10 marzo 2025

Estuve un buen rato mirando

el árbol eterno

cuyos frutos son los recuerdos.

Voces, rumores y sombras del pasado

y refugio del presente.

La poesía me salva de desaparecer.

Días blancos

hasta que el corazón se desata.

Pero llega el día

en el que cierras la memoria

y abres los recuerdos a los demás.

Te conviertes en niebla diurna

y sombra nocturna que vaga por las calles.

Nos quedan silencios por escuchar

desde la melancolía de los jardines.

La esperanza, a veces, comete errores

y se equivoca.

Pero siempre hay una luz, una voz,

una palabra, un paisaje y una música.

Todos hemos sido amantes de medianoche.

En la oscuridad y en el silencio.

Un día se rompieron todos mis espejos

y me quedé sin saber quién soy.

Quizá, solo un poeta.