Queridos Reyes Magos: como cada año por estas fechas me disponía a escribir la carta petitoria para que sepais lo que quiero y me lo traigais.
Este año me siento un poco raro. Iba a empezar diciendo lo de costumbre. Que me he portado bien y todas esas cosas que ya sabeis de siempre. Pero mientras estaba en ello y pensando todo lo que quiero y la forma de coaccionaros para que me lo traigais he puesto la radio pública con uno de esos programas de contertuliar y de repente ya no estoy seguro de ser bueno y de portarme bien. Como ya sabeis soy ateo, de izquierdas y me estoy planteando hacerme republicano y aunque se que la constitución me ampara cuando lo digo, tengo la sensación de que esto es malo. Estoy casi con el convencimiento de que por encima del poder legislativo y el judicial está el eclesiástico que todo lo ve y todo lo sabe y que por eso mismo está capacitado para dictar las normas éticas y morales de convivencia que debo de adoptar para ser bueno y conseguir los regalos que os iba a pedir.
Resulta, en contra de lo que pensaba, que ser ateo es malo y me predispone a vivir una vida familiar desestructurada y con tendencias a practicar la violencia de género con mi familia. No voy a misa los domingos ni las fiestas de guardar y me he perdido la última de monseñor Rouco del domingo pasado por lo que en cualquier momento la ira de dios caerá sobre mí. No tengo familia numerosa y tampoco llevo el jersey anudado al cuello. Lo siento pero soy así y ya es tarde para cambiar costumbres. Además, por mi mentalidad de izquierdas, apoyo el aborto en los términos que marca la ley y abogo por una muerte digna que se llame eutanasia. Ya se que no está bien que lo piense y que lo diga pero por mucho que lo intento no puedo remediarlo. Se que pensar así es peor que alegrarme de que haya crisis, paro, guerras y corrupcción. Debo de ser coherente conmigo mismo, pero con todo lo expuesrto hasta ahora, no me atrevo a pedir ni un pijama. Creo que las parejas deben usar preservativo y juntarse en matrimonio, simplemente porque se quieren, aunque sean del mismo sexo. Ahora tampoco me atrevo a pedir unas palas de padel ni unos palos de golf.
Mi tendencia neoliberal me ha convertido en un ser despreciable y no lo digo yo -que no soy nadie- sino la santa madre iglesia a través de sus obispos pedófilos. No les quiero cansar ni molestar más. Pido disculpas por si lo que he escrito en la carta les ha molestado. No volveré a escribirles en estos términos. Salud.
PD: si por lo menos me pudieran traer un poco de carbón. Bueno, es igual. Soy un puto egoista de mierda. No me traigais nada.