Tiempo adolescente que no acaba de madurar. Primavera de mediterráneo. De cambio de hora. De tiempo inestable. De lluvias de entretiempo. De temperaturas que no son de fiar. Primavera de incienso y de procesiones. De florecer de lo árboles. La primavera de cada año que este año es más cálida. El sol aprende a ser primavera cada día. Desde que amanece hasta que se acuesta.
El tiempo se repite y nosotros con el tiempo. El sol se hace mayor para cuando llegue el verano. Gentes en sus días. Días con sus cosas. Siempre iguales y siempre distintas. En esas estamos de buena mañana. Y la tertulia que no falte. Un amanecer en falso porque el sol no está. Pero se le espera. La lluvia, mientras, lo moja todo. Y el bosque en su verdor. Igual que los campos con sus sembrados. El color del mar es distinto aunque no su aroma. No es cuestión de mojarse y ponerse enfermo. Al mar no le importa la lluvia.
Hoy toca hablar de desgracias y qué hacer con las pitadas. Pepe sube el volumen de la música vintage o antes de Radio Murta. Nos batimos en retirada y cambiamos de tema. Sacamos a pasear algunos secretos. Ya no volverán a serlo. Algún día serán olvidos o leyendas. Secretos de años pasados que agobian a los jubilados. Hablan en pesetas y me lían. Me queda claro que muchas pesetas son pocos euros. Los silencios son aprovechados para tomar el café. Que luego se enfría y ya no es lo mismo.
Ha salido el tema tabaco. Ninguno fuma. Su voz ya no es de nicotina. Han cambiado su paladar de barro por uno muy fino. Porque están jubilados y los minutos son más cortos. Y los días. Y los años. Los sentimientos también son reversibles. Pasan de la alegría a la tristeza y viceversa. De la desolación a la esperanza. Se puede hacer. Es una primavera de turismo de avalancha. De si se fuera a terminar el mundo. Ahora que hemos cambiado la hora tenemos más día y menos noche. Pero amanece más tarde.
El mar también nota la primavera. Sus olas son menos agresivas. Menos violentas. Llegan mansas de buena mañana. Se entretienen en la arena antes de recogerse mar adentro. Entre espuma y remolinos. La gente pasea y pisa las olas. El despertar del bosque también es distinto en primavera. Las gaviotas vuelan mejor porque el viento es más cálido. El otro se ha ido al norte. Ahora sopla del sur y del este. Primavera larga de mediterráneo. Puedes llegar al horizonte si tienes una buena barca y unos buenos remos.
Hoy a vuelto a llamar a la puerta un señor con traje y corbata. Me ha dejado un panfleto y me ha invitado a que el viernes santo vaya con ellos a celebrar el funeral por la muerte de Nuestro Señor. He declinado la invitación porque yo no voy a funerales. Eso son cosas de creyentes. Los ateos escuchamos las chicharras, por ejemplo. Tengo planificado una puesta de sol para el jueves santo. Desde Miramar de l'Arxiduc. Salud.