jueves, 3 de mayo de 2012

Memoria

He leído cosas acerca de Nicanor Parra. El último Premio Cervantes de las Letras. No pudo asistir a la entrega del galardón porque ya es mayor. Lleva andados noventa y siete años de nuestra era. Son muchos años para hacer un viaje desde Chile hasta Madrid. Ha sido una lástima que no pudiera asistir porque de haberlo tenido entre nosotros nos hubiera dado la oportunidad de poder exprimirlo un poco más. Su estancia en Madrid hubiera dado mucho de sí. Qué le vamos a hacer. Noventa y siete años son malos de sacar a pasear por el mundo. Aeropuertos, aviones, hoteles, recepciones, entrevistas y todo este tipo de torturas y cosas a las que sometemos a los premiados de algo importante. Para agradar al público y que se escriba bien de él tiene que hacer todo lo que he dicho y más. De su obra ya se ha escrito suficiente y bien. Me llama la atención un artículo a propósito de él..."a sus noventa y siete años conserva una memoria verdaderamente prodigiosa. Durante la conversación es capaz de citar literalmente poemas propios y ajenos, pasajes enteros de Shakespeare en inglés, textos enteros de un manifiesto ecologista redactado por un español, reproduce con viveza diálogos remotos, puntualiza anécdotas y recuerdos con nombres y fechas precisas. Su memoria es asombrosa..."
No es frecuente encontrar algún espécimen del Homo Sapiens Sapiens con esta memoria. Tampoco es una rareza que esto ocurra. La pregunta es, ¿y esto cómo se hace? La respuesta la tiene Eduard. Lo malo de este asunto es que no hay una respuesta científica sino que hay tantas respuestas científicas como científicos haya que estén dispuestos a dar una respuesta a este fenómeno. Se aglutinan en corrientes de pensamiento pero no hay ninguna respuesta empírica a esto de la memoria. Pero Eduard trata algunas de estas corrientes de opinión más plausibles. No es ciencia, pero contenta. Me decanto por el asociacionismo. Esta teoría puede ser tan científica como cualquier otra. Sólo falta que alguien argumente y desarrolle la idea. En mis años de estudiante de psicología del pensamiento y de la personalidad tenía una asignatura de la memoria que impartía Giselle de forma mediocre. Con más pena que gloria. Parece ser que con la edad hay alguna parte o zona de nuestro cerebro que actúa como reservorio o lugar de acumulaión de experiencias cognitivas. Están en modo de archivos y cuando necesitas un dato, vas y lo recoges. No es tan fácil. Evidentemente no. Tienes que saber en qué carpeta está el archivo y cómo llegar a ella. Así se explica esta teoría del asociacionismo que a mi me gusta. Sobre todo en personas mayores que han vivido mucho y con intensidad y poniendo atención a cada momento vivido de su biografía personal. Asociación de ideas.
Esto vendría a ser algo así como; recuerdo una vez cuando hacía la mili que, blablablá, por cierto el capitán de mi compañía que se llamaba Don Fulano de Tal y que a su vez estaba casado con la hermana del ministro ese que se iba con Don Francisco de pesca y se mareaba y blablablá, pues ese amigo que cuando terminó la mili entró en un seminario cercano a Madrid gracias a la intermediación del Arzobispo Menganito que tenía un parentesco lejano con su padre y blablablá, el día que decidimos casarnos le pedimos que nos casara él, yo terminaba de sacar el segundo libro que fue merecedor de un premio, blablablá, el presidente del jurado resultó ser un cuñado del capitán de cuando la mili y que era académico de bellas artes, blablablá. Etc. Esto es y así funciona. Empiezas con un dato que te lleva a otro y a otro y así sucesivamente. Vas asociando ideas y puedes llegar a reproducir, desordenadamente, todos los momentos de tu vida y de lo que aconteció a tu alrededor. Con nombres, fechas, acontecimientos y sucedidos con la máxima precisión. Se trata de encadenar cosas que han pasado o que te han pasado. Como toda cadena tiene eslabones y cada uno de ellos es una anécdota. Cada eslabón va unido a otro y a otro. Se trata de no romper la cadena. Eduard y yo, en esto, pensamos igual. Yo funciono así y por eso cuando empiezo a hablar no paro. Siempre se de que tema empezamos a hablar pero nunca me atrevería a aventurar de qué hablaremos cuando terminemos la conversación. El asociacionismo te lleva por caminos inescrutables -como los de Dios-.
Resulta evidente que a Nicanor Parra no le han dado el Cervantes por ser amigo del Jurado, como dijera irónicamente su nieto en el discurso. Uno tiene que ser bueno en eso de las letras y tener una trayectoria impecable. Hay un dato curioso que quiero mencionar y es que el libro más vendido de Nicanor no lo ha escrito él sino una periodista que se ha entretenido en recopilar todas las entrevistas que le han hecho a lo largo de su vida. De esta manera sabemos el pensamiento real de Nicanor Parra sobre todo aquello que se le ha preguntado o ha sido de interés general. Es la mejor forma de conocerlo en su faceta humana e intelectual más que en la literaria. Sus opiniones son sabias y sobre asuntos concretos. Esto es lo interesante de este libro. Su pensamiento y sus ideas quedan plasmadadas a través de las entrevistas. Por esto se ha vendido mejor que sus propias obras. Son caprichos o rarezas. A mi me da lo mismo. Leer cualquier cosa de Nicanor Parra me enriquece, venga de dónde venga. Salud.