Está de moda la nanotecnología. Ahora todo se hace en pequeño. Cuanto más pequeño mejor, hace más cosas y dura más. Lo que al principio sólo se entendía en la rama tecnológica ha traspasado líneas y fronteras. Juan Jose Millás habla de nanorelatos. Siempre le han gustado. A mi no. Antes los llamaba relatos breves. Dice que el relato, para que llegue bien y pueda ser disfrutado, debe ser breve y conciso. Poca letra y una gran carga expresiva, simbólica y todas esas cosas que puedan evocar un máximo de emociones, sentimientos e ideas en unos folios, párrafos o líneas. Nada más. Pero tiene que percibirse inteligencia porque sino no vale. No están los tiempos para perderlos en leer cosas sin trasfondo.
Y va mi humanista de cabecera que maneja información privilegiada -cifras y estadísticas- y dice que en toda la historia de la humanidad, la época actual es la menos belicosa y, por tanto, la más pacífica. Nanobelicosidad. No lo parece. Es debido a la difusión que se hace de las cosas y de los acontecimientos gracias a las redes sociales. Estas son una buena caja de resonancia. Hay menos delincuencia porque ha aumentado la seguridad y una justicia que funciona aunque lentamente. El ser humano percibe esto y se tranquiliza e incluso ve de forma distinta la manera de solucionar las cosas. En aquellos sitios del mundo dónde hay más inseguridad y dónde la justicia no funciona la gente es más agresiva porque se ve amenazada. Si lo dice será verdad. Yo me lo creo.
A mi lo de la nanotecnología ya me va bien. Todo pequeñito y que ocupe poco espacio al tiempo que funciona mucho mejor. Ahora falta que la tecnología actual descubra cómo prescindir de los cables. Malditos cables. A la nanotecnología le falta que se pueda comunicar entre sí sin cables. Cuando esto ocurra será la leche. Y cuando a media tarde todavía te quede la mitad de la batería del móvil, ya ni te cuento. Pero volviendo al relato breve o relato corto o nanorelato no me convence del todo. Leer un párrafo y tener que imaginarte toda una historia con personajes, sentimientos, decorados y demás. Pues no. Leer tiene que provocar disfrute y cuanto más mejor. Tiene que abundar la letra con significado.
Algo importante ocurre en tiempos de crisis. Al finalizar este año resulta que el teatro ha convocado a varios millones de espectadores más que los grandes eventos deportivos como el fútbol, automovilismo, tenis, etc. Esta es una buena noticia. Los grandes teatros tienden a desaparecer a la par que proliferan los pequeños teatros -nanoteatros- con aforo limitado o reducido y donde incluso puedes cenar en la misma sala de exhibición antes de la función. Hay más teatros, más actores, más diversidad donde elegir y más gente trabajando en este mundo del espectáculo. Ha cambiado la forma de hacer teatro y la forma de decorarlo. Me alegra saber que la cultura goza de buena salud. Salud.