20 marzo 2025

Calendario de Ferias en Mallorca 
donde estaré presente firmando libros.






ESPACIO PARA COMPARTIR LA PASIÓN POR LOS LIBROS





 

15 marzo 2025

                   En mi condición humana hay un poco de todo. Virtudes virtuosas sin demasía y algo de mala leche en cantidad suficiente. De cada una de ellas acostumbro sacar a relucir la que convenga en cada caso u ocasión para que todo quede muy claro y sin malentendidos. Según me amanezca el día o según me haya acostado la noche anterior.

            Pero también tengo la capacidad de atenazar y amordazar algunos de mis instintos más primarios. Qué si no. Soy un insumiso social por naturaleza y lo que me callo con la boca lo escribe mi pluma que para esto la tengo. Cuando digo que soy o tengo incluyo siempre la fecha de caducidad. Que otro día diré que ya no soy ni tengo. 

                  He oído decir que el ensotanado de mi pueblo ha dicho -hace poco- en la homilía dominical para los jubilados concentrados que, "estamos en la tierra de paso". Como si esto fuera un albergue de estudiantes o el tercer turno de una colonia de verano. Con las maletas preparadas para partir en cualquier momento. No estaban los ánimos para este tipo de citas porque uno de ellos había dejado la plaza y había devuelto el alma a quien se la prestara cuando nació. Los jubilados son muy vulnerables y sensibles con los amigos y les da por llorar cuando alguno se va. Son gente que le tiene apego a la vida y el capellán les ha pinchado la moral.

                 A todo esto, en el autocar que cada domingo les lleva de excursión, hoy no han cantado. Se han limitado a saltarse todo lo que el médico les tiene prohibido. Que es mucho o demasiado, según se mire. Para esto sirven las excursiones que los domingos hacen los jubilados después de misa.
Este día en cuestión el autocar parecía una unidad de cuidados paliativos. Se tomaron las biodraminas de noche y permanecieron sedados. Hasta que llegó la hora de comer. A esta hora, con hambre y bufet juntos, no hay sermones que valgan. 
Con los años he perdido capacidades, virtudes y un poco de mala leche. Habré ganado en otras cosas que ahora no vienen al caso. Seguro. Ahora escucho menos y hablo más. Será que tengo más cosas de qué hablar y menos ganas de escuchar novedades, reposiciones o gilipolleces. Vete a saber, pero es así. La literatura me llena más que antes. Por lo menos el rato de recreo.
             
               El momento de librarme de las cadenas laborales. Amansado como un perro rabioso que no ladra lo que quisiera porque está afónico. Y me suelta Martín que el párroco hubiera podido decir que Dios les ha dado una plaza interina en la tierra. Pero no lo ha dicho. Lo hubieran entendido mejor y hubieran cantado en el autocar. Hay que cuidar las palabras que se dicen desde un púlpito y más aún si van dirigidas a jubilados de la tercera edad avanzada. A medio camino sube un fulano a venderles ropa de bebé para sus nietos porque sus hijos no tienen dinero para comprarla. Pero están sedados y no se enteran. No vende nada. Si hoy hubiera ofertado ataúdes hubiera hecho negocio.
Puestos a pensar creo que los días desgastan con la misma intensidad que llena el cuerpo de colesterol del malo y de recuerdos que construyen razonamientos absurdamente reales y acongojantes. Por eso creo que los domingos no es bueno escuchar a los que llevan sotana, casulla y bonete. Estrategias de supervivencia.

          Los jubilados no paran de contar que yo voy anotando en mi libreta de bloguero. El olvido empuja y va abriendo paso en las mentes de los mayores. Es lo que les pasa a los afiliados a la tercera edad avanzada o adulta. Hay demasiado eco de tiempos pasados. Andan entre sombras y penumbras. Pero todos son iguales y por eso no se les nota.
Este paso fugaz por la tierra les ha convertido en peregrinos de andar caminos que conducen a ninguna parte. O al mismo sitio. Algunos piensan que esto es bueno y que lo mejor está por venir en otro sitio más grande dónde cabremos todos y seremos más felices que las perdices porque no habrá sufrimientos ni amenazas de tener que coger las maletas.

