jueves, 10 de noviembre de 2011

Juegos

A principios de este año un grupo de sociólogos y expertos en entendederas han realizado un trabajo de campo que se me antoja muy interesante. Han reunido y catalogado gran cantidad de juegos de entretenimiento en cualquiera de las modalidades conocidas y en cualquier tipo de soporte. Son investigadores con ambición de ir más allá de un simple trabajo de campo. El punto de partida es que jugar puede ser una metodología de trabajo más productiva que cualquiera otra conocida. Trabajar jugando que, en las escuelas, hace tiempo que se utiliza con eficacia para el aprendizaje y mejorar el rendimiento de los escolares.
Se ha observado y contabilizado los miles de millones de horas que se invierten en solucionar estos juegos. Resolver estos problemas son desafíos ficticios porque no existe tal problema y en cualquier momento se puede dejar y no pasa nada. Es un entretenimiento y aún así la gente le dedica el tiempo que haga falta y los termina y con nota. Lo interesante viene cuando estos investigadores se preguntan si es posible aprovechar la voluntad y capacidad cognitiva que las personas utilizan para resolver estos juegos y dedicarlos a resolver problemas reales. ¿Se pueden resolver problemas reales, serios y aparentemente aburridos que surgen a diario si los enfocamos como si de un juego se tratara?
Lo que empezó como un trabajo sin más pretensiones que las de saber cuántas horas dedicamos a jugar, qué juegos son los más demandados y qué capacidades y voluntades ponemos a la hora de resolverlos, derivó en todo un estudio científico para conocer si es posible modular o modificar la conducta de las personas con ciertas capacidades para que pongan el mismo empeño en resolver los problemas que a diario surgen en una comunidad que el que pondrían si se tratara de un juego. En las conclusiones provisionales resulta que el trabajo ha pasado de ser aburrido a ser interesante y el nivel de respuesta es muy superior cuando se trabaja pensando en que estamos jugando. Se han detectado respuestas mucho más interesantes en el juego que en el trabajo diario con el mismo problema. Ahora el reto está en convertir los problemas reales en juegos on-line para directivos y representantes políticos. Ya se han desarrollado juegos que aunque con otros nombres y otros registros son un fiel reflejo de la realidad. Se han puesto a jugar y ha quedado demostrado que la gente es capaz de volcar toda su voluntad y capacidad a una rápida y eficaz solución al problema-juego.
Los resultados son espectaculares y esperanzadores. Estos juegos no están pensados para políticos sino para tecnócratas. Gente de ciencia y seria. Sin células malignas de mangoneo, chulería, prepotencia y mentira. Visto lo visto ahora lo que toca es cambiar a los políticos por expertos en resolver juegos sin más pretensión que la de acumular puntos que luego serían canjeados por dinero en forma de productividad. Lo fácil que resultan ciertas cosas y nosotros empeñados en seguir votando listas cerradas en las que te meten a personas preinteligentes. Gente que sólo puede ver con los ojos en lugar de utilizar también las neuronas. Salud.