martes, 5 de julio de 2011

Sinforoso

Es el nombre de un señor al que no conozco personalmente y ya no creo que tenga el placer. He visto su retrato y realmente es Sinforoso. La expresión de su cara le delata. Cualquiera no puede llamarse así. Creo que es un pariente de Antonio López. Su retrato comparte espacio en un lienzo con una mujer. Ellos sabrán.
El otro día estuvimos en Madrid -es capital- y nos acercamos al palacio de Villahermosa donde el maestro y genio de las artes plásticas, Antonio López, expone parte de su história profesional porque trabaja en esto. El Museo Thyssen-Bornemisza le ha reservado unas salas temporalmente. Trabajador incansable y meticuloso es este chico mayor de Tomelloso. Se nota que es manchego. Es Quijotesco. Hicimos la mañana sin apenas darnos cuenta. Eran poco más de mediodía y tocaba un tentenpié. Fuimos andando hasta el Grán Café de Gijón que queda cerca. Volví al Gijón que ya le tenía ganas.
Dentro, los habituales y nosotros. En la mesa un folleto a modo de carta de degustación con lo que puedes tomar y los euros que cuesta cada cosa. En el reverso del folleto me llamó la atención un escrito que reproduzco: "En los cien años del Grán Café de Gijón desde hoy declarado Grán Café de la historia de España por todas las ideologías, artistas, escritores, músicos, actores, bohemios y profesiones varias. El tiempo es el espacio entre nuestros recuerdos. No destruyamos nunca el tiempo y los recuerdos que viven en este recinto. Larga vida a esta Cátedra de humanidades y letras". Resulta impresionante que el Gijón obtenga cátedra y que yo esté sentado en él tomando el café de rigor. Respiramos aire cargado de história y sabiduría. Me empapé del buen hacer artístico. De tertulias y contrastes. Las fotografías de las paredes te situan.
Luego de aquí nos fuimos a la calle Tetuán, a cien metros de Sol. Se llama Casa Labra. Degustamos unas croquetas de bacalao y bacalao rebozado especialidad de la casa desde mil ochocientos sesenta. No quiero dar envídia pero estaban de muerte. Lo acompañamos con un vermouth de grifo -vermut, para los de allá-. En las servilletas hay un escrito que dice:"Estimado cliente, en el año mil nuevecientos existían mil quinientas tabernas en Madrid para una población de ochocientos cuarenta mil habitantes. Sólo en la calle Tetuán junto a Casa Labra éramos tres tabernas. Madrid nos ha premiado y la historia nos contempla. Hoy en día apenas somos una docena para dar testimonio de una cultura y una forma de vida tradicionales de esta Villa y Corte y que constituyen una grán parte de las señas de identidad de esta acogedora ciudad que es el Madrid de todos los españoles". Todo un detalle con el que te da corte limpiarte los morros.
Por la noche prodigioso montaje de "Los Miserables" que el propio Victor Hugo define de forma magistral a la condición humana cuando está sometida a necesidades extremas. Sin trabajo, sin salario, sin comida, sin cobijo, sin coraje, sin voluntad y sin autoestima. La luz del día es sombra y oscuridad y dentro de esta oscuridad cabe todo tipo de ignomínia -sensación humana de vergüenza y deshonor-. La gente se vuelve corrupta, practica la vileza con los demás y resulta odiosa en un mundo fatídico. Habrá que volver. Salud.