                 Estoy por ir un domingo a escuchar al capellán y luego salir de excursión a ponerme las botas con el bufet y dejar afónica la garganta. Pero no escarmientan ni aunque lo diga el médico porque uno de ellos ha acumulado mucho colesterol del malo y la artrosis lo tiene postrado. Toma muchas pastillas para poder regresar a la actividad dominical habitual. El del bonete no pierde ocasión para darles caña y dice que lo que le pasa es que ya no tiene voluntad de vivir. Querer es poder ha dicho micrófono en mano dentro del autocar. No se pueden permitir bajas. O se llena el autocar o se suspenden las excursiones. Vaya dilema les ha metido en el cuerpo. Este lunes el médico los castigará innecesariamente. Son expertos en librar batallas y contarlas después. Faltaba el guía para poner la guinda y lo ha bordado. Dice cuando ya están de regreso que el futuro es incierto. Se han reído a carcajadas porque les ha hecho gracia. A su edad lo más predecible es el futuro y para demostrarlo se han puesto a cantar para que el guía no pudiera seguir con su particular discurso.
Nadie quiere salir en prensa y se han hecho expertos en escaquearse de los obituarios. En los vergonzantes coches fúnebres sólo viajan los desertores. Ellos, no. 

10 marzo 2025

                                                                        4

Quedé citado con ellos; no podría decir muy bien con quién. Las instrucciones estaban claras: justo encima de la línea del horizonte del mar en calma y justo debajo del arcoíris. Allí estaba, pues, según lo convenido. Se acercaron hacia mí y eran algo así como sombras espectrales. No pude reconocerlos porque no tenían rostro y me tiré un buen rato para poder entenderles porque me hablaban sin voz. Grandes gestos con brazos que no tenían. Yo, con mi voz, y ellos, con la suya silenciada. Yo, de carne y hueso, y ellos, de nada: siluetas a medio terminar. Espesa niebla que cambiaba con el aire. Medias sombras. Querían conocer a los habitantes de tierra firme. Ellos viven en ningún sitio más allá del horizonte del mar en calma. Lejos de mi casa. Cosas de fantasmas del pasado.

Se mostraron respetuosos, consecuentes, ilustrados, interesantes. Han conseguido, con el tiempo, acumular inteligencia en algo que se asemeja a un cerebro del que carecen. Es lo más parecido a una idea o una energía. Quizá, una conciencia desnuda. No llevan una vida fácil de opulencia y despilfarro. No pueden. Sus esfuerzos se concentran en otras cosas. Nada de vida regalada. Pura dedicación para conseguir memoria de otros a través de historias, leyendas y cuentos.

Son la nada del universo. Los que llenan los agujeros negros. Los que habitan en las mentes de las personas. Pueden traspasar el tiempo en cualquier sentido. También las paredes y las puertas cerradas. Son los protagonistas de una historia que no ha sido. Nadie los ha visto, pero están. Los percibo, según ya he contado, y no me pueden generar miedo: no existen.

Acuden puntuales a la cita y vestidos sin ropa porque no tienen cuerpo, pero con una agilidad de movimientos que impresiona. Yo, inquieto e inmóvil en mi barco de papel, justo encima del horizonte del mar en calma y debajo del arcoíris, según lo acordado. Las olas me llevaron allí y luego desaparecieron.

Nos comunicamos sin utilizar palabras. Sin prisas. Era importante para ellos. Con buenas intenciones, me dijeron que llevan toda una vida sin dormir porque nadie les cuenta cuentos o historias antes de acostarse. Yo, con los pelos de punta. Tanto misterio, para pedirme un poco de memoria llena de cuentos. Por un momento, confieso que me dieron lástima. Nosotros podemos recordar todas las etapas de nuestra vida y otras cosas, incluso sin verlas. El sol, la tierra, la lluvia, el viento y el mar. Los sentimientos. La razón, la verdad y la libertad. La memoria no excluye ni pone condiciones. Recordamos nuestra existencia y nuestro significado. Ellos son seres hechos de niebla densa que empapa el cuerpo. Siluetas a medio hacer. Sombras de nada. Inteligentes, pero sin memoria para recordar cuentos. Tampoco pueden dormir.

