miércoles, 1 de septiembre de 2010

Preadolescencia

Es normal, por estas fechas, de casi fín de verano, de casi vuelta al cole, de casi fín de vacaciones, de que casi ya sólo quedan un par de verbenas y todas estas cosas de finales de Agosto y principios de Septiembre. Es normal, decía, y casi una costumbre que vayamos a Costa Nord a deleitar nuestros sentidos y nuestras conciencias escuchando lo último de "Los Valdemossa" que es lo de siempre.
Es el final de las fiestas patronales del pueblo que adoptó a Chopin y como colofón, en éste y en los demás pueblos, dedican un día a la tercera edad o "vellessa" como se dice. Lugar idílico el Costa Nord, brisa bochornosa refrescante, platea repleta de asociados a la tercera edad, incondicionales varios, amigos y nosotros. En el escenario el maestro de la flauta Tomeu Estarás y su esposa Genni Tobín que canta, presenta, bromea, chistea y lo que haga falta, siempre con elegancia. La banda de siempre, a saber, un polaco afincado en Binissalem a las cuerdas (bajo), un Llucmajorer a la percusión y un imperfecto Buñolí al teclado y a la dirección musical. No me olvido del cantautor invitado revelación de este año -el mismo de todos los años- que es sudamericano y afincado en Alaró.
No nos piden el carnet en la entrada, simplemente nos miran y enseguida se dan cuenta que estamos entre la preadoslescencia y el camino de jesús -Son Valentí-. Escucharlos revitaliza como si pasaras por un "SPA". Forman parte de la historia de Mallorca, de Valldemossa y de la nuestra. Se presentan con sencillez y los vatios suficientes para ser escuchados por los del sonotone y las hipoacusias que son la mayoría. Llevan tantos años en esto que no es correcto decir que tienen tablas. Simplemente ellos son el espectáculo.
Año tras año repiten lo que todos los que nos concentramos allí queremos escuchar. No hay espacio para novedades ni improvisaciones. El estilo de siempre y punto, y al final, que no falte el parado de valldemosasa -porfa- y este año con baile incluido a cargo de cinco espontaneos. Te mantienen en vilo de principio a fín pendientes de si a Genni no le fallará la voz o la memoria y si seguirá ocurrente como siempre y si Tomeu seguirá con su habilidad en los dedos para tocar la flauta, y de sus pulmones.
Termino. Es un escenario rutinario y costumbrista pero que agrada a todos los que van y deleita el estado de ánimo, que no es poco. Salud