martes, 24 de mayo de 2011

Blanco

Hace un buen rato que estoy sentado, lápiz en mano y un pequeño bloc de páginas amarillas -que es el color del papel reciclado- esperando una idea para desarrollar una entrada digna. Por mucho que me empeñe hoy no es mi día. Tampoco lo fué ayer y quizás no lo sea mañana. Ideas inconexas. Nada serio porque lo que ocurre es demasiado importante. Temas que se suceden con demasiada rapidez y ninguno de ellos me provoca la más mínima inspiración. De seguir así no habrá nada. Quizás no es el momento. No lo se.
Me viene a la mente una tertulia literaria en la que los escritores hablaban de estos momentos en blanco que padecen a veces. Quieren estar en lo que deben estar y no pueden. Falta concentración. Faltan ideas. No saben cómo seguir. Están en punto muerto. Están en dique seco. Por unanimidad se decantaron por la fórmula de escribir por escribir en momentos de sequía intelectual. Escribir sin parar. Es igual lo que salga, la cuestión es no parar hasta que de repente aparece otra vez la inspiración y las ideas vuelven a fluir como si tal cosa. La poesía no es mi fuerte y a menudo la encuebtro cursilona. Pero si poesía es armonía es cuestión de buscar el sitio adecuado en el momento oportuno y mirar. Escribir lo que ves y lo que sientes cuando ves lo que ves. Es una fórmula válida, pero hoy ni eso.
Tengo una poderosa imaginación que funciona desde la libertad pero hoy me siento menos libre. Algunos vivimos un momento casi apocalíptico o de ciencia ficción donde la realidad supera con creces la ficción. Desde la hermosura de la soledad que me permite momentos de reflexión activa constato referencias de que mi inequívoca postura es contraria a la mayoría de los sublevados sin causa. No se porqué. Un virus ideológico está atacando la mente de personas que les provoca actividades convulsivas -no meditadas- que atentan contra la dignidad y la moralidad y desbaratan la convivencia. Es un esperpento. Hay confrontación entre hombres, ideas y formas de hacer las cosas. Doy libertad para que cada uno piense e interprete lo que quiera.
Estoy en vísperas de unos días de descanso -vacaciones- y parece que la mente ya se ha contagiado. Mi mente ya descansa. No pienso ponerme nervioso por eso. Si no hay entrada pues paciencia. Otra vez será. De momento me quedo con aquello de "piense en lo mejor, pero prepárese para lo peor". Nos vendrá bien. Y una cita de Saramago, "todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio. Que es bueno para mi salud. Pero nunca he escuchado a nadie que le diga a un deportista; tienes que leer". Seguiré leyendo el libro que tengo entre manos. Salud.