Decidí cederles un trozo de lo que atesora mi cabeza, repleta de historias y cuentos, para que puedan contarlos por las noches hasta quedar dormidos. Cuando sus ojos sin color y sin pupilas me miraron, vi agradecimiento. Es un trastorno típico de estos fantasmas del pasado. Sin cuerpo. Sin voz. Sin mirada. Habitan al otro lado del horizonte del mar en calma, pasado el arcoíris. Quedaron satisfechos y nos citamos para otras ocasiones. La intención era intercambiar nuevos retazos de memoria con cuentos y leyendas también nuevas. Estaban emocionados. Ellos son todo y nada, dependientes de la imaginación de aquellos con quienes se encuentran. Son una idea. Fragmentos de una historia pasada. Sin embargo, a partir de este instante, podrán reproducir textos literarios por las noches. Ahora, por las noches, podrán dormir e incluso soñar.

Otra vez aparecieron las olas de debajo del mar en calma y llevaron el barquito de papel en el que me encontraba hasta la orilla. Ellos se dispersaron como hace la niebla al salir el sol. El arcoíris también desapareció. Volví a pisar la arena. A mi alrededor estaba la vida de siempre, la rutina reconfortante de cada día. Ahora no sé si contarlo porque no me van a creer. Solo podrán hacerlo quienes tengan imaginación. Todavía, cuando cierro los ojos, siento ese lenguaje diferente, aquellas ideas, formas, sonidos de mar en calma que me decían cosas confusas. Como la niebla, cuando el poeta la quiere atrapar con las manos. Especie de dibujos al carboncillo. Confusos.

Les entregué cuentos rescatados de mi subconsciente. Se los llevaron donde el azul del mar se confunde con el azul del cielo. No tienen horizonte. Son nómadas de otra vida, formas en el aire y nobles como el oro. Se les intuye. Son intensos. Son de todas partes y de ninguna, proyectos de nada. Cenizas de lo que fueron.

Ahora estas cenizas no cuentan con memoria alguna ni se acuerdan de ningún cuento. Son simples en apariencia y complejos en cuanto a su inteligencia.

Ahora, con la porción de recuerdos que les di, podrán volver a dormir en esa eternidad que les queda por vivir.

 

Mi emotivo y cariñoso recuerdo a todas aquellas personas que padecen de Alzheimer.

Estuve un buen rato mirando

el árbol eterno

cuyos frutos son los recuerdos.

Voces, rumores y sombras del pasado

y refugio del presente.

La poesía me salva de desaparecer.

Días blancos

hasta que el corazón se desata.

Pero llega el día

en el que cierras la memoria

y abres los recuerdos a los demás.

Te conviertes en niebla diurna

y sombra nocturna que vaga por las calles.

Nos quedan silencios por escuchar

desde la melancolía de los jardines.

La esperanza, a veces, comete errores

y se equivoca.

Pero siempre hay una luz, una voz,

una palabra, un paisaje y una música.

Todos hemos sido amantes de medianoche.

En la oscuridad y en el silencio.

Un día se rompieron todos mis espejos

y me quedé sin saber quién soy.

Quizá, solo un poeta. 

27 febrero 2025

                   Mi contertulio de esta mañana es una persona madura, pausada y con un oficio envidiable. Se gana la vida leyendo mucho. Luego de leer escribe crítica literaria, pero esto implica una vida casi sedentaria y unos cuantos achuchones que tiene que cuidar. El médico  ha tenido a bien enumerarlos y asustarlo. El café corto y descafeinado con sacarina, media ensaimada y un montón de pastillas de distintos tamaños y colores. Los años no padecen del olvido y ahora se lo recuerdan. Se cuida porque le tiene apego a la vida, a sus amigos y a su rutina. Incluso al trabajo y al ocio. 

