Estoy contento con el trabajo que me lleva mi árbol genealógico. Paciencia y tesón, cual hormiguita. Dato a dato. Preocupado en encontrar cosas de entre doscientos y trescientos años atrás. Estoy satisfecho por los resultados y me molesta no disponer de más tiempo -necesito una jubilación anticipada- para dedicarlo a este entretenimiento.
He comprobado que otros científicos intentan un árbol genealógico global para descubrir a nuestros antepasados y que para ello se remontan a algunos millones de años. Que controversia. Esta comparación me produce mareos. Sólo en el año dos mil diez han descubierto en Malapa (Suráfrica) fósiles adscritos a una nueva especie llamada "Australopithecus Sediba". Es un eslabón de nuestros ancestros, mitad chimpancé y mitad humano. Al parecer es un pariente lejano de la famosa "Lucy" que todos hemos estudiado. Este hallazgo absorbe todo el interés científico porque podría confirmar la gradual evolución de los simios arborícolas al "homo bípedo" y su adaptación al medio gracias a diferentes mutaciones genéticas.
Otros científicos ha publicado el hallazgo de restos de un "homo temprano" a través del ADN en un yacimiento de Denisova (Siberia) y de características muy similares en morfología, tiempo y comportamiento que el anterior. Otro arqueólogo judio ha encontrado algunas piezas dentales y huesos en Rosh Aayin (Israel). Concretamente se ha centrado en uno de los molares cuyo estudio le permite afirmar que se trata del primer "homo moderno" y que de ser así sería unos cien mil años más antiguo que los documentados en la cueva Skhul en el Monte Carmelo. Además, en estos dientes había restos de alimentos que han sido identificados e incluso han afirmado que los cocinaban.
Me gusta leer estas cosas. La de científicos preocupados por saber cómo han sido nuestros antepasados. Cuánto han vivido y cómo, qué han comido, de qué han muerto y su distribución en el mundo. Y yo sigo preocupado por saber el nombre del padre del abuelo del padre de mi madre. Cuándo nació. Cuando murió y de qué. Dónde vivió y a que se dedicaba. Ponerlo en la ficha correspondiente y punto. Un trabajo de campo realizado en un despacho con aire acondicionado. Hay que joderse, pero es así. Cada uno preocupado por lo suyo y unos cuantos preocupados por todos.
Dicho todo lo cual, aparecen las dudas de siempre. ¿Seguro que todos los humanos que poblamos la tierra descendemos de lo mismo? Tengo mis serias dudas de que haya un tronco común para todos y si esto es así el proceso evolutivo se ha hecho a través de unas mutaciones anárquicas y descontroladas que alguien tendrá que estudiar y explicar. Existen "homos sapiens sapiens" e incluso "requetesapiens" y otros que simplemente son "homo" a secas, "homo imbécil" o monseñor que viene a ser lo mismo. Yo no soy Rouco, ni León de la Riva ni monseñor J.A. Reig Plá ni nada que se parezca, pero tampoco soy Cervantes, ni Ortega y Gasset ni Punset. Es evidente, entonces, que algunos fantasean con su evolución. Este no es un tema menor y puede dar para un doctorado. Ser bípedo no significa ser inteligente y ser homosexual no significa vivir en una pareja desestructurada y, ademas, ser tonto.
Estos "homos imbéciles", poco evolucionados, y con una ética y una moral dudosa y una filosofía de la vida anclada en el pasado, que visten hábito e incluso se dedican a hacer política de derechas y cuya máxima aspiración es concentrarse una vez al año en al vaticano de Rouco -plaza Colón de Madrid- para decir tonterías e incoherencias. Tengo curiosidad por saber que dirán de nosotros dentro de un millón de años cuando nos estudien. Supongo que dependerá de a quién estudien dentro de la cadena evolutiva. Salud.