martes, 1 de febrero de 2011

Café cortado

He leído que la Junta de Andalucía ha gastado dieciocho mil euros en una "guía sobre comunicación socio ambiental con perspectiva de género". No pongáis cara de bobos porque está muy claro. Es un catálogo de palabras y frases que habrá que utilizar a partir de ahora para evitar ser o no parecer sexista, inoportuno, violento, maltratador psicológico y un largo etcétera de gilitonteces. Es un método para saber lo que hay que decir en cada momento y de la forma más correcta. Tener cualidades humanas, sociales y ambientales para con los semejantes. En resumen, es una estupidez subvencionada. Ya no se podrá decir que la tontería es patognomónico de la derecha. Manda huevos.
Para hacer boca con esta guía unos cuantos ejemplos. No diga "actor", está mal visto, diga "persona que actúa". No diga "los niños", suena a pedófilo, diga "la infancia". No diga "parado", suena a maleante y a perdedor o a vividor, diga "persona sin empleo", es más humano. No diga "andaluces", es discriminatorio, diga "pueblo andaluz", porque es integrador. En Andalucía ya no hay "futbolistas", sino, "personas que juegan al fútbol". Se trata de humanizar la vida cotidiana y evitar la violencia física y psicológica amparada en un marco socio ambiental con perspectivas. Si alguien está interesado se puede hacer con un ejemplar. Es gratuito.
Uno puede ser imbécil siempre que quiera porque no está tipificado como delito en el código penal y si además está subvencionado hasta puedes poner cara de tonto para no perder la subvención o que te la amplíen. Visto lo cual llegamos a la conclusión de que la inteligencia humana no tiene límites y converge con la memez más absoluta. Ya no soy "bloggero" con dos ges. Soy un "escribidor de ideas y pensamientos a través de la técnica de juntar letras de forma coherente y publicarlas para que las personas puedan leerlas de forma gratuita". En el trabajo no soy un "ATS-DUE", sino, "un pincha-culos cuidadoso de no hacer daño y un colocador de vendajes educado y con carrera".
No entiendo la razón básica de todos estos cambios y mis conocimientos se me antojan muy elementales para comprender tales despropósitos. Estas obsesiones con la educación de fondo, para provocar un cambio socio ambiental con perspectivas de género en las personas que viven en Andalucía podrían extenderse al resto del estado español e incluso a la comunidad europea.
Estamos, pues, ante un libro único y ante una vertiente literaria novedosa. No es un libro de texto ni una novela. Son cursiladas encadenadas y subvencionadas que algún oligofrénico descompensado y en régimen abierto a tenido a bien escribir después de haberse tomado las pastillas con mejillones y nocilla. Una vez más pienso que Kafka era tonto o reprimió todo su potencial literario por no ser el precursor de una guía de esas. Salud.