martes, 25 de septiembre de 2012

La cultura

Escribe el golpista de pluma despuntada, pensamiento mediocre y mirada depredadora antes de abordarte. Escribe que le preocupa la cultura. Ya ves. Él que se comporta como un corcho en aguas turbulentas y tormentosas y que siestea acomodado en la ñ mientras los académicos debaten. Reconoce el golpista, nacido un año antes de nuestra gran guerra, que el idioma castellano es importante. Al teatro acuden un millón de espectadores más que a los estadios de los cuatro mejores equipos de fútbol de primera división juntos. Es importante pues el teatro y la cultura. Reconoce el golpista de pluma despuntada y pensamiento mediocre que crear un ministerio de cultura fue un acierto por parte de primer presidente socialista de la era democrática post franquista. Dice que España es una de las cuatro potencias culturales del mundo y podría convertirse en la primera gracias a nuestros escritores, pintores, arquitectos, cineastas, músicos, científicos, etc. que se mueven en la élite mundial de la cultura. Es cierto. Tiene razón. Incluso yo se lo reconozco porque no soy rencoroso con el corcho que siestea en la ñ.
Escribe que le escribió a Don Mariano diciéndole que no quería darle consejos porque había demostrado sobradamente que sabía equivocarse él solito sin ayuda. Pero que sería importante un ministerio de cultura fuerte. Cuanto más, mejor. No le ha hecho caso el presidente porque ha montado un chiringuito de playa y del deporte y, de paso, le ha añadido algo de cultura para que no se diga. Les importa menos que un pimiento. Le ha devuelto cierto favor al amiguete que en el congreso siempre pone cara de traspuesto como si se hubiera chutado algo prohibído. Con perdón. Este amiguete, en su inmensa incultura, está desmantelando el chiringuito que ya no sirve ni para desguace. No le inspira ni a su mujer. Que tampoco es novedad. Impuestos desbordados y agobiantes. Aumento de tasas para los que quieren aprender cosas. Supresión de becas y ayudas. Un sinfín de despropósitos encaminados a que la cultura española pase a ser una anécdota y quede al nivel de lo que desentierran en Atapuerca. Termina el de la mirada depredadora antes de coger carrerilla para tirarse sobre ti y morderte en el cuello que, dentro de unos siglos, nadie se acordará de los ministros de cultura pero seguirán leyendo a Cervantes y admirando a Velázquez y a Picasso.
Y para los que hablan de la generación perdida. Generación irrecuperable. Generación ni-ni. Pues que puede ser que algo haya. No quiero hablar de generación sino de personas. Hay muchas personas si-si. Gente que "sí" escribe o se dedica a la cultura y a la intelectualidad en cualquiera de sus facetas y "sí" triunfan en lo que están haciendo. Hay que tener ganas. Desperezarse a tiempo. Instinto luchador y faltos de miedo para afrontar el futuro. Hablar de generación perdida es ningunear a muchas personas. No es bueno generalizar en esto de la cultura. El dueño del chiringuito no les facilita el trabajo en modo alguno porque no le importan. Su mujer sí porque de lo contrario, no moja. El trabajo en caída libre hacia la esclavitud. Buscando alternativas y aportando ideas para salir adelante y los del gobierno pisoteando. No escribo una crítica. Escribo la realidad.
A nadie se le escapa que las expresiones culturales -sean las que sean- son connaturales a la existencia humana. Algunos siempre lo hemos entendido así y otros todavía no lo han descubierto. Lo cierto es que las personas tenemos una irreprimible tendencia a la cultura. Nunca antes ha habido tanta gente leyendo y escribiendo. Ambas cosas están al alcance de cualquiera. Incluso a mi se me está permitido, de momento, escribir en este blog. Ahora mismo que me siento inspirado noto como las palabras se expanden por sí solas. Tenemos sensibilidad y tenemos la obligación de decir estas cosas para que el chiringuito del deporte y la cultura no termine por los suelos. No lo tirará nadie en particular. Se caerá solo por falta de mantenimiento y dedicación. Se me ocurre la abolición inmediata del senado y su conversión en un auditorio de música clásica. Todos ganaríamos porque se le daría una utilidad que ahora no tiene. Algunas personas son capaces de destruir cualquier cosa incluso a ellos mismos. Pero no podrán destruir las estrellas. (Si algún pelele lee esto y no lo entiende sepa que es un eufemismo). Me refiero a todas aquellas personas que brillan con luz propia y que triunfan porque juegan en la primera división mundial de la ciencia y la cultura.
No hay dinero. Claro. Ya lo sabíamos. Lo primero es un aeropuerto con estatua oxidada en Castellón. Necesitamos con urgencia una carrera de "administrador de dineros públicos honesto". De momento tenemos que tragar con estos que calientan butacas en el congreso y sillas en el bar. No me olvido del golpista de pluma despuntada. Mentalidad mediocre. Escritura imperfecta e impertinente que a medida que cumple años parece que se haga de izquierdas. Ya ves lo que son las cosas. Este es un cambio positivo dentro de su propia evolución. Salud.