martes, 26 de julio de 2011

Buena gente

Como cada mañana a la misma hora cruza la plaza justo por el centro y llega hasta Es Comerç. En una de las mesas y en una dinámica charla están sus amigos de siempre y contertulios por un momento. Saluda con un "buenos días" y mira la cristalera del bar en busca de la noticia.
No una cualquiera. Busca un papel din-A4 formato horizontal que la empresa funeraria deja con un celo si se da el caso. Cuando hay esquela mira la foto y lee el nombre del infortunado que nos ha dejado para siempre o del afortunado que se ha pasado a mejor vida.
Se comporta como si los conociera a todos "buena gente. Que dios le tenga en su gloria". Toma asiento y pide un café cortado corto de café.
¿Qué hay de nuevo?
Su silueta es característica cuando se le ve acercarse. No te puedes perder. Tiene un andar lento y cansino. Lleva el pantalón atado en corto con cinturón apretado casi a la altura del pecho lo que deja al descubierto sus zapatos mocasines y sus calcetines negros. Bajito y muy flaco. Extremadamente flaco. Boina dejada caer y bigotito franquista.
La mano derecha metida en el bolsillo del pantalón y la izquierda en vaivén para acompasar con un pañuelo que constantemente utiliza para limpiarse los morros. Cuando termina su café y ha hablado y escuchado se levanta y sigue camino. Siempre lo mismo, "señores me voy que me queda una hora de caminar. A los médicos hay que hacerles caso porque para eso han estudiado".
Y se marcha con el mismo paso lento y cansino con el que vino y un perrito mil leches que también anda una hora al día sin que su veterinario se lo haya recetado. Pero son amigos y dónde va uno va el otro. Es el más longevo y se lo dicen "tiene buena encarnadura y buena base genética". El responde orgulloso y con la sonrisa puesta que "he vivido mucho y lo que me queda porque tengo buenos amigos y no los quiero dejar".
Hoy los jubilados y de edad avanzada tratan un tema de temporada. Los tomates y las tomateras. Resulta que todos tienen las tomateras y los tomates más grandes del pueblo. Que sus tomateras hacen muchos tomates y muy buenos.
Ha habido discusión pero no ha habido acuerdo. Cada uno ha expuesto sus recetas y el resto no se ha creído que funcionen. Pero son demócratas. Un día de estos cada uno llevará un tomate de los suyos y a simple vista se sabrá quién tiene razón y el resto lo reconocerá, pero..."si lo hubiera sabido...la semana pasada cogí uno el doble de grande...y espera los que cojeré dentro de unos días". Asunto zanjado. Realmente nadie traerá tomates.
Es un hablar. Don Juan -como lo llaman los amigos- a todo esto ya no está. Él no cultiva tomates porque su cuerpo no está para tanto. Por eso sus amigos de's Comerç, a menudo, le traen cosas en bolsas del Pryca. Los amigos están para esto y más.
Por eso Don Juan, cuando mira las fotos de las esquelas, siempre dice aquello de "buena gente. Que dios le tenga en su gloria". Yo no tengo tomates para llevarle pero le puedo dedicar esta entrada con el permiso de los que me leeis. Salud.