jueves, 11 de agosto de 2011

Mito y leyenda

El ingenio provoca locura. O no. Pero si la provoca y haces correr la voz para que todo el mundo se entere te puedes hacer famoso. Es cuestión de no ser uno mismo sino alguien fictício pero muy parecido a tí. Ser otro que se parezca mucho a tí cuando en realidad eres tu mismo pero la gente no lo sabe o no debe saberlo. Si además de ser ingenioso eres inteligente puede ser el no va más. Si juntas el ingenio con la inteligencia puedes llegar a formar una leyenda sobre ti. Algo ficticio pero creible y no olvides hacer correr el bulo porque si no hay manipulación mediática, no hay nada. Procura que la leyenda te sea favorable para conseguir el éxito.
Puedes pasar a la posteridad de varias maneras. Que te hayan olvidado poco después de morirte no mola nada. Lo descartamos. Si tienes un más que amigo del alma que es el encargado de escribir tu biografía en el diccionario biográfico español puede conseguir hacerte más famoso que D. Francisco. Pero no interesa. Morir joven te convierte en un mito pero no es práctico porque al morirte te pierdes muchas cosas incluidas aquellas que hagan por ti o aquellas que digan de ti porque tu no estas. No merece la pena pues. Queda otra que seguramente es la más práctica y es que tu mismo, en vida, te forjes una leyenda de las buenas y a tu medida. La gente traga. La gente la cuenta. El boca a boca funciona siempre. Te das a conocer y te haces famoso. Ya eres una leyenda y como estás vivo disfrutas de todo lo que hagan por ti y de todo lo que digan de ti. La gente te hará lo mismo que le hace a un mito pero con la ventaja de que estas vivo.
Hay muchos casos de estos. La gente no es tonta. Bueno, rectifico. Es un decir. Hay mucha gente tonta e incluso idiota que se come todo lo que se dice y escribe aunque sea tóxico. No hace falta tener estudios y ser un sabio. Tampoco hace falta destacar en algo concreto. Lo mejor es estar en todo pero de forma abstracta para disipar y para despistar. Aquí lo que vale es lo que vendas. No de ti mismo sino de ese otro yo parecido a ti. Como que sois el mismo pero la gente todavía no se ha enterado y mejor que no lleguen a enterarse. O si.
Ser una leyenda lleva trabajo. Nada es gratuito. Tienes que estar constantemente aparentando y ser como un corcho que siempre se mantiene a flote por mucha tempestad que haya. Tener carné de todos los partidos políticos y de todo aquello que sea importante y sacar el adecuado según la circunstancia y la coyuntura. Aprende a opinar mucho sin decir nada para agradar a todos y no ofender a nadie. La extravagancia es un factor clave. No se puede ser una leyenda sin ser extravagante. Tienes que mostrarte aventajado en todo y esto sólo se consigue diciendo gilipolleces. Vamos, ser vanguardista. Adelantado a tu tiempo. Esto si que mola y mucho. Ser visionario. Predecir cosas que puedan ocurrir o no pero a largo plazo que es cuando tu ya no estarás en la tierra sino bajo ella. Cualquier cosa que escuches la reproduces en tus círculos más allegados como algo tuyo -si hace falta se retoca-. Cuando hables usa eufemismos y metáforas. Dirán que hablas bien aunque nadie te entenderá. La cuestión es confundir o poder decir que no digiste tal o cual cosa y que te han mal interpretado. Anuncia siempre dónde vas a ir y dónde vas a estar para que la gente pueda seguirte e incluso imitarte.
La biblia cuenta que alguien hizo lo que acabo de escribir y que murió a la edad de treinta y pocos años. Ahora resulta que es un mito y una leyenda. Hay un iluminado que dice que es su representante en la tierra y mucha gente le sigue. Creo que un día de estos estará por España paseando sus extravagancias y miles de bobalicones le seguirán. Este si que sabe vivir del cuento. Salud.