Hay un chico enfermo de la mente que desde hace unos días se ha puesto de moda por chivatilla. Es un elemento que forma parte de la subespecie "no sapiens" y que ha inventado un género literario propio que consiste en publicar telegramas o cables diplomáticos del departamento de estado norteamericano. Semblante serio y con cara de chico bueno de quien nunca sospechariamos que ha roto un plato. Su carrera ha sido fugaz. Ha sido famosillo unos días y ya es historia. Socialmente está muerto o en un estado comatoso profundo del que no se sale.
Lo han bautizado como "el chivato global". Juega a espías y difunde chismes que no son noticia porque no le interesan a nadie. Llevamos tiempo leyendo libros y viendo peliculas de espias de ficción donde se ponen de manifiesto tramas corruptas y criminales que comprometen a altas esferas del poder. Y nos hemos acostumbrado. Lo de este chico es cutrillo. Nos ha desvelado la fórmula de la coca-cola. En ambientes estudiantiles y de oficina el chivato está muy mal visto. No genera simpatias de nadie y todos se la tienen prometida. Pues nada. El sabrá lo que hace. A este chico, simplemente, lo han ignorado. Ningún pais ha protestado energicamente en la ONU, ningún jefe de estado o de gobierno ha presentado queja alguna ni ha llamado a consulta a sus embajadores. Ningún personaje importante de la política o de las finanzas ha abierto la boca para hacer un desmentido o algo similar. Incluso otras grandes empresas multinacionales le han dado la espalda al "chivato global". La misma palabra "leak" significa goteo, de noticias claro, que no siguen un orden por lo que se entremezclan con otras muy distintas y el resultado final es una información sesgada, sacada de contexto, partidista, frustante y poco veraz a la vez que muy pintoresca. Realmente estamos ante una chapuza global que nadie tiene porqué creer porque nadie va a demostrar ni a desmentir.
El chivato pseudointelectual se ha cabreado porque no es lo que esperaba. Ahora vive acojonado, medio escondido, con un artilugio en la muñeca que se chiva a la policia dónde se encuentra a cada momento. Contradictorio y genial al mismo tiempo. Apunta maneras de paranoico y teme por su vida, la de sus colaboradores y allegados. Todos somos posibles criminales que le queremos hacer daño.
No se cómo va a terminar el culebrón Wiki-Assange, pero si le pasa como a los chivatillas de colegio o de oficina va a terminar apaleado y con moratones. Esto último es un eufemismo y que cada cual lo interprete como mejor le parezca. Estamos ante el comienzo de un cambio sociológico en algunos personajillos que implica una ética arrogante y sin autocrítica o individualista. Actitud transgresora y dictatorial. Se mueven en ambientes culturales bajos e igualitarios. Se pretende una sociedad más libre poniendo las cartas boca arriba o ventilando trapos sucios que viene a ser lo mismo. Seguramente no es el camino. Estoy convencido de que no son formas para arreglar nada. Al tiempo. Salud.