miércoles, 2 de noviembre de 2011

Verdad

Toda persona que escribe cosas, en la modalidad que sea y en el tipo de registro que sea, tiene deberes y derechos. Por este orden. El primer deber es contar la verdad, pero hay un problema al respecto. Cuando leo la prensa me empapo de política. No lo hago por voluntad propia, pero es que no hay otra cosa. Cuando escucho la radio me empapo de política. No lo hago por voluntad propia, pero es que no se oye otra cosa. Cuando pongo la televisión me empapo de política. No lo hago por voluntad propia, pero es que no ponen otra cosa. Cuando navego por internet me empapo de política. No lo hago por voluntad propia, pero es que no hay otra cosa. Cuando hablo con la gente me empapo de política. No lo hago por voluntad propia, pero es que la gente no sabe hablar de otra cosa.
Con todo esto, escribir la verdad no es fácil porque no hay una verdad. Hay muchas verdades y a menudo es complicado saber cual es la verdadera verdad. Intentar ser honesto y escribir sobra la verdad de las cosas es arriesgado porque de todo lo que leo, escucho o veo presumo que el noventa y nueve por cien es mentira. A veces es un presentimiento y otras es una certeza. Si a mi me mienten en temas políticos difícilmente yo podré escribir verdades. Informarse en estos momentos puede producir toxicidad mental y desembocar en una especie de intelectualidad imbécil y no por voluntad propia. Es incuestionable que tanta mentira llega a asfixiar. El discurso político adulterado contrasta con la realidad que se palpa alrededor de uno. No tiene nada que ver una cosa con otra.
Pero hoy me siento generoso y no voy a dar explicaciones ni a hablar de lo que los políticos quieren que hable o escriba. Por tanto, en esta entrada, no se hablará de política ni de políticos. Será como un día de ayuno para purificar el cuerpo, el alma y la mente. Me dejaré arrastrar por este sentimentalismo y pincharé la burbuja de la mentira política para que no se haga más grande y exista el peligro de que explote. Advierto de que me ha costado pero estoy satisfecho con el resultado. Acabo con esta entrada sin haber mencionado para nada la política ni los políticos. Ha sido complicado porque no hay otra cosa más importante de la que escribir -en estos momentos-. Se que algunos queréis sangre. Espero comprensión porque hoy no toca. Salud.