jueves, 14 de julio de 2011

Tufino

Es el mote de un compañero de la infancia. Estudiamos el bachillerato juntos y juntos convivimos los buenos, regulares y malos momentos de una adolescencia transcurrida en un internado con régimen de pensión completa -todo incluido- y con poca o nula relación con el exterior.
Eran otros tiempos pero eran buenos tiempos. Quizás nuestros mejores tiempos. Sólo teníamos dos preocupaciones, estudiar y pasarlo bien. Ambas cosas las llevamos a cabo con nota. Éramos un grupo de amigos homogéneo y compacto porque sólo nos teníamos a nosotros para apoyarnos.
El otro día nos encontramos en la calle y dedicamos un tiempo a ponernos al día. Su vida ha tomado una dirección incierta y casi caótica en la que se esfuerza para poner orden. Tufino siempre fue un personaje singular. Nunca supimos lo que le entretenía el pensamiento. Hablabas con él y aunque te miraba te dabas cuenta de que su conciencia y su mente estaban en otra parte.
En invierno le quitábamos las mantas de la cama y al día siguiente corríamos la voz de que habíamos pasado la noche más fría de nuestra vida y él nos daba la razón porque se había pasado la noche en vela tiritando de frío debajo de una simple sábana. En verano hacíamos lo contrario. Le colocábamos varias mantas y a la mañana siguiente decíamos haber pasado la noche más calurosa de nuestra vida y él nos daba la razón mientras chorreaba sudor por todos los poros de su cuerpo. Y mas cosas que tampoco ahora vienen mucho a cuento.
Ha tenido una vida próspera pero ahora la crisis le ha golpeado y anda mal herido. Característico en sus gestos y riqueza de movimientos. Habla más con las manos que con la boca y se expresa mejor con el cuerpo que con el habla. Perfectamente preparado para la vida. Académicamente hablando siempre fue el número uno. La crisis no entiende de lumbreras ni de gente con recursos.
Dinámico y optimista está convencido de que esto pasará más pronto que tarde y que todo volverá a los cauces de siempre. Seguro que será así. No está casado ni tiene pareja y vive con sus padres que ya son mayores aunque gozan de buena salud. Lleva unos meses volcado en prepararse un futuro totalmente desvinculado de lo hecho hasta ahora.
Ha estado enseñando por la universidad e incluso ha tenido despacho de político. Pero esto es cíclico y lo que pueda pasar cada cuatro años es una incógnita. Tiene proyectos, tiene ganas y tiene recursos intelectuales que juegan a su favor. Cada vez que hace algo se mete de lleno y garantiza el éxito. Nos hemos dicho que nos ha encantado habernos encontrado y haber hablado de nuestras cosas. Ninguno de los dos ha mentido porque es verdad.
Nuestra amistad se forjó en la adolescencia y en situaciones complicadas por lo que no se puede romper. Tengo otros amigos así. En Pep de Llubi, en Jaume d'Algaida, en Toni de Sant Joan, en Bernat de Nuro, por ejemplo. Hay más. Por unos momentos he sentido nostalgia y recuerdos de la infancia y eso me ha gustado. Que te vaya bien Tufino. Salud.