En algún momento de nuestra vida descubrimos que somos mortales. Que algún día nos tendremos que morir. Vale. Parece ser que no queda otro remedio. Pues vale. Entre una cosa y otra habrá que vivir la vida a tope, al máximo y lo mejor que podamos. Sin excesos. Lo jodido del asunto es no saber cuando ni de qué manera. A partir de eso uno tiene la esperanza de poder morir de viejo y cuando uno sea realmente viejo. Pero sin perder ni un punto de vitalidad, dinamismo y cordura hasta el día anterior. Sin molestar pero sin que nos molesten. Pensad que seremos viejecitos y desearemos cierta tranquilidad y cierta intimidad. Nuestro espacio vital, vaya.
Los jóvenes, por propia naturaleza, viven en constante controversia sobre su existencia. Planes de futuro. Cómo sobrevivir el presente. Las hormonas que les someten a cierta dictadura natural. El amor, la amistad, los estudios, el trabajo, las relaciones, el ocio, la convivencia, la propia existencia, la hipoteca y todas esas cosas que les quita el sueño a los adolescentes. Es normal. Todos lo hemos vivido y no pasa nada. Tener este tipo de problemas existenciales a partir de los ochenta y pico toca mucho las pelotas. No tendría que pasar pero no siempre es así.
Ahora resulta que un anciano de ochenta y tantos ha matado a su mujer y a su perro y luego se ha quitado la vida. Este es el gran interrogante de la mente humana. No se cómo se llega a esta situación. Me preocupa no saberlo y me preocupa que se pueda llegar. Como decía al principio uno entiende que cuando llegue a viejo tendrá que morir, pero que te maten o que te pegues un tiro no entra, supuestamente, en los planes de nadie. Ni siquiera en la controversia de la adolescencia o la madurez. Es una ironía que a cierta edad uno se vea desprovisto de ciertas habilidades sociales que te impiden afrontar la vida sin tirar la toalla de esta manera. Problemas existenciales cuando sólo te quedan dos páginas de tu vida para escribir o para vivir. Joder, es que no lo entiendo y me pone los pelos de punta el pensarlo. No hablo del perro porque como se corra la voz dejará de ser el mejor amigo del hombre.
El objetivo y la meta es vivir lo más dignamente posible y morir de la misma manera. Sin sobresaltos. La vida te genera ciertos problemas que intentas superar o resolver lo mejor posible y de la manera menos traumática. Lo que no te esperas es que tu pareja te mate por ser viejo. Habrá que elegir bien a la pareja. Por lo menos que tenga puntería. Salud.