jueves, 4 de noviembre de 2010

Entrenamiento mental

Nuestro cerebro, para mantenerse en forma, necesita desafios, exigencia, cambios. Si el cerebro no se ejercita facilita la muerte de neuronas y la pérdida de conexiones entre ellas lo que provoca la pérdida de capacidades, destreza y respuestas rápidas y eficaces en función de lo que acontece a nuestro alrededor. Dicho esto resulta evidente que de cada día será más habitual y normal hacer ejercicios de mantenimiento de nuestra mente y del cerebro para mantenerlos en forma. Tendremos que ir a una especie de gimnasio mental o a la consulta de un preparador neuronal personalizado para fomentar aquellos estímulos necesarios que permitan mantener nuestra mente sana y en forma durante el mayor tiempo posible de nuestra vida. Durante los próximos años será tan importante mantener nuestra salud mental como la física, la dieta o nuestras relaciones sociales.
La memoria y los procesos cognitivos deberán ser eficaces en función del estímulo recibido y en función de cómo sea procesado. La calidad de nuestro pensamiento y la efectividad de nuestra conducta nos determinarán como seres humanos más o menos inteligentes y civilizados. Sobre el cerebro se puede actuar de forma física -intervención quirúrgica-, de forma química -mediantes medicamentos-, y a partir de ahora, de forma distinta; a saber, a base de tonificación neuronal que provocará un aumento natural de sustancias químicas que proporcionarán más interconexiones entre neuronas y partes de nuestro cerebro. No se trata de tener muchas, sino sanas y bien interconectadas para un mejor proceso de la información. Los fármacos no son específicos (actúan sobre todo el cerebro). El entrenamiento cerebral puede actuar selectivamente sobre aquellas áreas que más lo necesiten -como la memoria-.
La vida cambia mucho y rápido y el ser humano tiene que adaptarse para sobrevivir pero sin la complicidad del cerebro esto no es posible. La mente humana ha desarrollado rutinas potentes para no tener que pensar. Todo llega a hacerse automáticamente. Con mucha rapidez y eficacia e incluso con menos desgaste y de forma más rentable. Por esto nos aferramos a la rutina. Cuando el cerebro recibe información nueva tiene que procesarla y pensar. La rutina no nos sirve. Esto obliga al cerebro a abrir nuevas conexiones entre neuronas. Pensar -por tanto- genera ansiedad. Todos los entrenadores mentales que podemos encontrar en el mercado -generalmente- no suelen servir. Consolas, jeroglíficos, sudokus, crucigramas, etc. no se han demostrado eficaces. Si salen, bien. Si no salen, fuera. A otra cosa. No pasa nada. Si son fáciles aburren. Si son difíciles generan desasosiego y ensiedad. Nos incomodan y los dejamos. Además, nos aislan.
El desafio mental o cerebral para la puesta a punto de nuestra memoria, de nuestros procesos cognitivos y de nuestra conducta final están en la mejora de la vida social. Lectura. Nada de estar solos. Vida social. Hablar. Comprometerse con otras personas para hacer cosas. Intercambiar opiniones. Contertuliar. Esto abarca todas las habilidades cognitivas y esto es bueno para nuestra salud mental. Si quieres aumentar la memoria tienes que relacionarte y poner atención. Para ello no puedes distraerte y entrenas los órganos sensitivos para una mejor percepción y almacenamiento de la información. Todo junto es complicado al principìo pero a medida que vas haciendo camino la autoestima sube y tienes la necesidad de seguir.
Abreviando. Hay que socializarse más. Relacionarse con otros. Hablar con otras personas y de muchos temas distintos. Leer y escribir. Esto explica la importancia de las redes sociales y de su éxito. Este es el mejor entrenamiento mental y neuronal descubierto hasta ahora. Llegar a esta conclusión en pleno siglo XXI ya supone un grán atraso. Salud.