ha escrito. Algunos de ellos, con los años, han reunido material suficiente para una novela de trama sencilla. Que  tenga buen leer. Facilón. De entretenimiento. Un libro siempre ayuda a un buen currículum.
Una tarde. Allá sobre las seis. En una de tantas casetas,  de repente se arma un pequeño alboroto. Empieza a reunirse mucha gente que se pone en fila. Se supone que alguien famoso firmará libros. Se manejan nombres en los corrillos. Toca comprar con rapidez y hacer cola. Cámara preparada y la frase aprendida, "me encanta su forma de escribir. Lo he leído todo de ud. Lo que escribe me llega al alma". El periodista becario con sueldo de beneficencia está en todo para demostrar su valía en el trabajo. Sabe que o se lo curra bien o se acabó. Que ha elegido una profesión en constante goteo de regulaciones de empleo, despidos y cierres. Se acerca movido por la curiosidad. No estaba en el guión que hubiera una sesión de firmas en este lugar y a esta hora. En la caseta está sentado un hombre. Se supone que es el escritor famoso que en breve se pondrá a firmar ejemplares de su último libro. Detrás de él están dos agentes de la policía nacional. El becario compra el libro. ¡Diecinueve euros, joder! Ya puede ser bueno porque se ha quedado sin bocata. El libro se titula "Quiero ser libre". Lo mira rápidamente. Ojea las páginas interiores y subraya algunas frases para preguntar más tarde. Revisa la contraportada para saber de quién se trata. Es un correr o no llegar. Todo esto mientras avanza la cola de gente que quiere su firma, una dedicatoria y la foto.
Resulta que lo firma un tal Jose -con acento en la o-. Es un preso que lleva ocho años en la cárcel y que todavía le quedan unos cuantos. El libro es una novela con trazos autobiográficos. Niño sin niñez. Adolescencia precoz y traumática cuando todavía era un niño. Familia desestructurada. Faltas continuas de asistencia a clase hasta que terminas por no ir. El típico sujeto que antes de cumplir la mayoría de edad ya se ha hecho a sí mismo. Patear calles. Tirones de bolso. Algunos alunizajes. Carteras al despiste. Móviles, relojes, venta de cosas robadas y un sin fin de pequeñeces de esas. Una vida dedicada a saltarse todo lo que está prohibído en el código civil y penal. Nada importante por separado, pero junto es demasiado. Conocido por polis, fiscales y jueces. Hasta los dieciocho sólo fueron collejas administrativas. Luego vino la cárcel.
Lees el libro y ves que nada se ha hecho con mala intención. Simplemente ha intentado sobrevivir por sí solo en un mundo competitivo. Una huida hacia adelante para olvidar la familia desestructurada que le llevó a esta situación. El libro cuenta todas sus fechorías con detalle. Nada de bandas organizadas al estilo pandillero. Solo, que es cómo mejor se trabaja. Desde que está entre rejas no pasa ni un día que no añore la libertad. Un día la trabajadora social de la cárcel le dio la idea. Una buena forma de sentirte libre y evadirse de este lugar es escribir algo  muy autobiográfica. Lo recomienda a todos como terápia. Jose -con el acento en la o- lo hizo. Costo esfuerzo y tiempo. El título ya lo he dicho y en la portada se ve un fulano que con los brazos quiere separar los barrotes de una celda para salir. La editorial que le ha publicado quiere y tiene que rentabilizar la inversión. Ha solicitado permiso al juez de vigilancia penitenciaria para que pueda asistir a algunos actos de presentación. Lo han autorizado. Acude hasta el lugar  custodiado por la policía. Él está feliz y contento con el éxito que parece que tiene el libro. Se ha hecho un hueco en las ventas de este año. Otra cosa es que después del morbo de la firma, la dedicatoria y la foto correspondiente el libro valga la pena. Esto viene después. El periodista becario le ha hecho preguntas y ha tomado notas. Ahora es famoso fuera de la prisión y respetado dentro. Puto pais de pandereta, romerías, procesiones y mangoneantes. No hay dinero para editar nada. Sólo recortes. Vuelva otro día. Es demasiado extenso. Aburrirá. Es demasiado ajustado. Añádele algo. No creo que el tema interese. Está muy visto.
No me gusta hacer crítica literaria de la superficial y facilona. Pero este libro puede resultar un castigo si te obligan a leerlo. El tal Jose -con acento en la o- ya ha publicado. Ha conseguido en un pis pas lo que otros no consiguen en años. Entiendo lo de la terápia con la escritura. No entiendo que le publiquen también por terapia. Alguien en algún foro ya lo ha catalogado como el libro a leer este verano. Será un familiar suyo, tendrá comisión o ganas de joderte las vacaciones. Tu elijes. Salud.