                   Cuando terminemos se irá a caminar una hora. Callejear sin rumbo. Qué más da. Es sólo una hora que el médico también le ha recetado. Viene acompañado de Cicerón que es el nombre de su perro pastor. Estatura media de perro. También tiene un andar pausado y un carácter tranquilo. Su única preocupación es cuidar  y lo hace bien. No toma pastillas pero también anda una hora cada día aunque su veterinario no se lo ha recetado. Es así. Se cuidan el uno al otro y se hacen compañía. Es lo que toca. Esos día de otoño son largos y con muchos momentos de penumbra. Amanece tarde y anochece pronto. Él lee sin parar y luego escribe su crítica literaria. Cicerón anda ocioso por la casa y se acomoda a los pies de mi amigo contertulio que, por cierto se llama Sebas. 

                     Muchas mañanas compartimos desayuno y tertulia. Siempre hablamos de literatura porque es su oficio y mi pasión. El resto de temas de actualidad no se tocan porque carecen de interés. Por lo menos a nosotros no nos importan. Tampoco lee biografías, política, religión, economía y fantasmadas varias. Me dice que esto no es literatura. Son libros escritos con la intención de adoctrinar o influir en mentes poco hechas. Sin comentarios de los libros de autoayuda. 

                   Se explaya conmigo pero vive con su madre que es mayor y con una salud envidiable que se dedica a labores del hogar. Con ella no habla de su trabajo ni de literatura. A mi me da poco margen. No para. Es orador nato y convincente. Cicerón descansa a los pies cuando escucha su voz. Le da la mitad de la ensaimada porque no está a régimen. Bien que le gusta. Es un consentido. Es su perro. El que le hace compañía. El que anda una hora cada día porque no consentiría que Sebas caminara solo. Le acaricio la cara y él me lame la mano. Es un perro agradecido.

             Anda metido en la lectura de un drama ambientado en la post guerra civil española. Una comunidad de vecinos y sus familias. Vencedores y vencidos. Rencores y apariencias. Engreídos y agradecidos. Es la herencia de una guerra. Pobres. Pobreza material y de espíritu. Sin trabajo y sin poder mendigar. Al lado de la comunidad hay un bar. Coinciden y aparentan llevarse bien. No quieren más castigos de la vida. Estar porque sí. Porque no hay otra cosa. Demostrar una habilidad especial para hacer durar un café varias horas. Hablar por hablar. Un criticar disimulado y en voz baja. Personas abatidas, grises, descoloridas. No tienen estado de ánimo porque también lo perdieron en la guerra como la sonrisa y las ganas de lo que sea. Su trabajo diario es sobrevivir y es complicado en estas situaciones. Es lo que lee Sebas. La historia de un pasado imperfecto y reciente que supura por las muchas heridas que tiene.

            Me cuenta Sebas que el escritor es el responsable del color que tienen las letras. De la conciencia de la palabra. Del sentimiento de una frase. De la ética del párrafo. Del propósito del relato. De su moral y su sensatez. Las palabras deben tener pocos instintos y mucha razón. El libro tiene que poder ser debatido con lógica y significación de conjunto. Se ha escrito que el tirano se propuso ser el último hombre. El superviviente al final de todo. Por eso fue tirano. Su historia está escrita y encerrada en las páginas del libro. Antes de escribir la crítica explora la conciencia de los personajes. Mide mucho sus palabras conocedor de la influencia que pueden tener en el potencial lector.

               Me convence de que su trabajo es complicado. Le digo que quiero relajar el ambiente y leo unas líneas sobre un sueño que dice, "Nada más cerrar los ojos mi mundo de fantasía se inició caminando por una senda en busca de un instante de emoción. Aquella piedra en el camino y la intensa niebla me hizo reaccionar. Estuve a punto de caer pero una imagen salida de la sombra me sostuvo entre sus brazos. Un fuerte viento disipó la niebla. Eras tú y mi corazón latió con fuerza". Le gustó mucho a Sebas y lo anotó. Sensible y transparente.

