miércoles, 18 de mayo de 2011

Fantasías

En nuestras vidas hay condicionamientos muy profundos que mantienen maniatada nuestra libertad. Son necesidades básicas y deseos muy intensos. La naturaleza de esas necesidades no podrían satisfacerse nunca ni de ninguna manera en la realidad. Mediante un acto de libertad ponemos en marcha nuestra capacidad de fantasear para satisfacción de nuestra existencia. La vida resulta compleja por la cantidad de necesidades que no podemos satisfacer ni ahora ni nunca. Las mantenemos en secreto y generamos fantasías sobre ellas de forma inconsciente y, a veces, de forma consciente. ¿Porqué no?.
Cada uno sabe cuales son estas necesidades y deseos que no nos dejan ser del todo libres e iniciamos la búsqueda de una posible solución. Las fantasías nos ayudan a enfrentarnos a nuestras limitaciones reales. En el niño, la fantasía, le sirve de ensayo para aprender a enfrentarse y a resolver los problemas reales que tendrá de mayor. En el adulto, estas mismas fantasías tienen una función compensatoria de nuestras carencias y deseos ocultos o privados. Esta capacidad que tiene nuestro cerebro para fantasear e imaginar cosas imposibles son actos plenamente conscientes y deliberados que nos proporcionan satisfacción, libertad y positivismo vital. Es cuestión de domesticar este tipo de emociones fantásticas -por lo imposibles- para serenar nuestro estado de ánimo en momentos puntuales.
Lo que procuramos siempre es que este mundo irreal o fantasioso forme parte de nuestra vida privada e íntima. Nadie explicará nunca sus fantasías a nadie -Seguramente-. No es posible. Piensa un poco. Tienes unas necesidades o unas carencias o unas ganas de algo que nunca podrían ser en la realidad. Te dejas llevar. De repente eres quién te gustaría ser. Haces aquello que te siempre soñaste hacer. Estás dónde siempre te hubiera gustado estar. Un mago. Poderes. Invisibilidad. Ser otro/a. Etc. Después de esto te sientes más libre por haber conseguido, mediante la fantasía, aquello que nunca hubieras conseguido en la realidad. Y sin que nadie lo sepa. Nadie se ha enterado. Ya te sientes mejor por esta experiencia y es suficiente. Es un rato de cerrar los ojos y dejarte llevar por tu imaginación. Tan poco trabajo para tanta satisfacción. Fantasea cuanto puedas. Cuanto más mejor. Es bueno. Tu mente se siente realizada. Aprovecha la oportunidad que te brinda tu mente. Pero no lo digas. Salud.