viernes, 15 de junio de 2012

Recuerdos

Recordaba el otro día los tiempos pasados. Estos no fueron mejores. Mis años de triaje. ¡Qué paciencia! Se me altera el estado de ánimo sólo de recordarlo. Cuantas gilipolleces tiene uno que escuchar en este tipo de trabajo. Cuantas patologías me quisieron endosar. Pero resistí. Fui ampliamente criticado. Me gane el apodo de "el nivel cinco". No se porqué pero me es igual. Es agua pasada. Seguramente gracias a esto ahora no me dejan triar. Siempre llenaba el mural de la pared que ponía "morralla". Muchos me entendéis. Es la patología más común y que ni el Farreras ni el Harrison supieron describir en sus tratados. Tienen una asignatura pendiente con la medicina actual. Es el ayer.
La salita de triar estaba al lado de la puerta de la calle. Puertas acristaladas y correderas, o no. Y digo o no porque igual se abrían que no se abrían. O se abrían cuando no tocaba. O se cerraban antes de tiempo. Una lotería entretenida. Un rasca y gana instantáneo. Te colocabas estratégicamente delante de la puerta y si el sensor te sensaba se activaba o no se activaba. Muchos días la puerta funcionaba por obra y gracia de la casualidad. Si el sensor no te sensaba era cuestión de tener paciencia y dedicarle un poco de tiempo. Hacia adelante. Hacia atrás. Movimientos convulsivos con las manos hacia arriba. Hasta que la puerta se abría. Luego de haber entrado o salido se cerraba, o no. Esto era así y muchos saben que digo la verdad porque estuvieron allí y lo disfrutaron como yo.
Recuerdo una tarde. Llegaron dos agentes de la autoridad. Dos nacionales jovencitos. De los que están en prácticas en verano. Andaba delante de ellos un esposado. Con las manos delante. La puerta en cuestión no se abría. El esposado hizo algunas maniobras como si hiciera gimnasia sincronizada con los nacionales y nada. Cuando se cansó se puso pegadito a la puerta de cristal y de un cabezazo la rompió. Un buen ruído, un buen susto y cristales por todo. Entraron los tres por el butrón que acababa de hacer el detenido para abreviar. Una vez dentro la puerta se abrió. Normal. No le deis más vueltas. Los nacionales muy cariñosos con el fulano le dijeron que esto no estaba bien hecho y que no se repitiera. El detenido ni puto caso. Me pasan la primera entre un pequeño caos que se había formado. El técnico de la puerta. El cristalero. Las mujeres de la limpieza. Los supervisores. Los de admisión. Mis amigos los celatas. Los de las ambulancias. Todos.
Les indico a los nacionales que le esposen con las manos detrás. Me dicen que se portará bien. Les digo que me alegro pero que me importa un carajo. Lo esposan detrás o no le trio. No es de fiar. Me hacen caso. Entran en la salita de triar. Somos cuatro y tengo la sensación de que somos multitud y estamos amontonados. ¿Qué te pasa? le pregunté porque así lo requería el formulario. ¡Vengo a darles un recado! ¿Un qué?...He hablado con Dios y me ha dicho que les diga...¡un momento. Para! ¿Has hablado con Dios? ¡Si! Vale, me alegro por ti. Antes de que sigas necesito saber si Dios te ha dicho exactamente que le des el recado a Toni Negre. Pues no. Muy bien. Así me gusta. Podéis pasar a la sala de espera. Tomáis asiento y el psiquiatra, en cuanto pueda, os llamará para visitaros. ¿Ok? Los nacionales se cruzan una mirada incrédula. ¿Tenemos que esperar con él en la sala de espera? Si está detenido pues supongo que si. ¡No está detenido! se apresura a decir uno de ellos. Nos ha dicho el subinspector que lo trajéramos porque alteraba el orden público en la calle con gritos. Pero no está detenido. Bien. Pues le quitáis las esposas. Lo dejáis sentado en la sala de espera y os vais. Mira si es fácil.
Mientras se alejan hacia la sala de espera el esposado y supuesto detenido se gira hacia mi. Me increpa y me grita. ¡El fin del mundo está cerca. Te vas a morir y te pudrirás en el infierno! Y lo repetía cada vez más alto y claro. Reconozco que me tocó las pelotas. ¡A ver si te enteras. Deberías ser más original! Me la sopla con quién hayas hablado. Si es Dios mejor porque soy ateo. Hace tiempo que se que me voy a morir y tengo la intención de ir al infierno. ¡Eres aburrido. Te has ganado un nivel cinco. Te pudrirás en la sala de espera! Cristo bendito la que se lió con el intermediario de Dios y supuesto detenido. No dio tiempo a quitarle las esposas. Hizo un brote de cabreo o no se qué y antes de cinco minutos estaba contenido y traspuesto en el limbo de los medicamentos. Es lo que digo. Cuidado con quién te codeas. Salud.