lunes, 13 de febrero de 2012

Medallista

Hay un autor de novela negra que dice que la cara, los ojos y las lágrimas de un condenado a muerte y de su verdugo le inspiran, incluso poesía. Sentir la angustia y el dolor en la piel ajena le inspiran textos profundos y estéticos bajo el punto de vista literario. Huele el sudor y la adrenalina de la gente que sufre y automáticamente aparece la inspiración y empieza a escribir. Algo así le debe pasar al máximo responsable de la Cultura en España. Señala a García Lorca cuando dice que los toros también forman parte de las disciplinas de la cultura y que tenemos preciosas menciones en nuestra literatura. El toreo es, probablemente, la riqueza poética y vital mayor de España. Es evidente que el poeta Lorca era muy sensible para unas cosas y muy poco para otras. Al paso que va y en tan poco tiempo, el ministro,  ya se perfila como un medallista olímpico. La plata en la modalidad de patinaje cultural ya no se la quita nadie y hace esfuerzos meritorios para el oro. De hecho igual lo consigue al citar un párrafo inexistente de la asignatura "Educación para la Ciudadanía". Dice que no tiene ninguna importancia que no esté en los libros de texto. Podría estar y esto es lo que importa. Pues entonces, vale. Además esta asignatura adoctrina a los alumnos y los manipula. Volverá a poner religión. Esta no adoctrina ni manipula. Los hace libres. La personalidad y el pensamiento borderline y las sandeces que dice el de la Cultura resulta que me inspiran a mí al tiempo que me preocupan y esto que todavía no ha calentado el sillón de su despacho.
La vida es un cúmulo de historias y muchas de ellas trágicas. Es inevitable que algún escritor se aproveche y escriba sobre ellas para que otros las lean. Recrear ambientes de miedo y de crueldad interesa. En literatura -novela negra-, en cine y en otras formas de entender el arte. Pero estos temas son sensibles y hay que tocarlos con responsabilidad -no con frivolidad- y para eso hay que ser un buen escritor o un buen ministro. Las cosas se dicen cómo son en realidad sin utilizar eufemismos. Se trataría de provocar un debate sano y sereno en la sociedad referente a estos temas. Me vienen a la mente casos como Bamby o como el niño del pijama de rayas. Una novela negra es una construcción literaria como otra que cuanto mejor construida está más eficaces son sus efectos y mayores son sus posibilidades de que sus textos puedan llegar a gustar. La cenicienta es otra de las narraciones que conocemos todos de crueldad extrema al igual que las sentencias que dictan sus señorías del Tribunal Supremo con su ideología franquista. Dan para una novela negra mala y de muy mal gusto. Salud