martes, 19 de junio de 2012

Chaquetero

Tengo el corazón en un puño y siento un irrefrenable deseo de huir. Al instante empiezo con una sudoración profusa. Pienso. No creo haber cometido ningún error. Luego todos estos síntomas serán irracionales. Convendrá pensar en otra cosa y tener la mente ocupada o despejada. Pero desconfío del momento y del espacio que me rodea. Me propongo recuperar la serenidad pérdida y que me caracteríza. Me cuesta. No acabo de conseguirlo. Empiezo a obstinarme en la obstinación de recuperar mi estado de ánimo habitual. Este que suele estar entre la calma chicha y el cabreo justificado y bien entendido. La ironía sobrevuela mi pensamiento como siempre. No lo puedo remediar. Si no la domino me pierdo. Que estas cosas se me dan bien y he demostrado maestría. Con todos los respetos. Me gusta afilar bien la pluma y escribir con tinta de terciopelo. Esta que cuando se seca raspa como el esparto. Con todo he decidido que soy un sujeto anómalo de su tiempo. Como muchos otros. Que los conozco. Todavía no puedo entender los sentimientos y el comportamiento de algunos. Vivimos tiempos convulsos y no es para menos.
Todo esto viene a cuento de una história conmovedora que una señora muy mayor ha contado que le contó al Juez Garzón cuando éste investigaba los crímenes franquistas dentro del contexto de la Ley de Memoria Histórica. He leído muchos testimonios y he escuchado muchas historias, algunas de las cuales las reproduzco en este blog. La mayoría rozan lo aberrante, irracional e inverosimil. Pocas cosas me emocionan ya. Estas sí. Por esto he decidido comprometerme con la justicia social. Bueno, para ser más exactos. Esta cosa que practican la mayoría de los jueces en su trabajo y que es tan tremendamente lenta y que tiene tantos agujeros de interpretación que al final en lugar de ser justicia es una esperpéntica tontería. Todo menos justicia. Seguramente el que más se involucró y quién empezó esta lucha desde el poder judicial ya está despachado y finiquitado de por vida. Salvo actuaciones lúcidas de última hora que le devuelvan la dignidad.
Divar, reconozco que has hecho un buen trabajo. Has borrado la sombra que te perseguía lo que te valió el apodo de "el caguetas". Ahora sólo te queda tener la valentía de devolver el dinero que presuntamente mangoneaste para pagar presuntos viajes que presuntamente eran de trabajo. Ahora nos enteramos que presuntamente eran de esos de pasárselo bien. Todo un personaje que brilla por el botox en lugar de brillar con el ejemplo. Si te queda sentido común, devuélvele la plaza al Juez Garzón y luego dimite. Practícate un ere y vete a un exilio lejano. Me he enterado de que estás en ello. Estás tardando. Necesitamos a alguien que siga con el trabajo de localización, exhumación, reconocimiento y devolución a sus familiares a los de las cunetas -sean del bando que sean- para que puedan reposar el resto de la eternidad dónde sus familiares quieran. Yo seguiré en mi empeño de ir recordando esto para no perder la memoria.
Es extenuante luchar para el recuerdo. Pero tiene su recompensa. Cada fosa localizada es un objetivo cumplido. Cada fosa excavada y la recuperación de los restos de alguien es un proyecto hecho realidad. Cada familiar que da sepultura a un fusilado es sentir una emoción nueva. Recuperar cadáveres que fueron personas -abuelos, padres, hermanos, hijos- y que fueron fusilados por descerebrados es un deseo. Hasta que no quede nadie. Es un pulso contra el tiempo porque los que lo saben son mayores y la memoria se les va. En mi infancia vivía en un mundo reducido. La familia y los amigos. No había más. Ahora en la edad adulta mi mundo infantil se ha convertido en un universo. He percibido los destellos de la justicia social.  Entiendo que la gente anónima tiene una biografía. No comprendo porqué esto no se respetó. Pero ahora no puedo quedarme al margen. Personas que fueron humilladas. Arrancadas de los suyos. Juzgados sin garantías. O ni juzgados. Fusilados por gentuza a los que les movía el placer de matar. La venganza. La intolerancia.
Se han dado pasos importantes pero insuficientes. Hay que recuperar a todos. Luego vendrá limpiar los papeles cuando los hubo. Yo seguiré con lo mio. Recordar y hacer recordar. Tu trayectoria, Carlos Dívar, habrá sido una travesía en el desierto. Corta pero intensa. De esas de andar mucho y sin agua. Ayer el Jefe del Estado te dió la espalda y se fué a tierras de moritos a darle el pésame a no se quién. Una excusa como cualquiera. No le gusta vomitar en público. Su hijo tiene más aguante. Es lo que pasa cuando uno se comporta, presuntamente, como un delincuente. Le llega su hora. Disfruta de la jubilación. Que otros no pudieron. Y por tu culpa, algunos muchos, todavía siguen en las cunetas. Salud.

