Las noticias marginales son las que mas me entretienen. Estas noticias que no estan en portada porque no son de alcance. Son noticias de segunda regional y publicadas de puntillas como quién no quiere la cosa. Para mi, cuando menos, resultan entretenidas, útiles y amenas porque dan para mucho de lo que sea y forman parte del pensamiento ético en cuanto te metes de lleno en su lectura. Suelen ser originales con independencia de sus protagonistas. Son interesantes por lo que tienen de comprometidas. Su presencia en los medios de comunicación son un legado intelectual y un entrenamiento para conseguir la lucidez por lo mucho que dan que pensar. Noticias genuinas que explican, en parte, la condición humana y sus límites. O no.
Una noticia que ilustra lo que escribo es la del robo de millón y medio de euros del Convento Cisterciense de Santa Lucía del barrio de Casablanca de Zaragoza. Lo descubrió la madre superiora muy de mañana -todavía de noche-. Significa que fue a ver si el dinero estaba y si estaba todo el que debería de estar. Pues no estaba y lo denunció a la policía. Mal asunto. Quiero pensar que todas las enclaustradas sabían de la existencia del dinero y de su ubicación. No fuera a darle un pasmo a la madre abadesa y toda la comunidad se quedaría sin ahorrillos y en la banca rota. De puertas para afuera, ir a buscar información sobre el botín -perdón, quería decir los ahorrillos de toda una vida- es como ir a comprar tabaco y escuchar aquella voz sintetizada que dice: "no vamos a hacer ningún tipo de declaración, gracias".
Son personas mediocres con un cierto grado de inmadurez intelectual, moral y ético que impresiona. Su enclaustramiento, su ignorancia, su aislamiento y su sometimiento a unas normas de hace siglos han hecho mella. Quiero ser cauto al hablar de este asunto por consejo e indicación de mi profesora de hablar alto y claro, de descifrar noticias, de dar opiniones buenas y falsas y de meterse con codo el mundo. Me ha advertido del peligro de hablar del clero, de las personas que llevan una vida entregada a Dios, y de la iglesia en general. Pues no lo haré.
En estos momentos tenemos a la policía que investiga cómo y quién forzó la puerta principal, la puerta del cuarto de los ahorros y la puerta del armario reconvertido en caja fuerte. ¿Porqué será que estoy pensando que quién hizo esto conocía perfectamente de la existencia del dinero? No forzaron cualquier puerta ni entraron en cualquier dependencia. Directos a por la pasta. Resulta que ellas trabajan encuadernando libros y ganan dinero. Sor Guerra pinta cuadros y también gana dinero. Reciben subvenciones pertinentes del ministerio de cultura para la conservación del convento. Si a todo esto le añadimos su vida austera y su capacidad de ahorrar, pues eso.
Son monjas de clausura y lo que ocurre en el convento se queda dentro y no trasciende. Por este motivo ningún experto les hace las cuentas -y nunca mejor dicho-. La contabilidad, por tanto, hace aguas y hacienda desconoce sus balances. Ahora es el momento de rezar juntas por aquello de que la unión hace la fuerza. Están hechas a imagen y semejanza de Dios. O Dios está forrado y no cotiza a hacienda -como ellas-, o ellas son dioses y por tanto sobrenaturales e intocables. Veremos en qué acaba todo. Seguramente acabará copmo el rosario de la aurora. Quería decir en nada. Cualquier mortal estaría preocupado pero ellas se dedican a lo divino y no a lo material por lo que no hay de qué preocuparse. Y si se demuestra algún tipo de fraude de esos que están penados con cárcel, tampoco hay de qué preocuparse. No veo la diferencia entre vivir en clausura o vivir entre rejas. Lo único que importa es que siempre haya un sitio para la oración y la contemplación. Salud.