               La tertulia literaria volvió al Gran Café de Gijón con Umbral. Evidentemente el maestro no estuvo presente desde que nos dejara en 2007. Presidía una gran fotografía y se habló de él. Quién lo conocía comentó cómo era, qué hacía, de que le gustaba escribir y alguna anécdota más. Quienes apenas le conocieron o le trataron, simplemente leyeron algunos fragmentos seleccionados de su obra. 

               Los tertulianos volvieron a ocupar sus espacios en el Gijón y rememoraron al Umbral mítico, al periodista, al ensayista, al narrador, al novelista y al humanista. Se le rindió merecido homenaje para evitar el olvido y se aprovechó para sacar a la luz las facetas casi ocultas y poco conocidas del Umbral bohemio y trasnochado de Madrid. Se destacó la valentía de, además de otras cosas, sacar una columna diaria y la facilidad de palabra y comunicación que supone hacerlo. El irrepetible estilo literario que ejercía fue la base del coloquio -el saber mezclar la palabra de la calle con la palabra académica-. En otoño volverán a ello. 

                María España, su viuda, aprovechó la ocasión para anunciar la creación de la fundación que lleva su nombre y donde se reúnen enseres personales, fotografías, cartas manuscritas, más de 1.630 libros de los que la mayoría están firmados o dedicados por sus autores. Están buscando una casa museo y ya tienen ofertas. Los nuevos patronos aceptaron el envite con responsabilidad indescriptible. Se anunció la firma con el Instituto Cervantes para dar a conocer la obra de Francisco Umbral en todo el mundo. Está en proceso la digitalización de los documentos manuscritos, cartas, libros, cuadernos, fotografías, etc. y unos cursos de verano en la Universidad de el Escorial que girarán en torno a su obra y sobre su figura en relación con el periodismo.

             Lo bueno que tiene esto es que se hace cuando el protagonista ya está muerto y entonces hay lo que hay y nada más. En el caso de Camilo José Cela, la fundación la montó él mismo en vida -malas lenguas dicen que obligado por su viuda "la Castaño" y todo el legado estaba equilibrado para contentar a todos y si faltaba una dedicatoria, pues se buscaba, igual que una firma o lo que fuera. El patronato que dirige su viuda ya lo ha echado todo por la borda y ya nadie se cree nada porque está incapacitada para dirigir este tipo de fundaciones aunque ella parece ser que no se ha enterado. 
    
         Saramago también tiene su fundación y así una larga lista de personalidades varias que han destacado en algo. Es una buena forma de mantener junta una obra y darla a conocer. Pero que sea de interés general acreditado. 

20 febrero 2025

                 Hoy, en la tertulia de las mañanas, los presentes no nos poníamos de acuerdo en quién era el más antiguo. No usamos la palabra viejo. Si acaso, senior. El poeta ha mediado y ha puesto orden mientras pedía seriedad para que nadie mintiera. Todos hemos dado la palabra y eso ha bastado. Ha decidido que el más antiguo será aquel que tome más pastillas y que, además, tenga más cosas prohibidas por el médico.