lunes, 18 de junio de 2012

Saramago

Hoy hace justo dos años que el gran escritor portugués venido a España falleció. Justo al día siguiente le dedique una entrada que hoy reproduzco en su memoria. Para los novatillas que empezais a seguirme y leerme. Va por vosotros.
Con 87 años uno ya no tiene edad para viajes a lo desconocido. Haberte quedado unos cuantos años más con nosotros y nos hubieras podido deleitar con otros libros tan interesantes que escribes y que yo sigo con grán interés. Pero no. A la hora de la siesta, casi de puntillas, cuando el resto de los mortales está somnoliento por la siesta, vas y nos dejas. Esto no se hace Saramago. Tanta y tan buena lucidez que has tenido en toda tu vida y ayer te falló. Te admiro -desde hace tiempo- como escritor que has sido en el más ámplio sentido de la palabra. Que has escrito de todo, ensayo, poesía, narrativa, periodismo de opinión, etc. En todo has sido brillante y por esto te otorgaron un Nobel -que se dice pronto-. Si San Pedro te ha visto la medalla a buen seguro te habrá buscado un buen sitio a la derecha del Padre. ¡Ah no. Que tu eres ateo! Pues al infierno.
Se que has tenido problemillas menores con mucha gente, pero ahora ya da lo mismo. En 1991, con el "Evangelio según Jesucristo" ya apuntabas maneras de buen ateo con tu visión tan especial y nada oficial del Mesias. Se armó la de Dios y tus gobernantes renegaron de tí -me refiero a los portugueses-. Gracias a esto te viniste a vivir a España -Lanzarote- y compartiste tu vida con una española. En 2009 tuviste otra polémica desavenencia  con la jerarquía religiosa con el libro "Cain". Antes la habías tenido Con Silvio Berlusconi -propietario de tu editorial- porque se negó a publicar una compilación de las entradas de tu blog. Vaya por Dios. Que sepas que a Berlusconi le tengo prohibido leer el mio desde que lo empecé. Y a otros de la altura de Chavez, Bush, Blair, Aznar, etc. Ya me entiendes.
Luz Casal -la rockera más romántica y más inteligente a día de hoy- ha dicho muy recientemente que "sólo le gustan los hombres a los que pueda admirar. Hombres con capacidad intelectual, con nivel, me gusta creer que ellos saben más que yo". Espléndida cita que te dedico -aunque no sea mía- por si no la habías leído. Yo también soy seguidor de esa chica que me fascina cuando canta y cuando habla.
Ahora que ya no estás entre nosotros -por lo menos físicamente- ya puedo confesarte que me molesté contigo cuando fuiste al aeropuerto de Lanzarote a reirle las gracias a Aminatu Haidar (de profesión tocapelotas y montapollos) e incluso le dedicaste y firmaste el libro "Cain". A mi no me lo has firmado y lo tengo. No te rias, no. Esa que cuanto más ayunaba tenía mejor aspecto. Mira si me molestó que te puse un negativo -como en la escuela- y decidí no leer el libro que ya tenía en lista de espera en el estudio de mi casa. Hoy te perdono y será el próximo que lea. Me da lo mismo que la gente se manifieste y luche por cosas. Pero sin pasarse. Me reconforta que fueras de izquierdas y ateo. En esto estamos a la par. Es la base o fundamento de todo buen intelectual y escritor.
He visitado por última vez tu blog, "otros cuadernos de Saramago" y veo que han entrado justo a la hora que te fuiste. Qué contrasentido. He leído "Pensar, pensar" -de tu blog- que es un trozo de una entrevista que concediste el 11 de Octubre de 2008 a la revista del Expreso de Portugal y dice..."creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte". Tienes que acordarte. Estuviste genial. Tenemos mucho en común y me complace reconocerlo, de izquierdas, ateo, reflexivo y filosofándo en cada entrada. No te digo que sigas así porque va a ser que no. No sabes cuanto lo siento.
Acabo. Disfruta de la Eternidad que me han dicho que es muy grande. Dónde quiera que esté. Nosotros, aquí, en el paraiso terrenal, seguiremos trabajando para que las generaciones venideras sepan de tí y de tu obra. Lo haremos entre tu fundación y tus seguidores. Un abrazo.

