miércoles, 11 de julio de 2012

Pensar

La dimensión colectiva de cada uno puede llegar a desorientar. Demasiada gente pendiente de lo que dices o haces. De lo que escribes y con qué intencionalidad. Todo junto, en ocasiones, se me antoja irracional o desproporcionado. Un sin sentido. A estas alturas y todavía estoy inmerso en un proceso de maduración. No me molesta. Incluso me parece bien. La libertad de expresión me exige responsabilidad. Podría sentirme esclavizado, pero no es así. Me siento a gusto porque hago lo que me gusta. Prefiero mi dimensión privada. Pero necesito la pública. Estoy desorientado y va en serio. Pienso que puede que no sea bueno pensar tanto y que tendría que pensar menos. Estoy advertido por Descartes que si no pienso no existo. Es una disyuntiva. Es como estar atrapado en una tela de araña. Sin escapatoria. Pero puedo escribir. Me consta que incluso hay alguien que lee lo que escribo. Esto es una dosis de libertad. Puedo sentirme libre dentro de un espacio reducido. Mi dimensión privada, por ejemplo. Puede. Me siento más libre en mi dimensión pública y colectiva aunque, sinceramente, no se muy bien dónde me lleva. Es complicado esto de pensar. Entiendo que mucha gente no piense y se deje llevar. Resulta más cómodo. Pero entonces no son libres y no existen como individuos sino como miembros de un colectivo.
Son las siete de la mañana. Veintidós grados de temperatura. Setenta y cinco por cien de humedad. Lijera y pegajosa brisa. Acabo de desayunar en la terraza de "Es Comerç". No entiendo porqué estoy metido en este lío mental. Pero cuando pienso descubro cosas. Me gustarán o no. Descubrir cosas amplía mi horizonte y esto sí que tiene que ser bueno. Tampoco se si la razón me asiste en todo lo que pienso. Tendría que saberlo y procurar que fuera así para procurarme bienestar. Todo esto tiene que tener un coste y un gasto energético. Necesitaría saber a cambio de qué. De libertad. De bienestar. De sentirme proyectado hacia un colectivo que se encuentra en las mismas condiciones que yo. La verdad es que no había caído en esto. Menuda forma de empezar un día. Hoy es viernes y es mi día libre. Tengo en mi mano una revista de esas de cultura. Hay un artículo de un escritor y muchas cosas más. Hablan de su último libro publicado. Hay una frase que me llama la atención. "La modernidad es una tentación permanente y puede llegar a ser agotador estar permanentemente tentado por lo moderno. Si no lo haces es peor porque te quedas fuera del mundo, como los ancianos".
La frase la entiendo a medias. Entiendo que uno quiera ser moderno y que esto sea bueno. Yo mismo he dicho que prefiero mi proyección colectiva. Es una proyección que me favorece. Pero no puedo renunciar a mi dimensión privada. Mi universo más íntimo. Los ancianos viven en este mundo más reducido, privado y poco o nada moderno. No veo qué tiene de malo. Ellos se sienten bien así y no tienen porqué cambiar. Hay que ser imaginativo porque te ayuda a sobrevivir en este mundo tan globalizado y convulso. Trágico y divertido. El hombre es un ser maleable. Cualquier cambio tiene que salir de uno mismo. Nunca por imposición. Somos los protagonistas de nuestra vida y de nuestra historia. También somos los directores. El guión lo escriben otros pero nosotros lo adaptamos. Faltaría más. Es sorprendente lo que puedo llegar a pensar en lo que dura un desayuno.
Ahora mismo veo a un afgano que mata a su mujer en un descampado. Primero falla. Luego la mata y después la remata. Hay mucha gente entontecida mirando y deleitándose. Sin duda es de las peores cosas que he visto en mi vida. Nosotros tenemos tropas militares en este país. No se muy bien para qué después de haber visto esta ejecución en modo asesinato. Si no somos capaces de parar esta barbarie no debemos seguir ni un minuto más allí. Somos cómplices pasivos por omisión. Exijo la retirada de estas tropas de inmediato. Ya he desayunado. Son las siete de la mañana. Veintidós grados de temperatura. Setenta y cinco por cien de humedad. Es viernes y hoy es mi día libre. Noto una brisa bochornosa en la terraza de "Es Comerç". Salud.