miércoles, 16 de marzo de 2011

Catátrofes

Reproduzco, para deleite de todos, un intercambio de opiniones entre un seminarista de los guerrilleros de cristo y un ateo en un foro de tantos a propósito del terremoto de Japón.
Seminarista: "Me ha entrado pavor al leer la noticia del terremoto.
Sólo me queda rezar con fervor y confiar en la infinita misericordia de Dios Padre Todopoderoso que, aunque ahora haya querido castigarnos, como todo buen padre severo, nos ama y volverá a envolvernos bajo su impenetrable manto protector una vez hayamos rectificado nuestro comportamiento impiadoso, obsceno, descreído y sacrílego.
Sólo trato de arrojar luz para discernir qué es lo que quiere Dios nuestro Padre y Señor de la humanidad y porqué nos está castigando con tormentos y avisos semejantes.
En efecto, sus designios son inescrutables pero nada sucede en el universo sin su supervisión. Últimamente hay más catástrofes naturales que nunca y estoy convencido de que esto se debe a que cada vez hay mas millones de descarriados que abandonan la fe Católica, Apostólica y Romana. Única verdadera.
Al mismo tiempo, en estos tiempos materialistas y tan carnales que vivimos, multitud de personas se han consagrado al hedonismo puro y duro, entregando sus cuerpos a una espiral destructora de alcohol, noche, drogadicción, sodomía, fornicación compulsiva y todo tipo de depravaciones, olvidándose de rendir culto al Altísimo y suscitando, así, su justa cólera por habernos olvidado de Él.
Si algo se de Dios Padre es que es extremadamente sensible con lo que hagamos y, en función de esto, reacciona. Los gobiernos deberían empezar a exhortar a la población acerca de la necesidad de elevar plegarias, acudir a oír misa, guardar los preceptos y festividades pías, ayunar en los días indicados, abandonar toda concupiscencia y culto al placer y realizar obras de caridad. Si esto fuera así, pueden estar seguros, de que la oleada de catástrofes naturales que está marcando el inicio de la vigesimoprimera centuria, amainará y remitirá.
Con fe, el hombre encuentra la luz, el camino y la salvación. Es la única forma."
Ateo: "Siento mucho ser yo quien le tenga que dar la terrible noticia de que dios padre todopoderoso no existe, y si existiera y fuera el culpable de todas estas catástrofes que estamos padeciendo, habría que acabar con él cuanto antes y exterminarlo".
Seminarista: "Tengo la esperanza de que se arrepienta de su blasfemia y haga penitencia antes de que Dios Padre Todopoderoso le fulmine por su bochornosa y deprimente mezcla de ignorancia y soberbia.
Dios, por supuesto que existe y, dado que existe, permítame preguntarle cómo piensa destruirlo. Si tiene algún plan especial, dígalo. Quizás usaría una bomba atómica, o rayos láser, o con un machete o una bayoneta.
El día que se de cuenta de su pequeñez y la pequeñez de toda la humanidad en relación al poder Divino de Dios...ese día puede que empiece a salvar su alma".
Ateo: "Se como destruirlo. Realmente lo hago a menudo. Prácticamente todos los días. Cada vez que pienso en el prójimo, cada vez que como humano me solidarizo con otros humanos que sufren, cada vez que soy tolerante -incluso con usted-, cada vez que comparto, cada vez que perdono y olvido, cada vez que hago el bien. Como ve es fácil destruirlo y una vez destruido ya no existe. Puedo prescindir, incluso, de las bombas. Me basta hacer el bien".
Salud.