Doña Maruja

El otro día estuve con mi amigo en casa de su amigo. El que vive en la finca donde está la portera y el filósofo de su marido. Entramos y la portera estaba allí. Las manos en la cadera y los brazos doblados como si fuera un jarrón inmenso. Me la presentó. No se corta nada y embiste diciendo que quiere chupar blog. He leído su entrada que ha escrito sobre mí y he visto que es la más visitada en el último mes. No me había dado cuenta, digo despistado. ¡Pues si! Esto significa que debe escribir algo mas sobre mi y mis actividades. ¡Perdone señora pero la entrada estaba dedicada a su marido! Al eminente filósofo profesor de universidad y escribidor de libros de éxito. Ud. salía casi de puntillas y casi sin querer. ¡No se quede conmigo. Sus seguidores han visitado masivamente la entrada de la portera por mi, no por mi marido! No pienso discutirle este punto de vista. Mi amigo empieza a hacerse el sueco y se aleja para no tener problemas. Vale, venga -por no discutir-. Hableré de Ud. y comprobaremos si los seguidores del blog visitan tanto su entrada como hicieron con la de su marido. Esto está mejor y hace como si sonríe. Como si hubiera hecho algo malo. Puñetera.
Tengo que saber su nombre...¡Maruja, me llamo Maruja. Ponga Doña Maruja! Pienso, luego digo: muy apropiado. Si señor. Y que se entere todo el mundo que si mi marido escribe libros de éxito es porque yo le cuento las cosas que realmente pasan en la vida. Él se limita a traducirlas con palabras incomprensibles. Él no se entera. Es un filósofo. La que patea la escalera y habla con los vecinos para informarse soy yo. Bueno, bueno. Tomo nota. Veremos qué se puede hacer con esta información. Pero no le prometo nada. ¿Sabe que tenemos un inquilino nuevo? No, señora Maruja. Yo no vivo en este edificio y mi amigo sólo me cuenta algo de lo que pasa. Se ha mudado al segundo B. Tiene un semblante serio y agacha la cabeza cada vez que nos cruzamos. Es para no saludar. Que lo se. Yo conozco bien a las personas. Se nota enseguida. ¿Qué tal es? Lleva poco tiempo. El primer día me pidió que le presentara al presidente de la escalera. Le dije que nadie quería serlo y que las cosas las llevaba un gestor. Le dí la dirección. Quería conocer las normas de convivencia. ¡Son básicas! Un día estuvo hablando un rato con mi marido. Entró nervioso. Fíjese, un filósofo a punto de perder los nervios. Lo nunca visto. Decía que no tenía sentido de la autocrítica. Es el antecesor del Australopitecus porque no se comunica. Da órdenes. Dice mi marido que es poco frecuente encontrar un homínido contemporáneo -vivo- tan poco evolucionado. Su marido dice esto porque vive en el limbo de la intelectualidad filosófica y desconoce que hay otros que viven en el limbo de la incultura. Pues no se que decirle. Me habla Ud. como si fuera mi marido.
Después de ir a la gestoría vino con la idea que él mismo podría hacer las funciones de presidente y ahorrarnos el gestor. Tiene que haber gente para todo. Lo que más me molestó fue cuando me preguntó si me había leído las normas. ¡Pues no, la verdad. Hay mucho trabajo y no tengo tiempo para leer. Soy la portera y no entiendo de normas! Pues sepa -me decía con ironía- que el artículo veintisiete dice que Ud. debe llevar un uniforme de portera y una tarjeta identificativa con su nombre. Me quedé de piedra. No me lo podía creer. Haga el favor de ponérselo en la mayor brevedad posible. Esto me dijo. ¿Qué le parece? Que es una persona seria y que le gustan las cosas bien hechas o que es el mayor hijo de puta y al que le gusta tocarle las pelotas a la gente. Esto le conteste a Doña Maruja. Al poco me puse a reír de forma desenfrenada. ¿De qué se ríe? Nunca nadie se había metido conmigo y mucho menos por un uniforme. No se ofenda. Me ha parecido gracioso. ¡Fue bochornoso! Mire si me alteró que por la noche me tomé una pastilla de esas de ponerte tranquila que el médico me ha recetado para las ocasiones. Ponían la película esa de "La Teniente O'Neil". Se cual es. Al final, con el efecto del medicamento, me quedé traspuesta. En mi mente y en mis pensamientos se mezclaron la  película con la conversación del nuevo inquilino a propósito del inuforme.  El resultado fue Kafkiano. ¡Demoledor! Me da corte pero se lo explicaré. Llegaba Viggo Mortensen esperando a que le suplicara que me dejara llevar el vestido de siempre. Él me gritaba que o me ponía el uniforme o hacía lo posible junto con los servicios jurídicos de la gestoría para que me echaran de la portería. Entonces yo, Maruja O'Neil, levantaba la cabeza con las pocas fuerzas que me quedaban y mirando fijamente a John James David pronunciaba aquella famosa frase de: ¡¡Suck my Dick!!
Que fuerte doña Maruja. Cuidado con estas pastillas para los nervios. Prometo hacer una entrada y dedicársela a Ud. en vez de a su marido. Esto no tiene desperdicio. A ver que pasa. Salud.   

