martes, 26 de octubre de 2010

El Nobel Mario

Queda muy poco por decir sobre la figura de Mario Vargas Llosa tanto como persona individual como persona pública que escribe de todo y sobre todo, que contacta con el mundo a través de sus alumnos en la Universidad, que se implica en los procesos y progresos -o no- sociales de la mano de la política y que se asoma a la preocupación diaria de muchos lectores a través de la prensa escrita. Tanto es así, que seguramente ha sido el premio Nobel de Literatura más controvertido de la história. Nunca antes escuché y leí tanto sobre un Nobel de Literatura. Otorgaban el galardón. Se susurraba sobre su obra. Los libreros vendían más o menos su obra. Y hasta el próximo año.
Mario estaba en lista de espera. Siempre el primero de la lista, pero en stand-by. Ahora sabemos el porqué. Simplemente por pretender apadrinar el liberalismo desde la política y digo pretendió porque todo terminó en un intento fallido que a la postre -según se ve desde la perspectiva del tiempo- sólo le ha acarreado problemas. Fué un cameo en el mundo de la política sin más consecuencias que algunas apariciones públicas y hacer públicas sus ideas políticas. Cuando han tenido la certeza de que simplemente es un buen literato lo han sacado de la lista de espera.
He leído algunas de sus obras más representativas y no consigo distinguir realidad de ficción y sea como fuere, tampoco distingo en este hombre a un peligro político-social porque de sus escritos no puede desprenderse ideario político alguno. Bueno, quizás cojea un poco de la pierna izquierda pero no tanto como para castigarlo. Sobrado en sus escritos, que es lo que importa y por lo que le han premiado, ahora toca leerlo por primera vez, leer algo más de él -su último libro salió ayer de la imprenta-, o reelerlo quien lo hubiera leído antes. Tengo que destacar que es completo y por eso es bueno o muy bueno. Quiero decir que no es de encerrarse en su estudio y escribir a espaldas del mundo para ser esteticamente puro en su narrativa y perfeccionista en su sintáxis, como otros. El es cercano, ameno y sencillo. Conoce el mundo. Viaja. Asiste a reuniones, mítines, entrevistas y tertulias. Contacta con universitarios con los que entabla verdaderos debates sobre cualquier tema opinable y es columnista de prensa escrita lo que le obliga a estar permanentemente informado y opinar sobre la actualidad que manda desde la inmediatez que le obliga su editor.
Si alguien pretende un Nobel en su vida ya sabe que no debe meterse en política porque incluso en esto de los premios y los reconocimientos a la labor de uno, la política es como un ácido que corrompe. Cuentan que una vez -como conferenciante- leyó un texto de Onetti. Nadie aplaudió, parece ser que porque no le entendieron. Mario se molestó mucho y se puso a explicarlo. Los textos de Onetti quedaron explicados, aclarados y entendidos y que en esta segunda parte ínvirtió más tiempo que en la primera. Cosa de ser un Nobel. Salud.