             Nos hemos reído un rato hasta que hemos empezado a contar pastillas y prohibiciones por orden facultativa y al rato ha salido el más antiguo. Un honor y un choteo para el que ha salido elegido. Hemos tenido que repetir café porque la cosa se ha alargado. No había mucha diferencia entre todos. Ya sabéis, la tensión, el azúcar, la reuma, la próstata, dolores articulares, el corazón, los pulmones, los riñones y poco más. De las prohibiciones y recomendaciones había pocas y algunas repetidas. Comer poco y bien y andar mucho. Lo típico.
                Hoy, que el invierno está muy avanzado, es cuando pisamos más hojas secas en las aceras. Y es que este año todavía no han caído todas y los árboles y plantas ya insinúan las nuevas. El más antiguo ha dicho que son cosas del tiempo. El cambio climático. Si lo ha dicho el más antiguo es que será verdad.
              Ha amanecido un día con tonos rojizos y amarillos. Adecuado para vivir un día intenso. Que por mucho que te pases te morirás el día que te haya tocado en suerte. Con los ojos cerrados y sin derramar una lágrima porque será una muerte consentida. Como todas. 
               Los días como hoy existe la misma calma en el fondo del mar que en la cima de la montaña. Y el mar no te chilla. Te habla flojito o te susurra. El aire de la cima de la montaña hace lo mismo. Los despojos de la noche se los ha llevado el amanecer sin hacer ruido. Sin casi darnos cuenta. Como debe ser. El día ha llegado con conocimientos, sabidurías y algunos descuidos. También han vuelto algunas carencias. Pero bueno, las expectativas del mar, hoy, es llegar a todas las costas. Yo procuraré estar en alguna de ellas.
              Una parte del día será doméstico, de andar por casa. Recuerdo que el más antiguo de los contertulios ha dicho que cuando se jubiló abolió la rigidez de los horarios. Ahora no lleva reloj y vive mejor que antes y también ha dicho que el médico le tiene en la lista de las personas más sanas del pueblo. El poeta ha salido al paso y le ha espetado que no le extraña con tanta pastilla que toma y con tanta cosa que ya no puede hacer. Ha habido tensión y ha quedado claro que irá al médico para pedirle explicaciones.
           Tengo una amiga de esas de hacer senderismo y hacer cima en las montañas de la Isla. La llamamos María Aspirina cuando realmente se llama Dolores. Lleva vividos más de setenta y se viste "vintage style". Llega a la cima como si la hubieran subido a hombros. El resto va dejando el alma por el camino para quitar lastre. Su médica le ha dicho que todas las pruebas han salido bien. Que no tiene nada malo, sólo años acumulados. Lleva unos días angustiada pensando que si no llega a tener nada nunca se morirá y esto le preocupa sobremanera.

19 febrero 2025

              RELATO 33

          El profesor de literatura entró en el aula de clase y escribió un poema en la pizarra, como cada mañana desde siempre. Algunos días, un alumno escogido al azar tenía la agradable responsabilidad de anotar su poema.

       La inseguridad del principio fue dando paso a la confianza en el manejo de la tiza y en la improvisación de los versos. Todos anotaban los poemas en sus libretas y llegaron a formar una generación de escritores.

             Cuando el profesor se jubiló, los alumnos le regalaron un libro con todos los poemas escritos en la pizarra a lo largo de su vida profesional y, en su recuerdo, siguieron escribiendo un poema en la pizarra cada día.

              Ahora sigo con la tradición y escribo un poema en las paredes de los lavabos públicos para deleite de los usuarios.  

👉https://shre.ink/bscb 

                                                                   



Arriba tenéis el enlace para escuchar la entrevista coloquio 
que se pudo escuchar en Radio Calviá 
entre Jaime Roig de Diego y Xisco Barceló Martínez con Antoni Negre Colmillo.
Tratamos de poesía, de filosofía de cuidados sanitarios 
y de narrativa a propósito del último libro publicado 
y que lleva por título Recuerdos en la intimidad.  
Relatos que reflejan la diversidad y la complejidad de la naturaleza humana 
y que permiten entender las emociones y los sentimientos de nuestra existencia.
Con un estilo ágil y una prosa cuidada, 
para ofrecer una mirada lúcida y profunda sobre temas como 
el amor, la soledad, la esperanza, el miedo, el sufrimiento y la felicidad.
Los relatos van desde el realismo hasta la ficción
pasando por el humor, la ironía, el drama o la fantasía.
Cada uno nos transporta a un mundo distinto, pero también nos conecta 
con nuestras propias emociones.
Es fácil que podamos vernos reflejados en cualquiera de ellos.
La experiencia de los años propicia este tipo de reflexiones 
sobre la condición humana para evadir la indiferencia.
De todas mis vidas he aprendido cosas y he tenido vivencias singulares
que han quedado plasmadas en este libro.



11 febrero 2025

     #MartesDeTuitsAMano 


                                         


 














Siempre escucho una música leve para tranquilizar las emociones.
Reflexiones sobre nuestra fragilidad
y la importancia de vivir lo cotidiano como si fuera lo único.