domingo, 17 de junio de 2012

Muerte y Flores

Esta entrada es otro corta y pega de la Memoria Histórica. Conviene no olvidar a los de las cunetas para que no caigan en el olvido. Yo estoy comprometido y mientras me quede aliento velaré por la dignidad de estas personas y de sus biografías. El primer caso lo firma Luis Martín y lo titula, "escribe a tus padres que esta noche te matamos". El segundo caso está firmado por la redacción de Memoria Pública y lo titulan, "mi madre dejaba flores y yo no sabía porqué". Leedlo con pasión.
José Camps Fernández nació en Bollullos Par Del Condado (Huelva). Hijo de José Camps Ramos y Mª Antonia Fernández Maraver, y hermano de Teresa, Francisco y Manuel. Soltero. Era campesino y sabía leer y escribir. Sobrino de Camps, el municipal y destacado izquierdista. Pertenecía a las Juventudes Socialistas Unificadas. Mantenía una relación con la hija de un guardia civil, Isidora, por lo que era muy conocido en el cuartel. Su tío Camps se lo llevó cuando huyó de Bollullos, pero le hizo volver, pues no había cometido delito alguno y su padre estaría muy preocupado por él.
Una noche a las 2 de la mañana le detiene un falangista de Bollullos apuntándole con una pistola. Al día siguiente le trasladan a Huelva, al cuartel de la guardia de asalto en el paseo de Santa Fe. Permanece allí varios días hasta que un guardia civil que le conocía pidió un indulto y salvoconducto al gobernador civil y lo ponen en libertad. A los pocos días de su regreso a Bollullos lo vuelven a detener y lo envían de nuevo a Huelva, a los sótanos del cuartel de la guardia de asalto (que tenía unos 20 centímetros de agua en el suelo para que no pudieran descansar los detenidos). Allí permaneció casi mes y medio, amenazado a diario con que esa noche moriría.
Una tarde le dicen que escriba una carta a sus padres despidiéndose porque esa noche sí le iban a matar. Sus padres recibieron la carta y la ropa. Le mataron en Huelva el 15 de enero de 1937 y está enterrado en una fosa en el cementerio de Huelva.Tenía 17 años.

Siempre que íbamos camino de Las Palmas mi madre se acercaba al pozo de Arucas y volvía llorando. Tenía cuatro o cinco años y yo no entendía por qué iba con flores allí, las dejaba y nunca volvía con ellas. Hasta que hice la comunión no entendí que habían tirado allí a mi padre”, explica Pino Sosa, de 73 años. José Sosa fue una de las 24 víctimas del pozo de Arucas. Fue fusilado el 25 de enero de 1937. “Figuraba como tesorero de la agrupación Largo Caballero. No pertenecía a ningún
partido pero participaba en las reuniones sociales de aquellos tiempos”, dice la hija que nunca conoció José, al que llamaban El Latonero.
La madre de Pino estaba embarazada cuando se quedó viuda con cuatro hijos. En la foto que conserva Pino de la familia, se aprecia el embarazo de su madre. “Una de las monjas de mi colegio me dijo cuando iba a hacer la comunión que yo era de las comunistas de las Cabreras y ahí vi la luz. Empecé a hacer preguntas y entendí lo que pasaba en el pozo”, recuerda Pino de su infancia.
Después, en las elecciones municipales de 1980, salió como edil del PSOE en Arucas. “Lo primero que pedí fue abrir el pozo y me acuerdo que mis compañeros me decían: ‘Mira Pino que tienes cojones”.
El juez de Arucas le impidió abrirlo por vía judicial pero la exhumación siguió su curso administrativo y los restos están siendo analizados.