19 febrero 2025

              RELATO 33

          El profesor de literatura entró en el aula de clase y escribió un poema en la pizarra, como cada mañana desde siempre. Algunos días, un alumno escogido al azar tenía la agradable responsabilidad de anotar su poema.

       La inseguridad del principio fue dando paso a la confianza en el manejo de la tiza y en la improvisación de los versos. Todos anotaban los poemas en sus libretas y llegaron a formar una generación de escritores.

             Cuando el profesor se jubiló, los alumnos le regalaron un libro con todos los poemas escritos en la pizarra a lo largo de su vida profesional y, en su recuerdo, siguieron escribiendo un poema en la pizarra cada día.

              Ahora sigo con la tradición y escribo un poema en las paredes de los lavabos públicos para deleite de los usuarios.