miércoles, 24 de agosto de 2011

Jotaemejota

Ha dicho Bene que hay que rezar para ablandar el corazón de los que no creen y para que vuelvan a la senda de Cristo. ¿Pueden hacer esto, ellos? Yo ya estoy comprometido seriamente con el ateísmo, de forma voluntaria y con un activismo personal moderado. Mi compromiso es formal. No creo porque no quiero. ¿Vale? Ya está. No hay más. Ahora resulta que me he enterado, porque Bene lo ha dicho, de que siempre hay alguien o alguienes -porque pueden ser decenas, centenas o miles- que sin yo darme cuenta y en su intimidad o en su colectividad están rezando a su dios para que yo crea y le siga. ¿Hasta dónde puede llegar su poder? ¿Y si le pasa algo a mi corazón y lo consiguen? No me imagino levantarme una mañana y empezar a rezar porque ya sea cristiano creyente en contra de mi voluntad y todo porque unos cristianos han rezado por mi sin mi consentimiento.
Estas cosas de cuarto milenio y expediente X a mi me asustan. No es broma. A mi nunca se me ocurriría empezar a rezar no se muy bien a quién para que los creyentes dejen de serlo y apostaten. No sería serio. Cada uno con sus creencias, su forma de pensar y sus sentimientos hacia los demás. Esto no está bien. Que recen por y para ellos y que nos dejen a los ateos en paz que al fin y al cabo creamos menos problemas que ellos y a la historia me remito.
He visto a un obispo de Roma en España invitado a hacer turismo folclórico subvencionado en tiempo de crisis. El científico Carl Sagan decía que nunca se podría convencer a un creyente, porque su creencia no proviene de ninguna evidencia, sino de su profunda necesidad de creer. Cree porque quiere. No necesita que le convenzan. A los ateos nos pasa lo mismo. No creemos porque no queremos y porque no tenemos ninguna necesidad de creer y tampoco queremos que nadie rece para cambiar esto. ¡No fuera a ocurrir tal cosa!
Rouco también ha hablado y ha dicho que el encuentro de los jotaemejotas generará decenas de miles de vocaciones. Parece ser que hacen falta. Si el señor te pide que seas sacerdote, dile que sí, y si te pide que te consagres a él, dile que sí. Vale, vale. Yo, de momento, no he escuchado nada. Bendita sordera. Además ha animado a los jóvenes a casarse bien con dios o con sus parejas. Mira Rouco, sea una cosa o sea la otra, esto me suena a apología del mariconeo y del lesbianismo. A ver si matizamos y especificamos porque alguien podría mal interpretar estas palabras. Yo ya lo he hecho. Evidentemente, los jóvenes fanatizados e idiotizados para la ocasión con sus mejores galas, han escuchado. Veremos lo qué hacen. Hay una cosa evidente. Rouco y los suyos, con su sola existencia, demuestran la importancia del uso del preservativo. Si sus papas lo hubieran usado, él mismo, físicamente, no existiría.
La nota romántica del encuentro la puso Sor Teresita de ciento tres años y ochenta y cuatro viviendo encerrada en un convento de clausura y que ha sido invitada por Bene a una charla y a unas gominolas de Gyn-Tónic y caramelos de Mojito. Es que por menos no sale una del convento. Salud.